Otro alzamiento popular en Haití, donde las bandas criminales mandan
Victoria Korn
Haití está viviendo un alzamiento popular, que exige la inmediata renuncia del primer ministro de facto, Ariel Henry, que no tiene ningún mandato democrático. Los manifestantes expresaron claramente su objetivo final: obtener la dimisión de Henry. Su protesta se está intensificando, con promesas de mantener la presión hasta que se cumpla su demanda.
Con miles de haitianos en las calles durante semanas pidiendo la dimisión de Henry, el régimen respaldado por Estados Unidos está solicitando una intervención extranjera con aval de Naciones Unidas y tropas kenianas.
Hace tres años, Haití vivió un momento de esperanza con un masivo movimiento social de oposición al gobierno del entonces presidente Jovenel Moïse. En las calles de las principales ciudades del país llegó a haber más de un millón de personas en manifestaciones contra la corrupción del régimen, acusado de haber robado fondos internacionales destinados a atacar la pobreza.
Hoy, las organizaciones sociales que buscan una esperanza en medio de las crisis empalmadas de seguridad, gobierno y economía que atraviesa la nación caribeña no pueden convocar a ninguna movilización sin poner en riesgo la vida de los manifestantes, pues el espacio público ha sido tomado nuevamente, pero ahora por la brutalidad de las bandas criminales que asolan la capital y diversas provincias.
El Estado se ha desmoronado y las instituciones de este país de 11.4 millones de habitantes, de los que casi la mitad necesita ayuda humanitaria, según Naciones Unidas, funcionan al mínimo: no hay jefe de gobierno, pues Moïse, el último gobernante, fue asesinado por un comando extranjero en julio de 2021.
Tampoco hay Parlamento, pues en enero terminaron los mandatos de 10 senadores que permanecían en funciones simbólicas, la sede de la Corte Suprema fue tomada el año pasado por pandilleros y el organismo quedó inoperante por meses, las elecciones se han pospuesto indefinidamente.
Y, para colmo de males, el primer ministro Ariel Henry, al que los haitianos llaman Rey Ariel, porque no fue electo, tiene el respaldo de Estados Unidos y otras potencias, pero es tan impopular que prácticamente no sale de su residencia en Puerto Príncipe.
Camille Chalmers, dirigente del partido Rasin Kan Pèp y de la Plataforma para el Desarrollo Alternativo (Papda) en Haití, señaló que las pandillas fueron una de las respuestas que el régimen dio a las demandas sociales de 2020. Con ellas se ha creado un clima de miedo que impide a la gente manifestarse en las calles.
“La urgencia que tenemos es que como pueblo se nos impide hablar”, señala Sabine Manigat, socióloga y politóloga de la Universidad Quisqueya. El gobierno se ha entregado a las pandillas y las decisiones las toma la comunidad internacional, subraya, e insiste en que la imagen de Haití plasmada en la prensa extranjera, en la que resalta la miseria y la inseguridad, no pinta el cuadro completo de un país donde pervive un movimiento social, gente que se mantiene de pie y lucha y que requiere de la solidaridad internacional, no de una intervención.
El asesinato de Moïse, y después
Haití lleva casi tres años de revueltas regulares, provocadas por el intento del ex presidente Jovenel Moïse de prolongar su mandato más allá del límite. En el punto álgido de la revuelta, en julio de 2021, Moïse fue asesinado por una banda de mercenarios estadounidenses y colombianos, pero en realidad las circunstancias del incidente, incluida la identidad y los motivos de los autores, aún no están claras.
Tras el asesinato, Henry asumió el poder y, al igual que su predecesor, no tiene ningún interés en abordar la corrupción en el país ni en resolver la grave crisis económica a la que se enfrenta el pueblo haitiano. Los intereses de Henry son mantener la relación entre el capital haitiano y las potencias imperialistas que saquean el país. Esta es la misma relación que mantiene al pueblo haitiano en una intensa pobreza.
La escasez de alimentos alcanza a la mayoría de la población y la gasolina es prácticamente inasequible. Los hospitales están cerrando justo cuando la escasez de agua potable está provocando un brote de cólera. La policía ha respondido a la indignación de la población con violencia. Las bandas también se aprovechan de la crisis, y una de ellas ha llegado a bloquear el principal puerto del país.
Pero héte aquí que el papel de las bandas es la principal justificación de Henry para solicitar la intervención extranjera; sin embargo, destacados activistas sobre el terreno han señalado que estas bandas están vinculadas al gobierno.
Charles y Philippe
Detrás de esa escalada se encuentra el exsenador Moise Jean Charles, conocido en otra época por haber enfrentado a la Minustah (tropas injerencistas y criminales enviadas por las Naciones Unidas, que dejaron una secuela de violencia contra el pueblo haitiano) y el ex comisario entrenado por la CIA estadounidense, Guy Philippe, conocido por su pasado golpista contra el gobierno de Aristide en 2004.
Philippe acaba de ser extraditado desde EEUU tras cumplir 4 o 5 años de los 9 años que tenia alli de condena. Desde que arribara a Haití, Philippe ha proclamado que el país necesita una revolución, y para ello se planteó derrocar a Henry, acaparando la atencion de los medios. Se sabe mover con las bandas paramilitares. Visitó barrios haciéndose propaganda en distintas zonas del pais, y sobre todo en el sur, de donde proviene.
Sin embargo, el pueblo haitiano, más allá de las ambiciones de Philippe y a la actitud sinuosa de Jean Charles, se ha lanzado a la calle y durante estos tres últimos días ha paralizado el país mientras se suceden numerosas manifestaciones y enfrentamientos con la policía y las bandas paramilitares.
La intención es clara, sólo en las calles se resolverá este conflicto que ya lleva décadas por no decir siglos, en que la nación haitiana es sojuzgada por el imperialismo con sus secuelas racistas y xenófobas.
¿Rebelión?
Todos los pueblos y ciudades de Haití están cruzadas por barricadas, y se oyen disparos durante todo el día, mientras que las protestas contra el gobierno crecen hora a hora. El final es impredecible, pero lo cierto es que esta vez la rebelión parece imparable.
Los manifestantes exigen la salida del primer ministro, Ariel Henry, quien según el acuerdo del 21 de diciembre de 2022 debería proceder el 7 de febrero de 2024 a la instalación de un presidente electo. En Puerto Príncipe, parece estar en marcha una guerra entre la brigada de vigilancia de áreas protegidas (BSAP) y la Policía Nacional de Haití (PNH).
Ariel Henry declaró en la noche del miércoles en Radio Métropole que “me marcharé después de organizar las elecciones presidenciales y legislativas en todo el país. Quienes organizan manifestaciones que lo hagan de conformidad con la ley” .
Este miércoles 7 la ciudad de Les Cayes amaneció en un ambiente tenso y con muchas barricadas. Las calles, normalmente concurridas, ahora están bloqueadas, lo que hace imposible circular incluso en motocicleta. La situación es particularmente crítica en los alrededores del aeropuerto Antoine Simon. Las barricadas en la carretera nacional número 7 han creado un verdadero obstáculo, paralizando todos los desplazamientos hacia esta zona.
En Charpentier, en la carretera nacional número 7, los manifestantes utilizaron un poste eléctrico para bloquear la vía pública, imposibilitando el tránsito incluso para las motocicletas.
Mientras, militares de la Brigada de Vigilancia de Área Protegida (BSAP) iniciaron en la localidad de Juana Méndez (en la frontera con Dominicana) la “marcha de la Revolución” de Guy Philippe .Cientos de manifestantes en apoyo al exgolpista Guy Phillippe recorrieron las diferentes calles de la ciudad fronteriza con Dajabón vociferando: “Fuera Ariel Henry, queremos un nuevo Haití, queremos elecciones”.
Al menos cinco agentes de la BSAP fueron asesinados en Laboule 10. Agentes de la Policía Nacional de Haití son acusados de ser los autores del crimen. el ex director general de BSAP, Jeantel Joseph, había lanzado, la mañana del miércoles en Radio Télévision Caraibes (RTVC), un ultimátum al Primer Ministro para que abandonara el gobierno.
*Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)