Países sudamericanos, unidos y dando nuevos pasos hacia el desarrollo y la integración regional
Ye Shuhong – Xinhua |
Once jefes de Estado y un representante de los doce países de América del Sur se reunieron en una cumbre en Brasil el pasado martes, suscribieron el Consenso de Brasilia, y mostraron la unidad y la voluntad de fortalecer la cooperación regional y promover la integración sudamericana.
El presidente del país anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, enfatizó el “sentimiento de urgencia” por la integración regional y reivindicó en tal sentido el relanzamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la creación de una moneda común sudamericana y la reducción de la dependencia del dólar estadounidense.
“No tenemos tiempo que perder”, exigió Lula.
La cumbre, que no se ha celebrado durante varios años a tal nivel, demostró una unidad de la región sudamericana. El trasfondo importante de dicha convocatoria es el resurgimiento de la izquierda en la región latinoamericana, donde el cambio general del clima político ha sentado las bases políticas y ha proporcionado un impulso importante para la unión.
En el marco del impacto de la pandemia de COVID-19 y la crisis de Ucrania, las economías de América Latina están experimentando un crecimiento débil, por lo tanto mejorar la economía y la calidad de la vida forman parte de los ejes generales de la región.
En este sentido, el vigoroso desarrollo de la economía y la expansión del empleo nacional, la promoción del proceso de integración regional, la ampliación de la cooperación económica y comercial internacional así como la búsqueda de recursos para el crecimiento de las exportaciones y la atracción de inversiones extranjeras, se han convertido gradualmente en un importante consenso político de los líderes latinoamericanos en pos de rebasar las ideologías partidarias en busca de un desarrollo independiente.
Los países latinoamericanos cuentan con diferentes ventajas de recursos y un gran potencial de integración regional. A propósito, en la cumbre Lula pidió específicamente resucitar la Unasur y trabajar para crear unidades monetarias para comercializar sin depender del dólar.
El Consenso de Brasilia establece “como meta una efectiva área de libre comercio sudamericana”, lo cual considera la promoción de la integración regional y significa un importante punto de partida para la recuperación económica al emitir una fuerte señal al mundo de solidaridad e impulso del desarrollo regional coordinado.
El desarrollo de ningún país puede separarse de la realidad de las relaciones internacionales, especialmente en América Latina.
En estos términos, desde que se propuso la “Doctrina Monroe”, Estados Unidos siempre ha sido el principal control externo de la región. Dentro de la estrategia estadounidense, América Latina ha estado encerrada durante mucho tiempo en el extremo inferior de la cadena industrial y solo puede participar como proveedor de recursos, un “lugar de dumping” de productos básicos y un “pool de oro” para la inversión.
Además de la intervención militar directa y la continua infiltración cultural, la exportación del llamado sistema neoliberal orientado a la “democracia” y el “mercado” también se consideran como herramientas de Estados Unidos para controlar e intervenir en los países latinoamericanos.
Detrás del cambio de poder con la llamada “democracia electoral” y el control de la línea vital económica bajo el llamado “libre mercado”, el director de la agitación política y las crisis económicas que se han escenificado repetidamente en la historia latinoamericana es precisamente el vecino del norte.
En este reciente encuentro, los líderes sudamericanos criticaron el histórico intervencionismo y la hegemonía de Estados Unidos contra América Latina, demostrando una fuerte voluntad diplomática independiente.
Según el Consenso de Brasilia, los líderes latinoamericanos consideran “la estabilidad institucional, la soberanía y la no injerencia en asuntos internos” como importantes objetivos por los cuales se esfuerzan.
Cualquiera que entienda la historia de las relaciones entre América Latina y Estados Unidos comprenderá lo que significa la “estabilidad institucional”, la “soberanía” y la “no injerencia en asuntos internos”.
Lula también aprovechó la reunión para declarar a los medios que Estados Unidos impuso sanciones a Venezuela, lo que “es culpa de Estados unidos, que llevó a cabo un bloqueo extremadamente exagerado; un bloqueo peor que una guerra”.
En el mundo de hoy, la multipolarización y la globalización se han desarrollado ampliamente, la búsqueda de un desarrollo justo, de beneficioso mutuo y sostenible se ha convertido en una voz universal. Los líderes de los países sudamericanos también han puesto sus ojos en mercados más amplios, especialmente los del “sur global”.
Lula realizó una visita exitosa a China en abril, y los dos países firmaron un total de 15 documentos de cooperación en los campos de la reducción de la pobreza, la innovación científica y tecnológica, el espacio, la información y las comunicaciones y las finanzas.
Durante la visita, Lula señaló que los países emergentes tienen la capacidad de hacer cambios en el mundo, de forma de que sea menos pobre, menos desigual y más sostenible.
Por su parte, en la cumbre de Brasilia, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, también manifestó su intención de cooperar con los BRICS, agregando que el organismo internacional se ha convertido en “un gran imán” de las naciones que quieren un mundo de paz y cooperación, y que quieren “ser parte de los BRICS, de manera modesta”.
El mundo se enfrenta a cambios sin precedentes en los últimos cien años, entonces frente a nuevas oportunidades históricas, los países latinoamericanos se están esforzando por salir del “extraño círculo del destino histórico” mediante la independencia y la coordinación.
A este respecto, el mandatario de Argentina, Alberto Fernández, citó en su discurso al expresidente argentino Néstor Kirchner diciendo que “los viejos moldes se han roto, los nuevos problemas requieren la generación de nuevos tipos de soluciones.”
Fernández instó durante la cumbre a los países sudamericanos a “profundizar y concertar intereses sobre los que todos tengamos una misma posición frente al mundo”.