L@s Trabajador@s de la ex Clorox marcan el camino

Luís Salas Rodriguez  

Las declaraciones de Fedecámarasy demás voceros del “capitalismo” “criollo” lamentándose, no son más que la mejor muestra de la “mentalidad de pulpero” característica –según Uslar Pietri- de nuestros ¿empresarios?, su forma dependiente de pensar. Que salga un monopolio de un mercado (la participación de la empresa en el mercado de cloros asciende a 40%, a 52% en el de desinfectantes y en el de las esponjas para lavar nada menos que al 98%) no puede sino ser una buena noticia, por más inconvenientes que pueda de inmediato causar. En vez de lamentarse deberían estar armando una planta para ocupar el espacio dejado… pero como se trata de una banda de pillos y especuladores de oficio que no producen ni la tapita del pote del cloro…

Sin embargo, sobre todo es una buena noticia para quienes no queremos cambiar un capitalismo dependiente y chucuto por uno “mejor”. Si la planta se reactiva con los propios trabajadores, como se anunció, será un cuádruple triunfo: habremos avanzado un poquito más en la democratización del hecho económico nacional y en la eliminación de un factor especulativo contra los consumidores sin necesidad de explotar a nadie ni darle divisas que nunca retornarán.”

En noviembre del año pasado, a propósito de los vaticinios catastrofistas lanzados por Fedecámaras y sus voceros oficiales y oficiosos como respuesta al Dakazo y la ofensiva económica, decíamos lo siguiente:
“(…) no hay que alarmase por los pronósticos oposicionistas sobre 2014. Como dijo el presidente Maduro, hay que tener claro que más que pronósticos son más bien amenazas, de las cosas que están por hacer como reacción. Es probable, en ese sentido, que alguna empresa amenace con irse en el caso de las transnacionales o cierre si es nacional. En el primer caso, aunque no se descarta, es bastante poco probable que tal y como está la situación mundial de crisis y caída de las ventas, alguna empresa decida irse perdiendo un mercado tan dinámico como el nacional. Y en el segundo, de verdad, lo mejor que puede ocurrirle a este país es que los grandes especuladores decidan irse. Sería el equivalente a la salida de PDVSA de los meritócratas. Igual dijeron que sin ellos llegaba la noche y aquí estamos: mucho mejor que en 2002-2003. Por lo demás, en la medida en que en el caso de las importaciones las mismas se hacen con los dólares que produce la Nación a través de la exportación petrolera, sus amenazas sus meras pataletas en la medida en que ya habrá quien acuerde con el Estado para sustituirlos si no lo hace el Estado mismo en algunos rubros esenciales.”ven clorox

Aunque evidentemente la derecha arreció este 2014 su guerra económica sumándole el terrorismo guarimbero e intensificando el contrabando, es cierto, al mismo tiempo, que tampoco se cumplió el cuadro de estampida profetizado. La  contención del gobierno en buena medida es responsable de ello, pero también el que, en última instancia, la posición de la derecha económica criolla, por más fuerte que parezca y por más que no seamos exactamente conscientes de ello, es débil, pues salvo los más grandes o ya volcados definitivamente al exterior, en su gran mayoría son más dependientes del mercado interno y del Estado que el mercado interno y el Estado de ellos.

Y es que, como se señala en un excelente artículo publicado por los amig@s de Misión Verdad, la burguesía venezolana más que parasitaria es manganzona, equiparable a esos seres que nunca crecieron o lo hicieron sin cortar nunca el cordón umbilical. Ciertamente, todas las burguesías del mundo crecieron bajo la sombra y cobijo del Estado y como resultado de las políticas públicas. Pero el algún momento, alcanzaron independizarse convirtiéndolo en un apéndice administrativo pues son ellas las que llevan a la voz cantante en el proceso de acumulación. Pero la venezolana no. La clase “empresarial” venezolana es una clase vividora y malcriada que a lo largo del tiempo se convirtió en un tumor económico que vive y subsiste de la renta petrolera y la expoliación del salario de los trabajadores y trabajadoras a través de la especulación.

Para utilizar la célebre figura que Adam Smith copió de los fisiócratas cuando se referían a la nobleza rentista que pululaba en las cortes francesas en los tiempos de Luis XVI y María Antonieta: son seres que gustan cosechar donde otros han sembrado, cómoda situación que los transforma en seres cuya petulancia solo es superada por su indolencia e ignorancia. La combinación de estas tres “cualidades”, se lamentaría Turgot, fue lo que precipitó su caída y el advenimiento de la Revolución.

En una entrevista a una de las trabajadoras de la ahora ex – Clorox, ésta realizaba un llamado a sus compañeros y compañeras a no dejarse amedrentar. Decía que, inicialmente, los había invadido el miedo y la incertidumbre, pero que luego tomaron la decisión de organizarse y recurrir al gobierno para solicitar apoyo y tomar ellos mismos los rumbos de la empresa. Hoy día, a un mes más o menos del cierre, la empresa ya opera a un 50% de su capacidad (contra un 35% en que la mantenían sus ex dueños) y espera cerrar el año sobre el 70% para operar en un 100% en 2015.

Todo lo cual debe traducirse en precios no especulativos y una mayor colocación en mercado sin que esto suponga el aumento de la explotación de los trabajadores, que es la fórmula que proponen los manganzones parasitarios de Fedecámaras y sus cachorros comunicacionales. La actitud de esa trabajadora, así como la de sus compañeros y compañeras, no solo es la que ha resistido a la guerra económica, si no la que hay que potenciar y víncular definitivamente a la del Gobierno y el Estado para vencerla.