Invasión a Venezuela y soldados migrantes

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Julio Schiappa

Una hipótesis crucial para el futuro de la seguridad del Perú es que la invasión a Venezuela no será con Marines muriendo en las calles de Caracas, sino con el reclutamiento de mercenarios y voluntarios migrantes, residentes en países vecinos, para fuerzas irregulares en diversas etapas de ese conflicto.

 

La tensión en el Caribe se ha vuelto propia de una silla eléctrica. Y Trump tiene la llave para encenderla. Con buques de guerra estadounidenses navegando frente a las costas venezolanas y el presidente Donald Trump escalando acciones de guerra contra Nicolás Maduro, la región se prepara para un escenario que hasta hace poco parecía improbable: una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela. Aparentemente, es un conflicto político para forzar un cambio de régimen, pero la meta son los 5,000 millones de barriles de petróleo que existen en el subsuelo de la patria de Bolívar.

Pero si las bombas caen, no será solo Caracas la que sangre. Perú, Colombia y Ecuador podrían convertirse en los principales colaterales de un conflicto que ya no es solo geopolítico, sino también demográfico, económico y de seguridad nacional.

El detonante: migrantes convertidos en fuerzas irregulares o mercenarios

Más del 50 % de los migrantes que ingresaron a Panamá en enero son ...Desde 2014, más de 7,7 millones de venezolanos han huido de la crisis, según la ONU. Colombia acoge a más de 2,8 millones; Perú, a 1,5 millones; Ecuador, a más de 500.000. Hasta ahora, han sido vistos como víctimas. Pero si estalla una guerra, una fracción de ellos —especialmente jóvenes varones en zonas fronterizas— podría ser reclutada por actores armados, tanto por facciones chavistas como por grupos opositores o incluso por EEUU. La CIA armo ejércitos irregulares con migrantes y refugiados en Afganistan, Irak y Siria. ¿Por qué no para cercar a Venezuela?

Expertos en seguridad regional advierten que la diáspora venezolana podría ser instrumentalizada como carne de cañón: desde milicias urbanas en Caracas hasta mercenarios o guerrillas transnacionales que operen desde el exterior. “No es fantasía. Ya hemos visto cómo el ELN y disidencias de las FARC han reclutado venezolanos en Arauca y Norte de Santander. Una guerra solo aceleraría ese proceso”, advierte un analista militar colombiano que pidió anonimato.

Colombia: la primera víctima del domino de Washington

Colombia sería el país más expuesto. No solo por su frontera de 2.200 km con Venezuela, sino por la fragilidad de sus acuerdos de paz y la presencia activa de más de 20 grupos armados ilegales, según la ONU. Una intervención estadounidense podría:

  • Reactivar la guerra interna: el ELN y las disidencias de las FARC podrían alinearse con Maduro o, al revés, ofrecerse como proxies de Washington a cambio de impunidad.En Colombia, la historia del narcotráfico tiene orígenes en los 30
  • Desestabilizar la frontera: ciudades como Cúcuta, Arauca y Maicao ya colapsan con la migración. Una oleada nueva podría desbordar los campamentos y alimentar redes de trata, reclutamiento y contrabando.
  • Romper la alianza con EE.UU.: el presidente Gustavo Petro ha advertido que Colombia no será plataforma de ataques contra Venezuela. Washington ya canceló visas a su gabinete y suspendió ayuda militar. ¿Y si Trump decide actuar igual sin consultar?

Perú: el conflicto venezolano se vuelve interno

Perú alberga al segundo mayor número de migrantes venezolanos. La mayoría vive en Lima, Trujillo y Tumbes. Pero la precariedad laboral, la xenofobia y la penetración de redes criminales han convertido a algunos jóvenes migrantes en objetivo fácil para el reclutamiento.

El escenario más temido por los militares y la inteligencia peruana es este:

  • Reclutamiento en los barrios con concentración de venezolanos. Grupos armados venezolanos o colombianos podrían reclutar en el norte peruano, prometiendo dinero o estatus.
  • Células transnacionales: no sería la primera vez. En 2023 s 2025, la policía peruana desarticuló células del Tren de Aragua que operaban en Lima y Tumbes. ¿Y si esas estructuras se militarizan?Refugiados venezolanos en Perú: desamparados ante el covid-19
  • Presión sobre las Fuerzas Armadas: Perú tiene solo 120.000 militares y solo 35,000 activos para combatir, y su presupuesto de defensa es el más bajo de la región. Una crisis fronteriza simultánea con Ecuador y Colombia podría colapsar su capacidad de respuesta. Lo lógico no es invertir US$2,800 millones en aviones caros, sino en equipamiento y transporte para mejorar las capacidades de control de fronteras y militares en tierra.

Ecuador: el país más vulnerable

Ecuador, con una frontera porosa y débil presencia estatal en el norte, es el país más expuesto a una “guerra por proxy”. Desde 2022, el país ya sufre una guerra interna contra narco grupos que han tomado control de cárceles, puertos y carreteras.

Una intervención en Venezuela podría:

  • Reforzar a los carteles: con el Estado venezolano debilitado, los carteles podrían obtener armas, refugio y hombres desde Venezuela.
  • Reclutamiento de migrantes: los albergues de Huaquillas, Ibarra y Quito ya han reportado intimidación de jóvenes venezolanos por parte de grupos armados.
  • Una presencia militar irregular, vinculada a venezolanos podría catapultar a candidatos ultranacionalistas, con efectos en la política de Ecuador.

El precio del petróleo seria otro efecto dominó. Una guerra en Venezuela —país con las mayores reservas petroleras del mundo— dispararía el precio del crudo entre un 10% y 20%, según análisis de la industria. Para países importadores como Perú y Ecuador, eso significa:

  • Inflación al alza: el transporte y los alimentos se encarecerían.
  • Caída del consumo: menos dinero para seguridad y salud.
  • – Más protestas sociales: en contextos ya frágiles, como el norte peruano o el sur colombiano, esto podría ser explosivo.

¿Y si no hay guerra? Aunque una invasión total es poco probable por su costo político y militar, operaciones selectivas, ataques aéreos y despliegue naval ya están en marcha. El riesgo no es solo la guerra, sino la militarización de la migración.

“No necesitamos tanques cruzando la frontera. Con que 500 jóvenes venezolanos sean entrenados en clandestinidad, ya tenemos una red de inteligencia y ataque en tres países”, advierte un exoficial de inteligencia colombiano.

Conclusión: Una intervención militar en Venezuela no sería solo un conflicto entre Washington y Caracas. Sería una guerra regional por proxy, donde los migrantes —hoy vistos como víctimas— podrían convertirse en soldados de una guerra que no empezaron, pero que pagarán con sangre.

Perú, Colombia y Ecuador no están preparados para ese escenario. Y el reloj sigue corriendo.

*Periodista y analista político peruano, ha asesordo a varios alcaldes de Lima, congresistas y gobernadoes. Analista de La Otra Mirada