Reconversión en Venezuela: causas y consecuencias de un error no forzado

396

 

Luis Salas|

Los errores no forzados son aquellos que cometes en situaciones en las cuales tu rival no te impulsa a fallar pero aún así fallas. Es una expresión propia del tenis, aunque no de su uso exclusivo. Como todos los especialistas saben, los errores no forzados suelen ser los más costosos.

Sin ir tan lejos, días antes de la más reciente final de la liga de campeones, el técnico del Liverpool, reconociendo la superioridad del Real Madrid, decía que la posibilidad de su equipo pasaba por aprovechar las oportunidades y el no cometer errores no forzados. Todos los que vimos el juego sabemos que la salida de Salah ante la grosera falta de Ramos fue determinante para la victoria madridista. Pero también que, en realidad, lo que mató a Liverpool fueron los no menos groseros errores no forzados del portero Karius.Resultado de imagen para karius

Así las cosas, la reconversión monetaria anunciada el pasado 22 de marzo, tenía toda la pinta desde el principio de ser un gran error no forzado. Y en cuanto tal, fue algo advertido suficiente y tempranamente.

En primer lugar, y para empezar por lo más obvio, estaba lo estrecho del tiempo propuesto para acometer tamaña empresa. En un texto publicado el 05 de abril señalamos este punto del siguiente modo:

“(…) la medida de reconversión implica riesgos que le son propios. El mayor de ellos son los tiempos estrechos –por así decirlo- que se impuso el gobierno para acometerla. Entendemos (…) que los tiempos apremian y es una medida que debió haberse tomado antes (eso fue lo que tuvo que hacerse en diciembre de 2016 en vez de la inútil, aparatosa y costosa ampliación del cono monetario). Y es entendible también que se toma en medio de la actual coyuntura electoral dadas las amenazas de la dolarización. Sin embargo, ninguna de estas buenas razones anula que aplicar una reconversión monetaria implica una logística y unas capacidades institucionales, así como de un clima socio político, ninguno de los cuales es óptimo.

A este respecto, tenemos entendido que la entrada en vigencia de la reconversión es el 4 de junio, siendo que para esa fecha perderá vigencia el actual cono. Eso implica una readaptación de los sistemas de cobro y contabilidades que no hay que subestimar. Pero aún más, supone un trabajo pedagógico hacia los consumidores y de fiscalización sobre los comerciantes, entre otras cosas para evitar estafas y robos que agraven el ya deplorable poder adquisitivo de los primeros.”

En segundo lugar, y aunque fue algo que no se expuso en la reunión del presidente de la República con la Asociación Bancaria en la cual ante la solicitud de ésta última se pospuso la reconversión, está el problema logístico adicional –pero central- de la disponibilidad del nuevo efectivo para que fuese exitosa la reconversión en los tiempos originalmente planteados. Eso fue algo que también se advirtió con suficiente tiempo:

Resultado de imagen para venezuela reconversion“Se anunció una nueva familia de billetes, pues bien, como advirtió José Gregorio Piña en este mismo espacio, la única posibilidad de que Venezuela pueda realizar plenamente la anunciada redenominación en el escaso lapso restante hasta el próximo 4 de junio de 2018, fecha oficial establecida, es que la totalidad de los nuevos billetes y las nuevas monedas estén ya elaboradas y en vías de entrega a Venezuela; y aun así, nos parece muy corto el tiempo para los aspectos operativos”.

Adicionalmente, debe considerarse que estamos en medio de un déficit crónico de billetes y monedas (estás últimas de por si ya no circulan) y de comercio ilegal y contrabando de los pocos existentes. En tal virtud, se requieren al inicio no menos de 1.200 millones de piezas de nuevos billetes, toda vez que no sólo se debe sustituir todos los billetes actuales en circulación contable, sino cubrir el déficit existente. Otros analistas estiman cifras aún mayores. Como quiera, lo cierto es que esto implica un esfuerzo mayúsculo, lo que supone que ya estén elaborados los billetes y monedas y solo reste distribuirlos en la banca y de allí salgan al público a medida que se desmonetizan y cambian los otros. Si tomamos como referencia la experiencia reciente pasada del nuevo cono, es evidente que mucho hay que mejorar.”

Hubo otras cosas que fueron advertidas con tiempo y sobre las cuales en vísperas de la reconversión brillaban el mutismo oficial y la confusión pública. Por ejemplo, el caso de los precios de los combustibles y servicios públicos. En concreto ¿cuánto iban a costar el litro de gasolina y el pasaje de metro el lunes 04 de junio? A la fecha nadie sabía.

También se dijo que la reconversión no podía ser una medida huérfana. Es decir, Resultado de imagen para venezuela reconversionsiempre nos pareció en cuanto tal necesaria (facilitaba la contabilidad y hacia de derecho la reconversión que por la vía del hecho ya la población había realizado en las magnitudes monetarias y los precios), pero no suficiente. Recmendamos que se debía acompañar de una “reconversión económica” que cambiará definitivamente las reglas del juego perverso en el que estamos inmersos. Sin embargo, como eso seguramente era mucho pedir, al menos con medidas tendientes a estabilizar la economía y frenar el alza de los precios. Pero nada de eso se hizo, y en cuanto a lo último, ha terminado resultando que el anunció de la reconversión al hacerse en medio de la nada avivó los fuegos especulativos que alimentan la actual hiperinflación.

En el editorial especial de 15yultimo.com dedicado a la reconversión lo alertamos así:

“(…) se debe estar conscientes es que de no tomarse medidas adicionales que frenen el alza de los precios, la reconversión monetaria corre el riesgo de esfumarse al poco tiempo de ser aplicada (sin hablar de las medidas tendientes a evitar que se fuguen a través de las fronteras los nuevos billetes). No existen cifras oficiales que permitan estimar seriamente, pero si nos vamos a los cálculos extraoficiales, al ritmo actual de aumento de precios, podríamos estar hablando que en un plazo no mayor un año haya que sumarle de nuevo tres ceros a la moneda. De la misma manera, tal y como alertamos en ocasión del anuncio el pasado plan de precios acordados del que pocos ya se acuerdan en realidad, tanto por razones políticas como de de histéresis, lo más probable es que los precios se vuelvan a disparar para “ganar terreno” antes de la reconversión. Recordemos adicionalmente que la misma se hará inmediatamente después de las presidenciales, y que como siempre, los eventos electorales son propicios a la especulación de precios, no habiendo razones para que sea éste la excepción si no más bien lo contrario.”

Lo que nos lleva a realizar una nueva advertencia: y es que en la medida en que, pese a todo, el error forzado de la reconversión ya se cometió (con el agravante de que tuvo que venir el mandamás de la golpista Asociación Bancaria a frenarla en cadena nacional en medio de una alocución presidencial), de seguir las cosas como van de aquí a los sesenta días de prorroga planteados por el presidente (ni hablar de los “mínimo noventa” solicitados por la Asociación Bancaria), la reconversión será totalmente inútil, pues ya los precios se habrán disparado de tal forma que quitarles tres ceros no tendrá sentido.

Por cierto que, de tomarse la otra medida propuesta por Aristides Maza de subir las tasa de interés bancarias, el desastre será de marca mayor, pues toda la gente que actualmente se está endeudando gracias a la política de flexibilización de los límites de las tarjetas de crédito y otros instrumentos que llevan a cabo la banca pública y la privada con la anuencia de las instancias reguladoras como una manera de financiar la hiperinflación, entrará inmediatamente en mora con los resultados por todos conocidos. Sospechamos a este respecto que los bancos más expuestos son los públicos, por lo que muy probablemente colapsarán. Y sospechamos también que aquí entrará de nuevo en acción el bueno de Aristides Maza “recomendando” su privatización, con lo cual los tenedores del poderoso señor que es don dinero habrán completado el ciclo, dejando constancia una vez más que cuando hay debilidad institucional, la banca especulativa privada siempre gana en perjuicio de todos los demás.

Claro que siempre podrá decirse que fue mejor lo que pasó a que llegara el lunes y el desastre operativo desencadenara quien sabe qué caos. Cierto es. Pero también es verdad que no tenía por qué el gobierno pasar por semejante situación en TV, lo que entre otras cosas implica desbaratar la poca credibilidad que le queda en materia económica y que necesita como nunca dadas sus pretensiones de llamar a un acuerdo nacional para la recuperación. De haberse hecho bien, la reconversión hubiese sido el gol anímico que necesitaba el gobierno para demostrar que puede dirigir al país hacia la estabilidad y prosperidad que prometió en campaña. Pero el no hacerlo puede sea un autogol de esos que cuestan los partidos. Esperemos no sea el caso y pueda salir lo mejor librado posible, para bien de todos y todas.