México y Argentina, oportunidad para una alianza austral
Maximiliano Reyes Zúñiga*
La visita a México de Alberto Fernández, primera que realiza el presidente electo de Argentina al extranjero, es un parteaguas en la relación bilateral y una señal inequívoca de la aspiración compartida de reconstruir la integración latinoamericana. Marca el inicio de una renovada etapa en los lazos de amistad y vínculos políticos, comerciales y de cooperación entre ambos países, la segunda y tercera economías de América Latina y el Caribe.
Las coincidencias del presidente electo argentino con el gobierno mexicano son muchas, particularmente la de desarrollar una política interior que privilegie la justicia social y una política exterior basada en el diálogo, la diplomacia y la construcción de consensos. Estas coincidencias son los pilares sobre los cuales se construye el eje México-Argentina, una alianza austral, cuyos primeros cimientos se forjaron durante mi encuentro con el entonces candidato a la presidencia argentina, el 19 de octubre pasado. Una apuesta arriesgada pero atinada por la esperanza que representa para una región que hoy vive el agotamiento de las políticas económicas neoliberales.
En la coyuntura actual, México y Argentina tienen frente a sí la oportunidad de propiciar el reposicionamiento de América Latina en el mundo, fomentando un andamiaje institucional multilateral y regional más eficaz y ciudadano, particularmente, en el marco de la presidencia pro témpore de México de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en 2020 y la eventual elección de nuestro país como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, que cuenta con el respaldo regional.
Una alianza austral entre los dos gobiernos es apostar por el diálogo en busca de la distensión regional para que las naciones de América Latina y el Caribe encuentren sus propias soluciones a los retos que enfrentan, en vez de contraponernos entre naciones hermanas y dinamitar los foros que deberían provocar la concertación. Hoy como nunca la máxima juarista mantiene su vigencia entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
La relación bilateral se enmarca institucionalmente en el Acuerdo de Asociación Estratégica, vigente desde 2008, aunque a la fecha no ha logrado alcanzar las expectativas creadas. Hoy tenemos la oportunidad de relanzarla, dotarla de contenido y convertirla en guía práctica y efectiva para el beneficio de nuestras sociedades.
En el ámbito económico, el intercambio bilateral alcanzó 2 mil millones de dólares el año pasado, cifra muy por debajo del potencial que ofrecen dos economías como las nuestras. Un mayor flujo de comercio e inversión bilateral sería catalizador también de la economía regional que equivale a 7.1 por ciento del PIB a escala mundial.
Esta alianza austral motivará también una agenda regional que promueva la igualdad de género, la protección del medio ambiente, la inclusión y respeto de las diversidades, mayor transparencia y participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Dados los problemas por los que atraviesa la región, ambos países somos conscientes de la urgencia de construir sociedad: recuperar su confianza y escuchar las diversas voces para responder a las legítimas necesidades de nuestros pueblos.
Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador son los líderes incuestionables de la izquierda democrática en América Latina y el Caribe. Elegidos en procesos electorales intachables, cuentan con el respaldo claro de la mayoría de sus ciudadanos, que encuentran esperanza en la reivindicación de la política para conseguir la justicia social, tras el desastre de las políticas neoliberales que, impuestas desde el exterior, rigieron los destinos de la región por décadas y ahora muestran su desgaste.
A más de 130 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Argentina y México, la visita del presidente electo Alberto Fernández a nuestro país representa una renovada esperanza para profundizar la histórica e inquebrantable hermandad que nos une. Recordando a don Alfonso Reyes, quien decía que Argentina y México somos los dos polos de la raza, estamos seguros de que nuestro acercamiento se traducirá en una verdadera alianza para generar consensos y sinergias en beneficio de la integración y unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe.
* Subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.