Pánico demócrata: Tras el debate con Trump, ¿retirará Biden su candidatura?
Mirko C. Trudeau
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha vuelto a dejar a todos preocupados tras su actuación en el última debate electoral (televisado por CNN, este jueves en Atlanta), previo a las elecciones generales del próximo 5 de noviembre en el país. Sobre su posible retirada, Biden respondió atacando a Trump:. «No. Pero es difícil debatir con un mentiroso. The New York Times señaló que mintió 26 veces”.
Frente a un Donald Trump visiblemente agresivo, burlón y con un tono discursivo fuerte que denotaba seguridad, el actual mandatario estadounidense se mostró balbuceante y con momentos de tartamudeos e incoherencias. Las reacciones de nerviosismo de los miembros de su partido y de la ciudadanía estadounidense en general, que alega que el presidente debería retirarse de la carrera electoral dada su avanzada edad (81 años) y su posible deterioro cognitivo, no han tardado en dispararse.
Según varios medios estadounidenses, los demócratas se encuentran en pánico ante las evidentes carencias de Biden en el debate y temen que ello pueda afectar gravemente a la campaña electoral de su partido antes de la próxima convención. «Hay un profundo, amplio y muy agresivo pánico dentro del partido«, señalaron los analistas políticos Joy Reid y John King en base a las declaraciones de miembros demócratas.
Según el periodista y biógrafo del presidente, Evan Osnos, en el debate se pudo apreciar a «una persona disminuida», pero con capacidad de sobreponerse a sus propios reveses y limitaciones. El compañero de Biden, Julián Castro, admitió que el mandatario se mostró «no preparado, perdido y sin la fuerza suficiente para pelear de manera efectiva con Trump, que ha mentido constantemente” y se burló de sus constantes balbuceos y evidenciando sus fallos para humillarle ante el público.
Probablemente, la única demócrata que ha expresado su conformidad con la actuación de Biden ha sido su jefa de campaña, Jen O’Malley Dilon, quien dijo que el presidente presentó «una visión ganadora para el futuro de América, una en la que todos los estadounidenses tiene una oportunidad justa para conseguir el sueño americano».
Biden no parece alarmado por lo sucedido durante el cara a cara frente a Trump:»Creo que lo hemos hecho bien«, tras admitir que se encuentra con dolores de garganta (lo que explicaría sus constantes carraspeos durante el debate).
El cara a cara, triunfo de Trump
En el primer encuentro cara a cara entre el presidente Joe Biden y el ex mandatario Donald Trump desde 2020, se abordaron temas de economía y migración, los que más preocupan al electorado según las encuestas, así como aborto, política exterior, las guerras en Ucrania y Medio Oriente, China, adicciones y la intentona golpista.
Trump insistió en el fraude electoral y se negó a aceptar los resultados a menos que considerara la elección «justa y legal». Si ganara las elecciones, sería la primera vez en la historia del país que un exmandatario vuelve a ganar unos comicios.
Con sus permanentes ataques trató de aprovechar para eclipsar el tema de su condena en Nueva York y convencer a una audiencia de decenas de millones de personas de que tiene el temperamento adecuado para volver al Despacho Oval.La inflación está matando a nuestro país, soltó Trump a Biden, al abordar economía, uno de los temas centrales de la campaña, junto con la migración, el favorito del republicano, que no tardó en sacar a relucirlo.
“Me encantaría preguntarle por qué permitió que millones de personas vinieran aquí, desde prisiones, cárceles e instituciones mentales, para venir a nuestro país y destruirlo”, lanzó Trump.
El debate también incluyó novedades en sus formas. No hubo público y los micrófonos de los candidatos estaban cerrados cuando no tenían el turno de palabra. Encuestas rápidas de CNN dieron una victoria clara a Trump, lo que ha aumentado la preocupación entre los demócratas sobre la capacidad de Biden para enfrentar la campaña electoral ante una oposición que vertió toda clase de bulos en el debate de este jueves.
Los derechos reproductivos de las mujeres marcó parte de la agenda política de cara a las elcciones del 5 de noviembre. El Tribunal Supremo derogó la entencia Roe contra Wade en junio de 2022, el caso judicial que protegía el derecho al aborto en EEUU desde 1973. Biden prometió en el debate que convertiría la sentencia en ley para volver a garantizar la libertad reproductiva de las mujeres, mientras Trumo se mostró a favor del aborto solo si media violación, incesto o cuando el embarazo suponga un riesgo de salud para la madre.
Es la primera vez en la historia de Estados Unidos que un presidente en ejercicio y un expresidente se enfrentan a una batalla dialéctica como candidatos para ocupar la Casa Blanca. El encuentro estuvo marcado por la salud, en especial la del octogenario demócrata, que no paró de titubear con una voz ronca y frases sin terminar.
La agresividad de Trump contrastó con la actitud de Biden, cuya misión en este debate era acallar los rumores sobre sus problemas de salud. Sin embargo, costaba entender lo que decía en ocasiones y dejó algunas frases sin terminar. Todo esto alimentó los encendidos comentarios del republicano.
“No tiene capacidad para ser presidente. No deberíamos tener un debate. No hay nada que debatir», arremetió Trump contra Biden. La edad de los candidatos fue otro punto de fisura en el enfrentamiento verbal. Biden, de 81 años, es el presidente más mayor que jamás ha tenido EEUU. Sin embargo, el republicano tiene 78 años.
El actual presidente llegó al encuentro cuando todavía se estaba recuperando de una gripe. Las inconveniencias sirvieron de leña para que Trump plagara sus intervenciones de burlas y un tono agresivo. En lugar de mantener un diálogo serio sobre cómo financiar Medicare –el programa de la seguridad social que ofrece atención médica en EEUU–, una declaración errónea de Biden abrió la puerta a que el derechista contraatacara.
Trump aprovechó el lapsus de Biden para difundir bulos y mensajes de odio xenófobo: son «todas estas personas que vienen» y a las que incluyen en el programa Medicare la razón por la que la calidad del sistema sanitario se ha deteriorado, dijo. Y, de paso, acusó al presidente de convertir EEUU en un «nido de ratas», en clara referencia a los migrantes.
Biden atacó repetidamente a Trump en términos personales en un aparente plan de provocarlo, sacando a colación desde la reciente condena del magnate por un delito grave hasta su supuesto insulto a los veteranos de la Primera Guerra Mundial, pasando por su peso y su juego de golf.
No obstante, el titubeante discurso del demócrata desde el principio del debate fue lo que más llamó la atención. Los aliados de Trump clamaron inmediatamente la victoria, mientras destacados demócratas cuestionaron públicamente que Biden pudiera seguir adelante.
El presidente cometió varios errores verbales en los primeros minutos. Tenía una voz ronca, luchaba repetidamente por aclararse la garganta, y hablaba de manera entrecortada. Esa vacilante actuación corre el riesgo de cristalizar la preocupación de los votantes de que, a sus 81 años, es demasiado viejo para ejercer en la Casa Blanca, mientras la retórica de Trump ofrecía un recordatorio, quizá no deseado, de la grandilocuencia que lanzó a diario durante sus tumultuosos cuatro años de mandato.
Biden buscó repetidamente la confrontación con Donald Trump en su primer debate rumbo a las elecciones de noviembre, mientras su rival republicano contrarrestaba las críticas del demócrata apoyándose en falsedades sobre la economía, la migración y su papel en el intento de golpe de Estado con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
Ataques personales
El debate estuvo marcado por los ataques personales. El demócrata llamó imbécil al republicano y Trump lo describió como palestino al acusarlo de ponerse del lado del pueblo islamita en la guerra en Gaza y por supuestamente negarse a ayudar a Israel a terminar el trabajo contra Hamas.”Él no quiere hacerlo. Se ha vuelto un palestino, pero no lo quieren porque es un palestino muy malo, es débil”, aseguró Trump
Decir que Estados Unidos abre los brazos a los migrantes que entran sin papeles en el país sencillamente no es verdad, replicó Biden. No hay datos que respalden lo que dijo. Una vez más, está exagerando. Está mintiendo, añadió.
Biden intentó desmarcarse de la retórica de su rival, que acusa a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, de envenenar la sangre del país. También saltaron chispas sobre el derecho al aborto. El papel trumpista para frenar el acceso a la interrupción de embarazo fue algo terrible, sostuvo el demócrata después de que su rival se jactó de haber nombrado a jueces de la Suprema Corte que ayudaron a anular el derecho constitucional a terminar con una vida en gestación. En ese intercambio tenso, Biden le soltó a su rival: Tú eres el imbécil, eres el perdedor.
A la pregunta sobre su actuación durante el asalto al Capitolio, Trump expuso: El 6 de enero, éramos respetados en todo el mundo, en todo el mundo éramos respetados. Y entonces llega él y ahora se ríen de nosotros.
Después de que uno de los moderadores le pidió que respondiera si ese día violó su juramento al arengar a sus partidarios que pretendían bloquear la certificación de la victoria de Biden en el Colegio Electoral y no hacer lo suficiente para disuadirlos mientras asaltaban el Capitolio, Trump trató de culpar a la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Biden señaló que Trump animó a sus partidarios a ir al Capitolio y se sentó en la Casa Blanca sin tomar medidas mientras peleaban con los agentes de policía. No hizo una sola cosa, y estas personas deberían estar en la cárcel, afirmó Biden. “Deberían ser ellos los que rindieran cuentas. Y él quiere dejarlos salir a todos. Y ahora dice que si vuelve a perder, así de quejumbroso como es, esto podría ser un ‘baño de sangre’”.
Biden pareció perder el hilo mientras daba una respuesta sobre la política fiscal y se desvió a la política de salud, y en un momento dado utilizó la palabra covid, y luego dijo: perdón, con, tratando con, y se desvió de nuevo. Los candidatos terminaron el encuentro sin un apretón de manos.
*Politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)