López Obrador satisfecho por los cambios producidos en México en nueve meses

327

 

Gerardo Villagrán del Corral

Tras la entrega por escrito al Congreso de su primer Informe constitucional de gobierno, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció un mensaje donde destacó la lucha contra la corrupción y la impunidad, el avance de los programas sociales, el desempeño económico del país y lo realizado en nueve meses por su gobierno en materia de seguridad pública y pacificación.

Asimismo, López Obrador hizo un llamado al Congreso a aprobar las reformas constitucionales “para corregir ineficiencias y malas prácticas, consideramos necesario establecer mecanismos de revocación del mandato como forma efectiva de control de los mandantes sobre los mandatarios. […] Espero que en el periodo que hoy inicia, el Congreso apruebe la reforma constitucional que he propuesto en esta materia”, dijo.

Indicó que en México la guerra de exterminio contra el crimen organizado terminó: no habrá más razias, masacres ni desaparición de personas, y admitió que con la nueva estrategia “aún no son buenos los resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva”.

AMLO afirmó que los conservadores están moralmente derrotados, y consideró que sus adversarios no han tenido oportunidad de establecer un paralelo entre la nueva realidad y el último periodo neoliberal, caracterizado por la prostitución y el oprobio, que se ha convertido en una de las épocas más vergonzosas en la historia de México.

Celebró el acuerdo migratorio alcanzado con Estados Unidos, el cual impidió –dijo- que se desatara una crisis política y económica y se pudiera avanzar en la solución negociada de problemas comunes: los fenómenos migratorios de sur a norte, las situaciones adversas que enfrentan millones de mexicanos que viven en el país vecino y las expresiones de la delincuencia trasnacional, es decir, el tráfico de personas y el trasiego de armas, drogas ilícitas y divisas.

Casi 90 minutos de discurso en el que sostuvo que en los nueve meses de su gobierno han soplado buenos tiempos para llevar a la práctica una transformación profunda, con poca confrontación y sin violencia política, (aunque) no dejan de existir, ni queremos que desaparezcan, las protestas legítimas de los ciudadanos ni los reclamos de nuestros adversarios, señaló desde el Palacio Nacional.

Entre los temas que aborda el Informe de Gobierno al Congreso en materia de derechos humanos destacan las acciones en torno a la búsqueda de desaparecidos, entre ellos los 43 normalistas de Ayotzinapa, la liberación de presos políticos, así como consultas a pueblos indígenas y sobre la violencia de género.

El documento entregado al Congreso reconoce “la grave crisis de derechos humanos que vive el país” y que el compromiso de López Obrador ante la situación heredada es “hacer frente a las demandas de verdad, justicia, reparación y no repetición de las víctimas”.

Mientras, el mensaje público lanzado en el Palacio Nacional fue presentado como “tercer informe”: el primero fue la evaluación de su gestión cien días después de su toma de posesión, el 11 de marzo, y el segundo, en el primer aniversario de su triunfo electoral, el 1º de julio.

Si bien la economía está creciendo poco, es cierto, no hay recesión, admitió López Obrador ante 600 invitados en el Palacio Nacional, y destacó que ahora es menos injusta la distribución del ingreso, es decir, hay más desarrollo y más bienestar. Aseveró que los parámetros para medir el desarrollo es la reducción de la pobreza y la desigualdad como un imperativo ético de su gobierno.

Al referirse –como caso emblemático de la lucha anticorrupción– al combate al robo de combustible (conocido como huanchicoleo), aseveró que permitió abatir en 94 por ciento la incidencia de este delito, que alcanzó el robó de 80 mil barriles diarios en el sexenio pasado.

El huachicol también tuvo su símil con la eliminación de las condonaciones fiscales mediante decreto: El ofensivo privilegio de la condonación fiscal significaba que grandes empresas y bancos no pagaran impuestos, pues los altos funcionarios de Hacienda, con el visto bueno del presidente, ejercían la facultad discrecional de condonar adeudos”.

López Obrador colocó en este capítulo el exitoso combate al robo de combustibles y a la evasión fiscal: en su visión ambos fenómenos son expresión de la deshonestidad de servidores públicos.

Un editorial del periódico La Jornada destaca que  la Cuarta Transformación ha empeñado una voluntad política sin precedente y, tal como lo prometió en su campaña, López Obrador se ha atenido a tres lineamientos básicos: no emprender persecuciones por consigna ni utilizar políticamente el combate a la corrupción contra nadie, no encubrir ni proteger a alguien, respetar la autonomía de la Fiscalía General y la soberanía del Legislativo y del Judicial.

Informó que la inversión extranjera asciende a 18 mil millones de dólares y el superávit en el segundo trimestre del año fue decinco mil 143 millones de pesos, el mayor desde que se iniciaron los registros en 1980. Las exportaciones se ubicaron en 39 mil millones de dólares; la inflación fue de 3.8 por ciento en julio, la más baja desde diciembre de 2016, y las reservas internacionales crecieron en 54 mil 200 millones de pesos en lo que va de la administración.

El Presidente reivindicó la nueva política de compras y adquisiciones gubernamentales, que ha permitido ahorrar 145 mil millones de pesos en nueve meses. Asimismo, reivindicó la más polémica de las acciones que ha adoptado: cancelar el proyecto del aeropuerto en Texcoco: “En el lago de Texcoco, la terminal aérea habría estado condenada a sufrir de constantes hundimientos. Se evitó la destrucción del lago Nabor Carrillo, asiento de aves migratorias”, dijo.

La nueva política económica, aseguró, implica mantener finanzas públicas sanas, equilibradas y no deficitarias, dijo, tras pedir que se abandonara la hipocresía neoliberal acerca de las obligaciones gubernamentales y el papel del Estado.

Hay que reconocer que a éste “le corresponde atemperar las desigualdades sociales. No es posible seguir omitiendo la justicia social de las obligaciones de gobierno. No es jugar limpio utilizar al Estado para defender intereses particulares y procurar desvanecerlo cuando se trata del beneficio de las mayorías”, dijo.

El mandatario se refirió a los programas Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, La Escuela es Nuestra, el programa de becas Benito Juárez, los créditos a la palabra y la pensión universal para adultos mayores, que marcan gran diferencia con los anteriores gobierno neoliberales y que ha significado una mejoría material para la base de la pirámide social mexicana, aun cuando ello no se haya visto reflejado en el producto bruto interno.

Su discurso osciló entre la censura al pasado neoliberal y la reivindicación de las políticas actuales en materia económica: aludió a los principales megaproyectos que pretende desarrollar en el sexenio, entre ellos el desarrollo integral del Istmo de Tehuantepec, que implica las obras –ya iniciadas, dijo– de ampliación y modernización de los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, así como las rutas ferroviarias.

Informó que ya se realizó la consulta a las comunidades para incorporarlas al proyecto que incluye la definición de una zona franca que favorezca la creación de parques industriales a lo largo de los 230 kilómetros del Istmo. Un proyecto que, aseveró, se equipara al canal de Panamá que será impulsado con mecanismos de reducción de impuestos y costo de los combustibles.

Ante connotados empresarios, como Carlos Slim, Emilio Azcárraga y Germán Larrea, López Obrador condenó que, con el visto bueno presidencial, se otorgaron privilegios fiscales a 108 grandes contribuyentes beneficiándolos con condonaciones fiscales por 213 mil millones de pesos. Ponderó la importancia que tiene haber detenido, por primera vez en 14 años, la consistente y progresiva caída en la producción petrolera.

De forma insistente, López Obrador destacó la estrategia contra la corrupción, reivindicó la honestidad del nuevo gobierno y recordó el acuerdo por el cual se renegociaron los contratos relacionados con los gasoductos que distribuirán gas a las estaciones de la Comisión Federal de Electricidad.

Aunque el Presidente insiste en que el crecimiento va a ocurrir “de abajo hacia arriba”, la reactivación sigue siendo una asignatura pendiente, mientras la inseguridad y la violencia delictiva siguen fuera de control en extensas regiones del país. Las principales críticas al discurso de AMLO es su omisión al tema de la política cultural del lopezobradorismo, que sigue siendo un enigma.

El PRI quiere un “gran pacto”

La senadora Beatriz Paredes, en  nombre del opositor Partido Revolucionario Institucional  (PRI)  demandó al presidente que, con humildad, revise y rectifique aquellas políticas públicas que no han funcionado. Le recordó que ganó los comicios de forma legítima, pero fue una elección y no una revolución, y convocó a un gran pacto nacional para erradicar la violencia y restablecer la seguridad y paz ciudadana.

Ojalá, dijo, el Ejecutivo federal no caiga en los errores de sus antecesores, que, embriagados por sus propias estrategias publicitarias, no se dieron cuenta cuando cometieron equivocaciones.

La legisladora priísta recalcó que en un país de 127 millones de habitantes, el gobierno no puede ser de un solo hombre, porque se convierte en caudillo, y rechazó que la victoria de Morena y sus aliados el primero de julio de 2018 signifique una irrupción de las masas, ya que sólo 33.7 por ciento de los mexicanos votaron por el candidato triunfador.

Paredes demandó que el gobierno de México asuma una actitud firme frente a Estados Unidos y no acepte ser tercer país seguro en materia de migración. Exigimos firmeza y una estrategia multilateral. Rechazamos que los millones de mexicanos que han sido fundamentales para el crecimiento económico de Estados Unidos sean objeto de discursos de odio y actitudes xenofóbicas, señaló.

* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)