Los anuncios de Milei: privatizaciones, flexibilidad laboral y reforma fiscal

Claudio della Croce

En la apertura de sesiones legislativas ordinarias, en un recinto semivacío y las calles circundantes al Congreso vacías, el libertario jefe de Estado argentino Javier Milei prometió profundizar el modelo privatizador, cambiar la legislación laboral para flexibilizarla, achicar el Estado y reformar el sistema impositivo.

Pese a montar un multimillonario protocolo de seguridad, Javier Milei abrió las sesiones ordinarias en absoluta soledad. Con un discurso enfocado en la agenda económica y de seguridad,  hizo un repaso de los logros en materia fiscal y llamó a la unidad entre «todos los sectores de la política» para concretar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en medio de las exigencias del organismo para que el gobierno alcance un marco de consenso nacional

Milei prometió lanzar proyectos de ley que reformen la legislación laboral y el sistema impositivo, además de achicar el Estado y profundizar el modelo de privatizaciones. En el marco de la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el jefe de Estado libertario remarcó que su administración seguirá usando la «motosierra» sobre la economía.

«Este año será el de la reconstrucción, pero debemos atacar los problemas estructurales y lo haremos a través de más de una docena de leyes de fondo. Estos proyectos atacan cuestiones económicas, financieras, penales, civiles, seguridad nacional, inteligencia, comerciales», adelantó Milei. Sin ofrecer detalles, solo atinó a realzar su discurso privatizador.

“Eliminamos la pauta oficial  (de publicidad) porque no necesitamos pagarle a los periodistas” afirmó. Pero los palcos de la sala, de los que fueron expulsados los periodistas, estaban ocupados por la patota de trolls que trabajan en la Casa Rosada con sueldos millonarios del Estado, parte de ellos participantes en la megaestafa de Libra.

Fue la primera vez, en Argentina y en el mundo, que presentó su informe de gestión un presidente visualizado como estafador internacional por un negociado con criptomonedas y por pedir coimas por reunirse con él. Es la primera vez también que se rodea de tanta seguridad, se obstaculiza el trabajo de los periodistas, se amenaza y golpea a uno de los pocos opositores que asistió y se limitó a la presencia mayoritaria de acólitos que aplaudían cuando tosía.

Después de cuatro meses, la vicepresidenta
Victoria Villarruel y Milei volvieron
a verse las caras

Ningún informe presidencial en democracia se hizo con tanto despliegue de seguridad. Más que un informe de gestión democrático tuvo el aspecto de un traslado de delincuentes, con todo el recorrido vallado, efectivos policiales distribuidos en el trayecto y el Congreso rodeado como si fuera un bunker, señala Luis Buschtein.

«Hay que convertir en ley que el déficit sea ilegal, la emisión monetaria sea penada. Debe ser obligatorio el equilibrio fiscal el presupuesto», sostuvo el Presidente. En ese sentido, remarcó que «en 2027, el gasto público debe ser del 25% del PBI», y subrayó: «Prefiero achicar el Estado y que haya menos pobres».

Además, consideró que «es necesario profundizar la motosierra por el Estado». Y añadió: «Es una política de Estado que seguirá por muchos años». Por otra parte, puntualizó que «el régimen laboral es obsoleto, beneficia a pocas personas y promueve la informalidad». Curiosa esta última declaración, ya que Milei había celebrado una supuesta recuperación.

Decidido a confrontar con el peronismo, Milei volvió a subir al ring al gobernador de la provincia de Buenos Aires,Voltear o sostener, el caldo de cultivo para un estallido en la Provincia - La Tecla Axel Kicillof . «Si Kicillof quiere resolver el problema de seguridad  tiene dos alternativas: abandonar esa visión abolicionista y castigar a los criminales; o correrse del camino y dejarnos resolver el problema a nosotros», volvió a insistir el libertario ante las sillas vacías que dejó el bloque peronista, abroquelado como nunca detrás del gobernador. Asimsmo, pidió aumentar todas las penas del código penal y volvió a insistir con la aprobación del proyecto de ley que busca bajar la edad de la imputabilidad.

Milei inauguró las sesiones legislativas en un recinto con más de la mitad de las bancas vacías. Se ufanó  del ficticio equilibrio fiscal, de haber despedido a 40 mil empleados públicos y de sus relaciones con Estados Unidos., mientras anunciaba que enviará al Congreso un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Obviamente, no habló de los jubilados, de la educación, de la ciencia y mucho menos del escándalo de la estafa de la criptomoneda que promocionó en su redes y que supera los cien millones de dólares. “Emprender un nuevo acuerdo sin aumentar la deuda bruta” para evitar “deteriorar los activos del Banco Central”. dijo.

Sin embargo, el FMI no ve en el futuro repetir el pasado: Argentina debe garantizar que no utilizará las divisas para sostener “el dólar barato”, como ocurrió en la presidencia del neoliberal Mauricio Macri, con el mismo ministro de Hacienda, Luis Caputo.  El FMI sólo encuentra como salida la devaluación del peso, pero para ello insiste en un acuerdo político general que garantice que un nuevo pacto entre la Argentina y el FMI, necesariamente de largo plazo, será respetado por todas las fuerzas políticas. Difícil.

 

“Milei estafa y despide” fue el cartel que estampó la izquierda en el recinto. La jornada terminó con un escándalo: el principal asesor presidencial Santiago Caputo, quien tiene peso en el manejo de los servicios de inteligencia increpó y amenazó al diputado Facundo Manes en medio del pasillo.

Fue -al menos- inadecuado decir que “Argentina ahora está a la vanguardia del mundo” justo cuando medios reconocidos por sus posiciones derechistas  como Forbes o The New York Times, han publicado informes que lo destruyen. En dos semanas, la imagen internacional que quiso construir se desplomó como un castillo de naipes. Hoy los medios internacionales lo describen como un  mandatario delincuente, aunque las investigaciones, sobre todo en Estados Unidos, recién comienzan.

Además, Milei anticipó que el Gobierno pretende discutir una reforma impositiva que permita cobrar apenas impuestos y que el nuevo sistema promueva una «competencia fiscal entre provincias».  Asimismo, contradijo una de las banderas que levanta su ídolo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Es que Milei caracterizó al proteccionismo industrial como «un curro de la política y los empresarios».

La prensa denunció una fuerte censura y restricción al trabajo de los periodistas. Un gobierno que está débil necesitó montar un escenario a medida: tuvo bajo rating y hubo cacerolazos. Un final de papelón cuando le cortaron el discurso y luego con Santiago Caputo agrediendo a Facundo Manes.

Las postales de la noche se completan con el ruido de cacerolas contra Milei en algunos barrios porteños y de la provincia de Buenos Aires. Los cacerolazos hasta se colaron en la transmisión oficial mientras el presidente y su comitiva viajaron de Casa Rosada al Congreso.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)