La proscripción de Cristina, el futuro de Milei

Álvaro Verzi Rangel y Rubén Armendáriz

Javier Milei volvió al país tras otra gira en el exterior -que incluyó su apoyo  al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el genocidio de palestinos-, pero se encontró con otra Argentina, donde se le abrieron interrogantes sobre su propio futuro, tanto el judicial como el electoral: En el interín de su viaje, fue proscripta la dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la máxima líder de la fuerza de oposición más poderosa.

Lo ha dispuesto un tribunal integrado por tres individuos con cargos vitalicios, dotados de inmunidad frente a la voluntad popular. No tienen que someterse a la opinión pública,  ni hablan con los medios de comunicación. Son la cabeza de un poder al que se supone “independiente” , el poder fáctico, por quienes nadie vota, quienes  no tienen plazos ni divisiones, ni límites para ejercer sus poderes. El poder económico y los grandes medios de comunicación, siempre en interacción, fueron los grandes impulsores y artífices de la ratificación de la condena a la expresidenta.

Seis años atrás, Cristina dijo que la condena ya estaba escrita. “Me quieren presa o muerta”, agregó en 2022.  En enero último, la periodista Nancy Pazos dijo haber oído de alta fuente en Punta del Este, que Cristina sería condenada en junio. En marzo, el gobierno de Estados Unidos prohibió el ingreso de Cristina “por corrupción manifiesta”. Un mes atrás, la Cámara Estadounidense de Comercio (AMCHAM) cuestionó el rechazo del proyecto de Ficha Limpia, sin el cual ” no habrá inversiones”, que es aquello que el gobierno busca con desesperación, porque no puede depender en forma eterna del endeudamiento.

El fallo de la Corte Suprema de Justicia anunciando la pena de prisión de la dos veces presidenta  Cristina Fernández de Kirchner, marcó un punto de inflexión en la coyuntura política argentina. El Poder Judicial, históricamente funcional a los poderes económicos y a los gobiernos de turno, volvió a mostrar su carácter antidemocrático. Pero las artimañas que usaron para destruir la imagen de la expresidenta funcionaron al revés e hicieron crecer y recomponer su liderazgo.

Hace años que a Cristina Fernández de Kirchner intentan sacarla del ruedo político. No alcanzó: ganó la reelección. Redoblaron la campaña, colonizaron el fuero federal y tampoco sirvió: ganó como vicepresidenta. Pensaron que su carrera política había sucumbido. Hubo champagne y papel picado. Pero a quien consideraban un cadáver político, fue resucitado por la decisión de la Corte y la incompresión política del gobierno ultraderecbhista.

En su alocución tras el fallo, Cristina señaló que  “este cepo al voto popular no lo pone este triunvirato de impresentables que funge como una ficción de la Corte Suprema. No se confundan, son tres monigotes que responden a mandos naturales muy por arriba de ellos. Que nadie se confunda porque lo peor, tampoco es el oficialismo. Es el poder económico concentrado de la Argentina, mis queridos compañeros y compañeras”.

El señalamiento de un poder no democrático que opera por detrás del escenario institucional  inocula una mayor desconfianza profunda en el sistema institucional. La imagen de farsa vuelve a emerger. “La proscripción de Cristina no es un hecho aislado, ni el punto de llegada de la prepotencia reaccionaria. Esto recién comienza y todo parece indicar que los poderosos están decididos a ir a fondo”, señala la revista Crisis.

En su mensaje, la exjefa de Estado dio los motivos por los cuales solicitó su prisión domiciliaria, algo que, por ser mayor de 70 años, la  justicia debiera  concederle. “No se trata de un privilegio,  obedece a estrictas razones de seguridad personal”, aseguró la exmandataria, quien  argumentó que, por el mero hecho de haber sido mandataria, está obligada a contar con custodia de por vida: “Es obligatoria y no puedo sustraerme voluntariamente de ella”.

A su vez, se explayó sobre el intento de magnicidio que el 1 de septiembre de 2023 intentaron consumar contra ella: “Se conocen y están siendo juzgados los autores materiales del hecho, pero el Partido Judicial  no ha querido avanzar respecto de los autores intelectuales y los apoyos económicos”.

La condena a Cristina Kirchner se convirtió en una papa caliente para el mismo sistema que hasta el día anterior a su postulación la consideraba un cadáver político y ahora quisieran encerrarla en la luna. Primero imaginaron que la difamación persistente por parte de sus cómplices mediáticos sería suficiente para dejarla fuera.

En el gobierno libertario se abrieron tres ventanas a explorar luego del fallo de la C orte: un Milei preso en el futuro; el descontrol social por la condena a Cristina; y el cambio estratégico obligado para las elecciones luego de que a la principal figura opositora la expulsaron de la cancha. La sitiación no pasó inadvertida para el poderoso grupo empresarial y mediático Cl,arín,

En sus editoriales advirtió: “La ratificación de la condena a Cristina de parte de la Corte pudo haber activado también ciertos sensores libertarios. Si los jueces han marcado un hito con la ex presidenta más poderosa del regreso democrático. ¿Por qué razón no podría caberle a futuro el sayo a Milei en caso de alguna irregularidad? La interpelación sobrevuela el escándalo de las criptomonedas ($LIBRA) que avanza en la Justicia. Con mayor pereza aquí que en el exterior”. 

Primero imaginaron que la difamación persistente por parte de sus cómplices de los medios hegemónicos -nacionales y extranjeros. sería suficiente para dejarla fuera de competencia, hasta que anunció su candidatura. Entonces corrieron a ordenarle a la Corte que la condenara de una vez:  la condenaron y en simultáneo perdieron control de la agenda, provocaron la unidad del peronismo y una convocatoria que impactó en la juventud con universidades y secundarios tomados y los accesos a la ciudad de Buenos Aires cortados por el movimiento obrero.

Miriam Bregman, abogada defensora de derechos humanos y exdiputada nacional por el  Frente de Izquierda cuestionó el uso político que se hace de la corrupción. Advirtió que muchos de quienes hoy se “horrorizan” por esos hechos son los mismos que buscan garantizar la impunidad de los genocidas. Bregman apuntó tanto a sectores del Poder Judicial como a dirigentes políticos que actualmente integran el gobierno de Javier Milei. También criticó a los medios de comunicación que guardan silencio ante los crímenes de lesa humanidad.

En un mensaje para la política toda,la Corte Suprema avanzó y le avisó a Milei que cualquier mala decisión del funcionario de rango  más bajo de la gestión lo pagará él. De eso se trató la causa judicial contra Cristina Kirchner.  Milei quedó desnudo con esta decisión de la Corte. Demostró que tiene casi nulas terminas judiciales y que es un desierto a explorar si no quiere terminar preso.

Cristina es la enemiga de este tiempo, como lo fueron otros en otros momentos, y por eso hay que eliminarla. El lawfare es solo la herramienta. Los poderes concentrados, los dueños del capital, las clases poseedoras —reconvertidas hoy en aristocracias tecnológico-financieras y monopolios corporativos globales absolutistas totalitarios—, en su afán de no perder ni un solo privilegio y con esa voracidad ilimitada, se organizan  contra todo aquello que no esté contenido dentro de su campo de fuerza., señala Eli Gómez Alcorta.

El pasado 25 de mayo el periodista del diario La Nación Hugo Alconada Mon reveló la existencia de un Plan de Inteligencia Nacional 2025 (PIN), del actual gobierno de ultraderecha. Fue aprobado el año pasado pero se          mantiene en secreto, a pesar de que contiene varios artículos de carácter inconstitucional y de naturaleza marcadamente antidemocrática. “La yegua, chorra, puta, montonera fue denunciada al menos 654 veces y condenada en un proceso plagado de irregularidades”, añade.

Alconada destacó  dos elementos significativos. Por un lado, en enero de 2025 el Director General de Operaciones  de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Diego Kravetz, firmó una directiva, también secreta, en la que ordenó “identificar y monitorear” a los “grupos sociales vulnerables” y a cualquier “actor no estatal” que pueda capitalizar la “creciente polarización política para expandir su influencia”.  Y, a finales de octubre de 2024 varios legisladores que integran la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia fueron convocados a las oficinas de la SIDE para discutir el PIN : la reunión “terminó mal”.

En el Gobierno no la esperaban tan rápido la decisión de la Corte. Algunos hasta creían que se podría dar después de las elecciones, tal cual suele hacer la Corte con este tipo de decisiones en años electorales.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sostuvo  que tiene “miedo de que muera gente por estar defendiendo” a la ex presidenta Cristina Kirchner, quien quedará detenida el miércoles tras presentarse en los tribunales de Comodoro Py para hacer efectiva la condena política por la causa Vialidad.

Asimismo señaló que ni siquiera los militares que secuestraron y desaparecieron a su hija, más allá de las atrocidades cometidas, eran capaces de hablar en términos tan “groseros” como los del diputado libergario José Luis Espert por llamar “hija de una gran puta” a Florencia Kirchner, la hija de Cristina.

Pero la vigilia que militantes y dirigentes políticos realizaban frente a la casa de  Cristina fue interrumpida abruptamente la  madrugada del domingo,  cuando la Policía de la Ciudad llegó de manera violenta al lugar y desalojó a todos los que estaban en la inmediaciones.

*Verzi Rangel es sociólogo, analista internacional  y codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia. Armendáriz es  periodista y politólogo, ambos asociados al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)