Lawfare desatado en Argentina y Milei en EEUU “acortado” por el trumpismo
Rubén Armendáriz
La Cámara Nacional de Casación de Argentina confirmó el miércoles la sentencia de seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por presunta corrupción, mientras el libertario presidente Javier Milei lograba fotografiarse junto a Donald Trump en Florida.
Los únicos elementos de prueba presentados por los jueces en este proceso con la dos veces presidenta–por el que también se ha condenado a otros ex funcionarios– son noticias falsas inventadas por medios de comunicación hegemónicos y las redes sociales.
Esos mismos medios que lamentaron el fracaso del atentado contra las dos veces presidenta en septiembre de 2022. Al contrario de la incesante persecución que ha padecido la líder peronista, la investigación por el intento de asesinarla se encuentra totalmente paralizada.
La diputada de izquierda Myriam Bergman señaló que «Cada vez que hay un avance antidemocrático después termina viéndose cómo se aplica contra las organizaciones sociales, piqueteras, los luchadores, los partidos de izquierda. Hay leyes promovidas desde EEUU que se buscan aplicar en toda la región. Es la manera de darle a los jueces y fiscales la decisión de quién es candidato, pasando por sobre la voluntad popular».
Lejos del escándalo de la causa judicial, el presidente Javier MIlei logró su foto con Donald Trump en la previa de la Convención Política de Acción Conservadora (CPAC) en Florida. En su discurso en castellano, fue fiel a su retórica anticomunista y antiprogresista, a la vez que regó de elogios y reverencias al nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Milei fue abruptamente interrumpido mientras brindaba su discurso frente a empresarios y Trump, durante la cena de gala en Palm Beach, donde el argentino propuso a EEUU, Italia e Israel conformar una organización paralela a la Asamblea de Naciones Unidas. Libre comercio, asistencia militar y la eliminación de la Agenda 2030, entre los principales puntos.
La Presidencia argentina difundió el discurso completo de Milei e incluyó tres párrafos finales que el mandatario tenía preparados pero no llegó a decir: «Los Estados Unidos liderando en el norte. La Argentina en el sur. Italia en la vieja Europa, e Israel, el centinela en la frontera de oriente medio. Porque solo con la fuerza de las naciones libres puede haber una esperanza global de paz y prosperidad”.
“Esta es la agenda internacional que tiene hoy la Argentina. una agenda de libertad, de progreso, de restauración del gran legado occidental. Porque necesitamos reencontrarnos con las verdades de nuestro pasado, para poder liderar hacia el futuro. Muchas gracias, que dios los bendiga, y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchas gracias, ¡Viva la libertad, carajo!», no llegó a decir.
El fallo
En las 1543 páginas de la sentencia de los jueces no hay una revisión integral, ni nuevos elementos, ni algún enfoque nuevo o una nueva valoración de una prueba respecto del juicio oral. Fue copiar y pegar. Hornos literalmente copió dos veces la misma página del fallo del Tribunal Oral, repitiéndolo, palabra por palabra, en las páginas 452 y 453. Lo grave es que el copy paste derivó en que no agregaron ni un argumento ni probatorio ni judicial a lo ya escrito, señaló Cristina Fernández..
Los integrantes de la Cámara «son Mariano Borinsky, que jugaba al tenis con (el expresidente neoliberal) Mauricio Macri en Olivos; Gustavo Hornos, que visitaba a Macri en la Rosada y que está denunciado por acoso sexual y violación; y Diego Barroetaveña, dirigente de la lista macrista de los magistrados para el Consejo de la magistratura», recordó.
La se basa en que, supuestamente, favoreció a Lázaro Báez para que ganara 51 de los 81 tramos de rutas que se construyeron en Santa Cruz. Los magistrados no pudieron contestar al argumento de que en las licitaciones participaron otras empresas . El segundo argumento es que la exmandataria dictó en 2009 el decreto 54 que habilitó el uso de un fideicomiso para pagar las obras. La realidad es que con ese fideicomiso se pagaron 500 obras de todo el país, fue controlado -y aprobado- por la Auditoría General de la Nación.
La tercera acusación es que, al final de su mandato, se decidió crear una deuda a favor de Báez, librar un pago para que indemnizara a todos los trabajadores de la constructora y después se produjera un cierre, borrando todas las pruebas del supuesto delito. No hubo creación de deuda, no hubo pago alguno y no existió ninguna reunión. Pero queda la sensación que el show de la condena y la proscripción debía continuar.
Horas después del pronunciamiento del tribunal, el gobierno de Javier Milei anunció el retiro de las asignaciones estatales que Cristina Fernández recibe como ex presidenta y como viuda del también ex mandatario Néstor Kirchner. Por medio de sus redes sociales, hizo pasar el golpe financiero como una medida de justicia, cuando en realidad supone una flagrante ilegalidad: la acusada todavía cuenta con instancias para apelar, ni es una potestad del Ejecutivo, lo que sus asesores parecen ignorar… o prefieren hacerlo.
La vergonzosa ratificación de la sentencia por parte de la Cámara Nacional de Casación, el uso propagandístico que le dio Milei y la sincronía de ambos con los medios de comunicación que intentaron derribar a Cristina Fernández durante sus dos mandatos, muestran que la condena es una maniobra más del Partido Judicial: jueces con vínculos ideológicos, personales y familiares con la dictadura militar del siglo pasado.
El expresidente neoliberal Mauricio Macri, hoy aliado de Milei, promovió que todos los que saquearon al país evadiendo impuestos y fugando capitales blanquearan sus fortunas mal habidas, se autoperdonó delitos e instrumentó un esquema de enriquecimiento privado con fondos públicos (“la bicileta”), por el cual se amasan fortunas especulando con la moneda.
La enésima conspiración para encarcelar ilegalmente a Cristina Fernández de Kirchner es un recordatorio para todos los habitantes de América Latina de que las derechas tienen en el lawfare (uso político del aparato judicial) una de sus principales armas para desmantelar opciones progresistas y destruir a sus adversarios.
*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)