La hipocresía y crueldad de EEUU se ensaña con migrantes venezolanos

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Marcos Salgado | 

Nuevamente el tema migratorio desnuda la hipocresía, el desdén por los derechos humanos, la manipulación y la crueldad de los gobernantes estadounidenses. Revela el sadismo de la superpotencia, que emprende un sabotaje brutal contra la economía venezolana, cerrando a ese país todas las vías para proveer a su población de bienes y servicios elementales, y a la vez da un portazo a quienes dejan su país en busca de oportunidades laborales, profesionales y educativas.

Basta con llegar a Estados Unidos para aprender que el presunto apoyo ilimitado de Washington al pueblo venezolano no es más que una fachada para la desestabilización orientada a derribar al gobierno constitucional bolivariano y hacerse con el control de los recursos naturales del país con las mayores reservas mundiales de petróleo.

El gobierno del “demócrata” Joe Biden abandonó la política de otorgar libertad condicional humanitaria a los venezolanos que ingresan a Estados Unidos y comenzó la aplicación automática del Título 42, una disposición establecida por Donald Trump que permite (en violación flagrante de la legislación internacional sobre el derecho de asilo) expulsar a los migrantes que entren sin documentos a su territorio, con el pretexto del combate a la propagación de la (erradicada) covid-19.

Mientras tanto la desdibujada oposición venezolana sigue azuzando el fenómeno de la inmigración como prueba acabada del supuesta “crisis humanitaria compleja” que vive Venezuela). Aunque en rigor, esta migración no tiene las mismas características que las muy masivas de hace un quinquenio, en el peor momento de la crisis económica en Venezuela.

Entre los que van (iban) hacia Estados Unidos, se manifiesta una búsqueda del “sueño americano” y no una escape hacia la supervivencia. Estaba la oportunidad de entrar legalmente a Estados Unidos, y eso impulsó esta oleada. Y es lo que ahora se cerró.

(ACNUR)

Cientos y cientos de venezolanos han sido expulsados a México en el transcurso de unas pocas horas. Washington anunció un nuevo plan migratorio que contempla recibir a un total de 24 mil venezolanos que cumplan estrictos requisitos: solicitar su entrada vía Internet antes de desplazarse, llegar en avión, tener un contacto que les garantice apoyo financiero, contar con esquema de vacunación completo y aprobar una evaluación referente a sus datos biométricos y de seguridad.

Señala que cualquier venezolano que entre a territorio estadounidense sin cumplir estas condiciones será expulsado. Es el cierre en la práctica de la frontera para los venezolanos.

La cifra de admisiones resulta irrisoria, toda vez que en el último año 180 mil llegaron a Estados Unidos, considerando sólo los cruces a través de la frontera con México, señala el diario mexicano La Jornada.

La Jornada señala, con justeza, que si el trato dispensado por Washington a todos los migrantes provenientes de naciones en desarrollo es deplorable e ilegal, el giro contra los venezolanos es doblemente condenable sobre todo cuando la clase política estadounidense denuncia al gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro como un régimen autoritario, represivo e ilegítimo.

Si el gobierno de Maduro es todo eso, entonces los venezolanos son candidatos idóneos al asilo humanitario, y no a la expulsión masiva, como ahora.

Volver (¿o quedarse en México?)

Según la agencia estadounidense AP, 435 migrantes han salido de Panamá en vuelos chárter hacia Caracas, desde que Estados Unidos cerró en la práctica la frontera para los nacionales venezolanos. Y se preparaban más vuelos. Pero la situación más compleja por la extemporánea medida de Estados Unidos está en México.

Hasta el pasado miércoles Estados Unidos había expulsado a México a por lo menos cuatro mil venezolanos por cinco puntos fronterizos, según informó la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), reseñado por La Jornada.

El enojo y la frustración campean entre los deportados, al recordar que salieron de su país con la certeza de que serían recibidos en Estados Unidos, pero ahora, sin explicación alguna, los regresan al sur. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que son “bastantes” los grupos de venezolanos que permanecen el Istmo de Tehuantepec, en el sureste mexicano.

AMLO aseguró que “se seguirá apoyando” a los venezolanos varados en su país, aunque reconoció que “es un procedimiento que lleva tiempo” apoyar con albergues y alimentación.

Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Como ocurre desde que se convirtió en un país de tránsito para los migrantes de Latinoamérica, el Caribe e incluso de otras regiones, la nueva política estadounidense hacia los nacionales de Venezuela coloca a México en una situación difícil, con servicios de atención totalmente desbordados y capacidades financieras muy distintas a la de su vecino del norte.

Y se ve en la necesidad de buscar acomodo, brindar apoyo y, muy probablemente, acoger indefinidamente a un gran número de buscadores de asilo, despertados de golpe del sueño americano que terminó en pesadilla.

*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTv en Venezuel, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)