Macri y la cláusula democrática del Mercosur contra Venezuela
Lucas Villasenin – Marcha
No es la primera vez que el candidato de Cambiemos propone que se aplique la cláusula democrática del Mercosur contra el Estado venezolano en la campaña. De hecho, en los primeros días octubre el ex presidente del Parlasur y dirigente del PT de Brasil, Florisvaldo Fier, en su visita al país había salido a contestarle al candidato a presidente. “Yo creo que Macri tiene que informarse un poco mejor porque la cláusula democrática se aplica cuando hay un golpe de Estado”, declaró ante la agencia EFE.
¿Qué es la cláusula democrática del Mercosur?
Esta herramienta fue creada en 1998 con la firma del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático en el Mercosur. En el mismo se destaca que ante la “ruptura del orden democrático en uno de los Estados” se pueden tomar medidas como la suspensión plena de sus derechos y obligaciones como Estado miembro de la institución. También se establece que esta medida sólo puede aplicarse por consenso entre los Estados que lo integran.
Este acuerdo fue complementado por el Protocolo de Montevideo (llamado Ushuaia II) en el año 2011 que ha endurecido las sanciones. En el mismo se establece que “en caso de ruptura o amenaza de ruptura del orden democrático” se pueden tomar medidas como la suspensión del Mercosur, el cierre de fronteras de forma total o promover la suspensión ante otras organizaciones internacionales.
La única ocasión en dónde la cláusula democrática se aplicó desde su creación fue cuando en Paraguay se llevó adelante el golpe parlamentario en junio de 2012. Simultáneamente, en aquella ocasión el Mercosur oficializó el ingreso de Venezuela como miembro pleno ya que esa decisión estaba trabada por el rechazo del parlamento paraguayo.
Más de un año después, luego de las elecciones generales que llevaron a Horacio Cartes a la presidencia, se anuló aquella medida.
Las amistades anti-democráticas de Mauricio
Macri al proponer aplicar la cláusula democrática contra Venezuela demuestra justamente cuáles son sus verdaderos valores democráticos. Su acusación de que hay “presos políticos” en Venezuela hace referencia a su defensa de figuras como Leopoldo López y a quienes han perpetrado asesinatos y atentados planificados en los últimos años.
López es el líder opositor más radical al gobierno de Nicolás Maduro al que ha llamado a derrocar con la campaña #LaSalida en febrero de 2014. Él, junto a militantes de su partido Voluntad Popular, fueron los responsables incendiar la Fiscalía General en Caracas.
El poco apego por la democracia de Leopoldo López no es una novedad para los venezolanos. Cuando el 11 de abril de 2002 se intento llevar adelante un golpe de estado que implicó el secuestro del presidente Hugo Chávez por 48 horas, López fue uno de los más activos dirigentes opositores en los ataques que se llevaron adelante durante esas horas. En aquella ocasión, como alcalde del municipio de Chacao y disponiendo de su policía, persiguió y atacó físicamente a los funcionarios legítimos y detuvo a los vehículos que llevaban a quienes se movilizaban para que se restituya la constitución nacional.
Durante las semanas posteriores al lanzamiento de su campaña #LaSalida en el país hubo 43 muertos y cientos de heridos victimas en la mayoría de los casos de las guarimbas y el sicariato promovido desde Voluntad Popular.
Los responsables de la violencia desatada en el país a partir del lanzamiento de la campaña golpista que van desde el mismo Leopoldo López, policías, terroristas y sicarios han sido y están siendo juzgados legalmente. El mismo López fue condenado recientemente a 13 años de prisión que está cumpliendo en la cárcel de Ramo Verde.
La hipocresía de la defensa valores democráticos por parte de Macri no solo se contrastan con su defensa de López. Cuando en Paraguay fue sacado de su cargo el presidente electo Fernando Lugo, asumió quien fuera su vicepresidente Federico Franco. Este último había sido participe del golpe parlamentario y gobernó un año mientras el Estado paraguayo fue suspendido por no respetar la cláusula democrática del Mercosur.
Franco, quien fuera también asesorado por el gurú del marketing político Duran Barba, fue recibido por Macri como Huesped de Honor de la Ciudad de Buenos Aires sin tener ni siquiera autorización de la Legislatura. Por otro lado, el actual presidente de Paraguay, Horacio Cartes, quien fuera impulsor del golpe contra Lugo, es el único presidente del Mercosur que ha recibido a Macri en el último año.
Un populismo de derecha
Es importante resaltar que en la República Bolivariana de Venezuela en los últimos 17 años, desde que Hugo Chávez fue elegido como presidente, hubo un total de 16 elecciones para elegir presidentes, gobernadores o alcaldes, referéndums constitucionales o ratificatorios de mandatos. En una sola de esas elecciones el movimiento chavista ha sido derrotado y fue en el referéndum constitucional del 2007. En aquella ocasión la derrota fue reconocida y la oposición logró que no se apruebe la nueva carta magna por solo 18 mil votos de diferencia.
Los procedimientos electorales llevados adelante por Consejo Nacional Electoral en ese país han sido valorados positivamente por instituciones tan diversas como la UNASUR o el Centro Carter de Estados Unidos. En los últimos años también se han desarrollado organismos de democracia directa como los consejos comunales y las comunas -amparados por la constitución y las nuevas leyes-. Y, el próximo 6 de diciembre, se llevará adelante una nueva elección para elegir diputados para la Asamblea Nacional.
Aplicar la cláusula democrática contra Venezuela actualmente no sólo sería una hipocresía sino que es inviable inmediatamente. Para que se pueda aplicar esta herramienta contra cualquier Estado del Mercosur es necesario el consenso de los países que lo integran. Actualmente ningún otro gobierno que no sea el paraguayo se presentaría en esta cruzada macrista. Esta propuesta concreta en los plazos inmediatos no es más que populismo de derecha.
Lo que sí podría hacer un eventual gobierno de Cambiemos es vetar la suspensión de países que no cumplan la cláusula democrática. El macrismo tendría la posibilidad de que el Mercosur no pueda sancionar un eventual golpe parlamentario en Brasil o en Venezuela, por ejemplo.
En fin, lo único que podría lograr Macri con sus amistades regionales vinculado a la democracia, es seguir profundizando la tradición golpista de las derechas latinoamericanas.
@villaseninl