¿Qué entiende el capitalismo por “democracia” y “prosperidad”? Lecciones de Colombia en 2013
PATRICIA RIVAS| El año que acaba de concluir ha sido reseñado en los medios corporativos como “el año de los esfuerzos de paz” por parte del Gobierno colombiano. Frente al uribismo cavernario, la administración Santos recibe loas y reconocimientos internacionales por los avances en la mesa de diálogo con las FARC en La Habana, y por cerrar el año con datos macroeconómicos favorables.Rebelión
Estos datos le permiten sacar pecho cuando habla de la “Prosperidad Democrática”, como una continuación de las políticas guerreristas de su antecesor pero enfocadas a defender los intereses de los sectores del capital que lo sostienen, no tan ligados al narcoparamilitarismo ganadero de los latifundios, sino a la explotación de los recursos naturales (con especial énfasis en la minería), la construcción, la industria y las finanzas.
Colombia cerró el último trimestre de 2013 con un crecimiento del 5,1%, lo que sitúa el ritmo de expansión del producto interno bruto a la cabeza de las economías que más crecen en América Latina. Los reportes de los medios corporativos colombianos no pudieron evitar la euforia:
Otra variable que tiene al gobierno de fiesta es el empleo. En octubre se alcanzó una tasa del 7,8 por ciento para el ámbito nacional, algo que no esperaban ni los más optimistas. Esta es la más baja desde que se hacen estadísticas mensuales sobre el mercado laboral. A escala urbana, es decir en las 13 principales ciudades, la tasa está en el 8,7 por ciento, la más baja desde 1995.
(…) Por su parte, el flujo de inversión Extranjera Directa (IED) ascendió al 30 de noviembre a 15.171 millones de dólares, de los cuales poco más de 12.000 millones fueron al sector de minería y petróleo.
(…) El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, saca pecho con estas cifras y afirma que Colombia no es solo cabeza de grupo en el Mundial de Fútbol de Brasil, sino en materia económica. “Suena exagerado decirlo, pero somos el país que más crece, más empleo genera, más atrae inversión y con la menor inflación”, afirma. [1]
Como colofón a este fin de año triunfalista, la prensa oficiosa reproducía a bombo y platillo la siguiente noticia:Colombia se ubicó en el primer puesto como el país más feliz del mundo, según el Barómetro Global de Felicidad y Esperanza 2014. [2]
No se publicó, claro, la ficha técnica de la encuesta, que hubiera permitido saber si gozaba de una mínima fiabilidad. Esta “noticia”, con variantes, se viene machacando en los últimos años, a modo de mantra, entre propagandístico y coercitivo. Con todo, es importante el dato: de 1000 entrevistados, solamente un 2% declaró no sentirse feliz en Colombia.
Crece la economía, y los pobres también
Es algo sumamente llamativo en un país en el que las cifras oficiales proporcionadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), nada sospechoso de ser poco proclive al Gobierno, hablan, pese a todos los maquillajes y la cantidad de personas que quedan por fuera de las estadísticas oficiales, de un 32% de pobreza (que es del 46% si se sacan las cabeceras departamentales) y de un 10% de pobreza extrema (que al margen de las grandes ciudades es de un 21%). En suma, estamos hablando de 15 millones de pobres y 5 millones de indigentes oficiales. [3]
Definitivamente, “una chimba”. No es una lección menor para los países del Sur de Europa, que llevan un lustro de ajuste neoliberal con un altísimo impacto social y deterioro de las condiciones de vida y de trabajo. La economía puede crecer, e incluso puede crecer aceleradamente, y eso no significa que la desigualdad social y el sufrimiento humano disminuyan. La “democracia” capitalista, del que Colombia es un ejemplo rampante, puede convivir perfectamente con un tercio de la sociedad desechada, inservible para el mercado, y aún así registrar niveles óptimos de satisfacción cuando se toma la temperatura de eso que llaman “el clima de opinión”.
Para sostener este “embrujo” [4] ayuda que exista, como es el caso en Colombia, un total control de los medios de comunicación, que se pueden dividir en oficiales y oficiosos, pero en los que solamente cabe una versión de los conflictos sociales: la del Gobierno. De hecho, los medios de comunicación corporativos y oficiales son indispensables para lograr la estigmatización y criminalización necesaria a las posteriores medidas de retaliación contra quienes se atreven a manifestar su descontento: el castigo llega por vía administrativa, judicial o directamente en forma de agresión física por las fuerzas estatales o paraestatales. Los medios de comunicación señalan y el sicariato, uniformado o no, dispara, detiene, desaparece.
Estado policial y gasto militar
La criminalización de la protesta social en los países del Sur de Europa ha ensayado sus primeras escaramuzas, pero está en pañales y tiene mucho que aprender del acabado estilo colombiano.
Tomemos como ejemplo el incremento en gasto policial y en material antidisturbios de gobiernos como el de España, que acaba de gastar medio millón de euros del exiguo presupuesto público para adquirir una ballena antidisturbios lanzadora de agua a presión igualita a la que los españoles estábamos acostumbrados a observar en las imágenes televisivas de la represión en Chile [5]. Puede parecer anecdótico, pero no lo es: el gasto en material antidisturbios en el reino de España ha aumentado un 1780% en el último año, y se calcula que se habrá disparado de 760 mil euros en 2012 a 10 millones en 2016 [6]… Pero este Estado policial, que se une a la llamada “Ley de Seguridad Ciudadana” es un juego de niños frente al 18% de gasto militar directo del presupuesto colombiano. [7]
Este año, “el año de los esfuerzos de paz del gobierno con talante democrático de Santos”, las Fuerzas Armas de Colombia recibirán 70 vehículos blindados, cuatro buques y modernizarán toda la flota de helicópteros Arpía con equipamiento comprado a Reino Unido y Canadá. [8]
La friolera de 14.426 millones de dólares fueron aprobados directamente por el Legislativo colombiano para gastos militares, mil seiscientos millones más que en 2012. Esto se une a un aumento constante del pie de fuerza. Solamente en el último año, el Gobierno de Santos ha anunciado un incremento de 15 mil policías:
“Lo primero que hice cuando asumí la Presidencia: vamos a aumentar otros 20 mil. Ya incorporamos 10 mil, vamos a incorporar otros 10 mil de aquí a marzo del año entrante y he tomado la decisión de agregarle otros 5 mil, o sea, que vamos a incorporar, no 10 mil, sino 15 mil policías de aquí a marzo”, señaló el Jefe de Estado. [9]
El primer período de Uribe culminó con 394.090 miembros de las FFAA. 210.794 en el Ejército, 26.460 en la Armada, 9.530 en la FAC y 97.382 en la Policía. Es decir, en versión oficial, las FFAA crecieron cerca de 100 mil unidades entre 2002 y 2006. En 2010, cumplida la segunda administración de Uribe, éste le entregó a Santos 436.538, de los cuales 96.734 eran soldados regulares más bachilleres, 20.645 campesinos y 85.911 profesionales. [10]
En la administración Santos, al mes de abril de 2013, se reportan 446.919 miembros de las FFAA, de los cuales 278.227 corresponden a las FFMM y 168.692 a la Policía. [11] El presupuesto de defensa de 2013 fue de 27 billones y se tienen separados 10.5 billones para crecer a 465.976 miembros de la Fuerza Pública: Fuerzas Militares, 291.988 y Policía Nacional, 173.988.
“Ningún ejército defiende la paz”
No hay que ser muy sagaz para concluir que Colombia, uno de los países más militarizados del subcontinente, con un pie de fuerza que roza el medio millón de uniformados (al que hay que agregar los soldados, agentes, mercenarios y contratistas estadounidenses) no se está preparando para la paz.
¿Para qué sirve ese pie de fuerza en un escenario de “postconflicto”? Este 2013 ha sido bastante elocuente. Baste recordar una entre muchas noticias que podríamos extraer de las hemerotecas de los medios alternativos en este 2013 que deja una estela de represión mortífera contra todos los movimientos que desde el pueblo colombiano se han levantado para exigir dignidad y derechos básicos:
Desde el 11 de junio los campesinos del Catatumbo, zona paramilitarizada en la frontera con Venezuela, sobrevivientes del terrorismo de Estado que desangró la zona entre 1999 y 2005, protagonizaron un levantamiento civil en los municipios de Ocaña y Tibú, en demanda de peticiones básicas al Gobierno: el establecimiento de una Zona de Reserva Campesina, para la que han hecho todos los trámites y a la que se opone el veto del Ministerio de Defensa; que se detuviera la erradicación forzada de coca; aprobación y financiamiento del Proyecto de Desarrollo Sostenible para viabilizar alternativas al cultivo de coca; fondos de emergencia para enfrentar la crisis alimentaria por la falta de alternativas y de siembra de cultivos de pan coger; freno a las concesiones mineras en el territorio; y desmilitarización de la región [12].
El presidente Juan Manuel Santos acusó a los campesinos de estar infiltrados por las FARC [13], y esto es lo que ocurrió al día siguiente: la Masacre en el Catatumbo, cuatro muertos y varios heridos a mano del ejército y la policía (ver video. <iframe width=”560″ height=”315″ src=”//www.youtube.com/embed/MbYEcufOPJk” frameborder=”0″ allowfullscreen></iframe>).
Estas imágenes no dieron la vuelta al mundo en los informativos de los grandes medios. Fueron recogidas por la Agencia Prensa Rural que, junto con TeleSUR, realizaron una cobertura valiente y sin censura de lo que estaba aconteciendo en el Catatumbo. [14]
El joven campesino a quien vemos morir es Leonel Jácome Ortiz, de 22 años. Incrédulo, comprende que le han alcanzado y se desploma. No he podido olvidar su imagen, tendido en los brazos de un compañero, ni la voz desgarrada del otro que con palabras vuelve real lo que está aconteciendo ante nuestros ojos estupefactos: “mataron a ese marica” [colombianismo, viene a significar “desgraciado” en este caso].
Así es Colombia: aparentemente nada grave pasa, aparentemente hay democracia. Hasta que emerge la voz de la realidad silenciada: “mataron, encarcelaron, torturaron, desaparecieron, desplazaron, hambrearon a tantos miles de colombianos”. Es la imagen del genocidio capitalista más perfecto: tiene silenciador y anestesia.
Una explosión de dignidad
Pero este balance estaría muy chueco si no consignáramos que después del paro campesino del Catatumbo, que resistió durante 53 días la represión criminal, que se cobró 4 vidas, dejó más de medio centenar de heridos y una estela de tortura y destrucción material en los hogares de los campesinos, el Gobierno de Santos tuvo que ceder y aceptar una mesa de diálogo. Pues bien, apenas dos semanas después, el 19 de agosto de 2013, iniciaba en todo el país un Paro Nacional Agrario y Popular. Los campesinos colombianos salieron a bloquear las principales vias terrestres para exigir la retirada de los Tratados de Libre Comercio y de las políticas neoliberales que están esquilmando la economía campesina.
El presidente Santos comenzó afirmando que “el tal paro” no existía, y el 30 de agosto desplegó 50.000 soldados para reforzar a la Policía en las tareas de represión. Se emplearon a fondo: 12 campesinos fueron asesinados con arma de fuego, hubo 485 heridos (21 de bala), 4 desaparecidos y 262 detenciones arbitrarias. El dirigente agrario y sindical Húber Ballesteros, del Comité Ejecutivo Nacional de la CUT y de la Junta Patriótica de Marcha Patriótica, fue detenido en Bogotá, mientras ejercía como vocero del Paro Nacional Agrario, acusado de “rebelión y financiación a grupos terroristas”.
El 9 de septiembre el Gobierno de Santos tuvo que ceder y aceptar una mesa de diálogo con la Mesa Nacional Agropecuaria de Interlocución y Acuerdo (MIA).
Por supuesto, el Gobierno no ha cumplido. Las organizaciones campesinas están convocando a una Cumbre Agraria en Bogotá del 20 al 24 de febrero, para valorar si se ha avanzado en las mesas de diálogo y tomar las acciones oportunas para impulsar sus demandas.
Preparémonos. Se vienen más lecciones. Colombia revela con mayor contundencia que ningún otro territorio, la naturaleza genocida del capitalismo y la fuerza imparable que tiene la dignidad humana frente a su máquina de muerte. Al campesinado colombiano lo han masacrado, lo han picado en pedacitos, lo han desaparecido por miles en hornos crematorios, lo han desplazado por millones de sus fincas, lo han exterminado desde el vientre en que se gestaba. Siempre bajo la acusación de “terrorista”.
Esa estrategia de terror no se ha detenido. Por el contrario, se refuerza y se rearma en medio de buenas palabras y anunciadas mesas de diálogo. Pero fracasa cada vez que un hombre o una mujer se yerguen para defender la vida, oponiendo lo que tienen, sus cuerpos y su humanidad, sus voces y su capacidad de sembrar, de cuidar, de amar y de reproducir la vida.
¿Y nosotros? ¿Seremos capaces de desafiar el destino de víctimas que nos tiene preparado la Troika y el FMI? ¿Seremos capaces de levantarnos y ser hombres, en lugar de víctimas? El pueblo colombiano nos ha dado alguna pista.
NOTAS:
[1] http://www.semana.com/economia/articulo/balance-de-la-economia-colombiana-en-2013/369104-3
[2] http://www.eltiempo.com/colombia/otraszonas/colombia-es-el-pais-mas-feliz-del-mundo-en-el-2013_13331815-4
[3] http://www.elespectador.com/noticias/economia/colombia-tiene-146-millones-de-pobres-y-45-millones-ind-articulo-450022
[4] Ver los informes El Embrujo Autoritario (2003) y Reelección: El Embrujo Continúa (2004), editados por la Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.
[5] http://www.elmundo.es/espana/2013/12/16/52af3fb822601d47268b4587.html
[6] http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/30/economia/1351613307.html
[7] El gasto militar representa más del 18% del gasto total del Gobierno. http://datos.bancomundial.org/indicador/MS.MIL.XPND.GD.ZS/countries
[8] http://www.portafolio.co/economia/colombia-adquiere-equipos-seguridad-y-armamento
[9] Declaraciones de Juan Manuel Santos en junio de 2013. http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2013/Junio/Paginas/20130621_03-Presidente-Santos-anuncia-mas-pie-de-fuerza-para-fortalecer-seguridad-ciudadana.aspx
[10] Ver: Ministerio de defensa. Logros de la Política Integral de Defensa y Seguridad para la Prosperidad. Noviembre 2010.
[11] Ver: Logros de la Política Integral de Seguridad y Defensa para la Prosperidad. Mayo de 2013.
[12] Ver “Catatumbo”, por José Antonio Gutiérrez D. (Rebelión, 28 de junio de 2013) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170381
[13] “Farc demuestran que tienen infiltradas marchas en el Catatumbo: Presidente Santos” http://www.cmi.com.co/?n=109162
[14] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170253&titular=masacre-en-oca%F1a:-otros-dos-asesinados-por-el-ej%E9rcito-en-el-catatumbo-