Para dominar al mundo, la violencia no basta: las estrategias de captación en el arte y los medios
Aníbal Ortizpozo|
Como dijera Noam Chomsky: “El poder se presenta siempre como altruista, desinteresado y generoso”. El éxito de las estrategias de captación, conocidas también como “compra permanente de intelectuales y artistas”, es justo decir, cuenta con la complicidad de los propios intelectuales y artistas, que con tal de ser reconocidos y exitosos, no se resisten al coqueteo y maridaje con el poder económico de los países desarrollados de Norteamérica y Europa, involucrándose en actividades culturales, científicas, deportivas, financiadas mediante convenios, becas, alianzas estratégicas, a través de organismos oficiales del Estado y el capital transnacional, desde sus embajadas consulados, agregadurías culturales y ONGs especialmente creadas para ello.
En nuestros pueblos pobres, se suma el robo de recursos y conocimientos ancestrales, con una larga historia que parece no tener fin. Dicha captación encuentra apoyo en la miseria y la ignorancia, también en el apetito desmedido por el poder, para “salir de abajo”, directo a la inclusión en el “Salón de la Fama” de intelectuales y artistas, incluso aquellos que se autodefinen de izquierda o progresistas.
El ejecutor de todas las actividades encubiertas de seducción y persuasión, como ya sabemos, fue el Congreso por la Libertad y la Cultura,(CIA) el que en su apogeo, tuvo oficinas en 35 países, dándole empleo a cientos de personas. Organizaba exposiciones de arte, ediciones de libros, revistas (25), ofrecía, concedía becas y residencias en el mundo, tenía su propia Agencia de Noticias, organizaba conferencias y seminarios internacionales. Sobre todo, otorgaba a los artistas sumisos, jugosos premios, con el objeto de ofrecer una visión del arte y la cultura opuesta al deslumbramiento que le brindaba la ideología marxista y el comunismo, con su propuesta de igualdad entre los hombres y por una verdadera democracia. Congreso por la Libertad y la Cultura, que para 1967 era dirigido por Michael Josselson, agente de la CIA, funcionario del gobierno norteamericano.
Fundaciones, ONGs, becas
La Ayuda Oficial al Desarrollo, AOD, tuvo también un papel nada desdeñable de compra de conciencias de intelectuales y dirigentes populares de los países subdesarrollados -afirma Adolfo Rodríguez Gil-. Durante años, organismos como la AID (Agencia de Cooperación de los Estados Unidos), fundaciones norteamericanas o europeas, el Banco Mundial, etc. organizaron seminarios y encuentros sobre temas de interés, en el curso de los cuales se ofrecían becas, puestos de trabajo en estos organismos, subvenciones, apoyo para la publicación de trabajos, etc. a algunos de los asistentes. También durante años los movimientos populares respondieron a estas estrategias denunciando a los que se prestaban a ellas, lanzando campañas contra estas reuniones y boicoteando estas iniciativas. Posteriormente, sobre todo desde la segunda mitad de la década de los ochenta, se inició la convivencia con estos organismos, para, posteriormente, empezar a aceptar sus subvenciones y becas (incluso algunos comandantes guerrilleros centroamericanos y latinoamericanos las aceptaron en los noventa y terminaron estudiando en los Estados Unidos o Europa, mientras otros dirigentes populares creaban ONGs y Fundaciones que eran gustosamente subvencionadas) y terminar haciendo cola a las puertas de las agencias occidentales a la búsqueda su reconocimiento y sus fondos”.
Agregamos que para ello, contaban con cifras increíbles de dólares que distribuían a través de instituciones conectadas con aquellas corporaciones como p.ej., las fundaciones, Ford, Rockefeller, Farfield, Fullbright, Guggenheim y otras que financian eventos de todo tipo, asimismo publicaciones que se oponen ideológicamente a todas aquellas voces que contrarían la política imperial. En nuestros países, como Venezuela, se hacen eco de éstas políticas, fundaciones nacionales como: Fundación Cisneros, Boulton, Polar, Bigot, Alianza Social Venamcham, entre otras.
Recordando a Dámaso Ogaz
“Nunca sabremos las causas de la decisión de Dámaso Ogaz de nunca regresar a su patria, –escribe Clemente Padín– y de afincarse definitivamente en Venezuela. Nos faltan documentos que nos orienten en la dilucidación de ese entramado de circunstancias históricas y no sería justo asumir como reales, suposiciones tejidas al calor de la anécdota. Algunos de sus amigos mencionan constantemente la responsabilidad del Congreso por la Libertad y la Cultura, aquel instrumento que la CIA norteamericana inventó para afrontar, en el plano de la ideas, la Guerra Fría contra el comunismo.
En la página 101 del libro de Frances Stonor, “Quién Pagó al Flautista. La CIA y la Guerra Fría Cultura”l. Madrid, España, 2001) se habla de la existencia de una sucursal del Congreso por la Libertad y la Cultura en Chile que funcionaba en una sala de exhibiciones llamada “Sala Libertad”. Sus directores eran precisamente Víctor Carvacho y Dámaso Ogaz. Las consecuencias de esta colaboración fue la financiación de la exposición muy sonada de “Jóvenes Pintores” con más de 170 obras a cargo del MoMA de Nueva York y de la Fundación Rockefeller. Allí también se afirma que Dámaso Ogaz aceptó una beca de la Fundación “Farfield” y, luego, en 1967, se radicó en Caracas.
Su socio, Víctor Carvacho continuó al frente de la Galería en donde expusieron artistas chilenos de gran renombre. En palabras de algunos de sus conocidos, al parecer, Dámaso Ogaz, al enterarse de los verdaderos objetivos de tan desinteresada ayuda, se sintió avergonzado frente a sus pares y decidió no volver más a Chile. De ser así, el drama no es solamente de Dámaso sino de todo el arte latinoamericano. En palabras de Stonor, “El hecho es, que no todos sabían las verdaderas implicancias de esta institución” lo que daría pie para pensar de que Dámaso Ogaz se vio sorprendido en su buena fe pero, como ya dije, sólo podemos suponerlo.”
Las llamadas “alianzas estratégicas”
Las cadenas de la globalización son de oro y de dólares americanos. Las llamadas alianzas estratégicas en el arte y la cultura con las corporaciones de la empresa privada del “libre mercado” nos pone en el camino seguro al “infierno neoliberal”, pues se corre el riesgo por desconocimiento, de resultar vinculados a la CIA, a las instituciones que financian golpes, magnicidios y desestabilizan nuestros países con abundantes recursos económicos aprobados en el Congreso de USA, o a empresas que son responsables de contaminar y destruir el medio ambiente.
Uno de los campos más visibles donde se producen los financiamientos de la empresa privada, es en el sector cultura, naturalmente, para evadir impuestos y preferentemente en Salones, Bienales de Artes Plásticas, Festivales de Música, Literatura y Teatro, en alianza con Instituciones del Estado. Además el pretexto de apoyo a la cultura les permite “blanquear” un pasado oscuro y adjudicarse el rol de benefactor desinteresado.
En Venezuela, cito como ejemplo, tres Alianzas Estratégicas: Museo de Bellas Artes con la empresa petrolera Exxon Mobil, Tercer Salón de Artes Plásticas 2005; Museo de Arte Contemporáneo con Pirelli, VII Salón Pirelli de Jóvenes, 2007; y el 4to Festival de Arte Venezolano organizado por la Embajada de Estados Unidos en Caracas Venezuela, la Asociación Venezolano Americana de Amistad AVAA, y el Centro Cultural del Banco Consolidado, (hoy Banco B.O.D.) Espacio Arte en la Torre. En el catálogo podrá leer las palabras del Embajador de ese entonces Michael M. Skol (1990 -1993), Christopher Coles Presidente de la AVAA, y la Curadora venezolana Milagros Bello. Naturalmente, en estos eventos, se reiteró la figura de la exclusión, jurados de la élite artística y millonarios premios, eventos a los cuales acudieron “artistas” plásticos del país, ávidos de reconocimiento y figuración.
La práctica de alianzas y convenios con empresas privadas, no es nueva. En Venezuela, ha sido una buena inversión para ellas: Museo de Bellas Artes (Coca Cola y Exxon Mobil), Museo Cruz Diez (Pepsi-Cola), Biblioteca Nacional (Polar), Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (DirecTV), Museo de Arte Contemporáneo (Pirelli y Pentel), Galería de Arte Nacional (Faber Castell y Exxon Mobil). Además han permeado el campo cultural, empresas como la Esso Standard Oil, CNN en Español, Christian Dior; las empresas nacionales Polar, Bigot, Dicvensa, y la banca privada en general.
La historia también nos trae el mal recuerdo de los Salones Esso, monitoreados por la División de Artes Visuales de la OEA, en las décadas de los 60 y 70. Más recientemente, en Septiembre del 2003 el concurso de Arte de CNN en Español “Visiones Convergentes” exigió a todos los participantes, aceptados o no, en una de esas cláusulas con letras pequeñitas, ceder “todo derecho, título y beneficios, derechos de autor” a CNN.
Se registra como un hecho positivo, las protestas pacíficas con pancartas, documentos, presencia de artistas, cuyas declaraciones nos revelan el grado de conciencia que se empieza a tener respecto de cómo a través de estas alianzas estratégicas propias del capitalismo se les manipula: “Que un fabricante de caucho se ocupe de crear, promocionar o financiar eventos de índole cultural no tiene nada de extraño, señala Edmundo Vargas. De hecho, en su opinión muchas trasnacionales han modelado su imagen a través de los Mass Media con la intención de que sus productos se desplacen veloces por la ancha vía del mercado cultural. Por su parte, Claudio Cedeño señala que, “La empresa que anuncia la realización de su VII Salón de Jóvenes, es una productora de neumáticos para automóviles y que pese al supuesto progreso que representa, se incluye en la cadena depredadora más nociva del ambiente y de la sociedad venezolana. Y de esta manera se ha venido adelantando una suerte “privatización por goteo” del los Museos venezolanos.
Para Alberto Monteagudo, el problema es que Exxon, Pirelli o Coca Cola, ocupen los espacios culturales para lavarse la cara, por formar parte de las corporaciones con la mayor responsabilidad de la contaminación ambiental, el saqueo de materias primas, la neo-esclavitud, el acaparamiento del agua, la emisión de gases invernadero y el hueco de la capa de ozono.
Por su parte, el creador Aníbal Ortizpozo señaló, “estos Salones y otros Eventos desarrollados por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura venezolano, en alianzas estratégicas con empresas capitalistas transnacionales y nacionales, ratifica, que en las políticas culturales/artísticas actuales, sigue enquistado, el viejo modelo capitalista excluyente y la hegemonía del modelo empresarial en el mercado del arte, su influencia individualista, competitiva y de búsqueda de reconocimiento, donde el discurso comercial y la propaganda de bebidas alcohólicas o cigarrillos, por ejemplo, ha superado al lenguaje y hecho artístico cultural en sí.”
Los convenios. Universidades de nuestros países: Universidad de Talca en Chile, Sede Santiago y Embajada de EEUU.
Cincuenta años después, tropezamos con la misma piedra. La primera, fue en 1967, cuando el crítico de arte chileno V. Carvacho, visita los talleres de pintura de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, Santiago, en busca de jóvenes talentos y selecciona a tres estudiantes: Hugo Jorquera, René Poblete y quien escribe, Aníbal Ortizpozo, a los que se nos invitó para hacer una exposición colectiva en la Sala Libertad, ubicada en la calle Mac Iver, de Santiago. Evento misteriosamente exitoso, según la crítica y público que asistió y compró obras.
Pasaron los años, refugiados en Venezuela, una publicación de Clemente Padin, talentoso artista uruguayo nos revela y fue solo entonces, mayo de 2009, que nos enteramos que la Sala Libertad, dirigida por V. Carvacho, era financiada por el Congreso por la Libertad de la Cultura, la propia CIA. Quedamos perplejos de nuestra ignorancia, a cerca de los tentáculos de la CIA en Chile.
Pero lo realmente sorprendente, es que en el año 2012, viajo a Chile y me encuentro con mis compañeros Jorquera y Poblete, ya maestros reconocidos, con una extensa obra. De nuestro reencuentro surgió la idea de hacer una exposición de Pintura para celebrar 50 años después, nuestra primera exposición colectiva. Regresé a Venezuela y mis queridos compañeros gestionaron la exposición “IMAGINARIOS DEL ENCUENTRO. 50 Años después. Jorquera, Ortizpozo, Poblete.” que se realizó en la sede/galería de la Universidad de Talca, en Santiago.Cabe señalar que la Universidad de Talca se ha destacado por el apoyo a la plástica chilena, ha formado una colección de obras importantes, realiza eventos y mantiene salas de exposición en casi todas sus sedes.
Pero, ¡oh sorpresa!. Se nos envió el plano de la galería, sin informarnos que los espacios habían dejado de ser sólo para exposiciones de arte y ahora era una sala de usos múltiples y volvimos a tropezar con la misma piedra. La sala tenía, dentro de ella, una pantalla de televisión gigante y una oficina, que pertenecía a la Embajada de EEUU en Santiago de Chile, quien había establecido un convenio de intercambio científico con la U. de Talca. Por contrato establecido, la pantalla permanecía encendida, diariamente en horario de oficina, transmitiendo contenidos que no tienen nada que ver con el arte, ni vida chilena.
Paralelamente sobrepuesto al montaje de las obras de arte, una oficina de American Academy of Science and Technologie funcionando y organizando conferencias, reuniones que programa la Embajada Norteamericana. En ese tiempo, aunque que la obras seguían en exhibición, el público no tuvo acceso, cualquier espectador desprevenido, sin duda asociaría la exposición y su financiamiento con la Embajada de EEUU. Como no fue posible que las autoridades universitarias, necesitadas de recursos, entendieran, que si bien son legítimos sus convenios, no se tiene por qué contaminar la creación artística con contenidos que no corresponden a ella. Naturalmente, la exposición que debía itinerar por otras sedes, se suspendió.
Finalmente, no debemos ignorar, cómo las estrategias, y métodos usados para la penetración ideológica, toma del poder y captación de intelectuales, terminan imponiéndose. Las experiencias históricas, nos confirman que para dominar, la violencia no ha sido suficiente. Noam Chomsky nos alerta, “cuando una persona sea un dictador, un colono, un marido o un patrón, ejerce su poder sobre otra, siempre requiere una justificación que haga creíble ésta dominación, porque ella se hace por el bien del dominado”.
Cuando he hablado de una “historia sin fin”, es porque a cerca de 70 años del “Congreso Por La Libertad de La Cultura” éste sigue existiendo con la misma justificación para sus acciones disfrazadas de ayuda humanitaria, con nuevas instituciones cuyo motor y cajas pagadoras están en las embajadas norteamericanas, especialmente en países donde funcionan los llamados “paraísos fiscales” y la corrupción es el pan de cada día.