Jean Jores Pierre, economista: “Las organizaciones populares reclaman un gobierno de transición desde antes del asesinato de Moïse”
Luciana Mazzini Puga / NODAL
El sábado 14 de agosto un terremoto de magnitud 7,2 causó la muerte de más de 2 mil personas. Según UNICEF, alrededor de 1,2 millones de personas se vieron afectadas por el sismo y alrededor de medio millón de menores tienen acceso limitado a refugio, agua potable, atención médica y nutrición.
Este desastre natural agudiza la crisis en la que está sumergido Haití con el asesinato del presidente Jovenel Moïse y su consecuente vacío de poder. En este sentido, Jean Jores Pierre, economista y militante haitiano, afirma a NODAL que “la sociedad haitiana está viviendo una experiencia de inestabilidad sociopolítica institucional muy fuerte” y agrega que hay “un grupo de personas que controlan el Estado y que no tiene legitimidad para representar al pueblo”.
¿Cómo impactó el terremoto en la crisis que ya vivía el país y cómo se presenta el escenario sociopolítico general?
El terremoto llegó en un momento de crisis muy crítica, donde la sociedad haitiana está viviendo una experiencia de inestabilidad sociopolítica institucional muy fuerte con el asesinato del expresidente Jovenel Moïse a manos de mercenarios colombianos.
Actualmente, el Parlamento, que es el que debería elegir un presidente, no está funcionando. Sí hay un tercio del Senado que está en funciones, pero esta institución no tiene la capacidad por sí sola de poder elegir un presidente. Además, ya había un primer ministro que Moïse nombró ilegalmente por decreto pero no entró en funciones antes de su muerte. Entonces, hay un caldo de cultivo para hacer estallar el Estado porque sus instituciones no tienen respuestas a esta crisis. El presidente, que debe llevar el buen funcionamiento del país, no hizo ese trabajo porque estaba dedicado a desmantelar las instituciones y, cuando llegó el terremoto, el país estaba funcionando con un gobierno que no tiene legitimidad real del pueblo para actuar en su nombre.
Esta situación complica aún más el funcionamiento del país porque tenemos un grupo de personas que controlan el Estado y que no tiene legitimidad para representar al pueblo. Pero están funcionando porque los países imperialistas, especialmente EEUU, Francia y Canadá, están apoyando a este grupo de personas.
¿Qué propuestas o reclamos se hacen desde organizaciones populares y la oposición?
Las organizaciones populares están reclamando un gobierno de transición desde antes del asesinato de Moïse. Proponen formar un gobierno amplio para iniciar un proceso de diálogo nacional que implique a todos los sectores. Además, proponen poner las bases para controlar esa transición y evitar que haya los mismos tipos de gobernanzas la del expresidente ha utilizado para poder captar los recursos del Estado para su grupo.
También exigen un gobierno bicéfalo con un presidente y un primer ministro para conducir las políticas del gobierno en transición. Actualmente, solo el primer ministro está en el poder y dirige el país y no hay presidente ahora porque así lo decide el imperialismo.
Por último, las organizaciones exigen que se juzgue a las personas que han participado en masacres durante el gobierno de Moïse.
¿Qué rol cumple EEUU y los organismos internacionales en la actual crisis de Haití? ¿Y los países latinoamericanos?
EEUU y los organismos internacionales no toman en cuenta los reclamos del pueblo haitiano. Tienen sus propias agendas que están aplicadas por el Core Group, que es una “suerte” de embajada imperialista en el país, y es quien representa el verdadero gobierno. Estos países son responsables de la situación que estamos viviendo porque impiden una solución concertada con todos los sectores del país ya que buscan que siga este gobierno ilegítimo para poder tener un mayor control. Por su parte, los países latinoamericanos juegan un papel secundario, salvo Brasil que está en el Core Group. Han contribuido enormemente a la MINUSTAH, que fue una fuerza de ocupación que nos dejó con una situación de inseguridad e inestabilidad institucional muy fuerte.