Panorama Económico Latinoamericnao – Del 19 al 26 de marzo de 2025
Venezuela–Colombia comercian más de 1.100 millones de dólares
El comercio entre Venezuela y Colombia creció 42,7 por ciento en el último año, al pasar de 797 millones de dólares a 1.137 millones de dólares, informó el presidente de la Cámara Venezolana-Colombiana (Cavecol), Luis Alberto Russian.
Russian destacó que las exportaciones colombianas hacia Venezuela alcanzaron los 1.003 millones de dólares, lo que representa un incremento de 50,6 por ciento en comparación con el año anterior.
Por su parte, las exportaciones venezolanas hacia Colombia crecieron 2,4 por ciento, al pasar de 130,9 millones en 2023 a 134 millones de dólares en 2024. «Quedamos en positivo, es decir, crecieron», celebró Russian, quien señaló su intención de seguir fortaleciendo los mecanismos para impulsar el intercambio bilateral.
Sobre la creación de una Zona Económica Especial Binacional, el presidente de Cavecol expresó sus expectativas positivas respecto a la medida.
El pasado lunes, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, envió a Bogotá una propuesta detallada para la creación de una Zona Binacional de Desarrollo Compartido. Días antes, su homólogo, Gustavo Petro, había declarado su disposición a la idea de entablar dicha zona especial.
Al respecto, el vocero de Cavecol dijo que la creación de dicha zona «conlleva retos importantes que deben tratarse y discutirse», y aplaudió que la medida apunta a «estimular la inversión extranjera».
Perú: minería ilegal afecta el ecosistema de proveedores mineros
El presidente del Comité de Proveedores en la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía SNMPE) Juan Montoya, advirtió que el avance de la minería ilegal en distintas regiones viene afectando el ecosistema de los proveedores mineros peruanos.
Durante su participación como panelista en el Jueves Minero titulado “Clúster minero y desarrollo de proveedores”, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), sostuvo que existen oportunidades para que los proveedores puedan seguir creciendo, si es que la cartera de 68 proyectos mineros, que implican una inversión de más de US$ 63 mil millones, se convierten en realidad.
Sin embargo, advirtió que la minería ilegal es una amenaza constante contra la industria. “Todo el tema de minería ilegal y minería informal afecta el sistema de proveedores. No nos permite desarrollarnos porque no hay una competencia al mismo nivel. No podemos desarrollarnos más si es que no se corta todo lo que es informalidad en el ecosistema” indicó Montoya.
Señaló que un reto para lograr que crezcan los proveedores mineros peruanos es la brecha de la infraestructura. En ese sentido, dijo que esta desventaja encarece los costos operativos, entre ellos, el transporte.
“El acceso a las minas en Chile está bastante más desarrollado que en el Perú. No puede ser que tengamos que demorar 18 a 20 horas para ingresar a la mina desde la ciudad más próxima”, apuntó.
De igual manera, resaltó la importancia de mejorar la infraestructura de vía en el interior del país, pues durante el trayecto también se expone la seguridad de los trabajadores para acceder a las operaciones, por lo que instó a tomar cartas en el asunto en la resolución de este desafío.
México: remesas, principal fuente de divisas en 2024
Braulio Carbajal *
En 2024, con más de 64 mil millones de dólares, las remesas fueron la principal fuente de divisas de la economía mexicana, según fuentes oficiales. De esta forma, los migrantes que radican en otros países, principalmente en Estados Unidos, ligaron cinco años como el segmento que más dólares representa para México.
Los dólares que mandan los connacionales a México están por encima de los generados por el sector agroalimentario, la inversión extranjera directa (IED), las ventas petroleras al extranjero y la derrama económica que dejan los turistas internacionales.
En 2024, hubo una industria que generó más divisas que los migrantes: la automotriz, con 160 mil 600 millones de dólares, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía; sin embargo, este sector depende en buena parte de importaciones de piezas automotrices, maquinaria, productos metálicos y demás insumos, por lo que no es comparable.
De acuerdo con el Banco de México (BdeM), en 2024 las remesas sumaron 64 mil 745 millones de dólares, superando los 53 mil 849 millones que registró el sector agroalimentario del país, entre cuyos principales productos de exportación están la cerveza, con 6 mil 722 millones de dólares y el tequila, con 4 mil 280 millones.
En el tercer lugar de los principales generadores de divisas durante 2024 se ubicó la IED, que de acuerdo con la Secretaría de Economía ascendió a 36 mil 872 millones de dólares, un nivel histórico desde que existen registros (1999) y que implicó un crecimiento anual de 2.3 por ciento frente a 2023.
En la cuarta posición se ubica el turismo, que de acuerdo con datos del BdeM el año pasado dejó a México una derrama económica de 31 mil 758 millones de dólares, mientras en el quinto lugar se colocaron las exportaciones petroleras, que sumaron 27 mil 621 millones de dólares.
Por décadas, el principal generador de divisas de México fue la venta de productos petroleros; sin embargo, a mediados de la década pasada comenzó a bajar por menores exportaciones y un enfoque mayor de los productores del campo en los agroalimentos.
A raíz de la crisis sanitaria provocada por el covid-19, las remesas comenzaron a crecer al grado de que en 2020 registraron un aumento de 11.4 por ciento para alcanzar un nivel sin precedente de 40 mil 607 millones de dólares, saltando al primer lugar entre los mayores generadores de divisas, dejando en segundo lugar al sector agroalimentario. Desde ese año, tras varios récords, y pese a las amenazas de deportación hechas por el presidente Donald Trump, las remesas se mantienen como el rubro que más divisas provee a México.
Brasil construirá su primer túnel sumergido
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, anunciaron la licitación del que será el primer túnel sumergido del país, un proyecto que se debate desde hace 100 años.
La obra unirá las ciudades de Santos y Guarujá, en el litoral de São Paulo, y según afirmó Lula, serán posibles gracias al «entendimiento» y la «relación civilizada» entre dos opositores políticos elegidos «para gobernar y no para pelear».
De Freitas, quien fue ministro de Infraestructura durante la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), destacó también «la sociedad» establecida con el gobierno de Lula, pese a las diferencias ideológicas. «No es momento de disputas políticas, sino de atender a los ciudadanos», declaró el gobernador.
Durante la ceremonia, Lula y De Freitas presentaron el pliego de condiciones del proyecto, que tendrá un costo de 5.960 millones de reales (1.017 millones de dólares).
El 15 por ciento de ese monto será invertido por el grupo que se adjudique la licitación, en tanto que el resto lo aportarán en partes iguales el Gobierno federal y la administración regional de São Paulo.
Cómo será el túnel
El túnel se construirá mediante una sociedad pública-privada, tendrá una longitud de unos 870 metros, atravesará un canal a una profundidad de 21 metros y será utilizado por unos 15.000 vehículos por día.
Entre ellos, numerosos camiones que operan en el puerto de Santos, el mayor de América Latina y por el que pasa cerca de un tercio del comercio externo de Brasil.
Hasta ahora, el trayecto entre Santos y Guarujá solo puede ser hecho por balsa o por una ruta de 50 kilómetros, lo que demora alrededor de una hora, un tiempo que con el túnel caerá a escasos dos minutos.
La subasta está prevista para el próximo 1 de agosto y está abierta a empresas nacionales y extranjeras. El contrato será firmado a fines de este año, por lo que las obras comenzarán a inicios de 2026, con la previsión de que concluyan en 2029.
Aunque no está confirmado, fuentes citadas por la prensa local dicen que, entre las empresas interesadas, figuran la española Acciona, la portuguesa Mota Engil, la italiana Webuild, y la china CCCC, junto a varios grupos brasileños.
Para la realización del proyecto deberán ser desalojadas 1.200 familias, que luego serán reubicadas en viviendas cuya construcción quedará a cargo del Gobierno regional, que costeará las respectivas indemnizaciones.
Posibles coletazos en Chile por guerra comercial
La escalada de la guerra comercial que están enfrentando Estados Unidos y China mantiene la incertidumbre en nuestro país, respecto a si se podrían generar coletazos que afecten el bolsillo de los chilenos y chilenas.
De hecho, como ya hizo con Canadá, México y China, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también ha amenazado, según se informa en la prensa, a algunos países europeos, luego de que estos pusieran un arancel del 50% al whisky.
“Si el arancel no es retirado de inmediato, Estados Unidos muy pronto colocará una tarifa de 200% a todos los vino, champañas y productos alcohólicos procedentes de Francia y otros países de la UE”, dijo.
Y es que cuando asumió su segundo gobierno en el país norteamericano, se citó el libro de Naomi Klein, ‘La doctrina del shock’, asegurando que, en ese entonces, lo que eran solo anuncios, se quedarían justamente en eso, en amenazas que estratégicamente eran un puente para sacar ventaja comercial.
Sin embargo, hoy los expertos cambian el discurso. El presidente “anti doctrina”, así lo llaman a la hora de analizar las políticas que está aplicando el líder republicano, que el mercado sigue de cerca, asegurando que Trump gobierna con la incertidumbre.
Chile y los posibles coletazos
En medio de este contexto, Chile no está exento de los coletazos que dejará la aplicación de aranceles a otras potencias, como es el caso de China, principal comprador de un bien tan importante para nosotros como es el cobre.
De hecho, en el marco del seminario Latam Group 2025, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, abordó la guerra comercial y la volatilidad que están mostrando las principales economías
No obstante, el jefe de Estado puso paños fríos, asegurando que “es algo que probablemente va a afectar más al gobierno que se inicie en marzo próximo. No es un tema para la política contingente, ni para la disputa electoral”.
Asimismo, señaló que “hay grandes espacios de colaboración, se hace no solamente a través de los canales oficiales, las negociaciones, sino que, a través de las propias empresas que venden y que tienen contacto con sus clientes en otros países”.
Sin embargo, en la esfera política hay quienes ven el tema con mayor preocupación. Por ejemplo, el presidente de Renovación Nacional, el senador Rodrigo Galilea, descartó que Chile entre en esta lista de Trump, aunque asegurando que debemos anteponernos a cualquier escenario.
Con otro tono, el exministro de Minería y Energía, Laurence Golborne, apuntó a que “no va por buen camino (…) Claramente va a traer consecuencias, primero, en inflación a nivel mundial, porque la inflación, probablemente, en Estados Unidos va a ser más difícil de controlar; en Europa, probablemente, también va a tener algún impacto, y eso nos va a afectar a nosotros”.
Frente a este escenario, surge la pregunta sobre ¿por qué es tan clave lo que está ocurriendo? Bueno, poruqe cuando Estados Unidos estornuda, en Chile hay movimiento.
Así, ya se gravaron los aranceles al aluminio y al acero, y ahora se está a la espera de lo que ocurra con el cobre, pero, en abril, se deberían gravar, también, los productos agrícolas.
Ante ello, hay temor en algunos economistas por la posible alza que se podrían experimentar en el precio de los alimentos.
Así lo dijo el jefe de análisis de GHTrading, Renato Campos, sostuvo que “los aranceles, en este caso, puede llegar a impactar directamente a las familias más vulnerables, teniendo un incremento importante en el precio de los alimentos, lo que significaría, entonces, un detrimento en el crecimiento de la capacidad adquisitiva de los hogares chilenos y, por supuesto, en términos generales, del crecimiento de la economía”.
“Por ende, la volatilidad es algo que seguirá reinando, muy probablemente, durante el periodo presidencial de Donald Trump”, continuó.
Por su parte, el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, lamentó que “ya el tratado de libre comercio no es un seguro”.
Por el contrario, hay quienes apuntan con un grado de esperanza a que estos anuncios finalmente resulten desventajosos para el país norteamericano y a Trump no le quede otra opción más que dar un paso atrás.
Lo cierto es que de esto depende también lo que son las proyecciones de crecimiento e inflación para este año 2025.
Venezuela: Chevron se va para volver
Werther Sandoval
La suspensión de las operaciones de Chevron en Venezuela unida a la aplicación de aranceles al petróleo importado desde Canadá y México se harán sentir en los costos de las refinerías del país de Norte, las cuales ahora deberán buscar crudos sustitutos y/o desembolsar recursos para recomponer las dietas que alimentan sus centros refinadores.
Aun cuando las 132 refinerías de EEUU refinan cada vez más petróleo liviano, en buena cuantía para darle cabida al crudo extraído mediante la contaminante fractura de rocas, cracking, del subsuelo de ese país, existen -había- 13 refinerías que en distintos volúmenes refinan diversos pesados agrios, entre los cuales están los venezolanos Merey16, Boscán y Hamaca.
Las refinerías del Golfo de México procesan 8 millones de barriles por día, de los cuales 1.1 millones de barriles son importados. El mayor caudal hacia esos emporios refinadores lo aporta Canadá con 33%, seguido por México con 24% y en el cuarto Colombia con 12%.
Venezuela tiene -tenía- el tercer lugar. Chevron logró transportar para esas refinerías hasta 204.000 barriles diarios, cerca del 20% del petróleo importado y consumido por todas las Refinerías ubicadas en el Golfo, donde el crudo pesado agrio domina sus dietas con un 70% junto al agrio dulce con 6%. El mediano ocupa 18% y el liviano 1%.
Tras la suspensión de Chevron y la aplicación de aranceles a Canadá y México, las Refinerías del Golfo ahora deberán buscar petróleo en otros países y realizar, en diversos grados, inversiones y ajustes para adecuar sus parques refinadores y así poder refinar dietas distintas a las procesadas hasta el presente.
El asunto es que por causa de la variedad de intereses políticos internos y geopolíticos, la decisión en cuanto a tipos de petróleo, orígenes, tiempos, alcance y volúmenes es probable que no sea sencilla.
Veamos lo siguiente. Como ya dijimos, del total de crudo pesado importado por las Refinerías del Golfo cerca del 20% es agrio venezolano y 12% agrio colombiano, y hasta ahora Trump jamás le ha dicho al país granadino que EEUU tiene mucho crudo y no necesita el petróleo de Colombia, tal como dijo hasta el cansancio del crudo venezolano.
La discordancia opinática de Trump indica que la decisión de EEUU sobre la suspensión de importar petróleo venezolano no responde a un asunto estrictamente cuantitativo, de cuánto petróleo dejará de importar, sino a una decisión geopolítica, centrada, como siempre, en los intereses de lobbys y en la política interna de ese país.
Para muestra, tal como se divulgó a través de la Red Social X, Donald Trump usó la suspensión de Chevron para ganar simpatías y votos de la ultraderecha de Miami, Florida, en la decisión del Congreso sobre el presupuesto.
«Trump reimpuso las sanciones a Venezuela a cambio de que tres congresistas cubanos americanos aprobaran un acuerdo presupuestario, según confesó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en una reunión con donantes republicanos», reseña la web CubaInformación.
Según la versión de Johnson, los congresistas Mario Diaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar presionaron para eliminar las licencias petroleras otorgadas durante la Administración Biden. En especial, la dada a la petrolera estadounidense Chevron.
En X se atribuye a Trump haber dicho que la suspensión de la licencia a la petrolera fue “una locura”. El asunto base es que a EEUU le interesa el petróleo venezolano tanto como el que posea cualquier otro país, así no lo vaya a usar nunca. Debe monitorearlo y controlarlo donde quiera que encuentre para evitar que cualquier otro país lo tome y le haga competencia, se fortalezca. Es la lógica del mercado.
De allí que no solo por los costos que implica no importar crudo venezolano la suspensión de Chevron luce desacertada, insostenible, más cuando la Casa Blanca sabe que el petróleo venezolano irá, ahora, con mayor intensidad, a los mercados de China e india, ambos miembros del BRICS, quienes además buscarán la manera de obtener esa energía más barata.
De hecho Chevron cumplía ese papel.
«Las refinerías en la costa del Golfo dependen en gran medida de crudo pesado venezolano. Si Estados Unidos impone aranceles o sanciones al petróleo canadiense o mexicano, parte de ese suministro podría desviarse a otros países, haciendo que el crudo venezolano sea aún más relevante”, dijo el presidente y director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth.
En apenas un año, 2024, la petrolera había elevado sus exportaciones de 154 MBD a 230 MBD, y manifestó su empeño en llevarla a mayores. No solo lo exportaba para sus refinerías, también revendía, “bachacheaba” el petróleo venezolano.
Por tanto, las intenciones de Chevron indican que aún cuando sus refinerías comenzaran a refinar menos petróleo agrio pesado venezolano, seguían extrayendo pues el crudo tiene mercado en otros refinadores dentro y fuera de EEUU,
Añádase que Chevron opera en el Campo Boscán, en el Zulia, donde hay 32.000 millones de barriles de petróleo. Es para ese futuro de mayor producción y exportación hacia donde nunca dejó de mirar Chevron.
Otro motivo. La petrolera estadounidense había manifestado intenciones de continuar con el alza de producción en las cuatro empresas mixtas en las cuales es, hasta el 03 de abril, socio minoritario, en parte porque cobraba y se había cobrado con petróleo parte sustancial de la deuda que, por el orden de 4 mil millones de dólares, tenía Venezuela con esa compañía.
¿Y por qué puede interesar que Chevron siga operando en Venezuela? Por el mismo motivo que a los chinos les interesó y les interesa que las empresas transnacionales, dotadas de capital, tecnología y mercados sigan allá. No les importa el color de esos gatos, lo importante es que cacen ratones.
Los chinos levantaron su economía aprendiendo de propio y de lo ajeno, absorbiendo e inventando y reinventando tecnologías y, a partir de ellas, construir las suyas. Fortaleciendo la educación y la investigación. En eso los trabajadores de Pdvsa ya tienen millones de barriles recorridos. Las cuatro mixtas a las cuales estaba asociada Chevron, no se detendrán.
Panorama internacional
1.-Las amenazas arancelarias de Trump fortalecieron a Sheinbaum
Kurt Hackbarth -Jacobin
Las amenazas arancelarias de Donald Trump solo hicieron que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sea aún más popular: su índice de aprobación se sitúa ahora en el 85%.
El domingo pasado, una manifestación encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum llenó la plaza central de Ciudad de México, el Zócalo. Sin embargo, no se trataba de un acto partidario, de una conmemoración histórica o de un discurso sobre el estado de la Unión.
Era una manifestación de unidad nacional convocada ante las continuas amenazas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump. «He dicho que somos un gobierno del pueblo… y que siempre que haya necesidad de informar o enfrentar la adversidad, estaremos juntos», comenzó Sheinbaum. «Y además, venimos de un gran movimiento popular que se creó en plazas públicas, y aquí estamos de nuevo con ustedes».
La presidenta procedió a exponer la intención original de la manifestación: anunciar acciones tanto arancelarias como no arancelarias. «Afortunadamente, el diálogo y el respeto han prevalecido».
Tras repasar los acontecimientos de las últimas semanas, Sheinbaum hizo balance de la relación histórica entre México y Estados Unidos: las invasiones de 1846 y 1914, pero también la negativa de Estados Unidos a reconocer las usurpaciones de Maximiliano de Habsburgo en el siglo XIX y de Victoriano Huerta a principios del XX, así como la respetuosa relación entre los presidentes Franklin D. Roosevelt y Cárdenas en la década de 1930. «La historia común de nuestros países está marcada por numerosos episodios de hostilidad, pero también de cooperación y entendimiento», reflexionó. «Somos naciones en circunstancias iguales; no somos más, pero tampoco somos menos».
Con las amenazas arancelarias aún en el aire, concluyó presentando un plan de cinco puntos para afrontar el incierto período que se avecina: en primer lugar, fortalecer el mercado interno de México, lo que incluye aumentar el salario mínimo y el bienestar público. En segundo lugar, aumentar la autosuficiencia en energía y alimentos.
En tercer lugar, promover la inversión pública para la creación de empleo, incluyendo carreteras, obras hidráulicas, un millón de unidades de vivienda pública y dos líneas de tren de larga distancia desde la Ciudad de México hasta la frontera en Nogales y Nuevo Laredo. En cuarto lugar, aumentar la producción a través del modelo de planificación industrial conocido como el «Plan México».
Y, por último, reforzar la canasta de programas sociales del país, incluyendo tres nuevas iniciativas: reducción de la edad de jubilación pública de las mujeres de sesenta y cinco a sesenta años, becas para estudiantes de primaria y secundaria, y un programa de divulgación sanitaria «de casa en casa» para personas mayores.
De manera crucial, asistió al acto no solo la multitud esperada de simpatizantes de MORENA y de sindicatos del sector público, sino también todos aquellos que tienden a simpatizar con la oposición: gobernadores de estados y líderes empresariales, incluido el presidente del poderoso Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Además de ayudar a elevar el índice de aprobación de Sheinbaum a un estratosférico 85%, las tácticas de intimidación de Trump facilitaron algo antes impensable: la creación de un amplio frente popular.
Crónica de un arancel pospuesto
Aunque ya no se centró en sus temores sobre «violadores» y «malos hombres», la campaña de Trump para 2024 todavía dejó mucho material para sentar las bases de nuevos conflictos con el principal socio comercial de Estados Unidos. Además del alarmismo ya habitual sobre las «fronteras abiertas» y los «ilegales que votan en las elecciones», la campaña también sacó a relucir una serie de nuevas frases, como «un baño de sangre que está destruyendo el país», «cada estado es un estado fronterizo» y, lo más insidioso, «los inmigrantes están envenenando la sangre del país».
Mientras tanto, a Trump se le permitió mentir repetidamente afirmando que los fabricantes de automóviles chinos como BYD están construyendo «algunas de las plantas de automóviles más grandes del mundo» en México, a pesar de que, como la propia Sheinbaum se apresuró a señalar, la planta más grande de BYD en América del Norte se encuentra en realidad en California.
Estos ataques dispersos reflejan una confusión que subyace en el círculo de Trump para justificar la decisión de aplicarle aranceles a México antes que a ningún otro país. ¿Inmigración? ¿Fentanilo? ¿Déficit comercial? ¿Entrada por la puerta trasera al mercado estadounidense? Es una confusión que refleja la lógica más amplia detrás de esta extendida dependencia general de los aranceles: ¿una práctica coercitiva? ¿Un mecanismo para recaudar ingresos? ¿Un intento desesperado de fomentar la reindustrialización nacional?
Cualquiera fuera la razón del momento, Trump saltó con rapidez y ya el 25 de noviembre anunció que los aranceles a México y Canadá entrarían en vigor el primer día de su mandato. La presidenta Sheinbaum respondió inmediatamente con una carta en la que llamó a la cooperación, advirtió que un arancel sería respondido con otro y le recordó al presidente electo la responsabilidad de Estados Unidos tanto en el consumo de drogas como en el flujo de armas hacia el sur.
El día de la toma de posesión llegó y pasó sin ningún anuncio. Entonces Trump avisó que los aranceles entrarían en vigor el 1 de febrero. En la «hoja informativa» que acompañaba al anuncio, la Casa Blanca alegó que «las organizaciones de tráfico de drogas tienen una alianza intolerable con México», precisamente la acusación sin pruebas que difundieron publicaciones que van desde ProPublica hasta el New York Times, en un intento flagrante de interferir en la campaña presidencial de México de 2024.
En una ironía histórica muy divertida, uno de los artículos utilizados para fundamentar esta afirmación se refería a Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública en el gobierno conservador de Felipe Calderón, aliado de Estados Unidos, que fue condecorado por la CIA, el FBI y la DEA poco antes de ser condenado por colusión con el cártel de Sinaloa y recibir una sentencia a treinta y ocho años de prisión.
Sin embargo, justo antes de que la medida entrara en vigor, Sheinbaum anunció en su rueda de prensa matutina que se había llegado a un acuerdo de carácter temporal: México enviaría diez mil efectivos adicionales de la Guardia Nacional a su frontera norte, Estados Unidos tomaría medidas para acabar con el tráfico de armas, ambos países crearían grupos de trabajo sobre seguridad y comercio, y los aranceles se pospondrían un mes. A cambio de una concesión menor, la diplomacia de cabeza fría de Sheinbaum logró una victoria inicial.
Cuando comenzó la segunda ronda en marzo, la presidenta tenía sus hechos y cifras listos para ser presentados Los cruces fronterizos y los homicidios habían disminuido. Las incautaciones de drogas habían aumentado. Se estaban desmantelando laboratorios de metanfetamina. México había entregado a la custodia de Estados Unidos a veintinueve capos de la droga, incluido Rafael Caro Quintero, buscado desde hacía mucho tiempo y acusado de planear el asesinato de un agente de la DEA en 1985.
No importaba: la Casa Blanca declaró que seguiría adelante con los aranceles de todos modos, publicando un comunicado calcográfico de acusaciones recicladas que Sheinbaum calificó de «ofensivas, difamatorias y sin fundamento». El domingo siguiente, anunciaría una serie de contramedidas arancelarias y no arancelarias en una asamblea pública en el Zócalo. Volvieron a las llamadas telefónicas.
Esta vez, Sheinbaum negoció otra prórroga de un mes para los bienes cubiertos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, sin hacer nuevas concesiones, sino—según admitió Trump—por el «respeto» que sentía por su homóloga mexicana. Con cada aplazamiento, la temida maquinaria arancelaria se iba diluyendo un poco más.
El arte de la negociación asimétrica
Quizá más que ningún otro país, el cuerpo diplomático de México tiene una larga historia de negociaciones asimétricas con Estados Unidos. En ocasiones, eso hizo que la política exterior de la nación caiga en un exceso de timidez; pero también le proporcionó una gran experiencia para hacer frente a situaciones como la actual.
A esto hay que añadirle las propias habilidades de Sheinbaum en el área. Para ser una presidenta que fue criticada al principio de su campaña por ser «poco carismática» (en gran parte como un intento poco sutil de enfrentarla a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador), en apenas seis meses en el cargo se convirtió en un ejemplo internacional de cómo tratar con un Trump volátil y caprichoso.
Su aplomo y la famosa cabeza fría ante las amenazas de aranceles e invasión, la designación de Trump de los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras y una serie de comunicados descuidados, antagónicos y casi adolescentes del presidente estadounidense le valieron el aplauso de líderes mundiales tan dispares como Gustavo Petro y Olaf Scholz.
Perfeccionando su arte de estadista frente a una grosera beligerancia, la presidenta caminó por una delgada línea entre la firmeza y la flexibilidad, lanzando a Trump algo que puede usar para declarar una «victoria» sin comprometer su posición en futuras negociaciones. Esto le valió repetidos elogios personales del propio Trump, quien ha plagiado abiertamente su idea de llevar a cabo una campaña nacional contra el fentanilo.
Mientras que Justin Trudeau fue a humillarse a Mar-a-Lago, o Keir Starmer, Emmanuel Macron y Volodymyr Zelensky que viajaron a la Casa Blanca solo para que los regañaran, Sheinbaum se quedó en México, negociando, gobernando y negándose a jugar al juego de Trump en sus términos. Y resultó que retrasar el anuncio de los aranceles recíprocos durante unos días para darle espacio a ambos para un diálogo de última hora y tiempo para organizar una manifestación pública resultó ser la decisión correcta en ambos aspectos. Es el tipo de pensamiento estratégico que Sheinbaum necesitará en abundancia en los próximos días y semanas.
2.-La guerra comercial EEUU-China se extiende a América Latina
Ander Sierra – Diario Red
México es uno de los países que más está sufriendo la política arancelaria de Trump. No obstante, no será el único. Todo apunta a que este enfoque también irá dirigido contra varios países de América Latina, donde China está estableciendo una sólida red manufacturera
“Aranceles, baby, aranceles”. Esta versión modificada de la sonada frase pronunciada por Donald Trump, “drill, baby, drill”, puede ser un buen resumen de cómo han sido las primeras semanas del presidente republicano. Si ya durante su primer mandato centró parte de su política exterior en la imposición de aranceles, en esta segunda etapa no será menos. Esto cobra especial relevancia considerando que, detrás de toda política arancelaria, existen objetivos estratégicos mucho más amplios.
México es uno de los países que está sufriendo este enfoque tan característico de Trump. El 3 de marzo, el presidente estadounidense informó que los aranceles del 25% sobre los productos procedentes de territorio mexicano entrarían en vigor al día siguiente, para después anunciar que esta medida se posponía temporalmente. “Después de hablar con Claudia Sheinbaum, acordamos que México no estará obligado a pagar aranceles sobre nada que esté comprendido en el T-MEC. Este acuerdo es válido hasta el 2 de abril”, declaró Trump en Truth Social.
Resulta curioso que estos dos movimientos se produzcan después de que Estados Unidos amenazara y volviera a aplazar los aranceles contra México, además de Canadá, el pasado mes de enero. Sin embargo, este vaivén tiene, como decimos, un propósito mucho más amplio: socavar el estatus de México como destino óptimo para el nearshoring.
Es decir, Estados Unidos está atacando dos de los factores fundamentales que todo país necesita para atraer inversión extranjera en el sector industrial y manufacturero: la estabilidad y la certidumbre. Si bien México atraviesa otros muchos problemas estructurales, como el auge del crimen organizado, el país ha conseguido en los últimos años convertirse en un destino atractivo para muchas empresas internacionales que quieren escapar de la guerra comercial existente entre Estados Unidos y China.
El problema para la administración Trump es que, entre esas empresas, también hay muchas de origen chino que instalan parte de su producción en territorio mexicano para evadir las tarifas, aranceles y sanciones impuestas por Washington contra la potencia asiática. En este sentido, exportar productos a Estados Unidos con la etiqueta “Hecho en México” en lugar de “Made in China” les permite sortear estas restricciones, acceder al mercado estadounidense y aprovechar las ventajas del acuerdo de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Precisamente, el T-MEC será revisado en 2026 y es más que esperable que Estados Unidos ponga sobre la mesa las relaciones comerciales mexicanas con China. Cabe destacar que Canadá también mantiene la misma postura. La hasta entonces ministra de Finanzas y vice primera ministra, Chrystia Freeland, declaró en noviembre de 2024, poco después de celebrarse las elecciones presidenciales estadounidenses, que Ottawa “compartía las preocupaciones” de Washington sobre el papel de México como puerta de entrada para los productos chinos a Norteamérica.
Los aranceles de la administración Trump contra su vecino sureño están dirigidos a presionar al gobierno de Sheinbaum para que adopte una política más dura hacia Pekín y frenar una dinámica que se ha intensificado especialmente en el último lustro: China ha establecido cadenas de suministro en México, fortalecido los vínculos con el país latinoamericano y aumentado la producción en territorio mexicano.
En 2023, México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos, superando al gigante asiático. Pero, ese mismo año, el comercio bilateral chino-mexicano alcanzó los 100.000 millones de dólares, más del doble que los 42.000 millones registrados en 2016. Asimismo, también en 2023, la inversión extranjera directa (IED) china en el país centroamericano fue de 5.600 millones de dólares, una cifra muy superior a los 267 millones destinados siete años antes. Esta tendencia se traduce en el siguiente dato: desde 2020, la llegada de nuevas empresas chinas a México ha crecido 2,8 veces.
Por tanto, en su afán de volver a dominar el hemisferio occidental en una especie de Doctrina Monroe 2.0, Estados Unidos ha puesto a México en el punto de mira. Washington no quiere que el acercamiento comercial entre México y China se siga materializando y, para ello, pretende atar en corto a uno de sus socios más sólidos en los últimos años.
Ante la presión estadounidense, la presidenta Sheinbaum declaró en marzo que revisarán “las tarifas que tenemos con China” porque “mucha de la entrada de productos chinos a México hizo que cayera la industria [en referencia al texto y calzado] en nuestro país”. Asimismo, según el Wall Street Journal, México habría ofrecido a Washington “igualar los aranceles contra China”, una oferta que, si bien por ahora no ha sido aceptada por la administración Trump, refleja hasta qué punto está dispuesto a ceder México.
América Latina, la siguiente en la cola
México es, junto a Canadá, el país que más está sufriendo la política injerencista del segundo mandato de Donald Trump. No obstante, no será el único. Todo apunta a que este enfoque también irá dirigido contra varios países de América Latina, donde China está estableciendo una sólida red manufacturera. Brasil, por ejemplo, es el principal destino de la IED china en la región, siendo la manufactura el segundo sector que más capital chino recibe.
En este contexto, si bien hacia América Latina no ha habido grandes medidas arancelarias –exceptuando el episodio producido con Colombia por las deportaciones–, es probable que esta dinámica cambie drásticamente. Esto se debe a que la estrategia agresiva de Estados Unidos contra China se libra en múltiples frentes y escenarios, siendo América Latina uno de los más importantes. Al retornar su visión de la región como su “patio trasero”, Washington quiere recuperar su estatus como hegemón en todo el continente y, para ello, considera que es fundamental atacar los intereses políticos y comerciales de China.
Un claro ejemplo fueron las declaraciones de Mauricio Claver-Carone, el enviado especial de la administración Trump para América Latina, quien declaró que Estados Unidos debería aplicar aranceles del 60% a “cualquier producto [independientemente del origen] que pase por [un] puerto de propiedad o control chino en la región” y que tenga como destino final el territorio estadounidense.
La administración Trump está decidida a presionar y amenazar –con aranceles, sanciones o diplomacia– a aquellos países latinoamericanos que considere que están demasiado alineados comercial o políticamente con Pekín. El objetivo final es forzarles a modificar su regulación comercial y distanciarse de la potencia asiática. Algo así dio a entender el secretario de Estado, Marco Rubio, cuando mencionó lo siguiente: “Algunos países cooperan con nosotros; otros, menos. Los primeros serán recompensados. En cuanto a los segundos, Trump ya ha demostrado que está dispuesto a utilizar la considerable influencia de Estados Unidos para proteger nuestros intereses”.
Lo interesante será comprobar cómo reaccionarán los países latinoamericanos ante esta estrategia. Canadá y México, quienes dependen enormemente del comercio con Estados Unidos, pueden estar dispuestos a ceder, pero otras economías en la región seguirán viendo beneficioso establecer unos vínculos más estrechos con China.
*Periodista especializado en política internacional. Director de Descifrando la Guerra. Interesado en la República Popular China y en la región Asia-Pacífico. Maestría en Estudios Internacionales por la UPV/EHU y en Estudios de Asia Oriental por la UAM. Coautor del libro «La nueva era de China: la gran estrategia para el sueño de Xi Jinping».