“Milei no es un loco. Es agente de un trabajo de destrucción”
Néstor Restivo – Tektónicos
Entrevista al ex ministro griego Costas Isychos sobre mileismo, trumpismo y derechas europeas.
Costas Isychos fue ministro de Defensa de Grecia en el breve gobierno de Syriza de 2015, cuando la coalición de izquierda liderada por Alexis Tsipras ganó el poder. El giro del gobierno desobedeciendo el resultado de un referéndum popular, que no pocos calificaron de traición y rendición ante la “troika” (el FMI, la Unión Europea y el Banco Europeo), hizo que ese mismo año renunciaran varios de sus ministros, entre ellos Isichos, o el de Finanzas, Yaris Varoufakis, entre otros. Syriza siguió gobernando hasta 2019, pero fue la sombra de sus promesas originales, ya habiendo capitulado su agenda transformadora.
Hoy Isychos integra el partido Unidad Popular y, junto con otras formaciones de la izquierda griega, como la del propio Varoufakis (MeRA25), es parte de la Alianza de la Izquierda y de las Fuerzas Progresistas y Ecologistas de Grecia, sector que crece de a poco en la clase trabajadora y en las universidades, donde ya es tercera fuerza.
En diálogo con Tektónikos, el ex ministro traza un paralelo entre el presidente argentino Javier Milei y muchas realidades europeas, entre ellas la griega. Y cree que si el partido del mandatario argentino sale bien parado de las elecciones de medio término de octubre, será un peligro no solo para Argentina, sino para todo el mundo, por su alianza con “el trumpismo, el sionismo y la guerra”.
“Hay muchos paralelos de Milei con el trumpismo o con movimientos de extrema derecha en Europa, también en temas como el belicismo, las bases militares, el euro-transatlantismo, entre otros”, dice Costas Isychos.
— El fenómeno de las nuevas y extremas derechas europeas ha sido bastante estudiado. ¿En qué punto de su desarrollo se encuentran hoy y en qué se parece a ellas el movimiento de Milei?
— Obviamente el movimiento de “La Libertad Avanza” tiene paralelos y contactos con Chega de Portugal, con Vox de España, con el partido de Marine Le Pen de Francia o el de Giorgia Meloni de Italia. También, con Amanecer Dorado en mi país, y con otros de la Unión Europea (UE). Hay que decir que estas corrientes están en un momento en que, lamentablemente, crecen mucho en Europa, y prometen lo mismo que Milei, es decir, hablan del miedo. Miedo a China, miedo a una supuesta invasión de Rusia. Todos cuentos que se reproducen y que repiten. Lo más peligroso es ese clima que Europa ya vivió antes de la Primera y de la Segunda guerras mundiales, que llevó a un gran desastre. Es un problema enorme para toda la humanidad. En el caso de Milei, a sus relaciones con Trump suma otras con el sionismo y con Benjamín Netanyahu, probado genocida tal como lo ha definido la comisión de la ONU que investigó los crímenes de su gobierno en la Franja de Gaza.
— ¿Qué parecidos ve hoy con aquellos escenarios preguerras mundiales?
— Aquellos años significaron un cambio estructural de la economía europea. Y ahora se repite el hecho de que estamos yendo a una economía de guerra. Más de 800 mil millones de dólares, casi un billón de dólares, se gastarán en armas. Y ese presupuesto será saqueado a las pensiones, al bienestar de la sociedad, a la salud y la educación públicas; hará que crezca más la pobreza multidimensional, no solo por ingresos, a los que también se roba, sino por falta de vivienda, de salud, de educación. Es el mismo modelo de los años de 1930 y 1940, cuando ascendieron Adolf Hitler, Benito Mussolini o Francisco Franco.
— En Argentina, Milei usa la metáfora de la “motosierra” como símbolo de los atroces recortes de la inversión pública. ¿Es la misma política de Bruselas?
— Milei destruye todo lo público, tiene una política exterior racista, como el trumpismo, y es proguerra, no solo en lo militar, guerra contra la juventud, los trabajadores, los jubilados, los científicos, los maestros, los médicos y enfermeros. La Comisión Europea ha venido teniendo un discurso fiscalista similar. Y aquí en Grecia es igual, con las consecuencias de que el desempleo se duplicó en tres años, los jóvenes se van, como también pasa en otros países de Europa sometidos al ajuste. Asimismo, aquí, como en Argentina y en América Latina, también crecen el narco y el crimen.
— ¿Qué temas le preocupan más de América Latina?
— En sus países crece también la militarización, como en Europa. EE.UU. prepara un posible ataque a Venezuela, ¿y luego qué? ¿seguirá con Nicaragua, con quién más? Lo que pasa en el hemisferio occidental pasa de este lado del mundo también. El trumpismo es un peligro para el mundo y ustedes lo tienen en su propio hemisferio. Es un movimiento que trata de unir fuerza.
— Pero gana elecciones, en EE.UU., lo hizo en Brasil, ahora en Argentina. ¿Por qué?
— Una razón es que la clase obrera y las clases populares están enredadas y quedan encantadas con ideas mesiánicas como las de Milei. La izquierda debe hablar más de la gente, del día a día, ser más pragmática. Pero ahí nos chocamos con el rol de los medios de comunicación, que empobrecen tanto espiritualmente, que atentan contra la educación y contra la memoria. Al trabajar sobre el desconocimiento de nuestra historia, los jóvenes no saben nada de las luchas contra el nazismo aquí en Grecia, por ejemplo; fueron cinco años de resistencia contra la Alemania nazi, que tuvo como víctima a 15% de nuestra población de entonces, por hambre o por fusilamientos. La mayoría de nuestros jóvenes desconocen todo eso, la identidad de un pueblo que luchó mucho contra el totalitarismo.
— Del mismo modo, en Argentina el “mileismo” tiene como una de sus bases ideológicas el negacionismo sobre los crímenes aberrantes de la dictadura, con la complicidad de los medios hegemónicos.
— Uds. en Argentina tienen esa gran experiencia de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo, y de los organismos de derechos humanos en general. Debemos repensar todo eso, volver a estudiar, a reaprender nuevas estrategias y prédicas.
— Argentina se había ganado un papel de prestigio mundial con el juicio a las Juntas Militares en 1985, en el gobierno de Raúl Alfonsín, y con las leyes contra la impunidad y la expansión de derechos en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. ¿Cuánto daño hace Milei dilapidando todo ese capital con su política exterior y con su política de (no) derechos humanos?
— Por supuesto dilapida mucho. Nosotros, aquí en la UE, en Francia, en Italia, los republicanos de España, generamos mucha resistencia a los totalitarismos. Aquí en Grecia, luego de la dictadura de 1967-1974, también. Pero hoy la extrema derecha crece culturalmente por la falta o el ocultamiento de todas aquellas luchas. Veamos el genocidio en Gaza, como otro ejemplo. Nos acostumbramos a verlo en la televisión o el celular como si fuera un partido de fútbol. Por eso digo que debemos conducir hacia una nueva estrategia de reconquista del corazón y de la mente de los pueblos. Y debe ser una tarea internacional.
— En Argentina crece una resistencia contra las políticas socioeconómicas y antiderechos de Milei. ¿Llegan esas noticias a Europa?
— A la UE no llega tanto lo que está sucediendo en Argentina en materia de derechos humanos, pero, siguiendo con su pregunta anterior, es lastimoso que siendo el de ustedes un país siempre a la vanguardia de ese tema, con la lucha de sus familiares y organismos, y no solo en lo interno, sino también proyectando al exterior su compromiso (en Chipre, El Líbano, ayudando en situaciones de guerra civil, etc.), ahora tengan a un “libertario” de presidente. Con él, Argentina pierde mucho terreno, el prestigio que habían conseguido Alfonsín o Kirchner… y vemos a Milei llorando en el Muro de Jerusalén, pero, ¿por qué llora? Ojalá llorara por lo que parece estar perdiendo ahora en su popularidad.
— ¿Está siguiendo el tema electoral en Argentina?
— Sí. Es muy importante para nosotros, en Europa, que Milei pierda en octubre las elecciones legislativas de medio término. Hay fuerzas progresistas europeas que esperan eso. Porque sería mejor que creciera un espacio mayor contra el imperialismo, contra el trumpismo y la guerra.
— ¿Cómo caracterizaría a Milei? ¿Cómo lo describen en Europa?
— En general se lo presenta como un loco, dicho simplificadamente. Pero yo no lo veo así. Debemos hurgar en los intereses que hay detrás. Hay que comprender que los daños que Milei hace a su pueblo y a la soberanía de su país destruyen un estado social, un estado soberano miembro de la ONU, que pierde en lo político, lo socioeconómico y lo cultural. Milei es un agente de ese trabajo de destrucción. No es un loco. El pueblo argentino debería ponerlo de rodillas a través de sus luchas, pero para eso hace falta un movimiento social y político amplio.
— ¿Y sobre América Latina en general? ¿qué lo inquieta más?
— En América Latina nos preocupa también Daniel Noboa en Ecuador, igualmente por los temas de militarización, del auge del narco y del crimen. Hace poco, en México, partidos de extrema derecha se reunieron en una actividad a la que fue uno de sus ideólogos, Steve Bannon. ¿Qué hacemos nosotros desde la izquierda, mientras tanto, qué esperamos para unir fuerzas? Acá en Grecia estamos también en lucha. En nuestras huelgas hay banderas palestinas, y la semana pasada vi por primera vez aquí, en esas manifestaciones, como se agitaba una bandera argentina. Eso representa que Milei es un peligro no solo para Argentina, sino para todos.