Petro juega la carta de la consulta popular ante bloqueo de la derecha
Camilo Rengifo Marín
El panorama político en Colombia comienza a configurarse de cara a las elecciones presidenciales de 2026, mientras la polémica gira en torno a la propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar a una consulta popular para defender las reformas de su gobierno y presionar al Congreso para que les dé curso y las apruebe.
A Petro le gusta la controversia, la confrontación ideológica, el debate público. Lo mostró como congresista y como líder de la oposición, y ahora lo hace como presidente. Es su estilo, su forma de hacer política y quizá sea eso lo que lo mantiene vigente. Su propuesta de consulta popular ha ganado volumen en todo el espectro de la opinión pública por sus implicaciones sociales y políticas.
Teniendo en cuenta esta realidad, Petro se reunió con los miembros de la Confederación Nacional de Juntas de Acción Comunal del país, para la implementación de la campaña del sí del mecanismo de participación popular, que se llevaría a cabo en octubre de 2025.
}Tras la enésima negativa del Congreso, la consulta fue propuesta el 11 de marzo de 2025, día en que en la Comisión Séptima del Senado, la derecha (conservadora y liberal) hundió la reforma laboral. El documento constará de 10 a 12 preguntas que tienen dos opciones de respuestas sí o no. Los interrogantes están enfocados en varios de los puntos de la reforma laboral, como el recargo de 100% de los días festivos y dominicales, además del aumento de la licencia de paternidad de 2 a 12 semanas.
El mandatario les planteó la idea de integrar una pregunta sobre la asignación de créditos públicos y privados hacia la denominada economía popular, medida que beneficiaría a las comunidades rurales y a los grupos minoritarios.
Las preguntas
En la consulta de preguntará si el ciudadano está de acuerdo con la eliminación de los contratos de prestación de servicios; con los contratos a término indefinido, con un contrato formal para los aprendices del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena); con las licencias temporales sin que se afecte el salario cuando se trate de dolores menstruales; con acabar con la tercerización laboral para favorecer la estabilidad laboral?
También si estáde acuerdo con el aumento de la licencia de paternidad de dos a doce semanas; con establecer regulaciones para los trabajadores de plataformas digitales con el fin de garantizar más derechos laborales; con que la jornada nocturna comience a partir de las 6 de la tarde; y con se pague el 100 % de los domingos y festivos.
De cara a las elecciones
Mientras los analistas políticos se preguntan ¿cómo entender la convocatoria a una consulta que no tiene garantizada la victoria del “sí”? ¿Qué significado puede tener ese anuncio para un país altamente polarizado cuya única certeza es la de un futuro incierto? Y desde estas preguntas salen los editoriales de los medios globalizados, augurando una derrota del mandatario.
Hoy todo gira alrededor de las posibilidades electoral del progresismo, del centro y de la derecha en las próximas elecciones. Dentro del sector progresista ya se analizan las opciones para mantenerse en el juego electoral tras el mandato de Gustavo Petro y el nombre que toma protagonismo es el de Gustavo Bolívar, actual director del Departamento Administrativo de Prosperidad Social (DPS), con restricciones para participar activamente en política mientras siga en el Gobierno.

Según Bolìvar, las cifras de popularidad del mandatario, actualmente en un 35%, podrían ser suficientes para que un candidato de la izquierda logre pasar a segunda vuelta. “Lo que está claro es que en las marchas y en esa misma encuesta de Invamer, Gustavo Petro mantiene un 35% de popularidad o de aceptación. Ese 35% es muy importante porque le alcanzaría al progresismo para llegar a segunda vuelta”, afirmó Bolívar.
Con la llegada de la exministra uribista Alicia Arango como jefe de debate de la campaña presidencial de 2026 de la periodista Victoria Eugenia Dávila Hoyos, más conocida como Vicky Dávila, la derecha radical comienza a alinearse alrededor de una propuesta que busca ser un híbrido entre Javier Milei, Nayib Bukele y Donald Trump, tratando de colombianizar las doctrinas que han hecho de Argentina, El Salvador y Estados Unidos tierra de motosierras contra las respectivas ciudadanías.
Una derecha agonizante pero peligrosa
La derecha colombiana agoniza y agita la cola del diablo en su precipicio, una realidad que se torna evidente incluso para sus propios miembros. Recientemente el operador mediático de la ultraderecha, Juan Lozano Ramírez, alto consejero Presidencial durante el cuestionado gobierno de Álvaro Uribe (2004-2006), alertó en un artículo de opinión titulado “Instrucciones para perder (otra vez) las elecciones”, sobre la sostenida popularidad del petrismo entre la ciudadanía.
En su texto, advertía a sus copartidarios: «Si no construyen un programa, si no enarbolan ideas claras, si no encarnan causas con arraigo entre los colombianos, el petrismo volverá a ganar». Mientras, el diario Red advierte que “la desprestigiada derecha colombiana agoniza y, como ha hecho históricamente ante su ilegitimidad, recurre a estrategias criminales para allanar el camino hacia los comicios de 2026”.
La apatridia y el secuestro institucional no serán suficientes para que la derecha retome el poder en las elecciones de 2026. La capacidad de organización y movilización de la sociedad colombiana demuestran el potencial para contrarrestar el poder criminal de las élites en el Congreso. Todas las artimañas antidemocráticas, monopólicas y delictivas que les han permitido bloquear las reformas democratizadoras tendrán que pasarles factura en los comicios de 2026, añade el diario.
Genocidios, magnicidios, masacres, asesinatos sistemáticos contra líderes de la oposición, alianzas paramilitares, cárteles de contratación y compra de votos son algunas de las prácticas que distinguen a los cuadros políticos de la derecha colombiana. Los senadores del bipartidismo liberal-conservador en la Comisión VII, fueron quienes hundieron la reforma laboral, que ahora Petro insiste en aprobarla en consulta popular.
*Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)