La tregua Trump-Xi no salvará al dólar frente al yuan
William Pesek – Asia Times
Mientras los inversores globales se muestran cada vez más cautelosos ante el dólar de Donald Trump, el yuan chino se abre paso. Datos de la Administración Estatal de Divisas de China revelan que los activos de renta fija en poder de bancos fuera del país se duplicaron durante la última década, alcanzando $1,5 billones, con activos denominados en yuanes cerca de $484 mil millones, cuadruplicando en solo cinco años. Incluye $360 mil millones en préstamos y depósitos, muy por encima de los $110 mil millones en 2020.
El Partido Comunista de Xi Jinping aprovecha a China como principal acreedor del mundo para impulsar el uso del yuan. El país habilita más canales para que inversionistas extranjeros adquieran bonos denominados en yuanes. Según el Banco de Pagos Internacionales, los préstamos en yuanes a países en desarrollo aumentaron $373 mil millones en cuatro años, marcando 2022 como un punto de quiebre en favor del crédito denominado en renminbi.
Esto responde a la visión de Xi de elevar el papel del yuan en comercio y finanzas, aumentando la huella global de China y resistiendo las políticas estadounidenses que “arman” el estatus de reserva del dólar. El financiamiento comercial es clave: en septiembre, datos de SWIFT mostraban que la participación del yuan en los pagos globales aumentó a 3,17% desde 2,93% en agosto.
Aunque sigue siendo menor respecto al dólar y el euro, este progreso marca una internacionalización paulatina del yuan. Con la moneda china cada vez más adoptada en operaciones transfronterizas, Trump intensifica la debilidad del dólar con tarifas, ataques a la Reserva Federal y una deuda nacional que roza los $38 billones. Pese al optimismo vendido por Trump sobre su “asombroso” encuentro con Xi, prevalecen dudas sobre su voluntad de frenar los aranceles globales.
En Pekín, funcionarios actúan con discreción para capitalizar la coyuntura actual, considerando al yuan como posible reemplazo. Si bien el dólar supone todavía más del 58% de reservas de bancos centrales, Xi prepara una infraestructura de yuan robusta ante una futura crisis estadounidense.
Uno de los pilares es el Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo (CIPS), que gestiona transacciones en yuanes y comercio. Solo en el último año, CIPS aumentó 43% su volumen, alcanzando $24,5 billones y sigue creciendo más de 30% anual. El Banco Popular de China ha adoptado normas para expandir la participación global en CIPS y desarrolla una red de swaps de divisas que suma $632 mil millones desde 2008.
Los bancos offshore autorizados para liquidar operaciones en yuanes adoptan un papel destacado; el Bank of China (Hong Kong) es el mayor entre 35 bancos en 33 jurisdicciones. El yuan, sin embargo, aún no refleja en los mercados el tamaño real de la economía china: China produce $18 billones, pero la moneda carece del impulso adecuado.
China enfrenta dificultades para convencer inversionistas globales de abandonar el dólar como pivote. Ni bancos centrales, ni fondos de inversión, ni países exportadores parecen querer dar el salto. Además, la reforma financiera avanza más lento de lo deseado, con el yuan aún no completamente convertible.
En 2016, el yuan logró ser parte de la cesta de derechos especiales de giro (SDR) del Fondo Monetario Internacional, con la esperanza de que esto acelerara las reformas internas. Sin embargo, China ha avanzado más despacio en transparencia y autonomía para el Banco Popular de China, sobre todo en la política monetaria.
China podría beneficiarse con mayor liquidez en yuanes y reformas audaces, especialmente ante la crisis inmobiliaria y el desempleo juvenil récord. Pekín ha estimulado el PIB, pero falta recalibrar motores de crecimiento y potenciar sectores como el femenino y la tecnología.
El sistema financiero se volvió menos transparente, y la libertad de prensa ha retrocedido, incluso en Hong Kong, mermando la credibilidad que antes acompañaba a la ciudad. Mantener la internacionalización del yuan requiere reformas profundas, removiendo controles cambiarios, otorgando convertibilidad total, sistemas de calificación crediticia confiables y acceso a información financiera relevante.
Morgan Stanley indica que el avance depende de una economía robusta y más progresos en la apertura de cuentas de capital. Lizzi Lee, de Asia Society, recalca que el dólar se beneficia de la protección legal y transparencia institucional, mientras la gobernanza financiera china se centra en el control estatal y la intervención. Los inversionistas extranjeros enfrentan recursos legales limitados y regulaciones opacas en China.
Sin cambios fundamentales en los sistemas legales e institucionales, China difícilmente generará la confianza global necesaria. BCA Research añade que Beijing debe crear un mercado líquido y abierto, además de mitigar riesgos geopolíticos.
La semana pasada, el Banco Popular de China prometió promover la internacionalización del yuan, potenciando su uso en comercio y acelerando el mercado offshore. El anuncio marca un mandato más firme desde el liderazgo chino.
Standard Chartered observa que el Banco Central chino se ha mostrado más enfático este año sobre el objetivo de que el yuan sea una moneda global relevante y reducir la dependencia del dólar. Sin embargo, Yu Yongding, exmiembro del comité de política monetaria, subraya que los avances en convertir el yuan en moneda de reserva internacional siguen siendo demasiado lentos.
Traducido por Question Digital
Periodista, columnista y autor con base en Tokio, especializado en economía y finanzas asiáticas, actualmente escribe análisis sobre mercados, política y tendencias económicas en Asia Times, Nikkei Asia y otros medios internacionales.
