Por qué los modelos chinos asombran a EEUU en la pasarela tecnológica

Pepe Escobar

El Imperio del Caos no se tomará la competición a la ligera. El Reino Medio no se deja intimidar y está listo para el rock’n roll.

Cuando el Presidente Xi Jinping organizó una reciente reunión -poco frecuente- con una serie de superestrellas chinas de la tecnología, incluido un Jack Ma “rehabilitado”, fundador de Alibaba, les instó a “mostrar su talento”, código para ir a por todas en la guerra tecnológica con Estados Unidos.

No es de extrañar que el joven Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek, la sensación de la inteligencia artificial estuviera entre los invitados.

DeepSeek desequilibró por completo no sólo a Silicon Valley, sino a todo el ecosistema de seguridad nacional estadounidense, un tanto paranoico. Sin embargo, el énfasis de Pekín no es la subversión, sino un sólido impulso hacia la construcción de un sistema de IA totalmente independiente de la presión monopolística estadounidense y de los productos de Nvidia. Alibaba, Huawei y Tencent probablemente alinearán su infraestructura con DeepSeek.

Este proceso está perfectamente sincronizado con el proyecto Made in China 2025, que ya ha impulsado a China a la posición de liderazgo en varios sectores: desde vehículos eléctricos, baterías y paneles solares hasta redes inteligentes y fabricación avanzada. Los últimos avances se producirán en los semiconductores de última generación y en el sector aeroespacial.

Ahora es de dominio público que el desarrollo de DeepSeek no fue producto de los laboratorios de Silicon Valley, regados con miles de millones de dólares de fondos de investigación. El propio Liang Wenfeng lo reveló: No voy a mentir, nuestra IA se creó sobre la base de desarrollos soviéticos: el sistema OGAS del académico Glushkov.

Las maravillas de la Historia: una maravilla soviética subastada por una miseria, 15.000 dólares en 1995 posiblemente porque se consideraba que no tenía valor, es ahora la columna vertebral de la nueva revolución digital china.

El peso pesado de la física Quantum Bird, antiguo miembro del CERN de Ginebra es categórico:  Los estadounidenses perdieron el norte. Se trata de modelos que emplean menos potencia de cálculo y menos datos. Las GPU de alto rendimiento de Nvidia, que cuestan 40.000 dólares, consumen demasiada energía. Luego está la especulación financiera. Raspberry Pi [un pequeño ordenador de placa única], del tamaño de una tarjeta de crédito y con un procesador sencillo, que cuesta 50 dólares para los estudiantes, pueden ejecutar DeepSeek, consumiendo menos energía que un teléfono móvil».

Y eso es sólo el principio, añade Quantum Bird: Cuando Rusia y China presenten su primera máquina litográfica… Fue Silicon Valley quien empujó al mundo a esto.

Científicos de Rusia y China ya han acelerado 800 veces la computación científica en tarjetas gráficas Nvidia convencionales , creando un nuevo algoritmo mediante ingeniería inversa. Lo consiguió un grupo conjunto de científicos de la Universidad MSU-PPI de Shenzhen (Universidad MSU-BIT), creada en 2014 por la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú y el Instituto Politécnico de Pekín.

Paralelamente, los investigadores que utilizan GPU Made in China ya han multiplicado por 10 su rendimiento con respecto a los superordenadores estadounidenses que utilizan hardware de Nvidia. ¿Sanciones tecnológicas estadounidenses? ¿A quién le importan?

Contrarrestar la sancionmanía

Los científicos chinos no se dejan intimidar por ningún desafío. En cuanto al hardware, la producción de GPU avanzadas como la A100 y la H100 es un monopolio extranjero. En cuanto al software, Nvidia ha restringido su ecosistema de software CUDA para que no funcione en hardware de terceros; eso es un grave problema para quienes trabajan en algoritmos independientes.

Puede que no sean problemas insalvables cuando una oleada de científicos chinos está volviendo a casa, sobre todo desde Estados Unidos.

Por ejemplo, Sun Nan, la superestrella del chip de la Universidad de Tsinghua. Los medios sociales de Tsinghua revelaron recientemente que Sun Nan regresó en 2020 tras muchos años en EE.UU. para  formar a profesionales del chip para China y resolver los problemas de fabricación de la tecnología de chips de gama media y alta.

Los sectores clave, una vez más, son los semiconductores y la computación cuántica. Nada de lo que Trump 2.0 lance a China en términos de “contención tecnológica” alterará el impulso chino.

Sun Nan y su equipo ya han desarrollado una tecnología de diseño de circuitos de alto rendimiento que han integrado en más de 50 chips utilizados en la red eléctrica china, los ferrocarriles de alta velocidad, la medición y el control industrial, la instrumentación y los vehículos eléctricos.

Frente al empeño estadounidense de desbaratar el desarrollo chino en IA y equipos de fabricación de chips, las maniobras interconectadas de Sun Tzu dibujan el panorama de una transformación china de las actuales cadenas de suministro, fomentando una crisis tecnológica en el propio Occidente. Esa es una razón clave de la obsesión de Trump con Groenlandia y el potencial de tierras raras de Ucrania.

La sancionmanía viene desde 2017, cuando Trump empezó a imponer un arancel del 60% a las importaciones chinas. A continuación, el cadáver de la administración de la Casa Blanca abofeteó a China con un impuesto del 100% sobre los vehículos eléctricos chinos y decenas de controles a la exportación, mediante la coacción a sus propios ‘aliados’, como la holandesa ASML y las surcoreanas Hynix y Samsung.

Trump 2.0 volverá a la carga con la brigada pesada muy pronto. En 2018, China dependía por completo de la tecnología occidental. En aquella época, las torres de telecomunicaciones procedían de Ericsson, las GPU y los chips para redes neuronales de Nvidia, y los automóviles de los gigantes europeos.

Ahora es un juego de pelota completamente diferente: un juego de retroceso.

Huawei lidera el mercado mundial de equipos de telecomunicaciones. BYD es el primer productor mundial de vehículos eléctricos, por delante de Tesla desde el año pasado. Huawei está por delante de Google en envíos de procesadores para smartphones, también desde el año pasado. Xiaomi lanzará su propio procesador para smartphones este año.

El chip Ascend 910B de Huawei ya está solo un 5% por detrás de los productos de IA de Nvidia, y es un 70% más barato. Huawei está integrada verticalmente con su propia cadena de suministro de diseño y fabricación de chips, y ofrece sistemas operativos móviles (Harmony OS NEXT), vehículos eléctricos, servicios de streaming y conducción autónoma.

Cómo “beneficiar directamente a la sociedad”

Además de DeepSeek, ByteDance, Baidu, Alibaba y 01.ai han desarrollado sus propios y sofisticados modelos LLM.  China no solo ya lidera en aplicaciones de inteligencia artificial industrial, desde robótica y drones hasta conducción autónoma; también está transformando sus avances industriales, tecnológicos y económicos en poder militar.

Por ejemplo: los primeros prototipos de cazas de la sexta generación del mundo, no sólo uno, sino dos al mismo tiempo; el primer portaaviones teledirigido del mundo; los primeros aviones no tripulados hipersónicos y furtivos para ataque y reconocimiento; el primer buque de guerra no tripulado y furtivo; y los sistemas de defensa aérea de largo alcance más potentes.

China avanza a una velocidad vertiginosa en armas de energía dirigida, 5G militar, cronometraje atómico y sistemas de guerra espacial.

El dispositivo de fusión nuclear de China Experimental Advanced Superconducting Tokamak (EAST), escribió Physics World , ‘produjo un plasma de alto refinamiento en estado estacionario durante 1.066 segundos, rompiendo el récord anterior de EAST de 2023 de 403 segundos’. Este último desarrollo es un avance para el potencial de una central de fusión, una promesa de energía limpia casi ilimitada sin residuos radiactivos significativos.

China comercia principalmente con el Sur Global: más del 50% de su comercio total. El comercio con Estados Unidos representa menos del 3% de su PIB, según datos del año pasado.

Este es un artículo sobre el progreso de la Ruta de la Seda Digital de China a través de los Estados miembros de la Unión Económica de Eurasia (UEEA).

Aquí vemos cómo China está configurando geoestratégicamente la UEEA, situándose en el centro de la alta tecnología y la innovación en Eurasia, promoviendo la cooperación tecnológica avanzada con Rusia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán. Las empresas tecnológicas chinas prácticamente han conquistado los mercados de alta tecnología de la UEEA.

El mantra que une todo lo anterior es, por supuesto, la planificación detallada. Esto incluye, por ejemplo, la campaña “Datos del Este, Informática del Oeste”, cuyo objetivo es transferir la informática intensiva en datos al oeste de China para reducir la presión energética en el este.

El campo de batalla absolutamente clave en la guerra tecnológica que se avecina será, por supuesto, el Sur Global. China está aprovechando sin descanso su notorio dominio de la fabricación y su enorme respaldo financiero para ofrecer un ecosistema alternativo en semiconductores e IA.

En marcado contraste, los estadounidenses bajo Trump 2.0 previsiblemente coaccionarán a sus aliados/vasallos para reforzar su propio ecosistema tecnológico. La divergencia total en las cadenas de suministro y los estándares tecnológicos es casi inevitable.

Esta entrevista de julio de 2024 con Liang Wentfeng publicada originalmente en China por An Yong, sigue siendo esencial para entender lo que hay detrás del impulso chino para redefinir totalmente las reglas de la innovación tecnológica. Liang Wenfeng es categórico: “Se acabó lo de seguir. Es hora de liderar”.

Ve la competencia en términos muy claros: Me centro en si algo puede elevar la eficiencia social (la cursiva es mía) y si podemos aumentar nuestra fuerza en la cadena de valor (…) Es un honor (la cursiva es mía) devolver.

Como ha señalado el académico chino Quan Le, la intención de Liang Wenfeng de ‘mejorar la creatividad personal y colectiva, beneficiando así directamente a la sociedad, no está en absoluto en el mismo nivel epistemológico‘ que una ‘sociedad de consumismo sin sentido’. Se trata del bien común, no de un lucro desmedido al estilo de Wall Street.

Todo está preparado para un duelo tecnológico a vida o muerte entre Estados Unidos y China. Nadie sabe realmente qué se le ocurrirá a una administración Trump 2.0 impulsada por el bombardeo. Siempre habrá un trasfondo de pragmatismo económico, pero eso se verá constantemente contrarrestado por un Muro de Hierro ideológico y estratégico que divide a ambas partes.

Mientras tanto, China seguirá apostando por una corriente de jóvenes innovadores y emprendedores en tecnología empresarial para salvar en cierto modo la brecha.El Imperio del Caos no se tomará la competición a la ligera. El Reino Medio no se deja intimidar y está listo para el rock’n roll.

*Columnista de The Cradle, redactor jefe de Asia Times y analista geopolítico independiente centrado en Eurasia.