Más de 260 millones de personas en pobreza extrema dejan la pandemia y la guerra
Isabella Arria
Asistimos, quizá, al colapso profundo de la humanidad: Más de 260 millones de personas en el mundo alcanzarán un nivel de pobreza extrema debido a la pandemia de coronavirus, la creciente desigualdad global y el aumento de los precios de alimentos causado por la guerra en Ucrania, advirtió un informe de la organización Oxfam, basado en proyecciones del Banco Mundial.
De acuerdo con el documento, la pandemia y el empeoramiento de la situación de desigualdad en el mundo llevarán a la pobreza extrema a 198 millones mientras que el aumento de los precios mundiales (por la guerra) hará lo suyo con otras 65 millones de personas, lo que da un total de 263 millones, equivalente a la población conjunta del Reino Unido, Francia, Alemania y España.
“Si no se toman medidas radicales inmediatas, podríamos estar asistiendo al colapso más profundo de la humanidad hacia la pobreza extrema y el sufrimiento en nuestra memoria”, afirmó Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional. “Esta perspectiva aterradora se hace más repugnante por el hecho de que billones de dólares están en manos de un pequeño grupo de poderosos que no tienen ningún interés en interrumpir esta trayectoria”, añadió.
El informe de Oxfam, con sede en Nairobi, una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales que realizan labores humanitarias en 90 países, señala que actualmente varios gobiernos se ven obligados a reducir el gasto público para importar alimentos, combustible y pagar a sus acreedores.
Si suficientes gobiernos estuvieran dispuestos a aumentar los impuestos a los más ricos, empezando por un impuesto sobre la riqueza del 2% anual a los millonarios y del 5% a los multimillonarios, sería suficiente para sacar a 2.300 millones de personas de la pobreza, fabricar suficientes vacunas para el mundo y ofrecer asistencia sanitaria y protección social universales a todos los que viven en países de ingresos bajos y medios, señala el informe.
“Rechazamos cualquier idea de que los gobiernos no tienen el dinero o los medios para sacar a toda la gente de la pobreza y el hambre y garantizar su salud y bienestar. Lo único que vemos es ausencia de creatividad económica y voluntad política para hacerlo”, dijo Bucher.
La presión sobre el costo de los alimentos, nutrida por la guerra en Ucrania, dejará 10 millones de personas en pobreza extrema por cada punto porcentual que avance la inflación en estas mercancías, advirtió David Malpass, presidente el Banco Mundial. quien puntualizó que 39 de los 189 países adheridos a organismo están en alguna situación de conflicto abierto, así que el número de personas que viven en zonas en disputa casi se duplicó entre 2007 y 2020.
Malpass reiteró que la guerra en Ucrania ha traído como consecuencia una escasez repentina de energía, fertilizantes y alimentos; y los picos de precios en estos últimos afectan a todos, pero son devastadores para los más pobres.
Según el Banco Mundial, el conflicto agrava hambre y pobreza y se viene un shock de deuda. Simultáneamente, las obligaciones financieras de los países en desarrollo han aumentado a un máximo de 50 años, representan aproximadamente 250 por ciento de los ingresos de los gobiernos y la mayoría de estas economías no están “preparadas para enfrentar el shock de la deuda que se avecina”.
El sector de los alimentos es uno de los más golpeados por la pandemia y el alza de los precios, situación que afecta principalmente a las personas que viven en la pobreza: en los países ricos, el costo de la comida representa el 17% del gasto de los consumidores, mientras que en los países subsaharianos representa el 40%.
Malpass explicó que los mercados mundiales de alimentos básicos son grandes, están bien establecidos y tienden a autoajustarse cuando hay interrupciones en la producción, pero los retrasos en el suministro de fertilizantes, los precios de la energía y las restricciones en las exportaciones de comida agudizarán el problema.
Antes de la guerra en Ucrania, la recuperación en 2022 ya estaba perdiendo impulso debido a la inflación y los cuellos de botella persistentes en el suministro. Si bien se esperaba que las economías avanzadas regresaran en 2023 casi a sus tasas de crecimiento previas a la pandemia, los países en desarrollo se estaban quedando sustancialmente rezagados, añadió el titular del Banco Mundial.
Incluso acusó que las políticas monetarias y fiscales que las economías avanzadas impusieron desde el inicio de la pandemia (y que mantienen), han impulsado aumentos de precios y han empeorado la desigualdad en todo el mundo, al tiempo que no hay precedente de una recesión simultánea en tantos países como se registra en la actualidad. Al bajo crecimiento se suma la violencia. La tendencia hacia la inseguridad es profundamente preocupante, alertó.
Según el informe, los países desarrollados son los que presentan un mayor nivel de desigualdad. En Estados Unidos el 20% de las familias más pobres gasta el 27% de sus ingresos en alimentos, mientras que el 20% de los hogares más ricos destina a la adquisición de víveres solo el 7% de sus ingresos, situación que se ve agravada por la evolución del salario, ya que para la mayoría de los trabajadores en el mundo los sueldos reales continúan sin mostrar un aumento o se están reduciendo.
“La epidemia devastó las arcas públicas de todos los gobiernos, pero los desafíos económicos que enfrentan los países en desarrollo son más graves, porque se les negó el acceso igualitario a las vacunas, y ellos ahora se ven obligados a recurrir a medidas de austeridad”, concluyeron los autores del documento.
* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)