José Luis Merino (FMLN): “Tardamos 20 años para poder enfrentarnos a los grupos poderosos que controlaban todo”
José Luis Merino, uno de los tres principales dirigentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, concedió una entrevista a Telesur y habló de cómo El Salvador compartió con Colombia la experiencia de la negociación y, por supuesto, la firma de los Acuerdos de Paz. Basado en la experiencia de la pacificación en El Salvador habló de los desafíos que enfrentarán los colombianos.
“Conversamos con casi todo el liderazgo de los hermanos (colombianos)”, dijo Merino desde el Salvador, y “se generó esa dinámica por este proceso de paz, que daba lecciones, por supuesto, de cómo estructurar, de cómo desescalar la guerra, de cómo desescalar las fuerzas militares”, dijo.
Firmada la paz en Colombia, Merino reconoce que hay muchos caminos que recorrer y mucho tiempo de espera hasta que se concreten los proyectos de las fuerzas guerrilleras por transformar un país. En el caso de El Salvador, el dirigentes efemelenista reconoce que pasaron 20 años “de aprendizaje” hasta que, en 2009, el FMLN logró su primer gobierno con Mauricio Funes y ahora transcurre su segunda presidencia con Salvador Sánchez Cerén.
-¿Cuál ha sido la relación, si es que la ha habido, entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y las FARC?
-Primero que nada, en los años 80, fuimos compañeros en todos los escenarios esos en el mundo en el que se hablaba de la solidaridad con nuestros pueblos, que peleaban, que luchaban, que combatían, verdad, y en ese escenario tuvimos siempre con ellos una relación fraterna donde nos encontráramos: en México, en Francia, en España, en Noruega, en Suecia. En todos los rincones del Planeta donde los pueblos expresaban su solidaridad por nuestras causas, donde se luchaba y se combatía con las armas en la mano, normalmente, nos encontrábamos con ellos. Cantábamos juntos en los mitines, en las concentraciones y vivíamos esa batalla. Así se fue construyendo un nivel de hermandad y de amistad.
Conforme pasó el tiempo, y en el caso nuestro llegaron los Acuerdos de Paz, llegó la paz, y los hermanos allá siguieron combatiendo, algunos de los compañeros que lucharon con nosotros regresaron a su tierra y nuestro escenario cambió, pero seguimos siendo hermanos y luchadores por la misma causa. Y así, nosotros, nos fuimos sintiendo comprometidos con ese proceso que se fue expresando, que nosotros comenzamos a transmitirles a ellos, nuestras experiencias, en aquellas experiencias que ellos fueron haciendo de construir su proceso que ha terminado este día (ayer). Entonces, ellos tuvieron siempre un enorme interés por conocer cómo se construyó, qué caminos se siguieron, para llegar a aquel momento de los Acuerdos de Paz.
Yo diría que, quizás, ha sido en este escenario nuestro mayor acercamiento y fuimos, y conversamos con el compañero, con el comandante Marulanda, conversamos con el compañero Raúl Reyes, conversamos con casi todo el liderazgo de los hermanos, y se generó esa dinámica en la cual ellos se fueron interesando por este proceso de paz, que daba lecciones, por supuesto, de cómo estructurar, de cómo desescalar la guerra, de cómo desescalar las fuerzas militares, que nos fueron permitiendo, en ambos lados, tener la confianza de que efectivamene avanzábamos hacia un proceso de paz en el que se ponía en el centro los intereses del país, de todo el pueblo salvadoreño.
Y no fue extraño que el primer encuentro mundial por la paz en Colombia se desarrolló en El Salvador y nosotros estuvimos presentes, y fue el fruto de esas primeras conversaciones con nuestros compañeros. Y fuimos y acompañamos el segundo encuentro que fue en México, y el tercer encuentro que fue en Nicaragua.
De ahí nació el proceso del Caguán, por supuesto que lo celebramos y pasamos a expectativas. Visitamos varias veces a los compañeros en ese escenario donde ellos estaban discutiendo su proceso, desgraciadamente eso terminó por distintas causas, verdad, y después, en este nuevo escenario de este nuevo proceso también los acompañamos; tanto en conversaciones privadas como en conversaciones ya juntas las dos partes, los compañeros de las FARC y la parte del gobierno colombiano. Participamos contándoles nuestras experiencias, en términos generales, del proceso de desmovilización de las fuerzas guerrilleras y, por supuesto, también en temas puntuales que allá en el proceso se estaban discutiendo y eran temas complicados y complejos en la mesa de discusión.
Así que este día, nos sentimos tan identificados con los compañeros, tan felices, tan contentos como todos los colombianos y nosotros valoramos altamente lo que significa para nuestros pueblos, lo que significa para América Latina, cerrar esa última herida sangrante que quedaba en nuestros países.
Sin ninguna duda, América Latina hoy va a tener más energía, un mejor ambiente, para dedicarse a enfrentar los grandes y graves problemas sociales, económicos, que viven nuestros pueblos. Por eso, con alegría, con entusiasmo, hemos visto esas imágenes que ustedes han estado transmitiendo, que Telesur ha estado transmitiendo, y nos emociona, nos alegra mucho que ese proceso haya llegado a su final con esa firma y con esos actos tan lindos que hemos presenciado en la televisión.
-Después de la firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador pasaron 20 años y cuatro presidentes de derecha con una dolarización de la economía de por medio, ¿ahora se expone Colombia a algo parecido?
-Nosotros decíamos: “callaron las armas, callaron los cañones, pero la lucha continúa”. Yo escuché hoy una frase del comandante “Timochenko” que decía que ‘la firma de los Acuerdos de Paz no significa que el socialismo y el capitalismo se van a deshacer en abrazos o besos, la lucha continúa, la batalla continúa.
Y sin ninguna duda el pueblo colombiano que tiene una enorme experiencia en organización, en lucha, en movilización y que hoy va a tener más espacios porque va haber más respeto a los derechos de los ciudadanos va a fortalecer su lucha para demandar y exigir el respeto a sus derechos y su libertad. El escenario cambia, el escenario es distinto, pero en el centro está la necesidad de seguir defendiendo los intereses genuinos de todos los colombianos.
Aquí, efectivamente tardamos 20 años, 20 años que fueron de acumulación, que fueron de trabajo, de organización, de aprendizaje de cómo desarrollar nuestras capacidades para enfrentarnos a esos grupos poderosos que controlaban todo.
Nosotros queremos decir, con confianza, que nuestros hermanos colombianos, el pueblo colombiano, va encontrar los caminos necesarios para defender sus intereses, y ojalá ellos no tengan que esperar los 20 años que a nosotros nos tocó que conducir la lucha desde la calle para alcanzar el gobierno y poder, con más energía, con más fuerza, dedicarnos a defender, a concretar, a construir los sueños de nuestra gente.
Aún así, estando en el gobierno, seguimos enfrentando dificultades, seguimos enfrentando amenazas y hoy por supuesto enfrentamos esa enorme amenaza que hay en toda América Latina de quienes se han propuesto intentar detener el avance y la lucha de nuestros pueblos, que no van a ser derrotados, lo de Brasil no lo van a volver a repetir en otro lado y hemos aprendido de ustedes, de los hermanos venezolanos, que se fajan, se plantan y luchan todos los días y no han permitido que los malos vuelvan a recuperar los privilegios que antes tenían.
Aquí, nosotros, lo estamos haciendo, y sin duda los compañeros colombianos van aprendiendo de estas lecciones; van, también, a encontrar la energía, la fuerza, las ideas de como defender su sueños.
-La Sala Constitucional de El Salvador lanzó un paquete de decisiones que obstruyen la gobernanza económica del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y anulan parcialmente la amnistía asociada a los Acuerdos de Paz del año 92. Teóricamente, la jerarquía del Frente Farabundo Martí podría incluso ir a prisión, ¿hasta qué punto peligran esos Acuerdos de Paz y el proceso de transformación revolucionaria en El Salvador?
-Yo creo que los que concibieron, en este momento, la decisión de anular ese decreto de amnistía; en aquel momento, en los años 90, fueron los que lo propusieron. Pero el escenario cambió, nosotros ganamos las elecciones y llegamos al gobierno. Hoy lo desmontan, el decreto de amnistía, con la conciencia de que efectivamente a pesar de que nosotros nos opusimos en el momento que eso se aprobó, en el camino sirvió para tranquilizar, para llevar un mensaje de tranquilidad a todos los sectores que habían participado en la guerra, particularmente, desde los sectores de derecha y, especialmente, de las fuerzas armadas.
Que dicho sea de paso, nosotros lo hemos dicho, lo hemos manifestado, son de los sectores que tuvieron que pagar los costos de la guerra, los costos de su participación en la guerra, como ejecutores.
Nunca vimos que se sancionara a ninguno de los autores intelectuales de aquellas cosas que se hicieron durante la guerra. Pues hoy, cuando estos señores aprueban dejar sin efecto la amnistía, lo hacen con la intención de generar un enfrentamiento entre las fuerzas armadas y este gobierno, porque le toca, por supuesto, a este gobierno ejecutar, poner en práctica las decisiones que se toman en la parte judicial. Así es que, efectivamente ellos pretenden, ese es uno de los ejes, con los cuales en el caso de El Salvador se quiere aplicar el concepto del golpe suave.
-¿Cómo fue la reconciliación entre militares y guerrilleros en El Salvador y cómo cree usted que será entre los militares y guerrilleros de Colombia?
-Yo creo que, efectivamente, al principio hubo mucha desconfianza desde nuestra parte y por supuesto de la parte de ellos. Hubieron, en ese año que duró el proceso de nuestro desarme hubo muchas amenazas de asaltar los campamentos, de bombardear los campamentos, de rodear los campamentos, movimientos de fuerzas que nunca se determinó de donde eran; pero, fuimos caminando, fuimos construyendo un escenario que nos permitió, a ellos y a nosotros, a los militares y a los guerrilleros, construir ese escenario de confirmar, de defender, los Acuerdos de Paz, y ellos sintieron la tranquilidad en sus hogares, en su familia, de no sentirse más amenazados.
Quiero destacar, en este país, en este proceso, no hubo una sola violación del cese de fuego, no volvió a ver ni un solo enfrentamiento ni siquiera un amago o una cosa pequeña. Hubo asesinatos de dirigentes nuestros, pero tuvimos la capacidad de identificar que no se trataba de decisiones de un órgano del Estado sino de acciones de grupos desesperados que intentaban bloquear el acuerdo.
Hoy, nosotros, podemos decir hemos construido una relación sana y fuerte con las fuerzas armadas. Por supuesto, en esto incide todo lo que ha pasado en América Latina, lo que ha pasado en Venezuela, las relaciones entre el comandante Chávez, su pueblo y sus fuerzas armadas; por supuesto que aquí se conoce esa experiencia y hay una relación, yo diría de respeto, de acompañamiento, y de ayuda para intentar que cada una de las instancias, de los instrumentos, cumpla su papel y aquí las fuerzas armadas han sido, hasta hoy, defensoras y acompañantes del proceso de paz.
Y estos siete años que el FMLN ha ganado el gobierno, en el primer y en este segundo gobierno, hemos contado con la cooperación, con la participación, con la presencia de sectores de las fuerzas armadas defendiendo esto. Yo creo que, sin ninguna duda, cuando en el centro están los intereses de la nación, de la patria, los pueblos somos capaces de construir y fortalecer esas relaciones.
-Respóndame con un sí o con un no la siguiente pregunta: ¿El fin de la guerra en El Salvador permitió que los sucesivos gobiernos redireccionaran los recursos invertidos en la guerra para la inversión social? ¿sí o no?
-Es sí, pero tiene no también, porque la verdad que hubo una inversión internacional muy fuerte, muy grande, y hace falta complementarla con otras ideas, entonces, es sí pero no.
-¿Cómo se explica que estando el Frente Farabundo Martí en el gobierno el expresidente Mauricio Funes, aliado de ustedes, haya tenido que solicitar asilo político a Nicaragua?
-Continúa habiendo lucha de clases, continua desarrollándose el enfrentamiento en el cual ellos pretenden, las viejas fuerzas, los viejos grupos oligárquicos, quieren golpear ese sueño que se está construyendo en este país.
-¿Cree usted que ante la firma de la paz en Colombia, Estados Unidos cerrará o mantendrá abiertas sus bases militares en ese país?
-La lógica fuera, y que yo creo que los compañeros colombianos, el pueblo colombiano, y América Latina, la lógica fuera que las cerraran para que les permitiera a los colombianos construir sus herramientas, construir su proceso y su camino a seguir.
Y yo quiero decir dos palabras, realmente en nuestro caso, los norteamericanos acompañaron aquel proceso de negociación y de lo que conocemos, también en este momento, en Colombia hay intereses norteamericanos que acompañan la negociación; por supuesto, habrán y hay personajes que se han estado pronunciando, atacando al presidente Obama por estar facilitando las negociaciones en Colombia y que sin ninguna duda van a seguir intentando entorpecer este proceso.
-Un mensaje suyo para América Latina, a Colombia, a Venezuela, a los latinoamericanos…
-Bueno hermanos, vamos a celebrar juntos la paz en Colombia. Vamos a continuar luchando por eso, los revolucionarios, los luchadores, los soñadores, por la libertad. Estamos condenados a luchar toda la vida y estamos dispuestos a hacerlo y vamos a seguirlo haciendo…