Las tres facciones de la élite rusa

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Katehon | 

Traducido del ruso por Juan Gabriel Caro Rivera

El canal de Telegram Nezigar publicó el 11 de mayo [de 2023] un artículo en el que se afirmaba que después de quince meses de la Operación Militar Especial ha quedado claro que existen “tres grupos dentro de las élites económicas y políticas rusas”. Estos grupos serían los “partidarios de la paz” o la “capitulación”, los “neutrales” o “indecisos” y los “partidarios de la victoria” o los “halcones”. Y aunque los lectores pueden cuestionar la lista que se da de los representantes de cada partido, la división y clasificación propuesta por los autores es bastante ajustada a la realidad. El principal criterio usado para establecer la pertenencia o no a una determinada facción es el apoyo o el rechazo de la Operación Militar Especial, además de los activos, intereses y conexiones que cada uno de estos actores tiene con Occidente. Es precisamente este último punto el que decide la lealtad o la ausencia de la misma con respecto a Rusia. Por supuesto, se trata de un análisis muy general, pero sin duda expresa de forma sucinta muchas de las particularidades que han sucedido en la Operación Militar Especial, además de que explica las acciones y declaraciones contradictorias de las autoridades rusas, los medios de comunicación, las posiciones que han asumido ciertas instituciones y las muchas vacilaciones al interior del gobierno. De hecho, el filósofo y geopolítico Alexander Dugin propuso una semana antes una división parecida en un artículo suyo en el que hablaba de los “partidarios de la derrota incondicional”, los “partidarios de la derrota parcial” y los partidarios de la Victoria”. No obstante, los periodistas y politólogos rusos han llegado a un consenso en los últimos quince meses de que se debe hablar de los “partidarios de la paz” y los “partidarios de la victoria” que actualmente luchan al interior de la élite rusa.

Los partidarios de la capitulación

Según el artículo de Nezigar los “partidarios de la capitulación” son los causantes de “varios movimientos extraños dentro de las fuerzas armadas rusas como resultado de las negociaciones, problemas logísticos y de abastecimiento, además de una oposición feroz, abierta y tácita a la movilización bélica de la guerra”. Esta facción esta compuesta por los liberales y oligarcas vendidos a Occidente y que tienen importantes activos tanto en los países de la OTAN como en Ucrania, por lo que son blanco fácil de las tácticas de intimidación occidentales. Este grupo cuenta con el apoyo de las instituciones y medios de comunicación occidentales, y desde la década de 1990 tienen poderosos vínculos con las estructuras del Estado. Los representantes más significativos de esta facción, según Nezigar, serían los siguientes:

Román Arkádievich Abramóvich

– Román Arkádievich Abramóvich, un oligarca que hizo su fortuna en la década de 1990. Tiene ciudadanía rusa, británica, portuguesa e israelí. Fue uno de los que participó en las negociaciones en Estambul el año pasado y regaló “iPhones” a varios mercenarios extranjeros, liberados gracias a su mediación.
– Vladímir Olégovich Potanin, propietario de la mina de níquel de Norilsk, que declaró que “era una mala idea confiscar y nacionalizar los activos de las empresas extranjeras en Rusia como represalia por las mismas acciones en Occidente contra activos rusos”. Es un ferviente opositor de la Operación Militar Especial.
– Vladimir Rostislavovich Medinsky, antiguo Ministro de Cultura de Rusia, que encabezó la delegación rusa en las conversaciones de Estambul de marzo de 2022.
– Yuri Aleksándrovich Borísov, Director General de Roscosmos, ex viceprimer ministro del gobierno ruso y supervisor del complejo militar-industrial ruso antes del inicio de la Operación Militar Especial.
– Víktor Felíxovich Vekselberg, ciudadano chipriota y presidente del consejo administrativo del grupo empresarial Renova. Según el jefe de la Agencia Ucraniana para la Prevención de la Corrupción, Alexander Novikov, Vekselberg está interesado en obtener la ciudadanía ucraniana.
– Viatcheslav Moshe Kantor, un oligarca con ciudadanía rusa, chipriota e israelí que vive en Londres y es dueño de un negocio multimillonario de fertilizantes y minería. Ha negado en varias ocasiones querer obtener la ciudadanía ucraniana, aunque su esposa sí tiene tal ciudadanía.
– Alexander Stalyevich Voloshin, exjefe de la Administración Presidencial rusa y figura clave de la llamada “familia”, un grupo oligárquico de parientes del expresidente ruso Boris Yeltsin, además de ser considerado como el líder de la facción liberal.
– Mijaíl Marátovich Fridman, un oligarca residente en Londres con con ciudadanía rusa e israelí, copropietario del Grupo Alfa. No ha apoyado la operación militar especial y su hijo es considerado como un “ucraniano”. Según los medios de comunicación occidentales ha hecho fuertes transacciones de dinero para “ayudar” a Ucrania, anteriormente financió a Nalvany y su partido político.
– Vladimir Sergeyevich Lisin, propietario de la planta siderúrgica de Novolipetsk, es considerado como el hombre más rico de Rusia según Forbes. Se ha pronunciado en contra de la desdolarización del comercio exterior y logró evitar ser incluido en la lista de sanciones por parte de la Unión Europea gracias a sus contactos.
– Vaguit Alekpérov, el mayor accionista de Lukoil y jefe de esa empresa hasta el 2022. Abandonó Rusia tras el inicio de la Operación Militar Especial. Según el exministro búlgaro Asen Vasilyev, ha usado su empresa Lukoil para suministrar en secreto combustible a las plantas ucranianas de Neftohim. Lukoil niega tales afirmaciones.
– Arkady Yuriévich Vólozh, con ciudadanía rusa, maltesa e israelí, cofundador de la red informática Yandex.
– Alekséi Aleksándrovich Mordashov, propietario de Severstal y uno de los primeros en pedir el fin de la Operación Militar Especial en el 2022, declarando que no tenía nada que ver con ella y que, por lo tanto, no debía ser sancionado.

Por supuesto, este grupo posee enormes recursos económicos desde la década de 1990 y son la clientela favorita de toda la intelectualidad “creativa” rusa que controla gran parte de los medios de comunicación. Según Yevgueni Prigozhin, el jefe y fundador del PMC Wagner, son los que conforman el “Estado Profundo”, es una “élite oligárquica que actúa por sus propios intereses independientemente de la dirección política del Estado y tienen estrechos vínculos con muchos funcionarios con el fin de seguir su propia agenda. Esta élite trabaja para otros amos, algunos de ellos aún continúan trabajando con las autoridades actuales mientras que otros han huido, pero siguen manteniendo fuertes vínculos personales con muchas personas a pesar de que la mayoría se ha ido”. Es a la oposición oculta de esta “estructura” a la que el director de PMC Wagner culpa de muchos fracasos.

Los indecisos

El artículo de Nezigar afirma que “los representantes de este grupo evitan realizar valoraciones abiertas sobre la Operación Militar Especial y la guerra híbrida con Occidente, sin pronunciarse abiertamente sobre nada en el espacio público”. Muchos de los representantes de esta facción tienen fuertes vínculos personales con los partidarios de la capitulación, pero no expresan como estos últimos sus posiciones de forma abierta. Entre los principales seguidores de esta corriente, según el artículo de Nezigar, estarían:

Elvira Sajipzádovna Nabiúllina. (premier.gov.ru)

– Elvira Sajipzádovna Nabiúllina, Presidenta del Banco Central de Rusia. Gracias a su política de puertas abiertas, las multimillonarias reservas de divisas del Banco Central de Rusia fueron bloqueadas por Occidente en los primeros meses de la guerra.
– Anton Germanovich Siluanov, Ministro de Finanzas de Rusia que permitió en tiempo récord la salida de capitales de Rusia durante el 2022.
– Alekséi Leonídovich Kudrin, exministro de Finanzas y jefe de la Cámara de Cuentas, ahora es asesor del grupo de desarrollo corporativo Yandex.
Maksut Igorevich Shadayev, Ministro de Desarrollo Digital, Comunicación e información de Rusia.
– Igor Ivanovich Shuvalov, exviceprimer ministro de Rusia, presidente de la corporación estatal dehttps://tsargrad.tv/news/itogi-peregovorov-normandskoj-gruppy-v-parizhe-peremirie-v-donbasse-bezuslovno-kozak_484795 desarrollo VEB.RF.
– Serguéi Yevguénievich Narishkin, Director del Servicio de Inteligencia Exterior de la Federación Rusa.
– Andrey Leonidovich Kostin, Presidente del Consejo Administrativo de VTB que propuso en medio de la Operación Militar Especial privatizar todas las empresas estatales para aumentar el presupuesto del Estado.
– Dmitry Nikolayevich Kozak, Jefe Adjunto de la Administración Presidencial rusa. Anteriormente supervisó las negociaciones de Normandía (Rusia, Ucrania, Francia y Alemania).
– Olga Borísovna Liubímova, Ministra de Cultura.
– Konstantin Lvovich Ernst, Director General de Canal Uno de Rusia.

El artículo de Nezigar sostiene que el silencio que guarda este grupo asobre la Operación Militar Especial se debe a “la necesidad de preservar los intereses de los partidarios de la paz sin llamar mucho la atención sobre sus propias preferencias personales”. Esta facción espera ansiosamente que se restablezcan las relaciones con Occidente y desea preservar su control sobre la cultura y los medios de comunicación. Uno de los ejemplos típicos de esta posición sería la del “patriota en apuros” Iván Andréievich Úrgant, la cara pública del Banco Alfa, que amenaza con volver a la televisión rusa.

Los partidarios de la victoria o los halcones

Esta facción esta compuesta por intelectuales y empresarios que asocian tanto su futuro como el de Rusia a la victoria total de la Operación Militar Especial. De hecho, son los que más recursos han invertido en esta operación. El artículo de Nezigar considera principales representantes de esta tendencia a los siguientes personajes:

Nikolai Pátrushev, con Vladimir Putin.

– Nikolái Platónovich Pátrushev, Secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.
– Viacheslav Víktorovich Volodin, Presidente de la Duma Estatal de la Asamblea Federal de Rusia.
– Serguéi Vladilénovich Kiriyenko, Primer Jefe Adjunto de la Administración Presidencial de la Federación Rusa.
– Dmitri Olegovich Rogozin, exdirector general de Roscosmos, jefe del grupo de asesoramiento militar los Lobos del Zar en el Donbass.
– Ramzán Ajmátovich Kadírov, Presidente de la República de Chechenia.
– Yevgueni Víktorovich Prigozhin, fundador y jefe de la PMC Wagner.
– Konstantín Valérievich Maloféyev, vicepresidente del Consejo Mundial del Pueblo Ruso y presidente de la sociedad Tsargrad. Participa activamente en la ayuda a los voluntarios rusos del Donbass. Fue objeto de un intento fallido de asesinato por parte de los servicios de seguridad ucranianos.
– Dmitry Arkadyevich Mazepin, antiguo propietario y director general de la empresa química Uralchem.
– Igor Altushkin, copropietario de la Compañía Rusa del Cobre (RMK). Anteriormente, negó las acusaciones de patrocinar el batallón de voluntarios de los Urales.
– Alexander Dugin, filósofo y fundador de la escuela geopolítica neo-euroasiática, cuya hija, Daria, murió en un ataque terrorista llevado a cabo por los servicios de seguridad ucranianos.

Según el artículo de Nezigar, este grupo es mucho más débil que los otros dos a pesar del apoyo y crecimiento que han tenido durante la Operación Militar Especial. Esta “debilidad se debe a que financiera y económicamente no cuentan con los recursos de los otros dos grupos”, además de incoherencias y contradicciones personales entre los representantes de esta tendencia, por lo que esta facción no actúa como un todo coherente y tampoco cuenta con una ideología aceptada por la totalidad de sus miembros. A pesar de que se puede cuestionar la pertenencia de uno u otro elemento a esta facción, se puede decir que esta clasificación es acertada. Por supuesto, esta élite patriótica rusa necesita permanecer unida. Por otra parte, las conclusiones del artículo de Nezigar dejan claro que la coordinación y sinergia dentro de estos grupos determinará el rumbo de la Operación Militar Especial, pues cada uno de ellos tiene una visión diferente sobre el futuro de Rusia: la derrota total y la subordinación a Occidente, la “negociación” y abandono paulatino de los territorios incorporados para reintegrarse en el sistema occidental o la formación de un polo soberano autosuficiente en un mundo multipolar.

Fuente:

Source Katehon
Via Rebelión