La corrupción
Leopoldo Puchi |
El viernes 17 de marzo fue un día movido: el Gobierno y la Fiscalía pusieron en marcha una operación cuyo objetivo era arrestar a importantes funcionarios con cargos en el Poder Judicial y la industria petrolera involucrados en graves actos de corrupción.
Se han descubierto varias tramas en diferentes áreas del poder público, pero una de las más relevantes es la relacionada con Pdvsa y la Superintendencia de Criptoactivos (Sunacrip). En esta trama, se encontraron pagos recibidos en criptomonedas por varios millardos de dólares, que no fueron registrados ni entregados a Pdvsa ni a las autoridades financieras del país. Como resultado, se detuvo al menos a una decena de funcionarios y Tareck el Aissami renunció a su cargo.
Otro caso de corrupción que también fue objeto de medidas policiales está relacionado con el Poder Judicial. El presidente del Circuito Judicial Penal de Caracas y otros jueces han sido acusados de tener relaciones con bandas delictivas. Por un motivo semejante, fue detenido el alcalde de Las Tejerías.
Pobreza
La corrupción ha generado un impacto negativo en diferentes esferas de la sociedad venezolana. Sin embargo, no se trata solo de una cuestión ética, sino también económica y social. Hay que tener en cuenta el estrecho nexo que existe entre la corrupción y la pobreza, ya que la corrupción tiene un efecto perjudicial sobre el desarrollo económico y disminuye la eficiencia del gasto público, lo que limita el acceso a salarios justos y a los servicios de salud, agua y electricidad.
Además, el Gobierno y las empresas públicas han tenido que recurrir a formas de cobro o pago en efectivo o criptomonedas. Esta situación, obviamente, dificulta la transparencia y aumenta la posibilidad de que los funcionarios incurran en actos de corrupción.