El argumento del oficialismo para establecer bases militares extranjeras es que permitirá fortalecer las capacidades operativas del Estado ecuatoriano en su lucha contra el crimen organizado trasnacional, el narcotráfico, la minería ilegal, la trata de personas. Entre otras razones los legisladores oficialistas defienden que durante la operación de la Base de Manta, las incautaciones de cocaína aumentaron en un 498 por ciento.

El exvicecanciller Kintto Lucas señaló que “Con la Consulta Popular, la familia gobernante del Ecuador intenta transformar definitivamente a todo el país en una hacienda bananera, o en un Huasipungo. Por eso la población que no quiere ser esclava dirá NO. Habrá que estar muy atentos al fraude”. 

La legisladora Nuria Butiñá, del opositor movimiento Revolución Ciudadana (RC), advirtió el día de la votación que la reforma constitucional podría dejar abierta la posibilidad de que decisiones políticas coyunturales comprometan de forma irreversible la soberanía territorial y militar del Estado.

El correísmo publicó un comunicado en redes sociales en el que señalaba: “La experiencia internacional y la nuestra, demuestran que la presencia de bases militares extranjeras no erradica el crimen, lo encubre, lo transforma, lo protege”. Y remarcaron: “Ojalá algún día, soberanamente entendamos que: ¡La patria no es moneda de cambio ni tapete para los serviles!

Las otras seis preguntas del referéndum propuesto por el gobierno de Noboa tienen que ver con el financiamiento estatal de las organizaciones políticas, la reducción del número de asambleístas y la contratación por horas en el sector del turismo. Además plantea la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), organismo encargado de la designación de autoridades como la de la Fiscalía o Contraloría, o que los jueces de la Corte Constitucional puedan ser juzgados políticamente.