La droga llegó para quedarse en la agenda política argentina
JUAN GUAHÁN| La semana pasada la Presidenta fue dada de alta. Pero este lunes nos enteramos que, por una semana más, debía postergar sus tareas habituales.El tema de la droga y el narcotráfico ya se instalaron en la agenda política argentina. El Papa Francisco también. Los significados de las peleas por el Partido Justicialista, todo en este análisis de la coyuntura. Question Latinoamérica
Mientras se espera el regreso de Cristina hubo, esta semana, una serie de sucesos que terminaron de confirmar que el tema de la droga y el narcotráfico ya forman parte de nuestra cotidiana agenda política. Está allí y es muy probable que tarde en retirarse.
El desarrollo de este flagelo fue tratado en diversas oportunidades desde esta columna. Esta vez tiene un sentido especial. Se trata de plantear el debate que ya está instalado definitivamente como una cuestión política. El detonante fue el documento del Plenario de la Conferencia Episcopal. Bajo el nombre “El drama de la droga y el narcotráfico” tomó estado público, a fines de la semana pasada, planteando graves advertencias. Allí señala que el país “está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno (…) si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes (para combatirlo) costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio”. Mientras reclamaba para la resolución de este problema una fuerte presencia del Estado no se descartaba la complicidad de algunos estamentos estatales y el silencio de amplias franjas de la sociedad.
La conocida gravedad de la situación existente y el peso de esta denuncia hicieron que el tema fuera creciendo. Desde el Estado hubo distintas respuestas.
Sergio Berni, Secretario de Seguridad de la Nación, defendió la gestión gubernamental, aclaró que “la lucha contra el narcotráfico es muy eficiente” y que “las fronteras están bien cuidadas”. Derivó responsabilidades en algunas administraciones locales, como la gobernación socialista de Antonio Bonfati en Santa Fe y la gestión municipal de San Martín del Intendente Gabriel Katopodis, un fuerte aliado del massismo.
Marcando algunas diferencias con estas definiciones, Julio Postiglioni, el funcionario a cargo de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico –SEDRONAR- (cuya jefatura se encuentra vacante desde la renuncia de Rafael Bielsa, en marzo de este año) admitió una cierta falta de control. La justificó en el hecho que “lamentablemente tenemos una frontera muy extensa”.
La cuestión no terminó allí. La Corte Suprema de Justicia hizo propio el reclamo y las propuestas de la Cámara Federal con jurisdicción en Salta y Jujuy y jueces federales de Tucumán ante la “grave problemática vinculada al narcotráfico”. Se refieren a la desprotección de la frontera y a la falta de recursos ante el crecimiento del delito.
Después de estos reclamos los ministros de Defensa –Arturo Puricelli- y de Justicia -Antonio Alac-, sin ánimo de avanzar en mayores contradicciones, reconocieron la existencia de falencias, manifestando que “por ahí no alcanza” lo que se está haciendo. Simultáneamente señalaron los esfuerzos que se están realizando para avanzar en el combate a estos delitos.
Para dar una idea sobre las características de lo que se está hablando se pueden citar dos datos.
Solo a la “Banda de los Monos”, uno de los grupos que operan en Rosario, se le han secuestrado unas 50 unidades automotores, la mayoría de ellos vehículos importados. Se supone que allí está una parte del dinero lavado por este grupo de Rosario. Como un dato adicional, varias agencias de venta de automotores importados han sido baleadas, en todos los casos fueron múltiples disparos producidos desde motocicletas de alta cilindrada.
Otro dato significativo es que la mayor parte de los protagonistas de los hechos de violencia vinculados al narcotráfico son jóvenes entre 17 y 25 años, que ni trabajan, ni estudian, es decir pertenecen al grupo de los “ni-ni”.
Los significados de las peleas en el PJ
Todavía sigue en pie la convocatoria a elecciones internas del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, para el 15 de diciembre. Son muchos los que dudan de su realización. En estos momentos cuando Cristina no ha reasumido todavía sus funciones son muchas las dudas que giran en torno al futuro del PJ. Se sabe que esta estructura ha quedado relegada a un rol meramente electoral. Se lo usa como una escalera para ocupar los cargos institucionales. De todas maneras en estos días aparece como una posibilidad de pararse con vistas al 2015.
A Daniel Scioli le interesa como una forma de fortalecer su rol dentro de esa estructura. Ello aceitaría sus vínculos con los caciques del conurbano bonaerense y con sus pares de las demás provincias. Para otros caudillos es para asegurarse las candidaturas municipales del 2015 y para unos pocos aspirar a la gobernación de esa provincia. A Sergio Massa le está costando disciplinar su tropa para que no gasten esfuerzos en esa interna. Resulta claro que no le interesan que crezcan caudillos por fuera de su propio poder dentro del Partido Renovador y no le interesa darle aire a una fuerza que sabe que no va a estar bajo su mando. Ese interés no coincide con varios caudillos locales, a quienes sí interesa participar para mantener su hegemonía municipal o pelear por ella.
En todo el mundo crece la convicción sobre el peso político de Papa Francisco. Es sabida la manera que utiliza su función para hacer de la misma una auténtica mensajera de ideas políticas. Eso lo hace respecto del mundo y mucho más en lo que tiene que ver su país, la Argentina. Dentro de las recurrentes visitas a deportistas famosos de nuestros países ya estuvo con Diego Maradona, Lionel Messi y en esta semana se destacó la visita de Carlos Tévez, el delantero de Boca, ahora en el fútbol italiano. Pero también tiene visitas más políticas. Un par de gobernadores y políticos de diferentes colores se dieron una vuelta por la Plaza de San Pedro. Por eso lo llamativo de esta semana no fue que lo recibiera a Fernando “Pino” Solanas, sino que junto a él se mostrara, en dos fotos, teniendo en sus manos dos camisetas que decían: “No al fracking” y “El agua vale más que el oro”.
De Salta “la linda” a Salta “la troska”
Es reconocida la belleza de esta ciudad norteña, de allí la legitimidad y vigencia del slogan publicitario “Salta la linda”. Tampoco a nadie escapa que, en ese lugar, reina el poder real de un patriciado de los más tradicionales y conservadores del país.
El domingo pasado votó el pueblo de la provincia de Salta. Se elegían cargos legislativos provinciales (senadores y diputados) y municipales (concejales). El oficialismo, que ganó en 20 de los 23 distritos, tendrá 17 de los 23 senadores y 43 de los 60 diputados. Pero no está allí la novedad. Lo realmente llamativo e histórico es que en la Capital de la Provincia, donde está más del 50% del padrón total, triunfó una fuerza trotskista, el Partido Obrero (PO), en las tres categorías que se votaba.
En la lista de senadores, los resultados dicen que el PO recogió el 27,14% de los votos; el oficialista Frente para la Victoria, a cuya cabeza está el gobernador Juan Manuel Urtubey, obtuvo el 22,69% y el Frente Popular Salteño, del justicialista Juan Carlos Romero apenas llegó al 15,91%. Estos resultados parecen el fruto de un cierto cansancio frente a los partidos tradicionales y al hecho que en las elecciones legislativas es cuando al pueblo le resulta más fácil introducirse por nuevos caminos.
De todas maneras no parece próximo a la realidad que estos resultados sean la antesala de una fuerza de izquierda que pueda disputar las elecciones presidenciales del 2015, como lo imaginan algunos de los dirigentes del PO.