Las medidas de emergencia de Nicolás Maduro en el rumbo correcto
MAREA SOCIALISTA| Carlos Carcione, Stalin Pérez, Gonzalo Gómez, Juan García, Zuleika Matamoros, Alexander Marín. por la Coordinación Nacional de Marea Socialista, saludan las medidas tomadas por el gobierno y señalan en un extenso documento, que “ahora (hay que) derrotar el saqueo contra el Pueblo Bolivariano y construir el Nuevo Modelo Productivo para la Transición”.
Las medidas anunciadas por el Presidente Maduro el 6 de noviembre tienen la enorme virtud de facilitar el debate como debe ser: o construimos una política económica soberana o caemos en el monetarismo neoliberal cuyo puerto final, son medidas devaluatorias, pactos con el FMI o la dependencia extrema, neo colonial, que nos hará prisioneros de los nuevos actores del escenario imperialista mundial.
La intervención de mercancías con precios de usura y su venta directa al público a precio justo despiertan simpatía y moralizan al pueblo bolivariano y le dan oxigeno político al gobierno y al Proceso. Esta reacción del gobierno contra los especuladores y usureros era la que reclamaba nuestro pueblo para ponerse en pie de lucha . Lo mismo que espera se extienda a todos los rubros de la economía, en especial los alimentos y que se mantenga en el tiempo.
Sin embargo, el marco político de justificación de las medidas, así como las medidas mismas, aunque progresivas para la emergencia, son todavía precarias e insuficientes para estabilizar y profundizar el proyecto de la Revolución Bolivariana, y la declarada vuelta al rumbo de transición al socialismo.
El gobierno sabe que ahora sí entramos de lleno en el tiempo de las definiciones como lo está entendiendo el pueblo bolivariano. Un tiempo plagado de amenazas y también de grandes oportunidades. Atravesamos momentos difíciles pero apasionantes. Tenemos por delante la oportunidad de abrir una nueva etapa en este Proceso que en su momento, liderado por el Comandante Chávez, se montó sobre la ola que cambió el curso neoliberal en gran parte de América Latina.
El paso que debe dar la revolución para sobrevivir es recuperar su rumbo, su dinámica y profundizarse. Es el paso que va de una revolución democrática al inicio de la transición, es decir: revitalizando las claves políticas del Proceso, debemos dirigirnos hacia la revolución en el terreno económico y social.
Se ha avanzado en el diagnostico del problema al ubicar la disputa por la Renta Petrolera en el centro de la escena. Pero ese diagnostico es aún parcial y por lo tanto insuficiente para desarrollar un plan que derrote la especulación y la usura de manera estructural. Y, sobre todo, que abra camino a un nuevo modelo productivo, construyendo una propuesta económica verdaderamente independiente como solo puede serlo en esta etapa mundial: anticapitalista.
Hoy más que nunca, porque la batalla recién comienza, al tiempo que desatamos la movilización del pueblo bolivariano, necesitamos clarificar las ideas, utilizar la verdadera ciencia económica de esta época: la economía política. Es decir: la ciencia que estudia las relaciones entre las clases, las fuerzas sociales y políticas actuantes y la dinámica de los enfrentamientos entre esos actores sociales y políticos, lo mismo que las características propias de los patrones de acumulación del capital .
Es necesario descubrir lo que se esconde debajo de la superficie de acaparamiento y usura en los precios y en la especulación con el dólar. Identificar cuáles son las fuerzas que se disputan la Renta y por lo tanto el control de la economía nacional y con qué política lo hacen. Sólo así podremos responder de manera revolucionaria a la actual crisis.
El nombramiento de Rafael Ramírez como Vicepresidente del Área Económica, el consiguiente mantenimiento del Control de Cambios y las nuevas medidas económicas, dejan agonizante al plan de entrega de la Renta elaborado por Merentes y las Cámaras Empresarias. Cámaras denunciadas el 6 de noviembre por Maduro como responsables directas de la Guerra Económica.
Sin embargo ese plan no ha muerto. Merentes es mantenido en el gobierno y las medidas anunciadas, aunque van en el sentido correcto, terminan, por ahora, allí donde deberían estar comenzando. Todo esto en un peligroso juego de señales confusas, pidiendo a la burguesía que reflexione. La ofensiva, por ahora mediática de los especialistas de la oposición, de los propios empresarios y de algunas voces que surgen desde la misma orilla del Proceso Bolivariano, se redobla.
En el caso de los que dicen defender el Proceso, hablan opinadores de oficio sin compromiso militante revolucionario. Supuestos “expertos”, desde la comodidad de sus despachos en el exterior, escriben artículos insultantes. Ex altos funcionarios del gobierno confundidos sin saber ¿Qué Hacer? o interesados en dar por muerto prematuramente al Proceso Bolivariano, agitan el fantasma del colapso económico si no se toman las medidas que la oligarquía reclama.
Lamentablemente, desde los medios públicos se responde con argumentos superficiales y en el terreno que plantea la oposición. Los que hemos alertado contra esta guerra no hemos sido llamados a colaborar en este combate mediático, pero se toman y se utilizan nuestros argumentos y propuestas muchas veces de manera banal, ratificando el curso burocrático y de censura al pensamiento crítico, que tienen esos medios.
Por otra parte y esto es muy importante, el escenario continental es favorable.
Desde lo más profundo del Brasil que estaba quieto desde hace 20 años, se ha puesto en marcha, hace apenas unos meses, una nueva ola en ascenso. Esta vez contra el nuevo reformismo que se adueñó de parte de los países de Suramérica. Multitudes se han lanzado a las calles a protestar contra las insuficientes políticas sociales. Se pelea también por reclamaciones obreras y populares largamente postergadas y contra el maltrato de una burocracia estatal que tiene como objetivo supremo gerenciar los negocios de su propia burguesía.
El Catatumbo en Colombia despertó a un movimiento campesino y popular empobrecido, ferozmente reprimido y silenciado por años. Continúa haciéndose oír el movimiento popular contra el extractivismo de Norte a Sur en todos los Andes y el Amazonas, y en las tierras fértiles de las pampas del Sur se levantan los pueblos contra la depredación sionista de Monsanto sobre la tierra, entre muchos otros ejemplos. Esa ola, que está en sus inicios, es continuidad de la anterior y se está desarrollando por toda la geografía de nuestro continente.
Si algún actor social o político intenta ir abiertamente contra esta ola sentirá el rigor de las fuerzas desatadas. Y si la confianza en nuestro propio pueblo alguna vez se viera empañada por el desanimo o la confusión, debemos recordar que los vientos que nos empujan vienen otra vez desde lo más profundo de Nuestra América, es esa tempestad popular la que se debe cabalgar. Y no dudemos: el pueblo bolivariano estará a la altura de la exigencia histórica.
Marea Socialista hace este aporte en el mismo sentido que los anteriores , desde su posición de Corriente Política, Sindical, Popular y Juvenil del Proceso Bolivariano, en el ánimo de ayudar al debate nacional para defender y profundizar la Revolución Bolivariana hacia un rumbo anticapitalista.
Nota del editor: En el último capítulo del documento, Marea Socialista señala:
VI. Ahora hablemos de política
Como en todos los momentos donde se nos presentan importantes debates sobre el rumbo del proceso, ahora también tenemos cruzada una elección. Sin embargo en esta oportunidad es diferente. Es gracias al debate crítico que se logró la rectificación en la lucha contra la especulación y la usura, el presidente Maduro reconoció el 14 de noviembre que había demorado demasiado en asumir esa acción. Y también es gracias a haber rectificado en ese terreno que hoy las perspectivas electorales para el 8 de diciembre son mucho más favorables que antes del 6 de noviembre. Estamos convencidos que debemos continuar con el debate, al tiempo que damos la batalla electoral.
En todo caso, hoy, el futuro del Proceso depende más de que consigamos, profundicemos y mantengamos el rumbo correcto, es decir el rumbo que quiere el pueblo bolivariano, que del resultado en las elecciones municipales en sí mismo. Aunque hay que decirlo, el plan de la oposición de convertir las elecciones de Alcaldes en un referéndum nacional contra Maduro ya fracasó.
a) El pueblo bolivariano está con sus fuerzas intactas, debe ser protagonista activo de la nueva etapa de la revolución.
El 22 de octubre pasado en el documento De Chávez a Maduro: Habilitar al Pueblo Bolivariano antes de que sea demasiado tarde, planteábamos entre otras propuestas, que una vez sancionada la Habilitante para el presidente Maduro, éste convocara un referéndum para ratificarla. Hoy, sancionada la ley en primera discusión, reiteramos esa propuesta. La propuesta está hecha y no volveremos a argumentar sobre ella aquí. Lo que nos interesa es atacar un problema político de fondo en relación a la participación activa y democrática del pueblo bolivariano y de la clase obrera chavista.
Cuando hicimos aquella propuesta algunos camaradas que defienden consecuentemente las claves constituyentes del Proceso nos señalaron que era inviable porque perderíamos y en realidad el peligro estaba planteado. Sin embargo hicimos esa propuesta porque comprendimos que en ese momento estábamos viendo la fotografía de un pueblo molesto, desorientado, lleno de incertidumbre porque “su” gobierno no hacía nada contra los especuladores, acaparadores y usureros que le estaban fastidiando la vida. Entendimos que estábamos viendo solo un momento, congelado y sin brillo.
Y que no podíamos olvidar la película heroica del Proceso Bolivariano que tiene como uno de sus protagonistas fundamentales a ese mismo pueblo en lucha. Con sus altas y bajas, con su entrega, su valentía, sus confusiones consumistas, con su conciencia de que la Revolución les mejoró la vida y su decisión revolucionaria de defender el Proceso. Un pueblo que no está derrotado, por el contrario está esperando oír el llamado de la diana de Santa Inés para irrumpir en la batalla. Y creemos que estimulado y con una orientación clara ese pueblo está preparado para salvar al Proceso como tantas veces lo ha hecho. Aunque esto no le
d) Hay preguntas que sólo encontrarán respuesta en el desarrollo de lucha.
Cuando el presidente Maduro y parte del gobierno comprendieron que a pesar de los acuerdos, las promesas, los buenos modales y la parranda de dólares preferenciales que les fue otorgado, existía la determinación en la burguesía de salir del gobierno chavista, y que se preparaban para eso, dieron el paso que el pueblo esperaba y que hoy se expresa en las medidas para la emergencia.
Por eso el nuevo escenario está construido sobre la base de la sorpresa con que recibió las medidas de emergencia la burguesía y es directamente proporcional al alivio y moralización que siente el pueblo bolivariano.
Los que deciden la política en la burguesía y sus aliados en la burocracia del Estado se recuperarán de la sorpresa y no se detendrán después de este frenazo en seco. Su objetivo es el control directo del país y por él van y por supuesto por nuestras conquistas.
Por otra parte, hoy, que la moralización de nuestro pueblo sedimenta e incorpora la reflexión como herramienta política, surgen preguntas claves que se terminarán de contestar en la lucha que viene. ¿Seguirá el gobierno por este camino, avanzará hacia los cambios estructurales que necesita la revolución y profundizará el proceso, derrotando la especulación y la usura en todos los niveles? ¿Con qué fuerza social y política cuenta esta orientación, cómo actuarán los cuadros y los líderes del gobierno y de las instituciones de los que el pueblo revolucionario espera respuesta?
Por nuestra parte confiamos en los miles y miles de militantes y cuadros revolucionarios que se han construido en la lucha durante todos estos años. De allí surgirán los dirigentes que reemplacen a los conciliadores y también las instancias de dirección colectiva que hacen falta. Allí está el material imprescindible para construir el instrumento político que necesitamos para profundizar el proceso. Serán aquellos que estén dispuestos a construir y respetar la participación democrática y movilizada de todo el pueblo bolivariano. Lo sabremos en el camino, porque la pelea es peleando.
c) Estimular la participación activa y democrática del pueblo bolivariano.
Las medidas de emergencia anunciadas el 6 de noviembre fueron un impulso a la moralización de nuestro pueblo. Se volvió a escuchar en las calles, las camionetas, el metro, en las empresas, en las colas la defensa, en voz alta, de acciones del gobierno como hacía tiempo no se escuchaba. Esto dará un impulso vital a la militancia para la campaña electoral. Pero no es suficiente para enfrentar la pelea de fondo que enfrentamos en la actualidad.
Para ayudar en la construcción del nuevo liderazgo necesitamos clarificar las ideas de ese pueblo. Ponerlo a debatir las causas y las razones de la Guerra Económica. Las políticas apropiadas para derrotarla. Hacerlo parte fundamental del debate estratégico sobre la necesidad de avanzar hacia la revolución económica no sólo como oyente sino como participantes con capacidad de aportar y de tomar de decisiones.
En síntesis respetarlo como actor esencial y constructor del Proceso Revolucionario, recordando cuando en enero se juramento como Presidente al grito de “Yo soy Chávez”. Reconocerle su condición de artífice en la construcción del legado del Comandante. No tratarlos como hermanos menores, sino como iguales en derechos. Ese es el desafío actual de los dirigentes y los que se consideran cuadros de Revolución.
Debemos convertir cada fábrica, cada empresa, cada comunidad, cada liceo cada universidad, cada esquina caliente, cada barrio y cada cuartel, en un enorme taller de construcción de la política revolucionaria para la nueva etapa. Qué el rumor positivo que hoy se escucha se convierta en el canto potente de una Revolución que está viva y palpitando las nuevas batallas. Así será más fácil incentivar la participación electoral, recuperar alcaldías fundamentales, pero sobre todo, y esto es lo más importante, terminar de poner en pie al otro gigante de este Proceso: el pueblo bolivariano civil y militar. En esta tarea nos probaremos todos, pero en primer lugar los que aspiran y pelean por los puestos de liderazgo.
d) Unidad en la acción y respeto por la diversidad de posiciones
Necesitamos construir unidad, pero no unidad en las alturas, donde es visible para el que quiera ver que lo que hay es pelea política. Esto además es lógico. Estamos en un cruce de caminos y sin el líder indiscutido. Habrá de los que quieran “disfrutar” de la comodidad de sus privilegios acumulados y aquellos que entienden la responsabilidad histórica que sobre ellos ha caído. Sucedió durante el Golpe, durante el Paro Patronal y durante el Sabotaje. Y volverá a suceder ahora.
Por nuestra parte, actuando en la lucha contra la Guerra Económica y las batallas políticas parciales para fortalecer al Proceso, impulsaremos la unidad más solida que es la que se construye en la acción luchando por un claro objetivo común. Y ese objetivo debe ser construido a partir del respeto por la diversidad de posiciones y el debate político con el pueblo bolivariano. Una unidad construida desde la base con los liderazgos que prueben que han asumido el papel histórico que les ha tocado.
Porque estos no son momentos de “ordeno y mando”, aquellos que sientan la tentación de instalar un “orden” desde arriba, excluyendo la participación popular; limitando los derechos a la participación política democrática y decisoria del pueblo bolivariano y de sus corrientes sociales y políticas, aquellos que no quieran construir la política para ganar la guerra actual guiados por el criterio de resolver las necesidades del pueblo que vive de su trabajo y con la participación activa de ese pueblo; aquellos que no entiendan que la lucha sigue siendo por la independencia y el socialismo, por el proyecto bolivariano; chocaran con la voluntad de este pueblo rebelde e irreverente más temprano que tarde.
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