Por una Convención Internacional contra la impunidad y más seguridad para un periodismo independiente

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Sergio Ferrari|

Cada día más, asegurar la información se convierte en una actividad de alto riesgo en numerosas regiones del planeta. Un derecho humano esencial amenazado sistemáticamente. Desde 1990, más de 2.469 profesionales de la información perdieron la vida en el ejercicio de su trabajo. Entre ella-os, 600 en el curso de los últimos seis años. Con el agravante que la impunidad reina.

Nueve de cada diez de esos casos nunca fueron dilucidados. Centenas de periodistas están presa-os y mucha-os de ella-os sufren condiciones inhumanas de detención. Ese es el panorama que describe la Federación Internacional de Periodistas (FIP), que congrega 600 mil profesionales de los medios, afiliados a 187 sindicatos y asociaciones, de más de 140 países. Además, subraya la principal organización internacional del sector, los ciber ataques, la piratería informativa, el acoso en línea -en particular contra las mujeres periodistas-, aumentan la crisis de seguridad en el ejercicio de la información.

Una cada vez más compleja realidad mundial que lleva a la FIP a presentar el martes 19 de marzo en las Naciones Unidas de Ginebra, una proposición de Convención Internacional sobre la Seguridad y la Independencia de los Periodistas y otros Profesionales de la Información (https://www.ifj.org/es.html). Entrevista exclusiva con Anthony Bellanger, periodista, historiador y sindicalista, Secretario General de la FIP con sede en Bruselas, Bélgica.

– De las estadísticas recogidas y el análisis global que hace la FIP se puede deducir que las condiciones en cuanto al ejercicio de la profesión se degradan sistemáticamente…

– En efecto, se hace más difícil con el correr del tiempo. Mucha-os colegas han sido asesinada-os (97 casos solo en 2018); cada día más son acosada-os, amenazada-os o detenida-os. Actualmente, más de 400 periodistas padecen prisión en el mundo entero, entre ella-os 160 en Turquía.

La FIP, en tanto federación profesional representativa más grande e importante del sector a nivel mundial, es, por otra parte – comparándola, por ejemplo, con ONG que se ocupan del tema- la única que tiene esta visión global y que puede llevar adelante este proyecto de Convención Internacional ante las Naciones Unidas. Hemos recorrido ya un largo camino desde que hicimos el lanzamiento público de la Convención en Túnez, a fines del 2017 y su presentación, en octubre del 2018, en Nueva York, ante la ONU.

Debo subrayar que todas las federaciones mundiales representativas de los editores y de los propietarios de medios de comunicación han dado su apoyo a esta propuesta que, en su redacción, es la obra de la investigadora británica Carmen Draghici, especialista en derecho internacional y amiga de la FIP.

Derecho internacional insuficiente

-¿Esta propuesta indica, implícitamente, que el Derecho Internacional presenta vacíos en la materia?

– Debemos aclarar que la Convención no busca entrar en competencia con el Plan de Acción de Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad (PANU). Pero pensamos que es necesario hacer todavía más y promover medidas complementarias. El supuesto en el que se basa el PANU es que el derecho internacional cuenta ya con garantías apropiadas y suficientes para la-os periodistas y que los esfuerzos deben concentrarse en la ejecución. Sin embargo, subsisten importantes debilidades en el régimen jurídico internacional actual y la FIP busca, entonces, promover esta Convención en tanto instrumento específico para asegurar una aplicación más eficaz del mismo. En el marco jurídico internacional actual no existen normas obligatorias que establezcan garantías específicamente para los trabajadores de los medios de información.

En principio, la-os periodistas que trabajan en zonas de conflicto benefician de las mismas protecciones que confiere el derecho internacional humanitario a los civiles. Sin embargo, este conjunto de leyes no reconoce que nuestra-os colegas se confrontan a riesgos mayores, si se comparara con la población civil. Existe un objetivo y una ventaja estratégica de apuntar contra la-os profesionales de la información en zonas de conflicto. Frank La Rue, antiguo Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Libertad de Expresión, lo describió como “la preocupación de los beligerantes por ganar la guerra de imágenes”. Aquellos que desean impedir la difusión de información atacan deliberadamente a la-os periodistas. Por otra parte, la proximidad necesaria de esta-os con todo conflicto, la-os convierte en objetivos particularmente vulnerables: a diferencia de otros civiles, la-os periodistas no evitan las zonas de conflicto. Según Robin Geiss, ex consejero jurídico de la Cruz Roja, “en lugar de huir el combate, los periodistas lo buscan”.

De Ginebra, de nuevo a Nueva York

-Luego de presentar la propuesta de Convención en el marco del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el 19 de marzo, ¿cuáles serán los próximos pasos?

– Luego de Ginebra, la FIP estará presente con una importante delegación en la próxima sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre del 2019. Con un doble objetivo: asegurar que el Grupo de Amigos de la Convención de la FIP – que vamos a constituir durante esta visita a Ginebra- asuma nuestra iniciativa y la haga seguir a los Estados miembros de la ONU. Sabemos que António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, recibió personalmente un ejemplar del documento y que esta temática constituye una prioridad para él.

Somos conscientes que será necesario tiempo para que un gran número de Estados miembros de la ONU adopten ese texto. Pero el tema es de tanta importancia que dedicaremos nuestros esfuerzos para explicar a diplomáticos y representantes de los Estados la importancia de nuestra iniciativa.

– ¿Cómo se aseguraría, una vez aprobada, la aplicación de la Convención?

-Proponemos la creación de un Comité sobre la Seguridad de los Periodistas. Nuestra idea sería conformar un Grupo de Expertos Independientes (más que representantes de Estados), con una quincena de miembros. El mismo estaría específicamente encargado de vigilar el respeto del nuevo instrumento. Sería similar a los comités propios que se constituyen en virtud de diversas convenciones de las Naciones Unidas, como, por ejemplo, el Comité Contra la Tortura.

Este nuevo órgano debería, idealmente, contar con la competencia obligatoria para recibir las denuncias individuales o colectivas, para llevar a cabo investigaciones y dictar decisiones argumentadas. Las principales ventajas de un organismo especializado sería permitir un procedimiento más rápido en caso de presuntas violaciones. Y, además, evitar que se diluya la presión política como resultado de la fragmentación de las vías de recursos internacionales.

Para situaciones de guerra, y en tiempo de paz

– ¿De qué manera, no solo los Estados, sino la sociedad civil internacional en general, puede contribuir a reforzar la seguridad y la independencia en el ejercicio del periodismo?

-Usted tiene razón en subrayar esta cuestión. La seguridad de los periodistas es una cuestión que concierne a todos, ya que, sin seguridad, sin protección, el periodismo no puede ser independiente, no puede responder a su función de informar. Y sin libertad de informar, no hay democracia. No debemos irnos muy lejos actualmente, incluso en Europa, para constatar ataques a los derechos fundamentales: Turquía, por supuesto, pero también Hungría o, este último tiempo, Italia. Así lo muestra, por ejemplo, la Plataforma del Consejo de Europa para la Protección y la Seguridad de los Periodistas -alimentada esencialmente por la FIP y su grupo regional europeo, la Federación Europea de Periodistas. Debemos movilizarnos todos.

-Una pregunta final. ¿Esta propuesta de Convención Internacional pretende intervenir solo en situaciones de guerra o también incluye la mirada crítica sobre las violaciones de los derechos sindicales de la-os periodistas en situaciones de paz?

– El objetivo es promover, proteger y asegurar la seguridad de los periodistas y de otros profesionales de la información no solo en el marco de los conflictos armados, sino también en tiempos de paz. Esto es muy importante. Constatamos que, en muchos países con un funcionamiento democrático, la profesión se ve amenazada, por ejemplo, por la concentración de los medios de información, los despedidos en condiciones ilegales, los ataques contra los servicios públicos del sector, la ausencia – o la violación- de las convenciones colectivas de trabajo etc. Situaciones intolerables que ocupan nuestra preocupación cotidiana.

*Desde la ONU, Ginebra, Suiza