“Nosotros que aquí estamos por vosotros esperamos”: un trabajo cinematográfico
Felipe Martins Oliveira Santana|
Este texto tiene como propósito analizar y exponer determinados aspectos de la producción cinematográfica brasileña, titulada, Nosotros que aquí estamos por vosotros esperamos (Marcelo Masagão, 1999), siendo: el contexto de su producción; los principales cuestionamientos y elementos estéticos que componen el montaje de las escenas; la lectura que esa trama construye con respecto al proceso histórico del siglo XX; y especialmente, el diálogo que la película realiza con la Historia y el Psicoanálisis.
La obra fílmica, “Nosotros que aquí estamospor vosotros esperamos”, es una película brasileña de 1999, dirigida por el cineasta Marcelo Masagão. Aunque pertenece al género de las películas mudo, en el que las imágenes, casi por sí mismas, estructuran la narrativa, aparecen constantemente frases que se exponen aleatoriamente, y que en el conjunto, entre las imágenes y la banda sonora, provoca en el espectador la necesidad de reflexión en cada recorte presentado, llevándolo a tejer sus propios sentidos.
Esta compilación de imágenes, imágenes en movimiento, músicas y frases esparcidas, produce, durante toda la trama, ese efecto, en el cual la comprensión de las escenas presentadas sólo es dada mediante una elaboración directa por parte del espectador.
Este artificio que hace al lector (a) un autor (a) del sentido de la obra apreciada, es decir, donde el núcleo de los argumentos sólo es fabricado y encontrado a partir de una deliberación autónoma por parte del lector (a), fue utilizado por grandes maestros del séptimo arte como Charlie Chaplin, a ejemplo de su clásico Tiempos Modernos (1936), y por grandes filósofos como Friedrich Nietzsche, en Así habló Zaratustra (1883).
Antes de analizar los desdoblamientos de la trama, es importante atenerse al contexto del final del siglo XX en que su producción se inserta. Al igual que Eric Hobsbawm, que en 1994 publica su libro “Era de los Extremos”, obra que discurre sobre el siglo que entonces se encierra, Masagão produce, en 1999, “Nosotros que aquí estamos por vosotros esperamos”, acercándose a él algunos aspectos al trabajo del historiador inglés. Esta aproximación puede ser comprendida en lo que concierne al recorte temporal considerado por ellos, o al esfuerzo de investigación realizado por el cineasta en la selección de los documentos audiovisuales que compone su producción, demostrando una preocupación documental muy peculiar al ejercicio del historiador. Entonces, la frase de apertura de la película es: “El historiador es el Rey”.
Así pues, Masagão y Hobsbawm se aproximan tanto por el período en que publicaron sus obras-década de los 90-, como por la preocupación de ambos con el trabajo de investigación documental, y, principalmente, por el objeto de sus respectivas análisis, el siglo XX. Se puede decir que Masagón hace un examen del “breve siglo XX” transcurriendo sutilmente entre lo ficcional y lo documental.
Entrando ahora en el análisis estético de la película, ella presenta una lectura del siglo XX hecha a través de imágenes que son engendradas sin un nexo de linealidad cronológica rigurosamente definido. Este montaje desprovisto de un rigor con la lógica temporal / lineal, proporciona a la película una centralidad en la figura del ser humano, sus realizaciones, sus infortunios y su relativa libertad de actuar. Al mismo tiempo, se rompe con la demasiada racionalización del mundo producida por los discursos científicos, por ejemplo de las propias narrativas de la Ciencia Histórica y de la Filosofía de la Historia, que, aunque sean esenciales en la significación del tiempo, contribuyendo a su inteligibilidad, vida en palabras y conceptos.
Por lo tanto, la película tiene el cuidado de presentar no sólo los dramas históricos de la humanidad, sino también aquellos que componen la vida subjetiva de los seres humanos; no sólo la belleza que hay en la capacidad inventiva de hombres y mujeres, sino también aquello que puede traer el lado más oscuro y destructivo en sus creaciones.
Aquí, es importante recordar que el siglo XX se inició como la época que señalaría el éxito de la ciencia y de la racionalidad humana, teniendo el desarrollo científico como el más elevado imperativo orientador de la vida. Sin embargo, esa creencia exacerbada en torno al pensamiento técnico-científico no condujo a la humanidad, tal como se había prometido, a una realidad de mediación y solución de los conflictos, sino que, al contrario, reveló al mundo su poder de devastación en dos grandes guerras mundiales.
En esta obra cinematográfica, imágenes de fenómenos históricos importantes se enfrentan a imágenes de simples realizaciones humanas, explicitando las contradicciones de la vida, de la sociedad y de los valores humanos. De esta manera, aún al principio de la película aparecen las siguientes frases: “pequeñas historias, grandes personajes; grandes personajes, pequeñas historias”.
El comienzo de las contradicciones abordadas en la película, se expresa, en principio, en el desarrollo técnico-científico de inicios del siglo XX, época en que se tuvo una gran producción de ideas, de máquinas complejas, pero también de “refinadas bombas”. En el mismo sentido de las contradicciones, el autor nos muestra la reducción en el tiempo de fabricación de un auto de Ford, que de 14 horas, fue a 1 hora y 33 minutos, siendo que uno de los trabajadores de esa fábrica, el obrero Alex Anderson, trabaja 12 horas al día, incluso los sábados, y sin embargo, nunca tuvo siquiera un coche. Lo que hablar también del supuesto boliviano Juan Domingues, trabajador campesino, que en 1994 nunca había visto una televisión, pero le gustaba Coca-Cola.
Otro montaje presente en la película que hace evidente las contradicciones, es el supuesto matrimonio Hans y Anna. Ellos se casan a la prisa en 1914 debido a la Primera Guerra Mundial, y luego Hans va al frente disparar bombas, mientras que Anna trabaja produciendo las bombas.
Toda esta narrativa relacionada con la figura de Hans y Anna, es desencadenada a partir de algunas frases y por una secuencia de imágenes en movimiento concernientes a documentos de la Primera Guerra Mundial, que, en el caso de Hans, son escenas de vagones transportando soldados, soldados en marcha, soldados de artillería y explosiones. De la misma manera, la figura de Anna es narrada con imágenes en movimiento de mujeres produciendo y transportando bombas en una fábrica, armas que serán utilizadas en el frente en que su marido se encuentra, denotando aún más la contradicción.
La canción seleccionada para esta escena, titulada “Struggle for placer” (1983), del compositor belga WimMertens, contribuye aún más a la cadencia en el movimiento de las imágenes, demostrando el cuidadoso criterio selectivo del cineasta, que va desde la elección de las imágenes, hasta la elección de la banda sonora, bellísimas composiciones de WimMertens.
En el caso de las explosiones de las bombas atómicas, se trata de una fotografía familiar, que se ha convertido en una fotografía de la familia de Takano, una supuesta familia japonesa que curiosamente tiene 1945 como la fecha de fallecimiento de todos sus miembros.
Uso la palabra”supuestamente“, porque toda la elaboración narrativa de esa película es conjetural, o sea, los sentidos de las escenas son construidos por el espectador a través del efecto sugestivo de las mismas. Así, la escena de la bomba atómica estallando junto con la fotografía de la familia Takano, más las fechas del fallecimiento de todos los miembros de esa familia en 1945, nos lleva, por sugerencia, a la hipótesis de una familia japonesa liquidada por el arma nuclear. Este aspecto de la sugerencia acompaña toda la trama y se explicita en el propio título que da nombre a la película –“Nosotros que aquí estamos por vosotros esperamos”- retirado de las inscripciones de un cementerio.
Todo ese aspecto sugestivo presente en la obra, tal vez se debe al hecho de que Masagão haya estudiado psicología, ya que el factor de la sugestión, es uno de los elementos estructurantes del pensamiento psicoanalítico. En este sentido, si observamos profundamente su obra, vamos a percibir que ella intenta realizar realmente un examen psicoanalítico del siglo XX, o dicho de otra forma, un ajuste de cuentas con ese siglo en ocaso, a fin de sanar los traumas que se adquirieron en esa experiencia histórica.
Este examen psicoanalítico, a su vez, requiere que los traumas emerjan en la conciencia para que sean sometidos a su examen, saliendo así del enclaustramiento del inconsciente y del resentimiento. Tal vez, por todo eso,Masagão coloca como segunda frase de la película los siguientes: “Freud es la Reina”, siendo la primera: “El Historiador es el Rey”.
En términos de Teoría de la Historia, ese debate acerca de una necesidad de esclarecimiento sobre el pasado, a fin de retirar imperativos categóricos nacidos de la violencia histórica, es una cuestión seriamente discutida por pensadores como Paul Ricoeur, en La memoria, la historia, el olvido(2000), y Theodor W. Adorno, en Dialéctica negativa (1966) y en su ensayo”¿Qué significa la elaboración del pasado?”(1959).
Según Adorno apud. Gagnebin: A mí me parece mucho más que el consciente nunca puede traer consigo tanto desastre como el semi y el preconsciente. Lo que, sin duda, importa realmente es la manera en que el pasado se hace presente; si se permanece en la mera recriminación o si se resiste al horror a través de la fuerza de aún comprender lo incomprensible. (ADORNO apud. GAGNEBIN, 2006, página 102).
De esta forma, considerando las últimas palabras de la cita, creo que esa es la principal preocupación de Masagão, incitar nuestra fuerza para resistir a los horrores y las contradicciones históricas abordadas en la película, a fin de que el propio espectador, produzca por sí mismo, la comprensión de lo incomprensible.
Es importante subrayar, que su trabajo en hacer presente el siglo XX en la memoria, no se asocia en nada a la lógica del recordar por recordar, que pueden acarrear usos abusivos de la misma. Aquí, desde el punto de vista de la Teoría de la Historia, su obra cinematográfica se aproxima mucho a los preceptos de Adorno como la preocupación por el acto del recuerdo, pues, para ambos, ella debe estar sujeta al escrutinio de la conciencia racional.
En el caso de Freud, se trata de una de las más importantes de la historia de la humanidad, que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo. 103-104). Así, “Nosotros que aquí estamos por vosotros esperamos”, agrega en sí, una sofisticada preocupación por la construcción de la memoria histórica, sometiéndola al examen psicoanalítico. Además, cabe reiterar que la película, de forma admirable, conduce al espectador a hacer ese trabajo de perlaboración tanto con la historia del siglo XX, como con los propios dramas y contradicciones de la subjetividad humana.
El análisis sobre esta película, se puede sintetizar, en su valor estético y filosófico, además de terapéutico. Esta película brasileña, eleva al más alto nivel, la compleja relación entre historia, Ciencia Histórica y Psicoanálisis, según lo expresado en las dos primeras frases de la película: “El Historiador es el Rey; Freud la Reina”.
*Graduado em História pela Universidade Estadual de Feira de Santana (UEFS), Brasil – BA. Com enfoque na área de Ensino de História e Didática da História. Integrante de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP)
ORIGINAL EN PORTUGUES
“Nós que Aqui Estamos por Vós Esperamos”: um trabalho cinematográfico de perlaboração do século XX.
Felipe Martins Oliveira Santana[1]
Esse texto tem como propósito analisar e expor determinados aspectos da produção cinematográfica brasileira, intitulada, Nós que Aqui Estamos por Vós Esperamos (Marcelo Masagão, 1999), sendo: o contexto da sua produção; os principais questionamentos e elementos estéticos que compõem a montagem das cenas; a leitura que essa trama constrói a respeito do processo histórico do século XX; e especialmente, o diálogo que o filme realiza com a História e a Psicanálise.
A obra fílmica, “Nós que Aqui Estamos por Vós Esperamos”, é um filme brasileiro de 1999, dirigido pelo cineasta Marcelo Masagão. Embora pertença ao gênero dos filmes mudo, no qual as imagens, quase que por si só, estruturam a narrativa, aparecem constantemente frases que são expostas aleatoriamente, e que no conjunto, entre as imagens e a trilha sonora, provoca no telespectador a necessidade de reflexão em cada recorte apresentado, o levando a tecer seus próprios sentidos.
Essa compilação de imagens, imagens em movimento, músicas e frases esparsas, produz, durante toda a trama, esse efeito, no qual a compreensão das cenas apresentadas só é dada mediante uma elaboração direta por parte do telespectador.
Esse artifício que torna o leitor(a) um(a) autor(a) do sentido da obra apreciada, isto é, onde o cerne dos argumentos só é fabricado e encontrado a partir de uma deliberação autônoma por parte do leitor(a), foi utilizado por grandes mestres da sétima arte como Charlie Chaplin, a exemplo do seu clássico Tempos Modernos (1936), e por grandes filósofos como Friedrich Nietzsche, em Assim Falou Zaratustra (1883).
Antes de analisar os desdobramentos da trama, é importante se ater ao contexto do final do século XX em que a sua produção se insere. Tal como Eric Hobsbawm, que em 1994 publica o seu livro “Era dos Extremos”, obra essa que discorre sobre o século que então se encerra, Masagão produz, em 1999, “Nós que Aqui Estamos por Vós Esperamos”, aproximando-se em alguns aspectos ao trabalho do historiador inglês. Essa aproximação pode ser compreendida seja no que concerne ao recorte temporal considerado por eles, ou ao esforço de pesquisa realizado pelo cineasta na seleção dos documentos audiovisuais que compõe a sua produção, demonstrando uma preocupação documental muito peculiar ao exercício do historiador. Não à toa, a frase de abertura do filme é: “O Historiador é o Rei”.
Assim sendo, Masagão e Hobsbawm se aproximam tanto pelo período em que publicaram as suas obras – década de 90 –, quanto pela preocupação de ambos com o trabalho de pesquisa documental, e, principalmente, pelo objeto das suas respectivas análises, o século XX. Pode-se dizer que Masagão faz um exame do “breve século XX” transcorrendo sutilmente entre o ficcional e o documental.
Adentrando agora na análise estética da película, ela apresenta uma leitura do século XX feita através de imagens que são engendradas sem um nexo de linearidade cronológica rigorosamente definido. Essa montagem desprovida de um rigor com a lógica temporal/linear, proporciona ao filme uma centralidade à figura do ser humano, às suas realizações, aos seus infortúnios e à sua relativa liberdade de agir. Ao mesmo tempo, rompe-se com a demasiada racionalização do mundo produzida pelos discursos científicos, a exemplo das próprias narrativas da Ciência Histórica e da Filosofia da História, que, embora sejam essenciais na significação do tempo, contribuindo para a sua inteligibilidade, diluem a vida em palavras e conceitos.
Portanto, a película tem o cuidado de apresentar não apenas os dramas históricos da humanidade, mas também aqueles que compõem a vida subjetiva dos seres humanos; não apenas a beleza que há na capacidade inventiva de homens e mulheres, como também, aquilo que eles podem trazer de mais obscuro e destrutivo em suas criações.
Aqui, é importante lembrarmos que o século XX iniciou-se como a época que assinalaria o êxito da ciência e da racionalidade humana, tendo o desenvolvimento científico como o mais elevado imperativo norteador da vida. Contudo, essa crença exacerbada em torno do pensamento técnico-científico não conduziu a humanidade, tal como fora prometido, para uma realidade de mediação e solução dos conflitos, mas, ao contrário, revelou ao mundo o seu poder de devastação em duas grandes guerras mundiais.
Nessa obra cinematográfica, imagens de fenômenos históricos importantes são confrontadas com imagens de simples realizações humanas, explicitando as contradições da vida, da sociedade e dos valores humanos. Dessa maneira, ainda no início do filme aparece as seguintes frases: “pequenas histórias, grandes personagens; grandes personagens, pequenas histórias”.
O esteio das contradições abordadas na película, se expressa, a princípio, no desenvolvimento técnico-científico do início do século XX, época em que se teve uma larga produção de ideias, de máquinas complexas, mas também, de “refinadas bombas”. Nesse mesmo sentido das contradições, o autor nos mostra a redução no tempo de fabricação de um carro da Ford, que de 14 horas, foi para 1 hora e 33 minutos, sendo que um dos trabalhadores dessa fábrica, o operário Alex Anderson, trabalha 12 horas por dia, inclusive aos sábados, e no entanto, nunca teve sequer um carro. O que falar também do suposto boliviano Juan Domingues, trabalhador do campo que, em 1994, ainda nunca tinha visto uma televisão, mas gostava de Coca-Cola.
Outra montagem presente no filme que torna evidente as contradições, é o suposto casal Hans e Anna. Eles se casam às pressas em 1914 devido à Primeira Guerra Mundial, e logo em seguida, Hans vai para o front atirar bombas, enquanto que Anna trabalha produzindo as bombas.
Toda essa narrativa relacionada à figura de Hans e Anna, é desencadeada a partir de algumas frases e por uma sequência de imagens em movimento – imagens estas concernentes a documentos da Primeira Guerra Mundial –, que, no caso de Hans, são cenas de vagões transportando soldados, soldados em marcha, soldados da artilharia e explosões. Da mesma maneira, a figura de Anna é narrada com imagens em movimento de mulheres produzindo e transportando bombas em uma fábrica, armas que serão utilizadas no front em que seu marido se encontra, denotando ainda mais a contradição.
A canção selecionada para essa cena, intitulada, “Struggle for pleasure” (1983), do compositor belga Wim Mertens, contribui ainda mais para a cadência no movimento das imagens, demonstrando o cuidadoso critério seletivo do cineasta, que vai desde a escolha das imagens, até a escolha da trilha sonora – toda ela composta pelas belíssimas composições de Wim Mertens.
Seguindo ainda a trilha sonora de “Struggle for pleasure”, Masagão inicia a exposição da Segunda Guerra Mundial utilizando cenas das bombas atômicas que foram lançadas pelos Estados Unidos no Japão. A essas imagens das destrutivas bombas atômicas, soma-se uma fotografia da família Takano, uma suposta família japonesa que curiosamente tem 1945 como a data de falecimento de todos os seus membros.
Faço uso da palavra “supostamente”, porque toda a elaboração narrativa desse filme é conjectural, ou seja, os sentidos da cenas são construídos pelo telespectador através do efeito sugestivo das mesmas. Assim sendo, a cena da bomba atômica explodindo, juntamente com a fotografia da família Takano, e mais, as datas do falecimento de todos os membros dessa família em 1945, nos leva, por sugestão,à hipótese de uma família japonesa liquidada pela arma nuclear. Esse aspecto da sugestão acompanha toda a trama e se explicita no próprio título que dá nome ao filme – Nós que aqui estamos por vós esperamos – retirado das inscrições de um cemitério.
Todo esse aspecto sugestivo presente na obra, talvez se deva ao fato de Masagão ter estudado psicologia, já que o fator da sugestão, é um dos elementos estruturantes do pensamento psicanalítico. Ainda nesse sentido, se observamos profundamente essa sua obra, iremos perceber que ela tenta realizar realmente um exame psicanalítico do século XX, ou, dito de outra forma, um acerto de contas com esse século em ocaso, afim de sanar os traumas que foram adquiridos nessa experiência histórica.
Este exame psicanalítico, por sua vez, requer que os traumas emerjam na consciência para que sejam submetidos ao seu exame, saindo assim do enclausuramento do inconsciente e do ressentimento. Talvez, por tudo isso, Masagão coloca como segunda frase do filme os dizeres: “Freud é a Rainha”, sendo a primeira frase, “O Historiador é o Rei”.
Em termos de Teoria da História, esse debate a respeito de uma necessidade de esclarecimento sobre o passado, afim de retirar imperativos categóricos nascidos da violência histórica, é uma questão seriamente discutida por pensadores como Paul Ricoeur, em seu “A memória, a história, o esquecimento” (2000), e Theodor W. Adorno, em sua “Dialética negativa” (1966)e em seu ensaio “O que significa a elaboração do passado?” (1959). Segundo Adorno apud. Gagnebin:
A mim me parece muito mais que o consciente nunca pode trazer consigo tanto desastre como o semi e o pré-consciente. O que, sem dúvida, importa realmente é a maneira pela qual o passado é tornado presente; se se permanece na mera recriminação ou se se resiste ao horror através da força de ainda compreender o incompreensível. (ADORNO apud. GAGNEBIN, 2006, p. 102).
Dessa forma, considerando as últimas palavras da citação acima, penso que essa é a principal preocupação de Masagão, incitar a nossa força para resistir aos horrores e as contradições históricas abordados na película, afim de que, o próprio telespectador, produza por si mesmo, a compreensão do incompreensível.
É importante salientar, que esse seu trabalho em tornar o século XX presente na memória, não se associa em nada à lógica do lembrar por lembrar, que podem acarretar em usos abusivos da mesma. Aqui, do ponto de vista da Teoria da História, sua obra cinematográfica se aproxima muito aos preceitos de Adorno quanto a preocupação com o ato da lembrança, pois, para ambos, ela deve estar sujeita ao escrutínio da consciência racional.
Retomando o caráter deperlaboração do filme, Masagão entra também em consonância com Paul Ricoeur, pois esse filósofo “propõe apoiar-se nas ‘propostas terapêuticas’ de Freud para melhor compreender os processos coletivos e políticos de elaboração do passado” (GAGNEBIN, 2006, p. 103-104). Assim, “Nós que Aqui Estamos por Vós Esperamos”, agrega em si, uma sofisticada preocupação com a construção da memória histórica, submetendo-a ao exame psicanalítico. Além disso, cabe reiterar que o filme, de forma admirável, conduz o telespectador a fazer esse trabalho de perlaboração tanto com a história do século XX, quanto com os próprios dramas e contradições da subjetividade humana.
Por fim, fundamentado em toda a análise aqui feita sobre esse filme, se posso sintetizar da melhor forma e em poucas palavras, o seu valor estético e filosófico, além de terapêutico, é ratificando que esse filme brasileiro, eleva ao mais alto nível, a complexa relação entre história, Ciência Histórica e Psicanálise, conforme expresso nas duas primeiras frases do filme: “O Historiador é o Rei; Freud a Rainha”.
REFERÊNCIAS
AGUIAR, Fernando. Psicanálise e Psicoterapia: o Fator da Sugestão no ‘Tratamento Psíquico’. Psicologia: Ciência e Profissão jan/mar. 2016, vol.36 Nº 1, 116-129.
GAGNEBIN, Jeanne Marie. Lembrar escrever esquecer. São Paulo: Editora. 34, 2006. 224 p.
HOBSBAWM, Eric J., Era dos extremos: o breve século XX 1914-1991. Tradução: Marcos Santarrita. São Paulo: Companhia das Letras, 1995.
NÓS que Aqui Estamos por Vós Esperamos. Direção e produção: Marcelo Masagão. Roteiro: Marcelo Masagão. Distribuição: Riofilmes. Brasil, 1999. Disponível em: <https://www.youtube.com/watch?v=gA1rGqnJ-qo >. Acessado em 03/02/2019.
FREUD, Sigmund. “Recordar. repetir, perlaborar” (1914), “Inhibición, síntoma, angustia” (1926).
*Graduado em História pela Universidade Estadual de Feira de Santana (UEFS), Brasil – BA. Com enfoque na área de Ensino de História e Didática da História. Integrante de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP)
[1]Graduado em História pela Universidade Estadual de Feira de Santana (UEFS), Brasil – BA. Com enfoque na área de Ensino de História e Didática da História. Integrante de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP)