La carta póstuma de Anas al-Sharif, asesinado por Israel en Gaza

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El corresponsal de Al Jazeera en Gaza, Anas al‑Sharif, escribió esta carta en abril de este año, para que fuera difundida en caso de ser asesinado por la ocupación israelí.

“Esta es mi voluntad y mi mensaje final. Si estas palabras te llegan, sabe que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz. Primero, la paz sea contigo y la misericordia y las bendiciones de Allah.

Allah sabe que di todo esfuerzo y toda mi fuerza para ser un apoyo y una voz para mi pueblo, desde que abrí los ojos a la vida en los callejones y calles del campo de refugiados de Jabalia. Mi esperanza era que Allah prolongara mi vida para poder regresar con mi familia y seres queridos a nuestra ciudad original de la ocupada Ascalón (Al‑Majdal). Pero la voluntad de Allah prevaleció, y Su decreto es definitivo. He vivido el dolor en todos sus detalles, he probado el sufrimiento y la pérdida muchas veces, y aun así nunca dudé en transmitir la verdad tal cual es, sin distorsión ni falsificación, para que Allah sea testigo contra quienes guardaron silencio, quienes aceptaron que nos mataran, quienes asfixiaron nuestro aliento y cuyos corazones no se conmovieron ante los restos dispersos de nuestros niños y mujeres, sin hacer nada para detener la masacre que nuestro pueblo ha enfrentado por más de un año y medio.

Les dejo en encomienda a Palestina, la joya de la corona del mundo musulmán, el latido de cada persona libre en este mundo. Les encomiendo a su gente, a sus niños inocentes y agraviados que nunca tuvieron tiempo para soñar ni vivir con seguridad y paz. Sus cuerpos puros fueron aplastados bajo miles de toneladas de bombas y misiles israelíes, desgarrados y esparcidos por las paredes.

Les exhorto a que no permitan que las cadenas los silencien ni que las fronteras los contengan. Sean puentes hacia la liberación de la tierra y su gente, hasta que el sol de la dignidad y la libertad se alce sobre nuestra patria robada. Les encomiendo que cuiden de mi familia. Les encomiendo a mi amada hija Sham, la luz de mis ojos, a quien nunca tuve la oportunidad de ver crecer como soñé.

Les encomiendo a mi querido hijo Salah, a quien hubiera querido apoyar y acompañar en la vida hasta que fuera lo bastante fuerte para cargar con mi peso y continuar la misión.

Les encomiendo a mi amada madre, cuyas benditas oraciones me llevaron hasta donde estoy, cuyas súplicas fueron mi fortaleza y cuya luz guio mi camino. Ruego a Allah que le conceda fuerza y la recompense en mi nombre con la mejor de las recompensas.

También les encomiendo a la compañera de mi vida, mi amada esposa, Umm Salah (Bayan), de quien la guerra me separó por muchos días y meses. Sin embargo, permaneció fiel a nuestro vínculo, firme como el tronco de un olivo que no se doblega: paciente, confiada en Allah y asumiendo la responsabilidad en mi ausencia con toda su fortaleza y fe.

Les insto a estar a su lado, a ser su apoyo después de Allah Altísimo. Si muero, muero firme en mis principios. Testifico ante Allah que estoy satisfecho con Su decreto, seguro del encuentro con Él y convencido de que lo que está con Allah es mejor y perdura.

Oh Allah, acéptame entre los mártires, perdona mis pecados pasados y futuros, y haz de mi sangre una luz que ilumine el camino de la libertad para mi pueblo y mi familia. Perdónenme si he fallado, y recen por mí con misericordia, pues mantuve mi promesa y nunca cambié ni la traicioné.

No olviden Gaza… Y no me olviden en sus sinceras oraciones de perdón y aceptación.”

Anas Jamal Al‑Sharif
06.04.2025