Modus operandi

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Luis Britto García – Últimas Noticias

Modus operandi, estilo de operación fijo y constante que identifica a un criminal o banda. En Venezuela aparece un “nuevo modus operandi”: crímenes atroces perpetrados con inútil ensañamiento, de los cuales casi no había antecedentes, y similares a los cometidos por sicarios y paramilitares.

Ambos tipos de delincuentes adquirieron visibilidad a partir del 9 de mayo de 2004, cuando el presidente Hugo Chávez Frías anunció la detención en Baruta de 130 paramilitares colombianos con uniformes militares venezolanos. Los menores fueron devueltos a su país; el resto fue indultado en 2007. Averiguaciones ulteriores revelaron que planeaban participar en un plan de magnicidio y luego efectuar ataques contra el ejército venezolano, a fin de representar un aparente cuadro de guerra civil que legitimara una intervención extranjera. Un recluta que intentó desertar fue ejecutado con una técnica atroz de esos grupos, la “corbata colombiana”. Alojamiento, transporte, logística e intendencia fueron costeadas por conspicuas figuras de la oposición venezolana (Britto García Luis y Miguel Ángel Pérez Pirela: La invasión paramilitar. Operación Daktari. Caracas, Correo del Orinoco, 2012).

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Desde antes venía la invasión de grupos armados. Informó el general López Hidalgo que había “paras” en siete estados (Últimas Noticias, 11-5-04, p.12). El 25-6-2006 el diario Vea reseña que paramilitares colombianos asesinaron a nueve campesinos al Sur del Lago. El 4-4-2007 añade que cuatrocientos mercenarios estadounidenses se concentran en la frontera frente a Apure. Jaime A. Moreno denuncia en Rebelión del 26-6-06 que los campesinos colombianos desplazados hacia el Sur del Lago son semiesclavizados por mafias extranacionales: “Los terratenientes, mafiosos paramilitares colombianos y los terratenientes escuálidos venezolanos, desarrollaron una unidad y complementariedad eficaz, se necesitan mutuamente: los primeros han encontrado en el Zulia agrícola el escenario ‘perfecto’ para acumular y legalizar capitales en tranquilidad; no cuentan con el acoso de la insurgencia guerrillera colombiana y la presión de los campesinos por rescatar su tierra, y se favorecen por el apoyo de los escuálidos que a su vez les conviene fortalecer su proyecto contrarrevolucionario, antibolivariano y secesionista”.

Incontables denuncias afirman que paramilitares cobran vacuna e instalan alcabalas en todos los estados fronterizos; Eleazar Díaz Rangel en entrevistas en VTV y editoriales en Últimas Noticias considera dichas informaciones fidedignas. La agencia EFE informa, el 12-6-2007, que las autoridades venezolanas incautaron en la frontera del Táchira 40 mil cartuchos de armas de guerra a dos paramilitares colombianos. ABN reporta el 13-6-2006 que, según la revista Semana, aparecieron 14 nuevos grupos paramilitares en la Hermana República, y que “También en el departamento de la Guajira colombiana se ha reportado la presencia y actividad de un grupo paramilitar conformado al menos por 70 efectivos armados, que formaron parte de la estructura del Frente Contrainsurgencia Wayúu de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)”. Paramilitares._Universidad_del_Atl_ntico._Grafitis_de_amenazas_2

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Actualidad Étnica divulga el 19-7-2007 que “Desde el año 2002 el pueblo wayúu ha sufrido una arremetida por parte de los grupos paramilitares, que según voceros wayúu siguen operando en Maicao y en la Guajira. Violación y ensañamiento contra las mujeres, secuestros, más de 200 homicidios, desplazamientos masivos y pérdida de bienes son los casos que más afectan a los wayúu”. No se trata de anécdotas aisladas, sino de una invasión en curso.