Lula, Petro y elecciones de mitad de período

Leopoldo Puchi | 

El triunfo de Lula Da Silva en Brasil, la reciente visita de Gustavo Petro a Caracas y las elecciones de mitad de período en Estados Unidos son eventos que tienen implicaciones sobre los planes de Washington para alcanzar su objetivo estratégico de un cambio de gobierno en Venezuela.

Como se sabe, con Joe Biden la línea estadounidense hacia Venezuela ha pasado del esquema de derrocamiento de Donald Trump a una política más centrada en lo electoral. Sin embargo, la Casa Blanca ha mantenido los vectores principales utilizados por Trump: las sanciones, el aislamiento diplomático y la creación de la figura de un gobierno interino.

Ahora bien ¿En qué medida los tres eventos señalados más arriba influyen o influirán sobre estas políticas?

Lula
Lula ha presentado como eje de su plan de gobierno “colocar al pobre en los presupuestos del Estado, combinando responsabilidad social, fiscal y ambiental”. En el ejercicio de presidencia, Lula siempre ha sido un dirigente moderado, ha actuado dentro del modelo de la economía de mercado y ha establecido alianzas con sectores empresariales. Ya en su primer gobierno fue acompañado en la vicepresidencia por un empresario, José Alencar.
En política internacional, se ha señalado que Lula mantendrá a Brasil en la esfera occidental, sostendrá relaciones autónomas con China y Rusia, adelantará políticas como los BRICS y procurará un proceso de integración latinoamericana.
En relación a los tres vectores de la política estadounidense hacia Venezuela, vale destacar que con el ascenso de Lula finaliza el reconocimiento de un gobierno interino, se restablecen relaciones y se debilita la política de sanciones.
Al mismo tiempo, se ha mencionado que Washington solicitará al nuevo gobierno brasileño que presione en función de concesiones en el marco de los nuevos planes de la Casa blanca de cambio de gobierno por medio de palancas electorales.
Petro
En la semana se conoció que los presidentes de Colombia y Venezuela sostendrían una primera reunión en la capital venezolana. El comunicado del ministerio de Exteriores de Colombia indicaba los puntos a tratar: “la relación bilateral entre ambos países, la reapertura de fronteras y el reingreso de Venezuela al sistema interamericano de Derechos Humanos”.

 

Ya con la elección de Petro, Colombia se había separado de varias de las políticas estadounidenses hacia Venezuela: se reconoció el gobierno de Nicolás Maduro, se inició una apertura comercial y se restablecieron los lazos diplomáticos.
Ahora bien, en la nueva estrategia estadounidense hacia Venezuela de apoyarse en gobiernos progresistas, es posible que la solicitud de reingreso al Sistema Interamericano de Derecho Humanos haya sido concertada, ya que con anterioridad funcionarios de la Casa Blanca habían expresado este interés.
OEA
La petición es una manera diplomática de plantear el retorno de Venezuela a la Organización de Estados Americanos (OEA), una institución creada durante la Guerra Fría como instrumento de encuadramiento de los países de la región en un sistema que tiene como eje a Estados Unidos.
El Sistema de Derechos Humanos es uno de los componentes de la OEA. La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) se firma en ese marco. En su Capítulo VI se establece que los órganos competentes son la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
De acuerdo al artículo 35, la CIDH representa “a todos los miembros que integran la Organización de los Estados Americanos” y según el artículo 36 sus integrantes son elegidos por la Asamblea General de la OEA a propuesta de los Estados miembros. A su vez, la Corte es parte del presupuesto de la OEA y sus jueces son electos en la Asamblea General.
Midterm
Distintas informaciones indican que las incógnitas de la política estadounidense hacia Venezuela se despejarán con las elecciones de mitad de mandato. A partir de ese momento, se conocerá si se libera una parte de los fondos venezolanos retenidos, si la OFAC otorga las licencias a Chevron para producir y comprar petróleo a Venezuela y si se llegará o no a un acuerdo en torno a Álex Saab.
Hay quienes indican que con un triunfo “a lo grande” de los republicanos la distensión será más difícil, mientras que otros afirman que Joe Biden, ya liberado de las exigencias de complacer a electores, dará los pasos necesarios para llegar a acuerdos firmes con Venezuela. Se cerraría así el circulo de las interrogantes abiertas.