Oscar Vázquez: Hay gran distancia entre los que tienen el poder en México y las necesidades de la sociedad
Tomás Forster-Nodal.am|
El 2017 comenzó agitado para el gobierno de Enrique Peña Nieto. El domingo pasado, 1 de enero, desde el momento que se efectivizó el aumento del 20 por ciento en el combustible, multitudes de mexicanos se movilizaron a lo largo y ancho del país para protestar por ese verdadero mazazo a sus bolsillos. Durante toda la semana, se vivieron cortes en las carreteras principales, bloqueos a estaciones de suministro, concentraciones contra empresas trasnacionales petroleras y una represión policial que se llevó varios muertos.
El clima se terminó de enrarecer con algunos saqueos que, según el sociólogo y dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Óscar Vázquez Chávez, “están relacionados con grupos de infiltrados y provocadores que buscan infundir miedo en la población y boicotear una protesta social numerosa, pacífica y justa”.
La ola de movilizaciones sorprendió a Peña Nieto en medio de sus vacaciones. Tardó varios días en salir hasta que finalmente reapareció y develó su estrategia discursiva: afirmó que el llamado “gasolinazo” era “doloroso pero inevitable”. La línea argumentativa, seguida por el resto de los portavoces del oficialismo, también planteó que se tomaba esa cuestionada decisión o se eliminaban los programas sociales existentes. Pronunciamientos que, hasta ahora, no lograron mitigar la indignación generalizada.
Y en medio del estado de ebullición que recorría el país, el miércoles 4, el mandatario tomó la primera decisión directamente vinculada a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Peña Nieto nombró al ex secretario de hacienda Luis Videgaray como canciller. Videgaray fue el artífice de la visita a México del magnate devenido en presidente antes de las elecciones en Estados Unidos. Esa jugada que lo llevó a renunciar en septiembre pasado, ahora le allanó el puesto de Canciller. “Los dados jugaron a favor de Videgaray”, sostiene Vázquez Chávez.
Presidente de Morena en la Delegación Cuauhtémoc, Vázquez Chávez dialogó en profundidad sobre esta caldeada actualidad mexicana y el rol de las fuerzas de izquierda en la etapa que se abre.
-¿Cómo analiza el momento que se vive por estos días, en México, a raíz del aumento en los precios del combustible dispuesto por el gobierno de Peña Nieto?
-Fue una decisión irresponsable porque puede desatar una espiral inflacionaria. Ahora, lo que estamos viendo son las reacciones de los sectores de la población más afectados por esta situación: los transportistas, por ejemplo. Por un lado, tenemos un conjunto de protestas ciudadanas, independientes, generadas a raíz del hartazgo que se vive en este momento. Por el otro, hubo un crecimiento en los últimos días de saqueos en la zona metropolitana en torno a la Ciudad de México y en la propia capital. Esos saqueos forman parte de una estrategia desligada de las protestas ciudadanas y populares. Los saqueos están relacionados con grupos de infiltrados y provocadores que buscan infundir miedo a la población y boicotear una protesta social numerosa, pacífica y justa.
El dato más fuerte es que en veinte estados del país se dieron protestas simultáneas por el gasolinazo. Eso muestra que se golpeó directamente la economía de las familias mexicanas. Morena ya propuso que se abra un período extraordinario de sesiones para echar atrás este gasolinazo y estamos a la espera de que los otros partidos políticos demuestren su voluntad para resolver un problema tan grave de alcance nacional como el que estamos viviendo.
-¿Qué consideración hace de las respuestas que dio el gobierno de Peña Nieto a la ola de protestas por los aumentos?
-La respuesta, ante todo, fue muy tardía. Desde el 1 de enero, hay cierres de carreteras neurálgicas para el flujo de las mercancías en el país. Y, la cabeza del gobierno federal, el comandante en jefe de nuestro Estado, tardó básicamente cuatro días en salir. El país se estaba incendiando, estaba y está en una situación muy compleja, y él se demora cuatro días. Peña Nieto y su equipo buscan demostrar que tienen todo el poder y la ciudadanía simplemente deben atenerse a las medidas que toman. El gobierno mexicano actual es cada vez más radicalmente conservador.
Existe una gran distancia entre los que tienen el poder y las necesidades y reclamos de los distintos sectores de la sociedad de México. Esta última medida del gasolinazo forma parte de los compromisos de Peña Nieto con las grandes trasnacionales petroleras, sobre todo estadounidenses, para entregar la riqueza energética mexicana. Y, además, permitir que esas mismas trasnacionales intervengan en todas las instancias de la cadena productiva del petróleo. Este es un gobierno dependiente, entregado a los intereses privados que lo llevaron a donde está. El gobierno de Peña Nieto les prometió toda la riqueza petrolera mexicana a los grandes capitales.
-Peña Nieto concluye su gobierno en el 2018, ¿cómo vislumbra que será este último tramo a partir de la tensión social y política suscitada en estos días?
-Este gobierno está subido a un barco que se hunde, que es el modelo neoliberal que se viene implementando en México. Están en un proyecto totalmente desbarrancado. El gasolinazo es el principio del fin del neoliberalismo en México. En el 2018, cuando llegue la contienda electoral, la vamos a poner punto final al neoliberalismo con la propuesta de Morena.
-En esta última semana, casi en un segundo plano por las protestas contra los aumentos, el ex Secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso retornó al gabinete de Peña Nieto, como canciller y a pocos días de que asuma Donald Trump en Estados Unidos. ¿Cuáles cree que fueron los motivos de este nombramiento?
-Cuando se invitó, de manera muy extraña e informal, a Trump a México, la iniciativa salió de Luis Videgaray que por esa polémica tuvo que renunciar. Ahora, triunfo de Trump mediante, sacan a (Claudia) Ruiz Massieu y entra Videgaray. Luis Videgaray es uno de los más cercanos a Peña Nieto desde hace años.
De todos modos, empezó con el pie izquierdo, cuando dijo “yo no sé de diplomacia, yo vengo a aprender”, algo inaudito cuando ¡es el nuevo máximo responsable de las relaciones exteriores! Videgaray pertenece a una escuela tecnócrata que pretendió imitar todo estos años el modelo neoliberal estadounidense. Es obvio que, con este movimiento, Peña Nieto pretende lograr una cercanía con Trump porque digamos que los dados cayeron de Videgaray a partir de lo que este pensaba que sucedería en las elecciones de Estados Unidos.
-En relación al escenario político que se viene, con las elecciones presidenciales en el 2018 en la mira y a sabiendas de que la izquierda mexicana aún se encuentra en un proceso de recomposición, ¿cómo ve una posible articulación entre las fuerzas populares y progresistas? ¿Es posible imaginar una unidad con el zapatismo, que anunció su respaldo, en el Congreso Nacional Indígena, a una candidata presidencial indígena?
-La agenda nacional para la izquierda está muy clara: es la lucha contra las reformas estructurales impuestas por Peña Nieto y por el Pacto por México, conformado por el PRI gobernante, el PAN –ambos de derecha- y el PRD, que se dice de izquierda pero con la firma de ese pacto abraza un proyecto neoliberal. Obviamente, este bloque pretender mantenerse hegemónico mientras que Morena, junto a muchas organizaciones sociales y populares, pretendemos revertir ese modelo. La iniciativa del zapatismo y de otros sectores indígenas de lanzar una candidata me parece interesante y algo que puede llegar a refrescar la vida política.
En términos electorales, puede llegar a no ser conveniente para nosotros pero los compañeros zapatistas están en su derecho y vamos a darle tiempo al tiempo. Si se concreta, y sortean todo el arduo proceso de recolección de firmas y habilitaciones que conlleva, veremos. De todos modos, es un buen indicador y esto es lo central: los compañeros indígenas están observando en la vía electoral una posibilidad de influir en la vida pública. Si no se concreta la candidatura que intentan, Morena debe acercarse a estos sectores para invitarlos a participar y formar parte de un sólo bloque contrahegemónico. Habrá que encarar un proceso de diálogo en ese sentido. Morena hoy está buscando la conformación de un gran movimiento nacional, ciudadano y popular que en el 2018 apoye la candidatura de Manuel López Obrador y, con ello, comencemos una nueva época.