La agresión física del Clima (¿Hay agresores intelectuales?)

450

Las consecuencias de la disminución de la precipitación son preocupantes (…)”

  • Ing. María Teresa Martelo, MARN, Mayo 2004

Paulino Núñez-Aporrea|

De ser usted residente de la Región Capital de Venezuela, seguramente se extrañará del contenido de la porción del resumen del trabajo mencionado arriba que usamos como epígrafe de estas líneas. No es para menos, sobretodo si en su grupo familiar hay personas con afecciones respiratorias, lo que seguramente le habrá llevado a preguntarse por que está lloviendo tanto en los últimos tiempos… Su memoria seguramente registrará una marcada alteración climática – alta incidencia atípica de lluvias y alta nubosidad – durante los últimos meses, pero el fenómeno – tal vez en forma menos marcada – viene de más lejos en el tiempo; mi observación ubica el comienzo de un cambio perceptible en nuestro clima en Diciembre de 1999, coincidiendo con la tragedia de Vargas.

El cuadro que sigue, resume estadísticamente varios años de nuestra realidad climática anterior, o lo que podríamos decir “el clima de Caracas”.

  ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Avg. Temperature 72 73 74 76 77 75 74 75 75 76 74 73
Avg. Max Temperature 81 82 84 85 85 82 81 82 83 83 81 81
Avg. Min Temperature 62 63 64 66 68 68 67 67 67 67 66 65
Días de Lluvia (Prom) 2 2 1 2 3 5 6 6 4 7 4 2
Días de Nieve 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

(Extraído de “ClimateZONE.com – Con disculpas por no haber encontrado un cuadro autóctono adecuado)

Por supuesto que aquí no nieva (excepto por algunos aislados eventos de agua-nieve que se agua antes de llagar al suelo), pero, fíjese en la línea de lluvia… ¿2 días en promedio para Diciembre y Enero!?… (¡Si hace más de tres mese que llueve casi a diario…!)

El cuadro es reflejo consistente de la realidad pasada…; nuestra época de lluvias – nuestro invierno – era de Mayo a Noviembre, una realidad climática de existencia tan prolongada que a ella estaba adaptada nuestra existencia… y nuestra economía, principalmente la agrícola, ganadera y de la construcción, así como las obras de mantenimiento de nuestra infraestructura vial. Desde que los más viejos tienen recuerdo, tal régimen natural ha venido funcionando con tanta precisión y más larga historia que la relojería suiza. Las implicaciones sociales y económicas de su alteración son de impacto de tal magnitud que sólo eventos como el que actualmente afecta al viaducto 1 tienen la capacidad de forzarnos a sintonizarnos para comprender.

Como el Decano de los planificadores de nuestra producción bovina – el insigne veterinario Nelson Márquez Quivera me explicara -, cuando de acuerdo con sus respetados “planes de manejo pecuario”, un ganadero lleva a cabo sus planes bi-anuales de selección, palpación, desparasitación, medicación general y vacunación, tiene que hacerlo con estricto respeto de los ciclos estacionales de lluvia y sequía, y actuar con mejor precisión que los metereólogos para llevar a cabo tales vitales actividades durante un corto espacio de tiempo inter-estacional (entes de la “entrada de lluvias” y después de la “salida de lluvias”). Reunir y movilizar un rebaño de 1000, 2000 o más cabezas de ganado no es asunto trivial; si se equivoca – principalmente antes de la “entrada de lluvias”, el resultado es el desastre.

Igual régimen gobierna la vida del productor agrícola – me explica el eminente agro-ecólogo y buen amigo Miguel Angel Núñez, que tiene que programar la “preparación” de la tierra, la siembra, la recolección y el ensilaje, en total respeto y sintonía con las mismas leyes de la naturaleza. Pero, si la naturaleza deja de respetar sus propias y ancestrales leyes…

La mayor incidencia de lluvias destruye las vías de comunicación, y su irregularidad no permite planificar adecuadamente ni ejecutar las necesarias labores de mantenimiento.

En ciudades como Caracas, la erosión de los suelos, deslizamientos y derrumbes son causantes de enormes tragedias sociales, distracción de la administración municipal de sus labores constructivas, enervamiento de las clases populares, y costos económicos substanciales que se substraen de la inversión social necesaria.

La destrucción de las vías de comunicación, con mayor impacto en las rurales y secundarias, pero también ostensible en las grandes carreteras nacionales, tiene efecto marcado en dificultar el transporte de bienes y personas, dificultando, encareciendo y traumatizando la normalidad del proceso socio-económico, lo que unido a la adversa incidencia del desorden climático en la producción agrícola y pecuaria, impacta adversamente la disponibilidad y costos para la población consumidora de los bienes más esenciales del consumo cotidiano.

En lo atinente al impacto en las vías de comunicación, pensábamos hace un par de años – cuando caímos en la cuenta de que nuestros ciclos climáticos estaban mostrando cierto desorden -, que tal efecto difícilmente afectaría nuestras grandes autopistas. Tal percepción tuvo que ser modificada a la vista del reciente hundimiento de un tramo apreciable de la Autopista del Centro, derrumbes sin precedentes en la Panamericana (Caracas – Los Teques), y el actual y traumático caso del Viaducto 1 de la autopista Caracas – La Guaira, con impacto social y económico de significación catastrófica.

En conjunto – sin incluir en la cuenta la desastrosa y horripilante “Tragedia de Vargas” – que allí arranca este triste cuento -, es como si una plaga maligna, una fuerza intencionada de la naturaleza, se hubiese ensañado contra un bravo pueblo que lucha por su dignidad y redención. Pero, contrario a las telúricas prédicas del pastor Robertson, la Naturaleza, poseedora de inmensa fuerzas, carece de intenciones, ingrediente que, en el dramático caso que nos ocupa, parece tener visos de estar siendo aportado por maléficos humanoides, aprendices de brujos, subrepticia y peligrosamente apoderados de los secretos destructivos de Zeus y Júpiter. Hasta aquí lo objetivamente observable.

Especulación necesaria (y cuesta arriba)

Recientemente, respondiendo al preocupado cuestionario de un buen amigo con altas responsabilidades de análisis estratégico en el estado a propósito de los eventos de riesgo social anticipables el día de las – pasadas – elecciones legislativas (las de menor participación social que registra nuestra historia democrática), se sorprendió grandemente el amigo – y defendió largamente su incredulidad -, de que encabezando mi lista de eventos escribiera:

Lluvias generalizadas en toda la franja Norte-Costera”

Pero, ¡ Si estamos hablando de mañana…y hoy hay un sol radiante…!”

Sí, un excepcional día como la mayoría de los de nuestro recuerdo en esta época del año…, hasta hace algún tiempo…”

Me apuntó el sensato amigo que tal predicción mía era una temeridad inconsistente con mi normal forma de proceder, y que, si mis restantes notas tenían similares bases de sustentación… “Siento haber molestado tu tranquilidad, pero tus previsiones… me pondrían en ridículo ante mis colegas…”

Ustedes saben lo que pasó el 4 de Diciembre 2005…

Lluvias torrenciales en toda la mitad Norte del país y… ausencia de los centros de votación de la gran mayoría de los electores adeptos al actual “Proceso”…; elección de una Asamblea Nacional de discutible y discutida legitimidad… que será la brecha de ataque constitucional por parte de la oposición más radical y por el Imperio…

Sería, por supuesto, aventurado el aseverar que tal íngrima votación fue causada por las lluvias, pero indudablemente contribuyeron. (Viene a cuento – creo – el recordar aquí que la tragedia de Vargas coincidió también con otras importantes elecciones nacionales).

Lo que aquí se trata de sugerir es que nuestro clima ha venido siendo manipulado durante los últimos tiempos, asunto que – creemos – ha llegado la hora de tratar abiertamente y sin tapujos atribuibles al cambio climático general que afecta al planeta y otras evasivas actitudinalmente comparables a la del avestruz agredida.

Con toda intencionalidad se inscribe al principio de este escrito el calificado estudio climático reciente llevado a cabo por el MARN bajo la responsabilidad de la eminente climatóloga María Teresa Martelocuyas conclusiones – reflejadas parcialmente en nuestro epígrafe – son opuestamente contrarias a la realidad que venimos observando y apuntado: “Las consecuencias de la disminución de la precipitación son preocupantes (…)”

Por descontado, más preocupante es – mucho más – que el comportamiento de nuestro clima sea precisamente el contrario que lo científicamente previsible… y previsto.

Zeus y Júpiter ejecutores, ¿Y los responsables intelectuales?

Peor, bastante peor, que la “Caja de Pandora” está resultando el “Baúl de Tesla”…

Nikola Tesla fue uno de esos rarísimos genios que – ¿caprichosamente? –, como Albert Einstein, Stephen Hawkings, Noam Chomsky et al, la vida tiene a bien – o mal – gestar de cuando en cuando. Nativo de lo que hoy es Serbia allá por 1884, emigró a los EEUU a principios del Siglo XX. Su campo de saber – más intuitivo que inducido educacionalmente – se desarrolló en la física y, dentro de ésta, en el ámbito de la electro-magnética, de cuya naturaleza extrajo una serie de secretos que, convertidos en invenciones, produjeron una serie de desarrollos científicos que la tecnología convirtió en bienes que disfrutamos, entre muchísimos otros, el bombillo de filamento de tungsteno, el motor de corriente alterna y un sin fin de etc. Contemporáneo de Edison, hacía estas cosas para sobrevivir – y el placer de competir con el genio usense -, pero sus mayores energías las dedicó a la investigación por el placer de la investigación misma.

Según propia confesión, dejó de publicar muchos de sus importantes descubrimientos debido a sus potencialmente terribles implicaciones y el eventual peligro de su uso irresponsable. El conocimiento del Cinturón de Van Allen – magnético – que protege a La Tierra es uno de sus muchos legados; sin su conocimiento la exploración espacial no sería posible. Pero, la gran mayoría de sus descubrimientos se fueron con él a la tumba… o, al menos, eso creyó. (Entre tales – según parece haberle comentado a algún amigo – estaba el secreto de la gravedad). Parece sin embargo que dejó un baúl con sus apuntes. Tal baúl, según dicen, estuvo perdido durante décadas, pero…, alguien lo encontró y – tal parece – cayó en las más peligrosas manos…, las del gobierno del Imperio que nos impera…

Si – como debiera ser bajo criterios del “Conocimiento Libre” que muchos venimos impulsando -, la aplicación tecnológica de muchos de los descubrimientos de Tesla fuese llevada a cabo por alguna agencia internacional colectivamente supervisada en forma honrada, equilibrada y eficiente, podrían rendirle servicios de enorme valor a la humanidad. Inocente desideratum…, a la vista de las merecidas y justas críticas de que están siendo objeto las NNUU y algunas de sus agencias especializadas, como p.e. la FAO – responsable de la alimentación -, por no mencionar los más críticos – y denostados – casos de las tristemente famosas “multilaterales” – unilateralmente controladas por el Imperio para sus propios fines -: FMI, BM y OMC, a las que les asignamos responsabilidades muy directas en los actuales y crecientes desórdenes de gobernabilidad global generados predominantemente por la Deuda Externa y la irracionalidad energética, con sus desastrosas secuelas de depredación ecológica, miseria y desigualdad crecientes, alteración climática, agresión bélica, hambruna, terrorismo, etc., que están llevando a nuestro planeta al límite de su capacidad para soportar la vida y a la humanidad a tener que contemplar seriamente el riesgo creciente de su propia extinción.

Contrario al sentido común que pareciera natural hubiera de guiar las acciones de los seres humanos más educados, el rasgo dominante más perceptible en los “wasps” imperiales y sus “primos” isleños de ultramar – sin exonerar a sus socios de la OCDE -, es el de la obtusa, maníaca y, consecuencialmente, apocalíptica acaparamiento de todo… el ahorro mundial, la energía, la tecnología para la vida… y, sobretodo, la tecnología para control social, la guerra y la muerte, sus prioritarios y principales campos de uso y abuso aplicado de los más promisores descubrimientos del ser humano.

Dentro del esquema descrito, que pareciera de fatalismo cósmico – pero persisto en la persuasión firme de que sólo se trata de una coyuntura infinitesimal en el tiempo cósmico, y breve en la edad de la humanidad -, quiso el binomio azar-necesidad que el “Baúl de Tesla” llegara a las irresponsables manos de humanos enfermos, como sin duda lo son el “re-nato” presidente usense, su fundamentalista preceptor religioso (Robertson) y los más prominentes halcones de su clan apocalíptico: Runsfeld, Chenney y la “paloma de la guerra”. (Tres jinetes y una jinetera del Apocalipsis).

Entre los – aparentemente – muchos engendros diabólicos rescatados del “Baúl de Tesla”, el más conocido y mejor documentado es el que llaman “HAARP” (High Frequency Active Auroral Research Program), toda una panacea instrumental de posibilidades de manipulación de nuestras ionosfera y magnetosfera para fines pacíficos… y de guerra… secreta, encubierta y, eventualmente, declarada. Las aplicaciones pacíficas del sistema son las oficialmente declaradas; las agresivas, principalmente las de agresión encubierta, las han ido hurgando valientes investigadores independientes. La documentación existente hoy en redes y portales de Internet de acceso público y gratuito es ya considerable. (Si el tema llegara a interesarle – o preocuparle -, no tiene más que ir a “Google” y escribir “HAARP”, como respuesta tendrá ante usted todo un catálogo de portales con excelente y fidedigna información, tanto oficial como de oficio… De interesarle el asunto aplicado a lo que aquí estamos tratando de describir, entonces – en el buscador de “Google” – escriba: “HAARP, CLIMA” – o “climate” si lee el inglés -. Casi podemos asegurarle que, si lo es, dejará de ser escéptic@).

Diana no toca esta HAARPA”

A propósito de la tragedia de Vargas, acuciado por algunos detalles que mi razón no acaba de aceptar como correspondientes a un “desastre natural” – como, p.e., que los grandes derrumbes se hayan producido a los largo de toda la cumbre de la sierra, y no hacia el curso medio de las quebradas, como sería más natural -, me di a la tarea de tomar notas, hacer algunas fotos, copiar recortes de prensa y hacer algunas excursiones a lugares altos pero accesibles de la montaña. A medida que avanzaba en mi pequeña investigación, mi desasosiego crecía. Pese a no tener entonces información alguna sobre el HAARP y otros sistemas secretos discretamente destructivos de que hoy sé que dispone el Imperio – pero sí tenía alguna información sobre control climático -, me di a la tarea de compilar un pequeño informe para consumo íntimo, que acabé compartiendo con un pequeño grupo de amigos muy cercanos, entre ellos un par de climatólogos eminentes, en base a acuerdo previo de total discreción. (No quería arriesgarme a que alguien fuera a tildarme de loco).

Por aquel tiempo, nadie que yo recuerde se atrevía a aceptar ni remotamente la posibilidad de lo que yo trataba de sugerir. (La verdad es que razón no les faltaba, pues yo apuntaba a “algo raro”, pero no sabía explicar qué…, aparte de sugerir que mis observaciones parecían evidenciar la presencia de alguna fuerza ajena a una tormenta, por violenta que ésta hubiera podido ser).

La explicación educada de los amigos era más plausible que mis desinformadas explicaciones: unos optaban por la “catástrofe natural” y otros, los más educados, por el “cambio climático”… He ahí las coberturas bajo las que pueden haberse estado perpetrando crímenes de lesa humanidad… Si tal resultara ser, estaríamos ante uno de los más asquerosos episodios de la historia de la humanidad.

Pasó el tiempo y ya casi me olvidaba del asunto, cuando un buen día, allá por 2002, aparece en Aporrea un denso artículo de Jutta Schmidtt bajo el título del de este capítulo (“Diana no toca esta HAARPA”)seguido por otro complementario de su compañero Franz E. Lee (www.franzlee.org, ULA, Mérida), develando aspectos importantes del HAARP en lo atinente al control climático y lo que ha dado en llamarse “climatological warfare”, o guerra climatológica. El misterio empezó a develarse. Les envié mis apuntes a Franz y Jutta, quienes confesaron que, por lo horripilante, tal pensamiento no les había pasado por la cabeza, pero…, extremamente, era plausible.

De tal grato intercambio recibí el beneficio de conocer de otras muchas personas que en todos los confines de la tierra – principalmente en los EEU – estaban investigando y compilando información sobre lo que me preocupaba. El acceso a tal información – que es pública y está a la disposición de usted – ver arriba la mención Google – me develó la aterradora realidad que trato de describirles, y… sus implicaciones para nosotros en nuestra confrontación con el maléfico Imperio que de tales diabólicos recursos se vale, en forma tal que, por ignorancia, se los atribuyamos a Dios, la Naturaleza o el desequilibrio ecológico y el consecuente cambio climático, realidades que, infortunadamente, también por obra del mismo maléfico Imperio, coexisten con las más dramáticas, crudas, horrendas, despiadadas y criminales que venimos apuntando.

Por supuesto que, nadie podrá durante mucho tiempo asegurar que tales ingenios estén siendo usados maléficamente, he ahí, de ser verdad, su mayor criminalidad: “tirar la piedra y esconder la mano”. Como en el caso de Dios, la imposibilidad de su demostración, ya positiva, ya negativa, nos deja con la rabia de la duda sospechosa, si bien – esperamos -, contrario al caso de Dios, no eternamente; un día u otro, más bien temprano que tarde, la verdad saldrá a la luz de un día despejado para despejar esta enigmática y pesada incógnita – nos atrevemos a apostar -, para condenar y execrar a los responsables de un prolongado genocidio encubierto.

Lo que va emergiendo

Ante el arrecio de las acusaciones provenientes de cada día crecientes contingentes de investigadores privados, el Programa HAARP se ha visto obligado a abrir su propio portal de Internet oficial, en el que da su versión de información y despistaje a l@s interesad@s. Según tal información, HAARP es esencialmente un proyecto de investigación de la magnetosfera y la ionosfera con fines pacíficos que aun se encuentra en su infancia, pero que promete grandes cosas para el avance de la civilización y el bienestar de la humanidad. Cantos de sirenas acompañadas de violines… para ángeles felices. De acuerdo a los responsables del programa, éste si tiene algunos aspectos aprovechables por el sector militar, como, por ejemplo, la posibilidad de producir ondas radiales de micro-frecuencia que posibilitarían las comunicaciones con submarinos sumergidos, pero eso es pecatta minutta, las verdaderas potencialidades que vienen aflorando – según ellos -, tienen la potencialidad de coadyuvar enormemente algunos de los grandes flagelos actuales, como el del hambre, por cuanto es potencialmente capaz de llegar a conducir lluvias a los grandes desiertos como el Sahara, Calahari, la meseta del Pamir… Puede también, aparentemente, ser usado para rellenar la capa de ozono y contribuir a la lucha contra el efecto invernadero…

Según sus bien documentados detractores, HAARP puede hacer mucho más que eso… hoy y desde hace ya algunos años y, según dicen, es probable que lo haya venido haciendo subrepticiamente y a espaldas de todo escrutinio público; tal vez incluso, a espaldas de los poderes constitucionales del estado-nación que lo financia, cobija y se supone que sea su dueño. (HAARP tiene sus instalaciones principales en Alaska, una enorme batería de emisores radiales verticales dirigidos a la ionosfera).

De acuerdo a tales preocupados investigadores – el fenómeno ha atraído a su investigación a verdaderos talentos de la física, la climatología y la meteorología – HAARP puede ser usado para manipular el clima, producir grandes tormentas, afectar la mente y el comportamiento social de multitudes, afectar el movimiento de las placas tectónicas provocando terremotos, y hasta generar turbulencias marinas que desencadenen fenómenos como los tsunamis.

La atípicamente alta incidencia de todos esos fenómenos durante el 2005, incluyendo la reciente avalancha catastrófica en Pakistán – precisamente en la zona en que los gringos bombardean a los rebeldes de Al Queda -, ha despertado gran curiosidad en la comunidad internacional seguidora de este enigma. Bien es posible que tal suspicacia sea excesiva, pero parece quedar bastante claro que el provocar una oportuna tormenta aquí o allá – donde el Imperio pueda requerirla -, es cosa de juego, entrenamiento y entretenimiento, para los pichones de Zeus-Júpiter de nuestro tiempo y que, no deja de ser plausible que, dado nuestro persistente enfrentamiento a los intereses del Imperio aquí, y crecientemente en esta parte del mundo, tales siniestros y secretos poderes hayan sido y estén siendo usados contra nosotros.

Avales

Uno de los más antiguos, conocidos y reputados críticos del sistema HAARP, es el Doctor en física (Laboratorio David Samoff, Princeton) Richard Williams, quien resumió su declaración ante una comisión investigadora diciendo que “el proyecto HAARP constituye un acto irresponsable de vandalismo global”, según relata Scout Gilbert en su ensayo de Septiembre 2004 “Environmental Warfare and US Foreign Policy: The Ultimate Weapon of Mass Destruction”cuyo primer párrafo es un revelador abrebocas de gran interés para nosotros y los propósitos de este trabajo: (Se puede ver en: www.globalresearch.ca)

“Environmental warfare may sound new to some, but it has been researched extensively in military circles for years. The first public description of weather modification techniques as a weapon of war was made on 20 March, 1974. At that time the Pentagon revealed a seven-year cloud seeding effort in Vietnam and Cambodia, costing $21.6 million. The objective was to increase rainfall in target areas, thereby causing landslides and making unpaved roads muddy, hindering the movement of supplies. (1) But interest in the exploitation of the environment for military purposes did not end there.”

Lo que se traduce como sigue: La guerra ambiental (climatológica) puede sonarles como algo nuevo a algunos, pero ha sido investigada extensivamente en los ámbitos militares por años. La primera descripción publica de técnicas de modificación del clima como un arma de guerra fue hecha el 20 de Marzo de 1974. En tal fecha el Pentágono reveló un trabajo de siembra en las nubes en Vietnam y Camboya de siete años de duración con un costo de $21.6 millones. El objetivo fue el de incrementar la precipitación de lluvias en zonas predeterminadas para causar deslizamientos, derrumbes y enfangar las carreteras no asfaltadas para dificultar el movimiento de suministros. Pero el interés por la explotación de la atmósfera (medio ambiente) para propósitos militares no se limitaba a eso.”

Y…, ahí comienza una descripción capaz de helarle la sangre al más aguerrido lancero… Lo que sigue – creo – es pertinente al objeto de la mejor comprensión de este dantesco asunto:

Dr. Bernard Eastlund, while working as a consultant for Advanced Power Technologies Inc. (APTI) in the 1980s, patented devices that are described as capable of “causing…total disruption of communications over a very large portion of the Earth…missile or aircraft destruction, deflection or confusion…weather modification…” (3) These patents were based on the ideas and fundamental research of Nicola Tesla (many of his ideas were stolen by US corporations). Some of Eastlund’s patents were temporarily sealed under a US Secrecy Order. APTI and Eastlund’s patents were quickly purchased by E-Systems, a company that is home to many retired and currently employed CIA agents. In 1993 E-Systems received $1.8 billion in classified contracts. Raytheon, the fourth largest US defense contractor and third largest aerospace company, currently holds the patents. (4)

El Dr. Bernard Eastlund, mientras trabajaba como consultor para Advanced Power Technologies Inc. (APTI) en la década de los 80, patentó dispositivos que son descritos como capaces de “causar la total desarticulación de las comunicaciones en una porción muy grande de la tierra…, destrucción de cohetes o aviones, deflación y confusión de las comunicaciones, modificación del clima… Estas patentes están basadas en las ideas e investigación fundamental de Nicola Tesla (muchas de sus ideas fueron robadas por corporaciones usAmericanas). Algunas de las patentes de Eastlund fueron temporalmente selladas bajo una Orden Secreta de los EEUU. APTI y las patentes de Eastlund fueron rápidamente compradas por E-Systems, una empresa que es la morada de muchos agentes de la CIA, tanto retirados como actualmente activos. En 1993 E-Systems recibió $1.8 billones en contratos secretos. Raytheon, el cuarto contratista de defensa más grande do los EEUU y la tercera más grande empresa aeroespacial, es actualmente dueña de tales patentes.”

Un documento secreto de 1990 obtenido por Popular Science describe algunas aplicaciones del proyecto HAARP como capaces de crear un “completo escudo global” que destruiría los cohetes enemigos mediante el recalentamiento de sus sistemas de direccionamiento, y para la “manipulación del clima local”. La palabra “local” fue usada porque unos 150 tratados internacionales prohíben el uso de la expresión: “guerra climatológica”. No obstante, Pravda reportó: “(…) los trabajos siguieron adelante, pese al compromiso firmado.” HAARP es manejado bajo el subterfugio de “investigación científica” y, en el mejor de los casos, como de desarrollo de tecnologías de doble propósito.

Otro de los impenitentes investigadores y documentadotes del público interesado es John A. Quinnquien desde 1998 mantiene un portal Internet en el que informa sobre el seguimiento que le hace a HAARP como continuación del trabajo publicado en su importante informe: “HAARP’s Covert Agenda”.

También importantes son los trabajos publicados por el Dr. Nick Begich y Michael Chossudovsky (vvv.rebelion.org), entre muchos otros. En nuestro medio, los trabajos más conocidos son los publicados por Jutta Schmitt y Franz E. Lee, profesores en la ULA y prolíficos productores de la sección de opinión de Aporrea.

Uno de esos extraordinariamente insistentes y militantes investigadores privados, publica una excelente página – que infortunadamente se me extravió y no logro reubicar – en la que explica como detectar síntomas de manipulación climática mediante la observación de las formaciones de nubes…, llamando la atención sobre formaciones que contengan figuras regulares, ya geométricas (manipulación segura), ya de distintas morfologías… que se repitan. Con tal – valiosa – orientación, he hecho de tal observación un hábito, y creo poder asegurar que tales indicios se manifiestan con cierta frecuencia sobre el cielo sur-este de nuestra capital.

CONCLUSIONES

Independientemente de las implicaciones que el HAARP y otros proyectos – no es el único – de guerra climatológica puedan significar para el mundo, de lo hasta aquí reseñado, me parece resultar razonablemente evidente que nuestro país viene estando sometido a una silenciosa agresión climática desde hace algunos años con consecuencias sociales y costos económicos que afectan marcadamente en forma adversa nuestros esfuerzos de desarrollo, amén de estarnos costando valiosas vidas y someter a nuestro pueblo a crueles sufrimientos.

Si bien es posible (respetado y entrañable Frank Bracho) que parte de los males observados puedan deberse concomitantemente a verdaderos “actos de la naturaleza”, desastres naturales y/o desastres adyuvados por razones ecológicas o de irresponsabilidad social o el cambio climático general (cosa que el trabajo del epígrafe parece desdecir), las evidencias circunstanciales parecen apuntar razonablemente a la existencia de un agresor tecnológico que, debido a la dificultad técnica, científica y tecnológica de ser “pillado” y acusado, se escuda y oculta convenientemente tras esas otras eventuales causas para llevar a cabo su felonía… impunemente. Pero, cree el autor, un agresor concreto existe y seguirá siendo una amenaza constante a nuestro quehacer y nuestras vidas mientras no sea desenmascarado, ergo: expuesto y neutralizado.

Recomendaciones

Ante la naturaleza y la magnitud del problema aquí tratado, sólo el Estado Nacional cuenta con los recursos necesarios para efectivamente poderle dedicar atención y esfuerzo adecuadamente programados y, por cuanto es materia de Seguridad de la Nación y el Estado, resulta obvio que en tal nivel ha de ser ubicado el esfuerzo que al respecto se programe. Obvio también que el factor militar ha de ser significativo, junto a analistas estratégicos y tecnólogos militares afines a nuestro “Proceso” del mejor calibre asequible en el país y en el mundo, así como los climatólos y físicos más destacados de nuestras universidades.

Pensando en una fuerza de tarea dedicada y efectiva, liderizada por pro-hombres de nuestra realidad nacional presente, intelectual, moral y profesionalmente dotados al nivel que la propuesta demanda, a la vez que cercanos a la máxima jerarquía política nacional sin el estorbo protocolar, a nuestra mente vienen dos nombres: Raúl Isaías Baduel y Alberto A. Muller Rojas, para encabezar un magno Consejo Social y de Estado que, adecuadamente dotado, ataque y resuelva – a la vez que programe las necesarias contingencias presentes – esta inédita amenaza al Pueblo, la Nación, el Estado, la República, y el Gobierno que soberanamente nos dimos.