No boicotear la Argentina: el dólar y la extranjerización de la economía
JUAN GUAHÁN| Ante una exacerbada dramatización de la situación, un observador distraído podría preguntarse: ¿Qué capítulo me perdí? El clima que muchos aspiran crear está lejos del 54% de las últimas elecciones. Más allá de este juego el tema del dólar tiene que ver con la extranjerización de la economía y hay nuevas medidas según las cuales los servicios se pagarán de acuerdo a la capacidad económica. Denuncian que “la mitad era para la policía”, en Brasil Question Latinoamérica
En dos actos realizados esta semana la Presidenta trató de parar esta oleada que se desarrolla en torno al dólar y algunos conflictos sindicales. ¡No boicotear a la Argentina! Fue lo que pidió. El sindicalismo fue el primer destinatario. Eso pasó en un acto en Usuhaia. Al día siguiente lo repitió, con mayor fuerza aún, dirigido –esta vez- a los empresarios, esto último fue en Rosario.
El pedido a los sindicalistas lo hizo en medio del conflicto con un sector (Asociación de Personal Técnico Aeronáutico) de los empleados de Aerolíneas Argentinas. Frente a ello el gobierno salió con “los tapones de punta”. Argumentos no le faltan. El principal de ellos es el nivel de ingresos que tienen la mayor parte de los mismos.
La diferencia con la situación de la mayor parte de los argentinos produce un fuerte impacto en la opinión pública. Este conflicto tiene muchas aristas, una de las principales tiene que ver con el futuro de Aerolíneas. Hoy, si miramos su situación institucional, Aerolíneas está en el limbo, no obstante que el Estado aporta más de un millón de dólares diarios para cubrir su déficit.
El Grupo Marsans aún conserva algunos derechos sobre la empresa aunque la maneje el gobierno. Ahora hay que discutir cómo se sale de esa situación. Ese debate tiene mucho que ver con estos últimos conflictos. Algunos proponen la estatización definitiva. Otros hablan de asociarse con capitales privados. Los gremios son parte activa de este debate, donde hay mucho dinero en juego. La situación se complica aún más porque los 8/9 mil empleados de Aerolíneas están agrupados en 7 gremios.
Lo cierto es que el gobierno no se anduvo con chiquitas y pidió que le fuera suspendida la personería gremial al sindicato que, según el propio gobierno, provocó el conflicto. También reintegró a la Fuerza Aérea una parte de las actividades de control aéreo que desarrollaban afiliados a ese gremio. El dirigente sindical se defendió diciendo que ellos no habían decretado ningún paro. La CGT y la CTA (dirigida por Pablo Micheli) salieron a cuestionar esa medida y le pidieron al gobierno que dialogue con el gremio. Dicho sea de paso el dirigente involucrado -Ricardo Cirielli- fue subsecretario en el área de trasporte durante el gobierno de Néstor Kirchner.
Lo cierto es que Cristina, cuando hizo su planteo a los sindicalistas, miraba más allá de lo que pasa en Aerolíneas. Estaba respondiendo a la posición, cada vez más crítica, de Hugo Moyano y otros gremialistas ante el tema de la discusión salarial. Situación que, en estos días, motiva varios cortes de ruta promovidos por el gremio de los trabajadores rurales (UATRE) conducido por Gerónimo ”Momo” Venegas.
Con los empresarios fue aún más dura. Lo hizo en la fábrica General Motors de Rosario. Primero usó las mismas palabras pronunciadas el día anterior en Usuhuia. A renglón seguido les dijo “pongan el hombro al país, así como el país lo hizo por ellos… desde el 2003…con ganancias que nunca habían tenido en los últimos 20 años” y coronó diciendo que ese llamado a no boicotear al país es para todos, “también a los que ganan formidables sumas de dinero y no las reinvierten en la Argentina y se las llevan afuera”
El dólar y la extranjerización de la economía
La denuncia o pedido de la Presidenta en la General Motors (Rosario) para quienes no reinvierten en la Argentina no fue un exabrupto, ni algo fuera de contexto. Ello es rigurosamente cierto y tiene mucho que ver con lo que pasa en estos días con el dólar.
El proceso de extranjerización de la economía se ha profundizado en estos años y junto con el mismo la remisión de divisas (dólares) al exterior.
Dentro del grupo de las 500 empresas más grandes del país, a mediados de los 90 la mitad eran extranjeras, ahora esa cifra se ha elevado a los dos tercios. Según datos del propio INDEC, sobre ese total de 500, tienen mayoría de capital extranjero 324.
Nuestro país tiene una larga historia donde todos sabemos que estas empresas extranjeras se llevan mucho más de lo que invierten, apelando a los más diversos mecanismos (pago de dividendos, sobrefacturando insumos, subfacturando ventas, cobro de patentes, contratos con “terceros”) Solo las empresas extranjeras vinculadas a bancos, petroleras y telefónicas remitieron al exterior, en el primer semestre de este año, más de 900 millones de dólares por utilidades y dividendos,
Esa tradicional voracidad de las empresas trasnacionales es mayor aún en estos tiempos. Sus casas matrices y la mayor parte de los Estados a los que pertenecen (Europa y Estados Unidos) están en crisis y demandan nuestra plata.
La ley de Inversiones Extranjeras, sancionada durante la última dictadura militar, y los Tratados Bilaterales de Inversión permiten a las multinacionales remitir sus utilidades al exterior.
Es por eso que buena parte del esfuerzo de los argentinos allá va, junto con los dólares que nosotros necesitamos y por los que tanto “ruido” se está armando en estos días. El gobierno ahora les pide que, por un tiempo, dejen de hacerlo. Cuando aparecen estas situaciones es cuando se pueden observar los nefastos efectos estructurales de la llamada extranjerización de la economía.
Servicio públicos: pago según ingresos
En el tema de los servicios públicos se está avanzando en la dirección que venimos anunciando. Se pasa del subsidio generalizado a las empresas, al subsidio personalizado a los usuarios, con lo cual aunque la tarifa siga siendo la misma de siempre – como le gusta decir al Ministro de Planificación (Julio de Vido)- el pago o no del subsidio será según la capacidad económica del usuario. También se ha ratificado la idea que el gobierno avanzará “hasta dónde pueda”. Llegará hasta el límite social y políticamente posible. Eso lo irá midiendo paso por paso, para evitar que este reacomodamiento haga temblar sus bases sociales. Recordemos que la mayor parte de los subsidios están concentrados en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires.
En estos momentos se pueden diferenciar las siguientes situaciones:
Una: Se eliminan, a partir del 1º de enero, el 100% de los subsidios para los usuarios de Barrio Parque y Puerto Madero, en la ciudad de Buenos Aires (230 mil usuarios); de todos los countries y barrios cerrados del país. A partir del 1º de diciembre también se eliminarán los subsidios a 40 grandes empresas de los siguientes sectores: Refinamiento de combustibles, procesamiento de gas natural, biocombustibles, aceites de exportación y agroquímicos.
Dos: Al resto de los usuarios, que reciben subsidios, se les hará llegar una declaración jurada donde deberá responder si necesitan o no mantener el subsidio. Al que diga que no, se le eliminará el beneficio. Si afirma que tiene esa necesidad se analizará cada caso mediante un cruce de datos, luego las autoridades definirán.
Tres: Se da por hecho que a los jubilados que reciben la mínima y a los beneficiados por los planes sociales se les mantendrá el subsidio.
No se descarta que, dentro de un tiempo, se considere la posibilidad de subsidio parcial para casos intermedios.
Los que quieran renunciar al subsidio podrán hacerlo sin esperar estas comunicaciones.
Con estas quitas de subsidios, a los afectados le significará un incremento que oscilaría entre el 100 y 300% del valor actual. Según las estimaciones de algunos expertos, con ello las tarifas incidirían -en el presupuesto familiar- de un modo parecido al que tenían en el 2003.
Se trata de un “ajuste” que ha comenzado por los sectores de mayores ingresos. Hasta aquí cuenta con el aval de la inmensa mayoría de la población, los sindicatos y las cámaras empresarias. Todos coinciden en que estas medidas son justas y le dan mayor “racionalidad” a la política económica.
Con los anuncios de esta semana y los producidos hace 15 días, las reducciones estimadas alcanzan más de 4.600 millones de pesos, un 6,1 % del total de 75.273 millones de pesos previstos para subsidios en el Presupuesto 2012. El gobierno aspira a mantener esa cifra en el presupuesto, sin asignarle un destino fijo a dicho ahorro. Ello le permitiría, al gobierno, mantener la libre disponibilidad para fijar el destino de esos fondos.