Las bombas de Israel matan bebés y niños. Sólo el domingo murieron 10

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La bomba pulverizó a los chicos de una vez. Eran cuatro. Uno tenía cinco años y otro era apenas un bebé. La escena -en Gaza- registra a los socorristas sacando a toda prisa los cadáveres de entre las ruinas, mientras sobrevivientes y testigos lloran de dolor.

BBC, Agencias

La mitad de los 1,7 millones de habitantes en Gaza es población infantil, y el efecto que esta guerra entre Israel y Hamas puede tener sobre los más chiquitos es “devastador”. Así lo denunció hoy la ONG Save The Children.

Según esta organización humanitaria, son cientos de miles los niños palestinos atrapados en sus casas en la Franja de Gaza, rehenes del conflicto, y donde enfrentan prolongados cortes de luz, desabastecimiento de agua y alimentos.

Save the Children, que reclama un urgente alto el fuego, detalló que al menos 25 escuelas, dos clínicas y un hospital fueron dañados tras los bombardeos de las fuerzas de defensa israelíes, en tanto que todas las escuelas de ambos lados de la frontera permanecen cerradas durante el conflicto.

Osama Damo, miembro del equipo de Save the Children en Gaza, sostuvo que estos “son momentos peligrosos y aterradores para los niños”.

“La mayoría de las familias han quedado atrapadas en sus casas por días, sin poder abandonar sus hogares para acceder a alimentos básicos. Con tantos niños que ya sufren de malnutrición y anemia, el impacto en la salud de los menores es potencialmente devastador”, subrayó.

Diez nenes murieron en pocas horas a causa de las incursiones israelíes el domingo, a pesar del toque de queda autoimpuesto de una población, cuya única posibilidad es utilizar sus casas como barricada. La aviación de Israel sostiene que actúa en una manera “quirúrgica”. Pero, las víctimas civiles son ya decenas.

En el barrio Nasser, de Ciudad de Gaza, una familia de 11 miembros (6 niños, 4 mujeres y un anciano), los Aldalu, halló la muerte bajo los escombros del edificio en el que habitaban, que fue impactado por un misil. Otros cuatro pequeños fueron víctimas “colaterales” de los bombardeos de algunas horas antes: dos en el norte de la Franja, una en el campo de refugiados de al-Shati (Tasneem, de 9 años, muerta con su papá), y un bebé, Eyad, de apenas de 18 meses, en otro campo de refugiados, el de al-Bureji.

El mismo día que estalló la ofensiva, el miércoles pasado, muiró el bebé de un cámara de la BBC en Gaza. La foto del padre con su hijo muerto en brazos recorrió el mundo en pocos minutos.

Los padres con angustia no pueden más que mantener a sus hijos encerrados en las casas. Tratan de que eviten las ventanas y que jueguen en el piso y como máxima distracción cuentan con los programas de televisión, si hay luz.

“Tuve la sensación de perder a mis hijos, que los traumas acumulados era muy fuertes, que corrían el riesgo de dejarlos inválidos para toda la vida”, dice por teléfono un hombre de Gaza que huir y llegar a la localidad marítima egipcia de al-Arish, en el norte del Sinaí. Un inesperado lugar tranquilo en el que alquiló una casa donde su familia transcurrirá las próximas semanas.

“No podía más con las continuas explosiones, teníamos todos los nervios hechos pedazos”, se justifica. Pero el suyo es solo uno de los pocos casos particularmente afortunados. Quien vive en las zonas más cercanas al territorio israelí no sabe adónde ir y busca afanosamente refugios provisorios, aunque en la Franja no parece existir nada seguro.