Proyecto argentino para una agencia de medicamentos públicos, ¿aplicable a la región?

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CLAUDIO DELLA CROCE|Diputados oficialistas argentinos presentaron un proyecto para la creación de una Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Anlap) de Medicamentos, con el fin es alcanzar la soberanía en materia de salud, en medio de la puja por los precios impuesta por las trasnacionales farmacéuticas. Un proyecto que bien puede servir para la integración productiva regional en torno a un sector muy sensible y clave para nuestras sociedades.

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Esta ley para hacer frente a los otros monopolios busca aunar a los casi 40 laboratorios públicos del país – que dependen de gobiernos provinciales y universidades nacionales- con el fin de contrarrestar las conductas monopólicas de los grandes laboratorios privados, en su gran mayoría trasnacionales.

“Hacer tus propios medicamentos es promover el desarrollo nacional y adquirir soberanía”, aseguró la diputada Carolina Gaillard, quien presentó el proyecto. La premisa del texto que ingresó la semana pasada al Congreso, es que el Estado “diseñe la política de producción, investigación y desarrollo” de fármacos para evitar ser rehenes de las conductas monopólicas de los grandes laboratorios privados extranjeros, y al mismo tiempo promover la generación de mayor valor agregado al trabajo científico nacional.

“Reconociendo la salud como un derecho humano, la producción de medicamentos no puede dejarse exclusivamente en manos de privados, cuyo fin es la rentabilidad”, explica Gaillard, quien sin embargo advierte que el proyecto “no va en desmedro de los laboratorios privados, especialmente de los pequeños y medianos, que generan puestos de trabajo y desarrollo científico al país”, sino que plantea “darle un rol rector al Estado” para establecer políticas y articular la labor de todos los laboratorios públicos.

Los efectos, como la producción local de precursores o la creación de nuevas patentes nacionales, “van a terminar beneficiando a todos”, agrega la diputada.

La creación de una Agencia Nacional permitirá centralizar la compra de activos de los laboratorios que dependen del Estado “para que el sistema público gane mayor competitividad en el mercado”, lo que permitiría formar precios de referencia, que hoy están en manos de los grandes laboratorios, y producir medicamentos “huérfanos”, como se conoce a aquellos que no generan rentabilidad comercial por tratar enfermedades que afectan a cantidades muy reducidas de pacientes (menos de 5 cada 10 mil personas, según las regulaciones internacionales).

También permitirá avanzar en el control de estándares de calidad de los medicamentos que se importan tanto como los que se producen en el país.

La iniciativa aparece como la continuación de otros avances que se introdujeron en los últimos años en materia de salud y producción de fármacos. Por un lado, la ley de prescripción de medicamentos por su nombre genérico, o ley de genéricos a secas, sancionada en 2002, y la ley 26.688, que declara “de interés nacional la investigación y producción pública de medicamentos, materias primas para la producción de medicamentos, vacunas y productos médicos”. genericos laboratorio de rio negro

Esa norma, que nunca fue reglamentada, establecía que la autoridad de aplicación era el Ministerio de Salud. El nuevo proyecto plantea, en cambio, la creación de la Anlap como un órgano “que goza de autarquía y autonomía para actuar”, y cuenta con un presupuesto propio, de forma tal que pueda tomar un rol rector en el diseño, la implementación y coordinación de toda la política de producción pública de medicamentos, algo en que la ley 26.688 quedó a mitad de camino.

El lobby de la industria de los laboratorios, para que no se desarrolle el sistema público y poder seguir poniendo los precios que quieren, es muy fuerte, pero la iniciativa llega con el apoyo de la multisectorial para la producción pública de medicamentos; reconocidos profesionales como el titular de la cátedra libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA, Claudio Capuano; y Martín Isturiz, investigador principal del Conicet y la Redlab, que nuclea desde 2007 a los laboratorios públicos y es el germen del proyecto de la Anlap.

Preocupación desde la economía social

Desde el sector de la economía social (pymes nacionales de capital interno) , y ante la situación generada por la “injustificada, perversa y desmesurada alza de los precios de medicamentos que golpea los bolsillos del pueblo y los gastos públicos”, se propuso poner en marcha una Unión Transitoria de Empresas de Laboratorios Públicos Productores de Medicamentos Genéricos, nacionales, provinciales y municipales.

Esta unión debiera establecer una producción coordinada y un sistema de monitoreo de precios de alrededor de 200 medicamentos genéricos básicos, los de gran consumo, que brinde apoyo irrestricto para que los laboratorios públicos puedan abastecer y ser reguladores de precios y calidad, dado que el persistente y reiterado problema creado por la diversificación y los altos precios de los medicamentos han generado difíciles situaciones a los sectores más desposeídos y la confusión sobre la calidad de los mismos en la población.

El diagnóstico señala que se ha generado una concentración, tanto a nivel mundial como al nacional desde el ámbito privado que domina el mercado, con una dependencia sumamente peligrosa para la soberanía nacional y señala que se cuenta con la existencia de 39 laboratorios públicos nacionales de producción de medicamentos, muchos de los cuales están demostrando permanentemente su buen nivel técnico y que abastecen numerosos medicamentos a precios considerablemente más bajos de los existentes en el mercado,

genericosYa en varias oportunidades, desde el sector público y privado argentinos se intentó fortalecer la red de laboratorios públicos para desarrollar programas de inversiones y realizar desarrollos conjuntos, articular las acciones con los Centros Universitarios y crear unidades multisectoriales de apoyo a los laboratorios con una central de precios de referencia. Asimismo, hay cartas de intención y/o manifestación de interés firmados en casi todos los países sudamericanos que permiten vislumbrar un accionar conjunto de mucho interés.

Integración productiva: Mercosur y Unasur

En los últimos años, en lo organismos de integración ha exisitido una enorme contraposición entre los discursivo y lo real. Se ha hablado permanentemente de la necesidad de unidad y que la integración regional es clave, pero en realidad los avances concretos han sido muy limitados, sobre todo por la falta de decisión política en el marco de Mercosur y también de Unasur.

Durante el último año, señalan desde el sector de la economía social argentino, se intentó adelantar un acuerdo sobre medicamentos genéricos, con reuniones en Montevideo y Buenos en el Foro Empresarial y con la presidencia pro tempore de Mercosur, pero…

Las gestiones de la Asociación Latinoamericana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Alampyme) para que Mercosur fuera el marco propicio para impulsar la integración productiva en un sector muy sensible y clave para nuestras sociedades como es de los medicamentos genéricos, fue muy activa en esos intentos, pero las respuestas oficiales se hacen esperar.

Alampyme propuso en julio de 2013 a los presidentes del Mercosur un programa para impulsar y apoyar el desarrollo de un programa de integración regional productiva para la fabricación de medicamentos, con el fin “de promover y fortalecer las producciones nacionales de medicamentos identificados como útiles, eficientes y convenientes”.

“Entendemos que la producción de medicamentos a precios más bajos, asiente la cooperación y complementación intrarregionales, sustituya importaciones extrarregional y alcance resultados sensibles para satisfacer un derecho humano fundamental, el de la salud. El enorme déficit de la balanza comercial que genera la importación de medicamentos es una transferencia de renta que podría ser aplicada en investigación e innovación tecnológica”, señalaba la misiva.

Los empresarios de la economía social indicaban que para ello se hace necesario identificar los medicamentos que se hace necesario producir, identificar el consumo de ellos en cada país, cuántos de ellos son importados desde fuera de la región, hacer un inventario de la producción de medicamentos en cada uno de nuestros países, además de un análisis de costos.

A partir de esta información sería posible definir las posibilidades de comercio, intercambio y compensación dentro del Mercosur, creación y/o integración de empresas interzonales en condiciones de producción, proceso de sustitución de importaciones, desarrollo de laboratorios con capacidad de monitoreo de costos, calidad, y capacidad de producción en cada país, favoreciendo la complementación e integración productiva, y la elaboración de programas de investigación y desarrollo (I+D) acordes con las necesidades concretas del proyecto, con la participación activa de universidades y centros de investigación públicos.

Pareciera que una de las claves para romper este nudo entre dichos y hechos, sería avanzar en una integración productiva que fuera más allá que la que asientan las multinacionales globalizadas (por ejemplo, las industrias automotriz y petroquímica tienen una esquema de organización y producción para el Mercosur).

Sin dudas, si se avanzara aunque sea parcialmente en la integración y en una industria tan clave como la de medicamentos, podría ser una demostración extraordinaria de la necesidad, viabilidad y utilidad de la complementación armónica de sectores productivos.

Hay también un aspecto relacionado con la política regional en la iniciativa de los diputados oficialistas argentinos: a través del Laboratorio Farmacéutico Conjunto de las Fuerzas Armadas, que funciona bajo el paraguas del Ministerio de Defensa, se está trabajando en la articulación en esta materia dentro del ámbito de Unasur.

Allí se busca fomentar los lazos de cooperación científica para trabajar en avances conjuntos, aprender de experiencias como la de Brasil, que ha logrado a través de la producción pública bajar los precios de los medicamentos, y abrir nuevos mercados para los fármacos que se producen en los laboratorios nacionales.