La operación que rescató venezolanos de Guantánamo (y lo que sigue)

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Marcos Salgado

Llegaron al aeropuerto de Maiquetía durante la noche húmeda del Caribe. Habían volado algo más de tres horas en un avión de la estatal venezolana Conviasa desde Palmerola, en Honduras, y antes desde la Bahía de Guantánamo, territorio infame arrebatado por Estados Unidos a Cuba.

El primer vuelo fue de zozobra. Tal como había sucedido días antes, no sabían a ciencia cierta adonde los llevaban. No sabían por qué estaban de nuevo en un enorme avión militar de los marines estadounidenses. Se tranquilizaron solo cuando vieron que del avión militar pasaban a otro, un Airbus civil, con el logo del Plan Vuelta a la Patria de Venezuela junto a la puerta.

Al arribar a Maiquetía cantaron el himno nacional de Venezuela con el ministro de Interior y número dos del chavismo, Diosdado Cabello. Descendieron del gigantesco avión por una escalera frente a policías y decenas de periodistas. Algunos alzaron sus brazos, aliviados. Festejaron estar de nuevo respirando un aire que sus pulmones conocen. Para ellos terminaba la pesadilla.

Es que salieron de un agujero, un campo de concentración donde no llegan las leyes, donde no hay habeas corpus, donde podrían haber estado por un tiempo indefinido. Meses o años, a merced de los estados de ánimo y las operaciones de prensa de la nueva administración de la Casa Blanca. Tuvieron suerte, fueron apenas días.

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Con la llegada del avión venezolano terminaba un auténtica operación de rescate. No puede ser calificada de otra manera. Se acordó en bajo perfil, y tuvo al ex presidente de Honduras Manuel Zelaya y a la presidenta de ese país y presidenta pro tempore de la CELAC, Xiomara Castro, como artífices esenciales.

Ante periodistas, el ministro Cabello no descartó que el puente vía Honduras continúe para más repatriaciones, si la administración Trump lo autoriza. “Depende de ellos. Ahora mismo ha funcionado perfectamente. Sin ningún problema. Nuestro avión fue allí. Aterrizó y llegaron los aviones del gobierno de EE.UU., dejaron a la gente y subieron a nuestro avión, sin ningún problema”, graficó.

Cabello además volvió a rechazar el relato trumpista de la pertenencia de los deportados a grupos criminales. “Estados Unidos dice que ellos estaban en el Tren de Aragua, que son delicuentes. Nosotros revisamos. En el primer lote, que decían que eran del Tren de Aragua, no había ninguno”, dijo el ministro en referencia a los primeros deportados, que llegaron también en aviones de Conviasa desde una base militar estadounidense en Texas.

Guerra cognitiva

Mientras el rescate concluía, crecía (y sigue creciendo) la polémica por las acciones de Trump contra los migrantes. Claramente, el paso de los migrantes venezolanos por Guantánamo es parte de una acción de guerra cognitiva impulsada por el magnate presidente, amplificada por la prensa occidental.

Trump presentó la deportación masiva de migrantes venezolanos como parte de una purga de miembros de pandillas y otros criminales extranjeros. Circo. Los migrantes ingresados a Guantánamo y finalmente repatriados no tenían antecedentes penales, o eran considerados de “riesgo bajo” por la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La temida “migra”.

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El presidente venezolano, Nicolás Maduro, señaló que la narrativa criminalizadora fue iniciada por la administración Biden y motorizada por la extrema derecha venezolana: “ellos dijeron los vamos a traer y luego los calificaron de ser parte del Tren de Aragua y de mil formas, que eran delincuente. No, no son delincuentes, son nuestros hijos, son nuestros compatriotas, son gente de bien, y los esta trayendo la Revolución al reencuentro familiar”.

La matriz antimigrante

El discurso criminalizante de Trump se asienta sobre una matriz de opinión difundida y amplificada por los medios hegemónicos de comunicación dice el analista geopolítico Luis Delgado Arria, quien señaló que la manipulación informativa responde a una estrategia de “guerra cognitiva”, un mecanismo de desinformación que busca imponer una percepción negativa sobre Venezuela y su gobierno.

“Mientras en el Sur celebramos la vuelta a casa de personas que estuvieron retenidas sin cometer delitos, en el Norte se insiste en criminalizar la migración y en tergiversar la realidad”, explicó el analista.

El tratamiento del caso en los medios occidentales refuerza la narrativa de migrantes problemáticos y peligrosos, sin mencionar el contexto de crisis económica y sanciones internacionales que han forzado a muchos venezolanos a salir del país en busca de mejores oportunidades.

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Según Arría, la guerra cognitiva no solo se limita a la cobertura mediática, sino que también influye en la percepción interna de los ciudadanos venezolanos. “Es una gran operación psicológica que busca convencer a la población de que su país no tiene futuro, promoviendo así la migración y la desmoralización colectiva”.

Narrativa y realidades

Por su parte el Gobierno venezolano ha denunciado que los medios occidentales han utilizado la situación de los migrantes para justificar políticas restrictivas en materia migratoria. “Se ha impulsado una narrativa que oculta las causas reales de la migración forzada de nuestros compatriotas, producto de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea”, señaló la Cancillería venezolana en un comunicado.

Desde 2018, el gobierno de Venezuela a través del Plan Vuelta a la Patria facilitó el retorno de más de 918.000 venezolanos que salieron del país en busca de mejores condiciones ante el impacto de las medidas coercitivas unilaterales. Según el Gobierno, este programa busca contrarrestar la desinformación sobre la situación en Venezuela y ofrecer alternativas para el regreso de aquellos que han sido afectados por campañas mediáticas adversas.

Recientemente, el presidente Maduro elevó las acciones del Plan Vuelta a la Patria a la categoría de gran misión social. También nombró a una experimentada funcionaria, Anahí Arizmendi, como jefa de los operativos por venir.

“Ojalá los países del mundo entendieran que Venezuela siempre ha estado dispuesta a recibir a sus ciudadanos, sin importar las dificultades. La migración venezolana ha sido politizada y manipulada, pero nuestra prioridad sigue siendo el bienestar de nuestro pueblo”, dijo el ministro Cabello durante la recepción de los repatriados en el aeropuerto.