Racismo en el fútbol (español)
David Torres-Público.es
Hace cosa de una semana, Kylian Mbappé la montó parda al declarar que en las próximas elecciones legislativas los franceses deberían dejarse de extremismos y centrarse un poco.
De inmediato, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen se tomó el mensaje a título personal y respondió al delantero que se limitase a pegar patadas al balón y dejase de dar lecciones de política a los franceses, que para dar lecciones de política ya tenían a Marine Le Pen. Más o menos, fue lo mismo que declaró el portero de la selección española, Unai Simón, a quien sólo le faltó repetir la famosa réplica de Franco: “Haga usted como yo, joven, no se meta en política”.
Sin embargo, los deportistas suelen meterse en política si la cuestión trata de banderas: se conoce que eso de cambiar de camiseta los descoloca muchísimo. Cuando Pau Gasol y Gerard Piqué apoyaron el referéndum catalán, Rafa Nadal los criticó por mezclar política y deporte; poco después, en una perfecta demostración de incoherencia, Nadal dijo que le gustaría volver a votar porque había demasiados pactos en el horizonte y él no se sentía cómodo subiendo a la red parlamentaria.
Cada día que pasa, Nadal es menos zurdo y más diestro: puede ser la calvicie o un efecto secundario al abandonar los primeros puestos de la ATP, pero falta únicamente que se le evapore un bigote para clavar su imitación de Aznar.
Que yo sepa, ni Nadal, ni Gasol, ni Piqué abrieron la boca a la hora de señalar la tragedia de los refugiados, la desvergüenza del rescate bancario, el drama de los desahucios o el desmantelamiento de la sanidad pública. Hacen bien en seguir el consejo de Franco: ellos no se meten en política hasta que la política se mete con ellos.
En el Real Madrid, Mbappé tiene la tribuna perfecta para estas alocuciones: el palco del Bernabéu, que es el centro neurálgico donde se hacen y deshacen buena parte de los contratos públicos del país, incluidos cambalaches inmobiliarios, autopistas y servicios de limpieza.
Florentino (Pérez, presidente del Real Madrid) tiene tanto poder que un día le atizó una colleja a Almeida, como si fuese un camarero lerdo en vez del alcalde de Madrid, y lo mejor es que el alcalde se apresuró a reírle la gracia, no fuese a reemplazarlo en las próximas elecciones por un camarero lerdo.
Estos días, hemos podido comprobar una vez más que el racismo y el fútbol son viejos compañeros de viaje en España, en Europa y en cualquier sitio. Pese a los antecedentes sufridos por su futuro compañero, Vinicius, tal vez Mbappé no sea consciente del charco en el que se ha metido al instalarse en el buque insignia del fútbol español.
A finales de los setenta, Laurie Cunningham aterrizó en el Real Madrid tras el fichaje más caro de la historia del equipo hasta la fecha. En Gran Bretaña, Cunningham había tenido que soportar toda clase de comentarios racistas y hasta llegó a recibir una bala por correo por el agravio que suponía que un negro debutase con la camiseta blanca de la selección inglesa. En cambio, aquí en Madrid empezó a correr un chiste que decía que Cunningham no era negro, sino que tenía un lunar que le ocupaba todo el cuerpo.
Es extraño que la xenofobia se desencadene contra un millonario en pantalones cortos, quizá sea consecuencia de verlo en pantalones cortos. El dinero actúa como disolvente cromático hasta el punto de que la distancia entre un blanco rico y un blanco pobre es mucho mayor que la que va de un blanco rico a un negro rico.
Parece mentira, sí, pero a estas alturas del milenio, todavía hay gente que se indigna porque haya unos cuantos futbolistas negros nacidos en España jugando con la selección. El negro oficial de Vox, Bertrand Ndongo, quien hace cuatro años aseguraba que no hay racismo en el fútbol, dice que los jugadores negros deben dedicarse exclusivamente a jugar al fútbol y dejar de tocar las pelotas con el asunto éste del racismo. Franco estaría muy de acuerdo.
*Escritor, novelista, guionista y columnista español. Publicado en Público.es
Casos que no deben ser olvidados
El diario As recuerda algunos de los incidentes racistas más mediáticos del fútbol español. De Vinicius a Wilfred, pasando por Marcelo, Umtiti, Kameni, Ronaldo, Dani Alves o Eto’o, entre otros.
Vinicius Jr. (Real Madrid)
El 21 de mayo de 2023 Vinicius dijo basta. El delantero, víctima además de 10 incidentes racistas, registrados por LaLiga, desde 2021, identificó a un aficionado de Mestalla, que le profirió insultos y gestos racistas, y se encaró con él. El brasileño señaló a un integrante de uno de los fondos de Mestalla, parando el partido durante casi nueve minutos.
Luego fue insultado por gran parte del estadio. La megafonía del estadio tuvo que reprender al público dos veces: una por lanzamiento de objetos junto a la banda y otra, por estos insultos; De Burgos trasladó al delegado de campo del Valencia que el partido no se reanudaría hasta que terminasen dichos cánticos ofensivos. LaLiga y el Valencia identificaron a dos aficionados ches que llamaron “mono” al jugador del Real Madrid.
Mouctar Diakhaby (Valencia)
Ocurrió 4 de abril de 2021, durante un Cádiz-Valencia, un partido que arrancó como cualquiera y terminó poniendo el foco en un problema crónico de nuestra sociedad: el racismo. El asunto estalló tras una discusión entre Cala y Diakhaby surgida en una jugada en el área del Cádiz. Pero, ¿Qué pasó después? Se produjo un supuesto insulto racista (“negro de mierda”, según asegura el propio Diakhaby) por parte del futbolista cadista hacia el central francés.
Este hecho provocó que todos los jugadores del equipo visitante abandonaran el campo instantes después, pero la decisión no fue en firme. Pasados unos minutos de incertidumbre, regresaron al césped todos los jugadores excepto Diakhaby. La supuesta víctima de racismo se quedó en el vestuario y acabó el partido en la grada, muy afectado por todo lo sucedido. Según informaron más tarde los futbolistas del Valencia, fue el defensa che el que pidió a sus compañeros que volvieran al campo.
“Negro de mierda no es difícil de entender”, decía el propio Diakhaby en una entrevista exclusiva con AS después de que Cala dijera que había entendido mal sus palabras. “No sé si Cala es racista, pero sí que tiene que pagar por lo que me dijo”, añadió el francés, cuyo caso está siendo investigado.
Vinicius Tanque (Atlético Baleares)
Vinicius Tanque sufrió un bochornoso ataque durante un partido entre el Atlético de Madrid B y el Atlético Baleares el 31 de enero de 2021 en el Cerro del Espino. El delantero brasileño, cedido en el equipo balear por el Cartagena, tuvo que soportar gritos de “mono” y sonidos simiescos (“uh, uh, uh”) por parte de un sector de la grada.
El asunto fue denunciado por el Atlético Baleares, pero el colegiado del encuentro, Munarriz Mateos, no lo recogió en el acta, en la que sí que especificó que el partido se inició media hora más tarde por una incidencia del club balear en la carretera. Ante la ausencia de denuncia, el Comité de Integridad de la Federación Española está investigando de oficio el ataque.
Los insultos y sonidos racistas pudieron escucharse perfectamente en la retransmisión televisiva y comenzaron cuando los jugadores visitantes protestaron un penalti señalado en su contra. Tras estos comportamientos, el Atlético se puso en contacto con el Atlético Baleares para pedirle perdón por lo sucedido.
Mujaid Sadick (Deportivo)
No hay que irse mucho más atrás en el tiempo para encontrar otro caso de racismo en el fútbol español. El siguiente que vamos a citar en esta lista se remonta al pasado mes de noviembre, cuando el futbolista del Deportivo, Mujaid Sadick, recibió insultos xenófobos en el partido disputado ante el Guijuelo en el estadio Luis Ramos.”¡Échalo a la patera! ¡Tira para la patera!”, fueron los comentarios que se escucharon por parte de un aficionado desde la grada.
Todo ello en un partido en el que los dos capitanes del Depor, Celso Borges y Álex Bergantiños, lucieron un brazalete negro con la fecha 25N contra la violencia de género y el racismo. “En vísperas del 25N y cada día del año, en cualquier campo de fútbol y de la vida, la violencia de género y el racismo solo admiten una respuesta clara y contundente: NO”, publicó el club coruñés tras este lamentable episodio, que también fue condenado por el propio Guijuelo.
Iñaki Williams (Athletic)
Desafortunadamente, el delantero vizcaíno ha sido víctima de racismo en el fútbol hasta en dos ocasiones. La primera sucedió el 21 de agosto de 2016 durante un Sporting de Gijón-Athletic en El Molinón. Según el acta de aquel encuentro dirigido por el árbitro Clos Gómez, se emitieron sonidos “imitando la onomatopeya del mono” dirigidos a Iñaki Williams “desde uno de los fondos”. Esto obligó a parar el juego en el minuto 22, comunicando el incidente al delegado de campo del Sporting para que se tomasen medidas.
Después de que la entidad asturiana pidiera por megafonía del estadio el cese de los insultos “se reanudó el juego, no volviéndose a producir ningún otro incidente”, tal y como indica el colegiado. En dicha ocasión fue imposible detectar a los responsables por parte de LaLiga, desde la que sancionaron al Sporting de Gijón con el cierre parcial del sector de la grada de El Molinón desde el que se produjeron los cánticos racistas.
Casi cuatro años más tarde de este episodio en Asturias, Iñaki Williams se volvió a topar con el racismo. Esta vez en Cornellá y en enero de 2020. Ocurrió en el minuto 69 del partido entre el Espanyol y el Athletic y se repitió la misma situación que en El Molinón. “¡Uh, uh, uh!”, entonaron unos pocos aficionados blanquiazules para menospreciar al atacante español tras ser sustituido.
“Me voy un poco triste por el empate y sobre todo porque he sufrido insultos racistas. Es algo que ningún jugador de raza negra o de cualquier raza quiere escuchar. Está totalmente fuera de lugar. Todos somos personas, da igual la nacionalidad o el color de la piel”, denunció el propio Iñaki tras el encuentro. Sus palabras fueron escuchadas por LaLiga, que no había percibido los insultos durante el transcurso del partido y los detectó a través del visionado de las imágenes de televisión. El asunto llegó hasta los tribunales, desde donde se impuso a los tres autores detectados la primera querella de la Fiscalía por insultos en un campo de fútbol.
Andressa Alves (Barcelona)
El fútbol femenino español tampoco se ha librado de sufrir un incidente racista. Se trata del que tuvo lugar en febrero de 2019 durante un partido de la entonces llamada Liga Iberdrola entre el Rayo Vallecano y el Barça. Fue el entrenador azulgrana, Lluís Cortés, el que denunció un insulto racista hacia su jugadora brasileña, Andressa Alves, expulsada en el minuto 74, por parte de delantera rayista, Sheila García.
La manchega lo negó en un posterior mensaje a través de las redes sociales. ”Andressa es una jugadora extranjera que recibe un insulto racista durante el partido y eso es un tema muy grave que tenemos que erradicar entre todos”, expuso el técnico culé tras el encuentro.
El diario El País señala que “a pesar de la legislación vigente —la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte—, la situación sigue repitiéndose con escandalosa frecuencia sin que, más allá de los comunicados de condena de los clubes propietarios de los campos y de las declaraciones de solidaridad con de los agredidos, se produzca una mejora tangible en la situación.