La receta del socialismo existe
Toby Valderrama – El Arado y el Mar
Primero, lo felicitamos por su intervención en el encuentro del PSUV, donde pide que “quien tenga la receta” del Socialismo “que la traiga”. Este pedido abre la puerta a una discusión que puede ser muy útil al proceso para construir la receta, la estrategia necesaria. Eliminaría el peligro de transitar sin rumbo, sin brújula, sin objetivo, y de esta manera dar cabida a los oportunistas, a los infiltrados que tanto daño hacen. Pero lo que es peor, dar lugar a las ideologías que nos conducen a un accionar que, necesariamente, termina con el triunfo del capitalismo.
Entrando ya en materia, y en vista de que Ud. cita a Fidel para apoyar que no hay receta, aclaremos lo que dijo Fidel. Veamos algunos párrafos de su discurso en la Universidad de la Habana, en 2005:
“(…) Hubo quienes creyeron que con métodos capitalistas iban a construir el socialismo. Es uno de los grandes errores históricos. No quiero hablar de eso, no quiero teorizar; pero tengo infinidad de ejemplos de que no se dio pie con bola en muchas cosas que se hicieron, quienes se suponían teóricos, que se habían empanfletado hasta el tuétano de los huesos en los libros de Marx, Engels, Lenin y todos los demás. Fue por eso que dije aquella palabra de que uno de nuestros mayores errores al principio, y muchas veces a lo largo de la Revolución, fue creer que alguien sabía cómo se construía el socialismo. Hoy tenemos ideas, a mi juicio, bastante claras, de cómo se debe construir el socialismo, pero necesitamos muchas ideas bien claras y muchas preguntas dirigidas a ustedes, que son los responsables, acerca de cómo se puede preservar o se preservará en el futuro el socialismo”.
Como se ve, las palabras de Fidel van dirigidas a los dogmáticos y a los reformistas. Pero reconoce que la construcción del Socialismo tiene su receta, sus ideas, no es un barril sin fondo donde cabe cualquier cosa. Y tiene que ser así, se debe tener claro qué es Socialismo y qué no es, se deben tener unas líneas maestras que guíen la construcción, que le den límites, es decir, existencia.
Ud., como militar, sabe que la estrategia, conocer cuál es el enemigo y cuál el rumbo estratégico, es condición indispensable para el éxito de una campaña. Sin estrategia, sin planos, sin plan, los movimientos tácticos beneficiarán al enemigo capitalista, serán guiados por el sentido común, por la costumbre, imitarán al pasado.
Por ejemplo, las ExpoAragua, esos coqueteos con el capitalismo ¡no son Socialismo! nunca. Pero son “bien bonitos”; luces, pases, pero toda pura mierda capitalista. Por ejemplo, reducir el Socialismo a un problema de repartición de la renta no es Socialismo, es socialdemocracia, es la misma receta de carlos andrés, el mismo contra quien Ud. Irrumpió. Y tenían razón aquellos ángeles: la receta de la socialdemocracia conduce a más miseria, a crear conciencia egoísta, reclama capitalismo, y cuando se agota conduce al fascismo.
La receta para un suculento Socialismo tiene estos ingredientes, entre muchos más: no se le ocurra echarle egoísmo, porque se pone morado el caldo; necesita mucho amor, mucha relación humana fraterna, eso le da el sabor; se debe cocinar en un gran recipiente de propiedad social administrada por el Estado, la propiedad nosocial de los medios de producción lo empichan; mucho poder popular, pero con cuidado de que eleve el sentido de pertenencia a la sociedad; mucha democracia para los humildes y mucha mano dura con la oligarquía; podríamos ponerle algo, para hacerlo más criollo, de los ingredientes de Zamora, ¡Horror a la Oligarquía!; y, por supuesto, todo el legado de Chávez que viene en el frasco del “Plan de la Patria” (contra la lógica del capital). Al final, el plato debe tener sabor a nueva relación entre los humanos, que todos vivamos como hermanos, siguiendo el precepto cristiano de “amaos los unos a los otros”, o decir con Martí “con todos por el bien de todos”, o como decía el Che, crear un mundo nuevo para un hombre nuevo.
Cuídese de las imitaciones que son puro oropel, superficie, falsificaciones que se hacen sin receta, estas imitaciones siempre tendrán sabor amargo.
Bueno compatriota, lo dejamos hasta aquí. Desde la “Escuela El Arado y el Mar” le enviamos saludos, esperamos que estas palabras caigan en oídos receptivos y tengan interpretaciones correctas.
Por nosotros no se preocupe, seguiremos cocinando, por aquí no hay división.
¡Chávez vive en el Socialismo Verdadero!