Protestas egipcias no pasan el velo de los medios

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ADAN MORROW Y KHALED MOUSSA | Conforme se agrava la crisis política en Egipto, partidarios del derrocado presidente Mohammad Morsi acusan a los medios de comunicación locales, tanto estatales como privados, de ignorar las protestas y ocultar masivos abusos a los derechos humanos.

 

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Foto: Hisham Allam/IPS

“La televisión egipcia está tratando desesperadamente de encubrir el asesinato de cientos de manifestantes desarmados en la Plaza Rabaa al-Adawiya, en El Cairo”, dijo Qutb al Arabi, dirigente de la Hermandad Musulmana.

“Incluso está tratando de presentar a los manifestantes como ‘terroristas’”, dijo a IPS.

El miércoles 14, las fuerzas de seguridad dispersaron violentamente, con fuego real y gases lacrimógenos, dos sentadas de protesta en El Cairo que ya entraban en su sexta semana, exigiendo la devolución de la Presidencia a Morsi.

El jueves 15, el Ministerio de Salud informó que 288 personas murieron en la represión lanzada en la Plaza Rabaa al-Adawiya, donde se realizaba la más grande de las dos sentadas a favor de Morsi.

Sin embargo, la Alianza Nacional para la Defensa de la Legitimidad, partidaria de Morsi, señaló que el número de víctimas fatales en realidad supera los 1.000.

En este momento parece imposible verificar cuál es la cifra correcta.

Al menos cuatro periodistas, incluyendo a un camarógrafo de British Sky News, murieron en los hechos de violencia.

La represión desató a su vez enfrentamientos en todo el país entre partidarios de Morsi y efectivos de seguridad, estos últimos muchas veces vestidos de civil. Varias comisarías de todo el país fueron objeto de saqueos e incendios.

Mientras, la prensa estatal y la mayoría de los medios privados celebraron la operación de seguridad contra los “terroristas”, que “amenazaban la seguridad nacional”.

La televisión egipcia mostró armas que supuestamente habrían sido incautadas en los sitios de protesta.

“Los medios locales han intentado constantemente presentar a los manifestantes pacíficos como violentos terroristas, sin dar pruebas creíbles de ello”, dijo Al Arabi.

Las armas supuestamente halladas en los sitios de protesta son parte de un montaje de las fuerzas de seguridad con la complicidad de los medios, sostuvo.

Desde que Morsi fue expulsado del gobierno por los militares el 3 de este mes, se iniciaron manifestaciones no violentas en todo Egipto. Los medios han intentado minimizar o ignorar por completo estas protestas.

“Grandes números de egipcios están en las calles de todo el país demandando la restauración de la legitimidad democrática y condenando la masacre del miércoles”, indicó Al Arabi.

“Pero es imposible evaluar el número exacto, ya que las movilizaciones a favor de Morsi, especialmente las que se realizan fuera de El Cairo, no reciben ningún tipo de cobertura periodística”, añadió.

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Hasan Ali, profesor de medios de comunicación en la Universidad de El Cairo, coincidió con Al Arabi.

“Los medios egipcios ignoran las manifestaciones y las marchas, sin importar su tamaño, y se concentran exclusivamente en las actividades en contra de Morsi”, dijo a IPS.

El periodismo en Egipto “perdió todo asomo de objetividad o profesionalismo”, agregó.

En tanto, Mahmoud Sallem, ingeniero de 30 años de edad y que participó de protestas a favor de Morsi, dijo a IPS. “La televisión egipcia está ignorando por completo nuestras manifestaciones con la esperanza de convencer al público de que no hay oposición popular al golpe militar”.

El 5 de este mes, las nuevas autoridades egipcias prohibieron la entrada al país de la yemení Tawakul Kerman, premio Nobel de la Paz. Al día siguiente, la periodista y activista declaró: “Solo los que apoyan el golpe militar en Egipto tienen voz en los medios”.

Según Al Arabi, también miembro del Consejo Supremo de Periodismo (responsable de la administración de la prensa estatal), dijo que la censura a los partidarios de Morsi es parte de una gran campaña en contra de los islamistas.

“Después del golpe, la prensa estatal dejó de inmediato de publicar todo lo que fuera de escritores islamistas, mientras que los canales de televisión estatales, y la mayoría de los privados, dejaron de invitar a comentaristas musulmanes”, indicó.

Luego de la expulsión de Morsi, las autoridades cerraron de inmediato los canales de televisión islamistas, acusándolos de “incitar a la violencia”. Las fuerzas de seguridad también ingresaron a las oficinas de la cadena árabe Al Jazeera en El Cairo.

En cambio, permanecieron intocados canales privados conocidos por su línea antiislámica. Estas estaciones de televisión, que tienen su sede en la Media Production City, en los suburbios de El Cairo, son propiedad en su mayoría de empresarios que estuvieron vinculados al régimen de Hosni Mubarak (1981-2011).

“Esos canales, especialmente ONtv y CBC, son propiedad de las mismas fuerzas que lideraron la campaña difamatoria contra el presidente Morsi antes de su expulsión”, denunció Al Arabi.

“También jugaron un papel central en movilizar al público para las manifestaciones del 30 de junio contra Morsi, que precedieron al golpe”, añadió.

A comienzos de este mes, decenas de partidarios del presidente derrocado fueron arrestados cuando intentaban realizar una sentada frente a la Media Production City exigiendo una “purga” en los medios.

Mientras, los pocos canales de televisión no egipcios que cubren las manifestaciones a favor de Morsi fueron objeto de frecuentes acosos e interferencias.

El martes 13, el canal de televisión Al Quds, con sede central en Gaza, informó que las fuerzas de seguridad egipcias hicieron una redada en su oficina de El Cairo y detuvieron a uno de sus empleados.

Al Quds es administrado por el grupo palestino Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), vinculado con la Hermandad Musulmana.

El año pasado, Morsi, el candidato de la Hermandad, se convirtió en el primer presidente egipcio elegido en forma libre. El 3 de julio de este año, fue derrocado por las poderosas fuerzas armadas, luego de se realizaran masivas protestas contra su gobierno en la capitalina plaza Tahrir.

Sus detractores señalan que su derrocamiento es una “segunda revolución” que sigue la misma línea del levantamiento de enero de 2011, que terminó con el régimen de Mubarak.

Pero los partidarios de Morsi consideran que se trata claramente de un golpe militar contra un presidente electo, una “contrarrevolución” llevada a cabo por el “Estado profundo” de Mubarak.

Además de Al Quds, el gobierno también sacó del aire a otros pocos canales que cubrían las manifestaciones a favor de Morsi, como Al Jazeera, Al Yarmouk, con sede en Jordania, y Al Hiwar, con sede en Gran Bretaña.

A pesar de que el gobierno declaró estado de emergencia, la Alianza Nacional para la Defensa de la Legitimidad llamó a más protestas este viernes 16.

Los manifestantes exigen, además de que Morsi vuelva al poder, la restauración de la Constitución, suspendida por los militares, y del Consejo Shura (cámara alta del parlamento, así como el juicio a los responsables de la muerte de civiles.