Nigeria rechaza la “guerra de religión” de Trump

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Pablo Rodríguez

Nigeria niega que el reciente bombardeo estadounidense en Sokoto se trate de una “guerra de religión” y rechaza el argumento de Donald Trump de que fue para “proteger” exclusivamente a cristianos. Las autoridades insisten en que se trata de una operación antiterrorista coordinada, dirigida contra combatientes del Estado Islámico que atacan a la población sin distinción de credo.

El ataque tuvo lugar el 25 de diciembre en el estado de Sokoto, en el noroeste de Nigeria, y fue ejecutado por fuerzas estadounidenses con misiles lanzados desde el mar. Washington sostiene que los blancos fueron campamentos de ISIS en la zona, y el Comando África del Pentágono informó de “múltiples terroristas” abatidos en la operación. El bombardeo estremeció a aldeas cercanas y generó temor entre civiles, que describieron temblores en sus viviendas tras las explosiones.

Donald Trump, actual presidente estadounidense, presentó la ofensiva como una respuesta al presunto “genocidio cristiano” en Nigeria y la calificó de “poderosa y letal” contra “terroristas” que matarían sobre todo a cristianos. Desde hace meses, Trump acusa a las autoridades nigerianas de no proteger suficientemente a las comunidades cristianas y llegó a catalogar al país como “de especial preocupación” en materia de libertad religiosa. El mandatario también vinculó el momento del ataque con la Navidad, aludiendo a un mensaje simbólico a los grupos islamistas.

El gobierno de Abuja, sin embargo, remarca que la violencia en el país tiene causas múltiples y que tanto musulmanes como cristianos figuran entre las víctimas de los extremistas. El canciller Yusuf Tuggar explicó que Nigeria busca combatir el terrorismo y evitar asesinatos de “inocentes nigerianos, sean musulmanes, cristianos, ateos o de cualquier religión”, marcando distancia de la retórica confesional de Washington. Funcionarios nigerianos también niegan la existencia de un “genocidio cristiano” como tal y advierten del riesgo de alimentar una narrativa de cruzada religiosa.

Abuja subraya que el operativo fue coordinado y aprobado por el presidente Bola Tinubu, quien dio luz verde tras conversaciones con Washington y el intercambio de inteligencia. La cancillería nigeriana habla de una “operación conjunta” contra células del Estado Islámico, enmarcada en compromisos de seguridad internacional y respeto a la soberanía del país. Analistas recuerdan que el noroeste de Nigeria sufre desde hace años una mezcla de insurgencia y violencia armada vinculada a disputas territoriales y criminalidad, no reducible solo al factor religioso.

Especialistas advierten que el bombardeo en una región históricamente asociada al antiguo califato de Sokoto y al islam nigeriano puede reforzar lecturas de choque entre religiones. Consideran que el énfasis de Trump en la “defensa de los cristianos” contrasta con el discurso oficial de Nigeria, que intenta mantener el conflicto en el terreno de la seguridad y no de la fe. Organizaciones religiosas dentro del país han expresado reacciones divididas: algunos líderes católicos celebran el golpe contra los extremistas, mientras otros temen una escalada de violencia y represalias.