La liberalización económica y una oposición que naufraga
Álvaro Verzi Rangel|
Después de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre y la farsesca “consulta popular” del guadosisimo proestadounidense del 12, las oposiciones quedaron al borde del naufragio, y pareciera que la tendencia es a buscar una regularización de la economía en un entorno de “liberalización” de políticas económicas, y de no involucrarse en apoyos políticos.
El varias veces ministro y exvicepresidente Elías Jaua fue tajante al reseñar lo que pasa en el país: «No por decisión del gobierno, en Venezuela hay hoy un capitalismo salvaje». La apertura económica que emprendió en los últimos meses el gobierno se refleja en la Bolsa de Caracas, favorecida por la liberación, es un buen termómetro de este momento. Allí asoman algunos brotes verdes en un país donde la gran mayoría de la población está preocupada en resolver su comida diaria..
La BBC de Londres señala que la crisis económica que sacude al país desde hace años, la hiperinflación y las sanciones de Estados Unidos han empujado al gobierno del presidente Nicolás Maduro a acabar con restricciones y controles que caracterizaron al chavismo durante años. Ya sin control de precios ni de cambio, hay un ambiente más amable para el sector privado y las transnacionales en un intento de atraer inversiones e ingresos para las arcas vacías del Estado.
Atacan desde el exterior
Pero el año no cerró con las elecciones parlamentarias. Hubo tiempo para dos noticias más que vienen de afuera. Por un lado, la fiscalía de la Corte Penal Internacional indicó que hay fundamentos razonables para creer que al menos desde 2017 autoridades civiles, miembros de las fuerzas armadas e individuos a favor del gobierno cometieron “crímenes de lesa humanidad”.
El impacto de este dictamen es más mediático que otra cosa, y no tendrá una consecuencia directa en nada más que en los títulos de prensa: La denuncia todavía está en una etapa preliminar y la fiscalía todavía tiene que analizar la información enviada por el Estado venezolano.
Mientras, la Corte Internacional de Justicia se declaró competente para entender en la disputa entre la República Bolivariana de Venezuela y su vecina al este, la República Cooperativa de Guyana sobre el extenso territorio conocido como el Esequibo.
Triunfa en principio la estrategia de Guyana, de retirar el añejo litigio del ámbito de las Naciones Unidas, donde permanecía casi sin cambios desde 1966, cuando se firmó el acuerdo de Ginebra, por el cual Venezuela y el Reino Unido -en ese momento Guyana era Guyana Británica, una colonia- se pusieron de acuerdo en intentar llegar a un acuerdo con los buenos oficios de la ONU.
La entrada de la Corte Internacional de Justicia suma un actor nuevo que Venezuela rechaza de plano. No es de extrañar que se reactiva el conflicto por el Esequibo, teniedo en cuenta que están en juego la reservas estimadas en más de cinco mil millones de barriles de crudo liviano y mediano en la zona atlántica del Esequibo, y en donde la petrolera estadounidense Exxon Mobil está operando, a pesar que se trata de aguas que también están en litigio.
También suma un elemento más de tensión con los vecinos. Al norte Venezuela tiene el amplio Mar Caribe, donde operan naves de guerra de Estados Unidos, al oeste con Colombia, otra frontera caliente, al sur con Brasil, otro enemigo político, y al este, con Guyana y el conflicto por el Esequibo reactivado.
Se trata de mucho más que un conflicto de límites. Es más que el único resabio colonial, además de las Islas Malvinas, que queda en Sudamérica. El conflicto por el Esequibo tiene demasiados actores y se recortan con claridad los intereses económicos de los Estados Unidos.
Mientras Trinidad y Tobago anunciaba que no participará en votaciones mientras se mantenga una representación de oposición de Venezuela en la OEA, el presidente de Parlamento del Mercosur (Parlasur), Óscar Laborde, informó que impulsará una investigación contra Luis Almagro por su papel en la crisis boliviana. Y se anunciaba que Venezuela y los Países Bajos se reunieron para reabrir relación comercial con Aruba, Bonaire y Curazao, islas holandesas en el Caribe.
Y el gobierno de Colombia sigue desviando la atención de sus graves problemas internos, atacando a Venezuela. Ahora anunció que los migrantes venezolanos indocumentados serán excluidos de su programa de vacunación contra el s Covid-19, lo que equivale a alrededor del 55 por ciento de los 1,7 millones de venezolanos que viven en Colombia. Un inaceptable acto de xenofobia y una torpeza sanitaria”, dijo el senador colombiano Gustavo Sanguino.
Apáticos, desesperanzados
Lo preocupantes es que –según la última encuesta de Datanálisis- sólo el 12% se identifica como de oposición y 10% con gobierno. El resto, 78% no cree en nada ni nadie. Los sentimientos predominantes son desesperanza, miedo y frustración: ni siquiera bronca siente la gente.
La situación catastrófica favorece al que maneja el poder real (el gobierno) y puede controlar hasta el impacto de sanciones económicas y financieras de Estados Unidos y la Unión Europea. La percepción general es que esto va a perdurar indefinidamente y loa analistas serios no ven ninguna “salida” de esta situación.
La prensa hegemónica española reporta que los miembros de la UE “se inclinan por no volver a reconocer a Juan Guaidó”, pero buscan una forma de darle “un cierto estatus como último líder de la Asamblea Nacional legítimamente electo”, en un comunicado el 6 de enero, pero está a la espera del “compás que marque respecto a Venezuela la próxima Administración de Joe Biden.
En este contexto, las central empresarias Fedecamaras, Consecomercio y Conindustria han iniciado ronda de conversaciones con el gobierno para acordar condiciones especiales para operar negocios. Cónsonos a los tiempos de corren, en televisión sus dirigentes se ha desmarcado de conspiraciones, golpes e invasiones, condenan las sanciones generales, especialmente contra la estatal petrolera PDVSA.
Y hasta la cámara estadounidense-venezolana de comercio Venamcham se ofrece de mediadora con Biden. Y las medidas del gobierno sacaron a flote a viejos políticos de la era prechavista, que no levantan cabeza desde el “paquetazo” del expresidente Carlos Andrés Pérez, que para algunos analistas fue más suave que el actual.
Previendo algún acto desesperado antes del fin de la administración Trump, el general Remigio Ceballos, jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB giró instrucciones para que se elevara el nivel de resguardo de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Un informe del Crisis Group indica que es probable que Joe Biden esté más abierto a conversaciones y al diálogo que el equipo de Trump. Pero siguen las sanciones: el gobierno de EEUU emitió una orden contra la empresa de tecnología biométrica Ex-Clé, que suministró servicios en el reciente proceso electoral.
Las medidas de sanción hacen parte de la estrategia de la administración Trump para el cambio de gobierno en Venezuela. Según la agencia periodístico-financiera, Biden buscará acuerdos negociados y posiblemente modificará las políticas coercitivas hacia Venezuela.
Bloomberg también desinformó que “Maduro está bloqueando la ayuda alimentaria de la ONU”, a lo que el canciller Jorge Arreaza aclaró que “se trata de otro fake news de agencias de prensa. Estamos en conversaciones y aspiramos alcanzar un acuerdo”, aseguró.
Mercado interno
El mercado interno se está redimensionando y los venezolanos están empezando a traer su dinero desde el exterior y, en la medida en que vean que las nuevas reglas de juego se respetan, traerán más.
El 5 de enero, en la instalación de la nueva Asamblea Nacional, con mayoría chavista, habrá varios anuncios y en los primeros 100 días siguientes, seguramente se ejecutará una densa agenda legislativa para acoplar el marco legal a las nuevas políticas de liberalización y apertura. El presidente Nicolás Maduro llamó a los nuevos diputados de la AN a “convocar una gran mesa de diálogo con todos los sectores políticos del país”
A nivel de liderazgo, no hay nada nuevo ni en el bolivarianismo ni en la oposición. El autoproclamado presidente interino Juan Guaidó cayó y ahora es uno más del pelotón de “líderes” de la oposición junto a Maria Corina Machado pisándole los talones, seguidos de cerca por Leopoldo López y el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles Radonsky. Los demás ni figuran en las encuestas. Sorprendió el acciondemocratista Antonio Ledezma, al plantear un diálogo, pero en el seno de la oposición “para que se pueda dar una conducción coherente”.
Gustavo Tarre, representante del sector de Juan Guaidó en la Organización de Estados Americanos (OEA), declaró que había realizado numerosas gestiones para una intervención militar en Venezuela, pero no había obtenido resultados. También dijo que en lugar de una intervención directa sí era posible que pudiera lograr una guerra de cuarta generación.
Entre los partidos de oposición ninguno llega al 5%, y el conjunto apenas llega al 10%, igual que el oficialista Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV).
Es un laberinto donde nadie encuentra una salida, y tampoco es que estén hibernando los nuevos líderes para lanzarlos a la puja. La industria y el comercio actual son, en términos reales, insignificantes. Se requiere de un giro inteligente en lo político. Los mismos jugadores, en su mayoria quemados para la opinión pública, no ayudan.
No habrá un acuerdo a corto plazo con Joe Biden, créditos Fondo Monetario Internacional ni del Banco Mundial o algún otro organismo multilateral. Quizá se eliminen las sanciones de segunbdo. nivel (contra terceros países) así como las que causan mayor impacto en la población.
Y, en paralelo, se están adelantando varias iniciativas de ayuda humanitaria canalizada a través de la ONU y entes no gubernamentales, entre ellos la Cruz Roja, la Iglesia católica.
Sobre el nuevo gobierno de EEUU, el portal World Oil dijo que “Biden se prepara para abordar el asunto los combustibles fósiles en EEUU y en el extranjero” y destacó el interés de Biden “en trabajar con China para organizar elecciones en Venezuela en 2021, un año transformador para los combustibles fósiles”.
Y para que usted se sorprenda más por lo que pasa en Venezuela, la noticia que faltaba: Fueron detenido dos empleados del palacio presidencial de Miraflores con 1,20 kilos de explosivo C4, detonadores y mechas de seguridad. La detención tuvo lugar en las adyacencias del palacio presidencial.
*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)