¿Quién es quién en la crisis de Gobierno de Zimbabue?
Marta Rodriguez Martinez |
La tensión en Zimbabue empezó a escalar en la tarde de ayer (14 de noviembre), después de que varios tanques fueran vistos dirigiéndose a la capital, Harare. Mientras el Ejército niega el golpe de Estado, muchos auguran el final del mandato del presidente Robert Mugabe tras más de tres décadas en el poder.
¿Quiénes son los actores involucrados en la crisis de Zimbabue?
Robert Mugabe, presidente.
Es el único mandatario que ha conocido Zimbabue.
Ostenta el poder en el país africano desde su independencia de Reino Unido en 1980, primero como jefe de Gobierno y desde 1987 como jefe del Estado. Se trata de un hombre culto, que en los 11 años que pasó en prisión acumuló seis títulos universitarios y que consiguió establecer el mejor sistema de educación pública del continente africano.
Pero su longevo mandato está ensombrecido por haber alimentado los enfrentamientos raciales a raíz de la expropiación de las tierras de la minoría blanca en Zimbabue. Cierto es que el 1 por ciento de la población blanca acumulaba el 70 por ciento de las tierras del país, el problema fue que el modo en el que se gestionó el desalojo generó episodios de violencia y produjo una caída en la producción de alimentos. Mientras el país atravesaba una hambruna, Mugabe y su mujer se apropiaron de cinco de las fincas expropiadas y construyeron un palacio.
El despilfarro no es el único problema de imagen que tiene el mandatario africano. Mientras muchos países occidentales le consideran un dictador, en Zimbabue se le acusa de recurrir al fraude electoral y a la represión de los opositores para aferrarse al poder.
Con 93 años de edad, parece que se acerca el fin natural de su gobierno. No obstante, todavía era el candidato oficial para las elecciones presidenciales de 2018.
Grace Mugabe, primera dama
Los analistas dicen que es la culpable de corromper al presidente zimbabuense. Nacida en Sudáfrica y cuatro décadas más joven que Mugabe, Grace se convirtió en la segunda mujer del mandatario. Con su ostentoso matrimonio, llegaron el lujo, el derroche y los primeros signos de decadencia en el gobierno: caída del valor de la moneda, crisis económica y éxodo masivo de los ciudadanos.
La mujer de Mugabe ha estado involucrada en varios escándalos, el más reciente en Sudáfrica, donde una modelo la acusó de agresión.
Las ambiciones políticas de Grace se revelaron en 2014, cuando se convirtió en jefa de la liga de mujeres del partido gobernante y empezó a vislumbrar en el horizonte un futuro como sucesora de su marido. Antes de los acontecimientos del 14 de noviembre, su camino hacia el poder se había despejado cuando su principal rival, Emmerson Mnangagwa fue relevado de su cargo de vicepresidente.
Emmerson Mnangagwa, exvicepresidente de Zimbabue
Con una larga trayectoria en el gobierno de Mugabe que comienza en 1995, ha encadenado los cargos de ministro de Finanzas, portavoz de la Asamblea, ministro de Vivienda Rural y Equipamiento Social, ministro de Defensa, ministro de Justicia y finalmente vicepresidente.
Su escalada en el poder tenía como objetivo último la presidencia, pero el pasado 6 de noviembre Mugabe le retiró de la Vicepresidencia del país, justificando que Mnangagwa estaba mostrando “rasgos de deslealtad, falta de respeto, engaño y desconfianza”. No obstante, muchos interpretaron la decisión del mandatario como un paso estratégico para allanar el camino de su mujer a la presidencia.
Apodado “el cocodrilo” desde la época en la que participó en en las guerras de liberación del país, era considerado el candidato más probable para suceder a Mugabe si el presidente decidía dimitir o moría en el cargo. La lucha de poder entre Mnangagwa y Grace Mugabe provocó una escisión en el seno de la élite política, entre los más veteranos que apoyan al exvicepresidente y la nueva generación que ha unido fuerzas en torno a la primera dama, menos popular.
Desde el exilio, Mnangagwa advirtió a Mugabe que volvería e instó a todos los zimbabuenses a rebelarse contra el líder anciano.“Pronto controlaremos los resortes del poder en nuestro bello partido y país”, amenazó en un comunicado enviado hace una semana.
Constantine Chiwenga, jefe de las fuerzas armadas del país
Un día antes del despliegue militar, Chiwenga había anunciado “medidas correctivas” si continuaba la purga de veteranos en el partido del presidente, en referencia al cese del vicepresidente Mnangagwa. El paso al frente de las Fuerzas Armadas es visto en el país como un ataque directo a la facción del ZANU -PF alineada con la esposa del presidente, quien jugó un rol determinante en la salida de Mnangagwa, tras meses de ataques verbales.
Chiwenga estuvo al frente de la toma militar del Palacio Presidencial, las principales instituciones del país y la sede de televisión ayer 14 de noviembre.
¿Qué va a significar para Zimbabue?
Pablo Arconada, experto en África de la Universidad de Valladolid, dice que se trata de unas reyertas en las cúpulas militares, que no plantean un cambio radical en la estructura política del país. “No es una revolución popular, igual derrocan a Mugabe, pero el país no va a experimentar una mayor democratización”, señala.
Pone como precedente la revolución de Burkina Faso de 2014 en el que una revuelta popular terminó con la dimisión de Blaise Comparoré, presidente desde 1987 que buscaba perpetuarse en le poder. En este caso, el pueblo de Zimbabue no se ha levantado con los militares, indica.