Las tendencias para el futuro argentino, tras las parlamentarias ganadas por el macrismo

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Juan Guahán-Question Latinoamérica|

Los argentinos votamos y aunque parezca mentira esta vez las encuestadoras adelantaron los resultados generales que luego se reflejaron en las tendencias de los números electorales. De todas maneras, en muchos casos, lo que surgió de las urnas abiertas no es lo mismo que lo que se pensaba en la mañana del domingo. Muchos sueños quedaron en eso… puramente sueños y otros son posibilidades a confirmarse.
De todas maneras los resultados no lograrán poner fin a cuestiones con las que venimos lidiando.

Santiago Maldonado es una tristeza profunda que sigue presente; tampoco –por suerte- nos podemos acostumbrar a esa geografía de la pobreza cotidiana que lastima los ojos y duele en el corazón; seguimos sin saber hasta dónde este Estado y sus instituciones protegen a las mayorías populares y si este voto logrará remediar lo que, como país y como personas, nos viene pasando. Pero esta es la democracia que tenemos. Como siempre es mejor tenerla que no tenerla, usemos todos los resquicios que nos deja para hacer realidad eso que siempre se dice: El pueblo es soberano.
Pero vayamos a lo que las urnas dijeron, en números, en legisladores, con vistas al 2019 y las perspectivas que nos esperan.

Los números de las elecciones

En las recientes internas (PASO) votó el 72% del electorado, ahora lo hizo el 78%.
En estas elecciones debían dirimirse varias cuestiones. Entre ellas hay que destacar: Los cambios más significativos en la composición del parlamento (que se tratarán por separado); determinar si se confirmaba la polarización entre macrismo y peronismo; el resultado de la Provincia de Buenos Aires, la “madre de todas las batallas”; la correlación de fuerzas dentro del peronismo y el futuro de Cristina.

En materia de números generales el triunfo de Cambiemos es indudable, no solo superó el 40%, sino que ganó en los 5 distritos más grandes (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Capital y Mendoza). Esto no ocurría desde 1985. También es destacable que ganó en otros 8 distritos (Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Neuquén, Salta y Santa Cruz). Un total de 13 distritos que se vistieron de amarillo. Respecto a los resultados numéricos de la interna peronista, sus aliados y escisiones, es difícil precisarla con exactitud porque ese voto se diluyó en muchas variantes.

Allí encontramos las distintas versiones cristinistas; las tradicionales expresiones del PJ; los votos logrados por Sergio Massa y Florencio Randazo, de indudable origen peronista; otras versiones peronistas como es el caso de San Luis o vertientes que se venían expresando como Frente para la Victoria (FpV) que volvieron a sus nombre originales o tomaron otras denominaciones tal como sucedió en Chubut, Misiones y Santiago del Estero.

Sumando ese conjunto de fuerzas, de todos modos algo muy difícil de concretar, su resultado final sería bastante semejante al total alcanzado por el macrismo. En todo ese conglomerado se puede distinguir: El Peronismo K, que ganó en 2 distritos: Río Negro y Tierra del Fuego, su total de votos es estimable en algo más de un 20%.
Los peronistas (PJ) que no son K y que ganaron en 5 distritos: Catamarca, Formosa, La Pampa, San Juan y Tucumán, que podrían tener alrededor del 15% y un grupo de triunfadores en otros 3 distritos, con distintos vínculos y origen: Chubut, San Luis y Misiones, que sumarían otro 4%. Estos dos últimos vienen privilegiando -hasta ahora- sus realidades locales por encima de los encuadramientos nacionales.

Respecto a las PASO hay algunas diferencias. El macrismo había ganado en 10 distritos, ahora ganó en 13. Sumó, dando vuelta los resultados de las PASO, en 5 distritos (Buenos Aires, Chaco, La Rioja, Santa Fe, Salta y Santiago del Estero) y perdió 2 lugares, donde había ganado recientemente (La Pampa y San Luis).
Por último la izquierda también avanzó. El conjunto de fuerzas de izquierda reunió cerca del 7%, correspondiendo bastante más de la mitad al trosquista FIT.

Por último vale recordar que en Santiago del Estero también se eligió gobernador. Allí todo quedó en familia. Ahora ganó Gerardo Zamora, quien será gobernador por un tercer período. Lo fue entre 2005/2009 y 2009/2013. Lo sucedió su esposa Claudia Ledesma Abdala 2013/2017. Consiguió casi el 70% de los votos.

Los números del Parlamento

Ya se ha dicho, en forma reiterada, que esta elección no cambiaría de un modo drástico la composición del Parlamento. En Diputados, el macrismo y sus aliados, sumarán 19 diputados, pasando de tener 89 a contar con 108 legisladores. Todavía lejos de contar con una mayoría propia que demanda 129 diputados.

Mucho más complejas y permeables son los demás bloques, particularmente el del FpV, bajo hegemonía K. Éste cuenta actualmente, junto a sus aliados, con 71 legisladores y quedaría con 66.

Después por fuera queda un cúmulo de fuerzas que el peronismo no K, espera reunir para integrarse con el massismo (que perdió 16 de sus 37 legisladores actuales) y eventuales desmembramientos del bloque del actual FpV. Con ello suponen constituirse en la segunda minoría, detrás del macrismo. Todo ello es demasiado incipiente y movedizo para saber si se podrá concretar, aunque parece muy difícil. Las relaciones entre ese conjunto de fuerzas irá configurando la actitud de los partidos para el año 2018.

La izquierda trosquista mantendrá sus cuatro diputados. Los socialistas santafesinos perderán 3 de sus 4 bancas actuales.

En el Senado habrá cambios más significativos después de las victorias macristas del domingo pasado. El oficialismo pasaría a tener 25 senadores, aumentando 8 respecto a los 17 actuales. La otra novedad es mucho más fuerte. Se trata de la oposición del PJ/FpV, que con sus 36 legisladores rondaba el quórum propio. Allí parece que la convivencia del peronismo en su conjunto, en un solo bloque, parece casi imposible.
Miguel Ángel Pichetto, actual Presidente de ese Bloque, ya lo anticipó diciendo que no pensaba compartirlo con Cristina que fue “candidata por otro partido: Unidad Ciudadana”. Todo hace pensar que habrá, por lo menos, dos bloques peronistas en el Senado. Cristina formaría parte de un bloque que tendría un mínimo de 10 senadores.

Es probable que el actual bloque, que preside Picchetto, consiga reunir algunos senadores más. De todos modos, no es descartable que gobernadores de varias provincias traten de mantenerse ajenos a esa división manteniendo bloques unitarios.

Mirando al 2019

Teniendo presente que las próximas elecciones son las presidenciales del 2019 habrá que atender a los dos grandes escenarios que se presentan para las mismas. Por un lado el oficialismo macrista y el fragmentado peronismo por la otra.

Por el lado del macrismo la situación es menos complicada y depende casi exclusivamente del éxito o fracaso del gobierno. Mauricio Macri ha emergido como el gran ganador y si la situación se mantuviera no quedan dudas que es la figura determinante dentro del espacio de Cambiemos. Claro está que hay que tener en cuenta que está parado sobre una situación de un mundo convulso, una crisis interna económico-social bastante importante y una “herencia del pasado” que ya no podrá invocar, como causal de los problemas.

Todo eso hace que el resonante triunfo alcanzado tenga un fuerte sabor a efímero, si no se lo alimenta con respuestas sólidas a las demandas colectivas pendientes. En ese sentido es bueno recordar que Raúl Alfonsín ganó en 1985, en las elecciones de mitad de período, con más del 40% de los votos y también lo hizo –al igual que Macri- en los 5 distritos más importantes del país. No obstante lo cual no pudo terminar su mandato. Tuvo que renuncia unos meses antes, en julio de 1989.

Por el lado del peronismo la situación es más compleja aún. Cristina es indudablemente quien más votos recogió, si bien muchos de ellos provienen de distritos del Gran Buenos Aires, cuyos intendentes vienen teniendo posiciones dubitativas en los últimos días. La mayoría de los mismos no estuvieron en la cancha de Arsenal el domingo a la noche. Cristina polariza las posiciones más críticas al gobierno de Macri y los resultados electorales tienden a indicar que ésa es la opción que recoge más adeptos en el peronismo. Sin embargo es sabido que también es la dirigente que tiene la imagen negativa más fuerte dentro de los posibles candidatos peronistas.

Las posiciones más dialoguista con el gobierno fueron las más perjudicadas. La derrota de los gobernadores de: Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Salta y Tierra del Fuego, así parece indicarlo y deja a los mismos prácticamente fuera de la próxima carrera presidencial. El caso de Santa Cruz es una excepción y tiene que ver con el desmanejo provincial y el acorralamiento del gobierno nacional.

Las provincias peronistas, cuyos jefes de gobierno revalidaron títulos son: Catamarca, Formosa, La Pampa, San Juan y Tucumán. Hay otras dos provincias cuyos gobernadores deben ser considerados a la hora de las posibilidades futuras son los de Misiones y Santiago del Estero. Éstos vienen privilegiando sus intereses locales, pero a la hora de buscar síntesis unitarias para enfrentar al macrismo pueden ser muy importantes.

Por último los dirigentes peronistas derrotados como Sergio Massa y Florencio Randazzo podrán acompañar, pero difícilmente hegemonizar procesos unitarios.
Es sabido que un peronismo dividido deja abierta la posibilidad, si no hay una fuerte oposición, para que el macrismo pueda continuarse sin necesidad de una segunda vuelta.

Sergio Massa

Es muy prematuro abrir otros interrogantes, máxime si tenemos en cuenta lo que tenemos dicho sobre la situación del país, su economía y las experiencias de resonantes triunfos electorales, como el citado de Alfonsín, que se diluyeron rápidamente.

En este sentido la pérdida de credibilidad en estas instituciones, en medio de una crisis recurrente, deja abiertas las puertas para insospechados caminos. Ninguno de ellos es previsible en el corto plazo.