“Ochenta y tres medios publican todos los días media página contra el gobierno de Maduro”
Mario Hernandez – Rebelión
– Con nosotros Modesto Emilio Guerrero. Recientemente estuviste en Venezuela. Supongo traerás noticias frescas como lo son las que voy a pasar a comentarte publicadas en los últimos días.
“Reaparecen las barricadas en Venezuela. Fue en Táchira”. Clarín, 27 de agosto
“Otra cara de la crisis. Por escasez la obesidad es un flagelo en Venezuela”. La Nación, 29 de agosto.
– Clarín se refiere al caso de una o dos barricadas que se armaron en Táchira que no cambian nada, no es la andanada o embestida de febrero/marzo/abril. Nada que ver, es un hecho absolutamente marginal que le sirve para titular. Es parte del acuerdo que hicieron con 83 medios de las 3 redes de medios de América, para publicar todos los días hasta media página contra el gobierno de Maduro. Cualquier dato o hecho por menor que sea lo convierten en materia importante.
– Hoy la tapa de La Nación se refiere a “una verdadera epidemia de obesidad como consecuencia de la escasez de alimentos que hace cada vez más difícil llevar a la mesa platos saludables y empuja al consumo de comida chatarra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 67,5% de los venezolanos mayores de 20 años tienen sobrepeso, la cifra más alta de América Latina y muy cercana a la tasa de 69% de EE. UU.”
– Eso puede ser verdad, pero no dice la razón y la que da no es verdadera. El dato que falta para que sea completa la información es cuántas calorías consume un niño venezolano desde hace 12 o 13 años según la misma OMS y cuántas un adulto por día. Ese es el dato clave, no cuántos obesos más o menos, porque con ese mismo dato EE. UU. sería el país más hambriento del planeta porque es el de mayor proporción de obesos en el mundo. Esa es una comidilla entre quienes manejamos información internacional. Los norteamericanos serían hambrientos, pero no es así. El problema es que tienen exceso de calorías, comen mal, por la cantidad o ingesta de calorías.
La composición o combinación de la dieta venezolana se transformó desde 1950, cuando Venezuela deja de ser un país agrícola y pasa a ser petrolero, de comidas en base a productos agrícolas a enlatados y chatarra. En los ’60 más del 60% de la población adulta consumía comida chatarra. Los niños comenzaron a hacerlo en la década siguiente.
El problema es que hay un exceso de ingesta de grasas junto con harinas de maíz pre-cocidas para las arepas. Es exactamente por lo opuesto, es porque hay exceso de ingreso de calorías más una vida muy acelerada por la explotación del trabajo urbano, muy mal organizada como vida civil capitalista urbana, una de las peores de América Latina junto a Brasil y Perú, son estudios de urbanistas, hace que el cuerpo conserve más calorías.
Hay un estado de preocupación generalizada, no solo en la vanguardia chavista
– No quería dejar pasar este tipo de informaciones. Es importante responderles a los dos diarios de mayor tirada en Argentina. ¿Cómo encontraste Venezuela?
– Con señales contradictorias, que toda sociedad las tiene, pero no en el grado de intensidad, de vivacidad, de sensibilidad como Venezuela.
Por un lado, me llamó la atención que en medio de una crisis económica tan dura como arrastra el país desde hace más o menos cinco años, que deberían decirlo Clarín y La Nación si fueran honestos periodísticamente, no se ven casi mendigos en las calles.
Segundo, que están limpias, porque Caracas fue sucia históricamente, siempre llena de mendigos hasta 2003/4. En 2005 una Misión del gobierno comenzó a revertir esa situación. Pero hasta ese momento, ese modo de barbarie de miles de mendigos arrastrándose y pidiendo en las calles, dominó la imagen visual de Caracas. Sorprende verla limpia y sin mendigos, salvo en algunos lugares. Hay una Misión llamada Negra Hipólita, quien amamantó al Libertador Simón Bolívar, una esclava, que se encarga de recogerlos, bañarlos, alimentarlos, darles techo aunque algunos se escapan.
¿Quién garantiza la limpieza? La Alcaldía del Municipio Libertador que logró asear Caracas.
Ese es el primer signo, el segundo es la angustia. Hay mucha preocupación, con niveles de angustia en la población chavista. Acá evalúo a toda la población, pero me interesa particularmente aquélla. Hay niveles de angustia porque el 34% de los productos comestibles del país se van a Colombia. Ese es un estado de guerra.
– Hay un contrabando muy fuerte.
– Donde hay connivencia, participación de sinvergüenzas del sector privado y público. ¿Quién controla el territorio y las fronteras sino los organismos públicos? ¿Quién controla las armas? Hay sinvergüenzas de las Fuerzas Armadas, de la Administración de Aduanas y comerciantes privados que compran con dólares baratos del Estado y venden a Colombia 14 veces más caros. Esto ha generado estados de angustia y es preocupante porque cada vez son más las señales.
También es verdad, incluso medios amigos del chavismo no lo saben explicar, que hay un repunte de la reposición de alimentos, del abastecimiento. Yo pude comprar para traer, excepto café que solo se consigue por andanadas, harina pan y otros productos característicos del consumo venezolano, los pude conseguir, un año, seis meses atrás era imposible.
Ese es un dato, pero también está el otro que es político. Hay un estado de preocupación generalizada, no solo en la vanguardia que era lo que creía hasta hace un mes. Estoy hablando de gente chavista común, que no es enemiga y no puede ser que la CIA tenga tantos agentes en Venezuela, son cientos de miles que están muy preocupados por la dinámica.
Te sumo otra paradoja. A pesar de lo que te estoy contando, Maduro tiene buena imagen porque ha sabido sobrevivir a dos crisis violentísimas pero, al mismo tiempo, la gente siente que el gobierno, no Maduro, no está dando las respuestas suficientes, duras, de cirugía para eliminar el contrabando. Recién ahora comenzó un plan militar, veamos qué pasa en un mes.
El III Congreso del PSUV
– Nos queda poco tiempo y quería pedirte un breve balance del III Congreso del PSUV.
– Me pedís meter un coche en una trompeta. Este Congreso sirvió para una sola cosa y esto lo define: disciplinar el funcionariado, una parte de la vanguardia y corrientes internas del chavismo a la orden oficial de Estado, a las dos corrientes que manejan la gobernabilidad, la de Diosdado Cabello y la de Nicolás Maduro, que funcionan por acuerdo. Se necesitan. Hay otras corrientes, pero sirvió para poner coto, bloque, disciplinar a todo el aparato político partidario a la necesidad del aparato político gubernamental, o sea, a lo que llaman la gobernabilidad de la transición, que es traumática y tiene un sistema de gobierno que busca sustituir el rígido o sólido establecido por Hugo Chávez.
Este sistema se cayó con la muerte de Chávez, aunque ya venía haciéndolo con la enfermedad. Armar otro cuesta, sobre todo, en un país donde se lo hizo alrededor de una persona que ya no está. Eso está rearmándose, lo que implica acuerdos y desacuerdos. Entonces, los ex ministros Giordani y Navarro son parte del desacuerdo, Marea Socialista es otra expresión, es una corriente que tenía contradicciones en el programa pero convivía al igual que otras más duras como la “Bolívar y Zamora” o los “Tupamaros”. Ahora no les permiten convivir en la misma casa del PSUV. Esa es la orden que dio Diosdado Cabello.