Paliza del peronismo a Milei en provincia de Buenos Aires: ¿y ahora qué?
Álvaro Verzi Rangel
Las elecciones que se realizaron este domingo en la provincia de Buenos Aires terminaron con un rotundo triunfo de Fuerza Patria, denominación con la que se presentó la coalición que nucleó al Partido Justicialista (peronista) y sus sectores aliados en el distrito más grande y poblado del país, donde estuvieron habilitados para votar más de 14 millones de ciudadanos.
La suma de la libertaria La Libertad Avanza (de Javier Milei) y Juntos por el Cambio (del expresidente neoliberal Mauricio Macri) perdió más de dos millones de votos respecto de 2023. Un gobierno envuelto en escándalos de corrupción, crisis económica, planes de ajuste y peleas internas, fue duramente castigado. La gestión de La Libertad Avanza se adentra en terreno desconocido a partir de este lunes, con su esquema de gobernabilidad en crisis.
Al ultraderechista presidente Javier Milei le faltan 93 días para siquiera llegar al comienzo de su tercer año, pero la enorme derrota que sufrió el domingo anticipa ahora otra cuenta: los 49 días que faltan para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. Que en su discurso de la noche del domingo Milei reconociera errores, pero inmediatamente después sostuvo que se mantendrá (y redoblarán) las políticas que son, casualmente, las que lo llevaron a esta derrota electoral.
Milei le atribuyó el triunfo a la eficiencia del aparato territorial del peronismo, cuando hace treinta años que el peronismo no gana en las elecciones de medio término. El 47% logrado por el peronismo es un récord que trasciende al peronismo. Sus candidatos fueron el vehículo que encontraron los votantes, no solo los peronistas, para castigar a Javier Milei, la corrupción, y sus políticas.
El mercado chocó contra el escenario más adverso de los que fueron anticipados en la previa a la elección legislativa bonaerense. Entre la noche del domingo y la mañana del lunes, las acciones de empresas argentinas y las cotizaciones paralelas a las bancarias mostraron tensión y pánico a la espera de qué reacción muestre el gabinete económico de Javier Milei. Para el establishment Milei está muy cerca de ser un proyecto fallido. Exhibe capital electoral, pro es incapaz de traducirlo en poder político sólido. Un líder que expulsa aliados, que delega decisiones críticas en gente poco (o para nada) preparada.
Diego Sztulwark señala que la derrota del mileísmo es pre-devaluatoria. No es un rapto inflacionario el que provoca rechazos, sino una repugnancia de otro orden, como en diciembre de 2017. La derrota de Milei no fue construida por la “radicalidad política” de ninguna fuerza política sino por la intolerancia social (jubilados, discapacitados, conflictos laborales, repudio moral, rechazo a la manipulación del poder judicial y de los servicios, la proscripción a Cristina, luchas por la memoria, defensa de la universidad y la educación pública y sensibilidades antifascistas, dice.
¿Autocrítica?
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostuvo que el gobierno deberá hacer una fuerte autocrítica para revertir las elecciones en octubre y adelantó que uno de los ejes será cambiar la microeconomía, tras señalar la soberbia dentro del ejecutivo. “Fue más que viento, ¿no? fue un, no digo un huracán, pero si un viento muy fuerte”, metaforizó Francos a modo de broma al iniciar una entrevista radial, para reconocer la fuerte derrota.

Luego reconoció que hubo soberbia: “A lo mejor sin hacerlo de forma voluntaria, se transmitió esa sensación en la gente. Eso también al pueblo no le cayó bien”. “También tenemos que ver cómo transmitimos las cosas a la gente”, sostuvo Francos, quien además adelantó que luego del 10 de diciembre habrá cambios en el Gabinete por los funcionarios que dejan sus cargos luego de ser electos.
Francos reconoció que se inicia ahora un camino sinuoso en el oficialismo sobre qué corregir y qué mantener para iniciar el fatídico síndrome del tercer año cuando la gran mayoría los gobiernos se quedan sin oxígeno, cuando las esperanzas que les dieron origen se esfuman ante el contraste de los resultados, cuando hasta por lo mismo que eran aplaudidos son criticados.
JP Morgan, el banco de inversión más importante del mundo, recomendó mantenerse invertido en bonos de Argentina si el resultado se mantenía en esa franja. O sea que ahora hay que vender. Malas noticias para el gobierno en las tortuosas semanas que le quedan hasta las elecciones del 26 de octubre. El debate que seguramente tome fuerza ahora girará en torno a la administración de la devaluación, el cepo cambiario y el reperfilamiento de la deuda.
Envión hacia la presidencia
Ahora sí Milei tiene un candidato presidencial enfrente, con un Kicillof que triunfó dos veces: sobre Milei y sobre las expectativas de Máximo Kirchner (hijo de Cristina Fernández de Kirchner) para ser el abanderado peronista en las elecciones nacionales. Ahora que sobre La Libertad Avanza pesan creciente denuncias de corrupción, no podría surgirle peor oponente por la fama de honestidad de Kicillof.
Según los datos oficiales, con casi más del 93% de las mesas escrutadas, Fuerza Patria (FP) sumaba el 47,13% de los votos, La Libertad Avanza (LLA) 33,80%; la coalición opositora Somos Buenos Aires, creada sobre todo con sectores escindidos de la Unión Cívica Radical (UCR) obtuvo el 5,31%, en tanto que el Frente de Izquierda se situó en cuarto lugar con 4,35%. Un párrafo aparte merece la eficacia de las encuestas como herramientas de medición que tan consistentemente mostraban un apoyo a Milei cercano al 50%. Herramientas de manipulación.
La contunde derrota de Milei dejó en claro el masivo rechazo a su modelo de hambre y destrucción nacional para alimentar el endeudamiento y la timba financiera, señala Página12. El resultado electoral podría haber secado la última gota de confianza en un plan que ya muchos daban por caído. Crece el riesgo de una corrida sobre el dólar en busca de refugio, frente a una conducción económica sin capacidad de respuesta, añade.
De cara al 26 de octubre
Estas elecciones, más allá de que formalmente lo que se renovaba era la mitad del Parlamento bonaerense, 46 diputados y 23 senadores provinciales, además de las autoridades locales de todos los distritos de la provincia, les sirvieron a todos los sectores políticos para saber con bastante precisión dónde están parados, teniendo en cuenta que el 26 de octubre se celebrarán los comicios de medio término, en los que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
“Van a tener que rectificar el rumbo, las urnas dijeron que no se puede gobernar más con odio, con maltratos y con insultos”, señaló el gobernador y le pidió a Milei que tenga el “coraje” de llamarlo para “reunirse y trabajar”.
Por un lado, significó un claro triunfo para el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien se jugaba mucho en esta instancia, tanto en la interna del peronismo como hacia afuera.
Fue él quien tomó la decisión de desdoblar las elecciones para que no se realizaran de manera simultánea con las de octubre, algo que generó una dura tensión interna dentro del peronismo, ya que la idea de la expresidenta Cristina Fernández era la de que ambas instancias sucedieran al mismo tiempo.

Por otra parte, el resultado electoral resultó un golpe durísimo para el gobierno de Javier Milei. Hasta hace pocas semanas, perder estas elecciones podía ser considerado un mal resultado por la Casa Rosada, que tenía la aspiración de barrer al peronismo en estos comicios.
Pero en las últimas semanas, luego de que se desató el mega escándalo de las coimas de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) donde quedó totlamente involucrada la Secretaria General de la Presidencia (y hermana del mandatario) Karina Milei, junto al presidente de Diputados Martín Menem y el también alto funcionario Eduardo “Lule” Menem. La realidad ya no pudo ser escondida, por lo que la imagen del Ejecutivo de Milei se vio afectada.
Consumada la derrota, Milei habló en el búnker de La Libertad Avanza en un hotel ubicado en Gonnet, en las afueras de La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires). En un breve discurso, el mandatario reconoció el mal desempeño electoral, habló de “una profunda autocrítica”, pero reafirmó que las metas de su gobierno no cambiarán.
“Si alguien quiere empezar a reconstruir y salir adelante, lo primero que debe hacer es aceptar los resultados. Y hoy los resultados no han sido positivos, hemos tenido un revés electoral y hay que asumirlo con responsabilidad”, expresó el mandatario.
Casi al mismo tiempo, en un mensaje directo para calmar a los mercados, el ministro Economía Luis Toto Caputo, escribió en su cuenta de X: “Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario. Un abrazo a todos”. Amén.
* Director del Observatorio de Comunicación y Democracia, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)