Los armenios se rindieron y Nagorno Karabaj se integrará a Azerbaiyán
Harut Zarikian
Las autoridades de Nagorno Karabaj aceptaron negociar la integración del enclave armenio al territorio azerbaiyano. De esta forma, la autoproclamada República de Artsaj firmó su acta de defunción tras 32 años de existencia, tras proclamar su independencia en 1991, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética.
Los armenios en Artsaj se rindieron y el territorio de Nagorno Karabaj se integrará a Azerbaiyán. Tras apenas 24 horas de operación militar, Azerbaiyán impuso su voluntad. Nagorno Karabaj, enclave habitado por armenios en territorio de ese país, ha aceptado su propio desarme como condición para el cese de las hostilidades.
El anuncio supone una importante victoria para el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, en su ambición de tomar el control de un territorio predominantemente controlado por armenios, que ya originó dos guerras, una en los años noventa del siglo pasado y otra en 2020, donde Azerbaiyán ocupó parte del territorio.
Las autoridades de Nagorno Karabaj también han aceptado negociar la integración del enclave en territorio en Azerbaiyán, en lo que parece una capitulación en toda regla. Los armenios, de religión cristiana, reivindican una larga hegemonía histórica en la zona, a la que llaman Artsaj. Azerbaiyán, cuyos habitantes son mayoritariamente musulmanes, también vincula su identidad histórica al territorio.
El presidente de Artsaj Samuel Shahramanian se reunió con miembros del Consejo de Seguridad, junto con los ex presidentes de Artsaj (Bako Sahakian, Arkadi Ghughasian y Arayik Harutiunian), lo que culminó con la decisión unánime de acceder a las demandas presentadas.
Los términos del acuerdo incluyen: el cese total de las hostilidades , la retirada de las restantes unidades y militares de las Fuerzas Armadas de la República de Armenia de la zona de despliegue del contingente ruso de mantenimiento de la paz.lo que abarca la disolución y el desarme completo de las formaciones armadas del Ejército de Defensa de Artsaj, así como la retirada del equipo pesado y las armas del territorio de Artsaj.
Rusia, teórico garante de la seguridad en el sur del Cáucaso, se mantuvo al margen del conflicto, lo que le ha granjeado duras críticas de Armenia, que acusó de inacción a las fuerzas de pacificación rusas. La situación para Nagorno Karabaj, que ya había perdido una tercera parte de su territorio en la guerra de 2020, era insostenible después de que el enemigo rompiera sus defensas en varios sectores con ayuda de ataques masivos de su artillería y aviación.
Un poco de historia
El 10 de diciembre de 1991, la República de Artsaj (Nagorno Karabaj) proclamó su independencia amparado el derecho a la autodeterminación de los pueblos que le concedía la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como región autónoma. Desde entonces, el Estado de Azerbaiyán, esgrimiendo el principio de integridad territorial, desconoce esta manifestación soberana y ataca permanente al pueblo armenio de Karabaj.
Primero fue con la guerra de los años ’90. Después, fue con la guerra de los 44 días de septiembre de 2020, que lanzó en complicidad con Turquía (OTAN) e Israel. Desde el pasado 12 de diciembre de 2022, es con el bloqueo criminal que mantiene el presidente azerí Ilham Aliyev sobre el corredor de Lachín -única ruta que une la República de Artsaj con Armenia y así con el resto mundo-, generando una crisis humanitaria sin precedentes.
Lo que queda claro que avanza con otra etapa del plan genocida contra el pueblo armenio. Como consecuencia de esta nueva agresión, fueron heridas 138 personas, entre ellos 29 civiles, y murieron 25, de los cuales 2 son civiles. Más de 7.000 civiles -muchos de ellos niños- han sido evacuados de “las zonas de peligro”.
Anahit Manassian, funcionaria armenia a cargo de la protección de los derechos humanos, dijo que el sistema de salud estaba “paralizado” en el enclave, lo que impide que los residentes reciban “primeros auxilios”.”Los derechos fundamentales de las personas son ampliamente violados”, agregó, acusando a Azerbaiyán de una “política genocida”.
Lo más doloroso para los karabajíes es que también se alcanzó un acuerdo “para la disolución y el desarme completo de las formaciones armadas” del Ejército de Nagorno Karabaj. Además, las unidades de las Fuerzas Armadas armenias también abandonarán el territorio del enclave, aunque Armenia mantiene que desde 2021 no hay desplegadas tropas armenias en la zona.
Las imágenes del aeropuerto de Stepanakert muestran este miércoles a miles de personas concentradas en sus instalaciones con la esperanza de abandonar urgentemente la región, donde viven unos 120.000 karabajíes, con destino a Armenia.
Adrián Lomlomdjian, dirigente de la Unión Cultural Armenia de la Argentina, señaló que casi nada distinto podía haber pasado en Artsaj, si uno analiza lo que vino sucediendo allí y en la región durante los últimos años, particularmente desde el fin de la guerra de los 44 días el 9 de noviembre de 2020 y el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania en febrero de 2022.
El gobierno armenio liderado por Nikol Pashinian mantuvo, desde un primer momento, una política interna y externa de neto corte occidentalista, con todo lo que ello significa y con las consecuencias lógicas que trae para la vida cotidiana de la sociedad y para el desarrollo del Estado.
Pashinián, que el martes denunciara “una agresión de gran envergadura” con fines de “limpieza étnica”, dijo que su país “no participó” en la redacción de los términos de la tregua y aseguró que Armenia no tiene unidades militares en la región desde agosto de 2021.Pashinian, a quien sus oponentes acusan de ser responsable de esa derrota, denunció llamados a un “golpe de Estado”.
El canciller de Armenia, Ararat Mirzoián, comentó haber hablado con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, sobre la necesidad de una intervención internacional urgente en Nagorno Karabaj:”Durante la conversación con Blinken insistí en la necesidad de una intervención internacional urgente para detener la agresión a gran escala de Azerbaiyán contra Karabaj”, publicó Mirzoián
El gobierno de Armenia apostó a Occidente, pero no lo hizo preservando sus históricas relaciones fraternas -en todos los campos- con Rusia, sino que lo hizo desacreditando, manchando e intentando poner en ridículo a quien a lo largo de los siglos demostró ser el pueblo y el Estado más amigo de los armenios, añade.
Lo que queda claro es que lo que está sucediendo en Artsaj no es para nada garantía de seguridad para Armenia, por más que Pashinian y sus laderos juren y perjuren a los cuatro vientos que “solucionado el conflicto de Karabaj, Armenia vivirá en paz y seguridad por siglos”. El panturquismo avanzó un casillero y ahora van por Siunik, el sur de Armenia, alerta.
*Periodista armenio-argentino, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)