Impacto de la guerra en la economía venezolana
Leopoldo Puchi
Por más que el intercambio económico entre Venezuela y Rusia sea pequeño y que el incremento de los precios del petróleo favorezca a los países productores como el nuestro, Venezuela se verá inevitablemente afectada por la guerra en Europa, al igual que el resto del mundo, en términos del intercambio comercial, acceso a bienes y servicios y a las fuentes de aprovisionamiento de insumos industriales y agrícolas. En el actual contexto, Venezuela se beneficiará del aumento del crudo
Precios
Los beneficios del alza del crudo en los mercados internacionales pierden fuerza en la medida que se produce un efecto sobre toda la cadena productiva mundial, lo que genera un contagio inflacionario y el aumento de los precios del consumidor final, en particular de los alimentos. Un choque que en Venezuela se sumará al bloqueo de las sanciones y a los efectos recientes de la pandemia.
“Al final es como el perro que se come la cola y se siente bien, es decir, vendes más materias primas y sientes que estás recibiendo más dinero, pero a la vez, esas mismas materias primas las tienes que usar para fabricar o importar otros productos a un mayor precio”, explica a la BBC Gilberto García, del Observatorio de Complejidad Económica.
Preparación
Al impacto generalizado del conflicto de Ucrania, en el caso de Venezuela se le añade la dificultad adicional que crean las sanciones a Rusia, ya que se trata de un país que ha ayudado a bordear los obstáculos que impiden la venta de materias primas, el acceso a divisas y la realización de pagos para las compras internacionales.
Por el momento, Venezuela, debilitada por sus propios y graves problemas económicos y por las medidas de bloqueo tomadas por el gobierno de Estados Unidos, no luce preparada para enfrentar el impacto que las sanciones a Rusia causan en todo el mundo.
Sin embargo, todavía estamos a tiempo para un estudio realista de los embates que se avecinan y para tomar las medidas necesarias que permitan contener las amenazas que se ciernen, fortalecer el desempeño económico y, además, aprovechar y optimizar las oportunidades que toda crisis genera, más allá de los ingresos por el alza del precio del petróleo.
Opciones
En el actual contexto, Venezuela se beneficiará del aumento de los precios del crudo, pero existe la posibilidad de que se alcance un beneficio verdaderamente significativo y no un simple provecho mínimo.
Ahora bien, esto dependerá de que se puedan producir y comercializar mayores volúmenes de petróleo y gas, es decir, del levantamiento o alivio de las sanciones, un asunto que está en manos de Washington y que también es de su interés, a consecuencia de la guerra en Ucrania y de la necesidad de que se incrementen los suministros al mercado occidental.
Como se ha señalado, la Casa Blanca tiene ante sí varias opciones en relación a las sanciones: una pragmática, que conduciría a acuerdos para otorgar licencias a las petroleras y alivios financieros; otra, sería una acción expedita para reintegrar a Venezuela de manera forzada al dispositivo geopolítico estadounidense, y tal vez se pudiera estar considerando otro camino, el de mantener el statu quo en espera de un deterioro mayor de la situación económica interna a consecuencia de los efectos de la guerra.
Parálisis
Desde el punto de vista del interés venezolano, convendría apuntalar la primera opción, la del pragmatismo. Pero en Washington hay fuertes diferencias sobre el camino a seguir ante las sanciones. Hay quienes objetan un acuerdo porque Venezuela no hace parte de la “zona de influencia” estadounidense y por las estrechas relaciones con Rusia.
También hay grupos influyentes que consideran que al aliviar las sanciones se abandonaría la orientación estratégica de cambio de gobierno, destinada a alcanzar el objetivo del realineamiento geopolítico de Venezuela. Esta meta se ha alejado, luego del fracaso del plan adelantado durante el período de Donald Trump, pero la decisión no ha sido abandonada, sino el plan reformulado.
La reformulación pasa por la recuperación de las fuerzas internas, sobre el terreno, en la perspectiva de posibles cambios por medios electorales que eleven al Ejecutivo venezolano a un elenco político confiable y comprometido con el realineamiento de Venezuela.
Esto explica que Washington no admita como representantes legítimos en unas negociaciones sino al sector de Juan Guaidó, un sector que solo acepta cerrar un acuerdo en las negociaciones si contempla su rehabilitación y amnistía inmediata.
¿Superará Washington estos dilemas y contradicciones o privará la parálisis?